Las previsiones
para la región del 3,5% están por debajo del 5% de media previo a la crisis.
SANDRO
POZZI Nueva York
América Latina debe hacer más por sí misma. Ese es el mensaje que lanza
el Banco Mundial al ver que la coyuntura económica global se complica y que el
viento que soplaba a favor de la región se debilita. El organismo hace así un
llamamiento a los Gobiernos para que “consoliden” los logros sociales obtenidos
la última década y a que aumenten la productividad para acelerar la expansión.
En sus proyecciones, el Banco Mundial espera que la región crezca un
3,5% este año, una mejora de medio punto porcentual respecto a 2012. Pero
aunque es una tasa de crecimiento sólida y próxima a la de la media mundial,
como señala el organismo está por debajo del promedio del 5% previo a la crisis
financiera y se queda casi a medio camino del rendimiento de 2010.
La previsión está en línea con el Fondo Monetario Internacional, que
habla de un crecimiento del 3,4% en 2013, cuatro décimas más que el pasado año
pero tres menos de lo previsto en enero. De ahí la expansión repuntaría al 3,9%
en 2014, cifra que mantiene sin cambios. La demanda por lo general permanece
robusta y el alto precio de la materias primas apoyó el avance.
La situación es muy diversa, país por país. El estancamiento de
Venezuela y el tímido crecimiento del 1% en Jamaica contrastan con una
expansión del 6% de Perú, del 9% en Panamá y del 11% en Paraguay. Argentina y
Brasil rebotan al 3% pero crecerán durante el próximo año por debajo de la
media de la región. Bolivia, Chile y Colombia lo harán a un ritmo de entre el
4% y el 5%.
“Estas tasas de crecimiento son buenas aunque insuficientes para
mantener el ritmo de progreso social”, en boca de Augusto de la Torre,
economista jefe para América Latina y el Caribe, por eso emplaza a los
Gobiernos a que adopten reformas que estimulen el crecimiento. El Banco Mundial
no hace proyección para 2014, pero advierte que podría quedarse en el 3,5% sin
los ajustes.
La bonanza de la última década, según los analistas del Banco Mundial,
permitió una “caída importante de la pobreza” y un incremento en paralelo
“significativo” de la clase media. Sin embargo, los avances puede estar a
riesgo si continúan los problemas en la zona euro, la economía china se frena y
la expansión estadounidense sigue anémica.
Por eso, como el FMI, considera que la región debe potenciar un mercado
interno basado en la demanda y con un mayor peso del sector servicios. “Es una
necesidad”, repite de la Torre. “A medida que la situación internacional se
debilita, la capacidad de los países de crecer por encima del 3,5% dependen
fundamentalmente de sí mismo”. Un modelo diferente al de Asia.
“El sector servicio agrega valor y emplea trabajadores altamente
calificados”, explica el economista del Banco Mundial, para señalar que la
“competitividad del sector industrial está estrechamente ligado a la de los
servicios”. “Intentar mejorar la competitividad de las exportaciones en base a
mano de obra barata y de tipos de cambio devaluados es políticamente inviable y
económicamente inadecuado”, remacha de la Torre.
Augusto de la Torre admitió que las economías latinoamericanas
dificilmente tendrán unas tasas de crecimiento como las potencias emergentes en
Asia. Aún así explicó que la tendencia de los países de la región suele ser
"insuficientemente ambiciosos" con sus objetivos. Habló de
flexibilidad económica para que la actual tasa de crecimiento del 3,5% se eleve
sin que eso cree tensiones del lado de la inflación.
En la presentación del informe de riesgo al sistema financiero, el FMI
volvió a insistir además en que los países de emergentes en general deben
levantar sus defensas para cuando suban los tipos de interés en EE UU y Europa,
por el efecto que eso puede tener en los flujos de capital y en sus niveles de
endeudamiento exterior. La respuesta al reequilibro pasa por un uso
“inteligente” del capital externo y mejorar la calidad de la inversión.
En definitiva, la consigna del Banco Mundial y del Fondo es que para que
América Latina crezca de una forma robusta y sostenida no debe depender solo de
los recursos naturales que exporta en un clima económico internacional
favorable. El organismo con sede en Washington concluye recordando que el
avance social es también una garantía de estabilidad económica. “Hay que
preserva y profundizar en los logros pasados”, remacha.
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