Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

sábado, 11 de mayo de 2013

La UCR evalúa el pedido de juicio político a Luis Beder Herrera



Así lo reconoció el diputado nacional Julio Martínez, quien agregó que las cinco personas detenidas en Famatina fueron liberadas.




Manifestantes antiminería repudiaron la presencia del gobernador en un acto en Famatina. 
Foto: Archivo 



LA RIOJA.- Cinco personas que habían sido detenidas en la ciudad riojana de Famatina fueron liberadas esta noche, de acuerdo a lo informado a DyN por el diputado nacional por la UCR Julio Martínez. A su vez, el dirigente radical agregó que su partido está "evaluando el pedido de juicio político para destituir al gobernador" Luis Beder Herrera. 

En cuanto a los detenidos que recuperaron su libertad, la policía los consideró "contraventores" y "tuvieron que pagar una multa de 280 pesos para quedar en libertad. No permitimos que les marcaron los dedos", sostuvo el legislador. 

El diputado agregó que los liberados volvían a Famatina, donde está esperándolos en la plaza principal parte del pueblo y donde se encontraba la fuerza policial especial de la provincia. 

En tanto, Martínez dijo que "tres de los cinco liberados tienen heridas de balas de goma y fueron revisados por un médico del Hospital local que vino a la comisaría". 

El diputado nacional ratificó que ellos tienen en su poder "fotografías de la represión policial y del ataque previo con piedras a los manifestantes antimineros por parte de funcionarios del gobierno provincial y otros dirigentes oficialistas".
DyN. 

Dura represión policial contra ambientalistas en Famatina


Manifestantes antiminería repudiaron la presencia del gobernador riojano Luis Beder Herrera en un acto en la localidad; al menos hubo 12 heridos y 5 detenidos.



Ambientalistas de Famatina denunciaron que la policía provincial reprimió una protesta contra el gobernador riojano Beder Herrera. Foto: Facebook Dario Aranda


La presencia del gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, en la localidad de Famatina generó hoy el repudio inmediato de cientos de asambleístas, que denunciaron haber sido reprimidos por la policía en la plaza principal de la localidad por su protesta. Según trascendió, los incidentes causaron al menos hubo 12 heridos y 5 detenidos.
"Fuimos a manifestarnos contra la presencia del gobernador y tras el acto la policía nos reprimió con balas de gomas y palazos", denunció a LA NACION Laura Santillán, una de las voceras de los asambleístas.
Los incidentes ocurrieron cerca de las 13.30, luego de un evento del Partido Justicialista provincial por la asunción de nuevas autoridades. A ese acto estaba previsto que asista Beder Herrera, que finalmente no viajó hasta la localidad situada a 230 kilómetros al oeste de la capital provincial.
Tras la represión, la protesta de los asambleístas se trasladó a las puertas de la comisaría local, donde exigieron la liberación de sus compañeros.

Al menos 12 heridos dejó la represión policial contra los ambientalistas en Famatina. 
Foto: Prensa Asamblea de Famatina

El uso de la fuerza por parte de la policía provincial generó impacto en las redes sociales, sobre todo en Twitter. Según trascendió, los asambleístas detenidos fueron Nelson Alfaro, Carina Díaz Moreno, Daniel Herrera, Judith Peralta y Valeria Pozo. Además, entre los heridos está el intendente local, Ismael Bordagaray, que desde su asunción apoyó el reclamo popular contra la explotación minera en el cerro Famatina.
Según relató Santillán, "los partidarios del PJ que hicieron el acto están todos pagados por el gobernador". "Ellos vienen, hacen su circo, nos agreden y encima nos llevan detenidos", se quejó la ambientalista. "Esto fue una provocación", concluyó.
El diputado nacional Julio Martínez (UCR - La Rioja) responsabilizó al gobernador por la represión y aseguró que Beder Herrera: "Persigue y reprime a todo un pueblo con tal de escapar de la gente que lo vio nacer y crecer, y al cual hoy no puede llegar si no es custodiado por las fuerzas de seguridad".
A través de un comunicado, Martínez contó que fueron 400 los efectivos policiales se desplegaron en Famatina para cubrir la llegada del gobernador kirchnerista. "Al final el mandatario no asistió debiido a la escasa asistencia de público y las masivas manifestaciones en contra de la visita", señaló el legislador nacional..

Represión en Famatina


 Página/12
Miembros de la asamblea antiminera que realizaban una protesta frente a un acto de la gobernación de La Rioja, en esa ciudad, fueron reprimidos con gas lacrimógeno y balas de goma por el cuerpo de infantería de la policía provincial. Hay varios heridos, siete de ellos internados en el hospital local, y cinco detenidos que fueron trasladados a la ciudad de Chilecito. "En siete años de protesta jamás pasó esto", denunció la asambleísta Marcela Crabbe.


Todo comenzó cuando decenas de vecinos e integrantes de la Asamblea de Famatina -quienes con un corte de ruta impidieron la instalación de un proyecto minero en esa ciudad situada a 230 kilómetros al oeste de la ciudad de La Rioja- se manifestaron en la plaza San Martín, frente a un local donde se iba a realizar un acto oficial y hasta el cual también llegaron empleados mineros y personas que apoyan esa actividad.
"Desde adentro del acto se los incitaba. Cantaban 'el que no salta es ambientalista', y cuando salieron a la calle estaban con un grado de violencia importante", aseguró a Página/12 la asambleísta Marcela Crabbe.
Según el relato de Miguel Arca, uno de los vecinos y asambleístas, "los promineros empezaron a tirarnos piedras y luego la policía, en vez de correrlos a ellos, nos corrió a nosotros disparando balas de goma y con pintura a tres o cuatro metros de distancia".
"Sospechamos que algo iba a pasar porque (desde temprano) hubo presencia policial como nunca antes", aseguró a este diario el vecino, quien precisó que, a raíz de los disparos, hay varias personas hospitalizadas y "algunas han vuelto a sus casas porque no podían caminar más de las heridas que tenían".
Los detenidos son Carina Díaz Moreno, Judhit Peralta, Daniel Herrera, Valeria Pozzo y Nelson Alfaro, que fueron trasladados a una comisaría de Chilecito, donde un grupo de manifestantes comenzó a exigir su liberación.
Crabbe contó que "la policía nos reprimió tres veces: dos al mediodía y con balas de goma, y una más tarde con balas de goma y gas lacrimógeno" y se manifestó sorprendida porque "en siete años de protesta nunca pasó lo que pasó. Fue muy alevoso".
Según Arca, en el lugar "había embarazadas, chicos y gente grande, y no respetaron a nadie, le dieron a todos". Una vez ocurridos los primeros incidentes, los asambleístas se replegaron pero luego volvieron, "prendimos unas gomas y otra vez nos volvieron a dar", aseguró.
Estaba previsto que al acto del PJ local en conmemoración del bicentenario del Himno Nacional asistiera el gobernador de la Rioja, Beder Herrera, quien finalmente no viajó. Para Fernando del Castillo, otro integrante de la Asamblea de Famatina, el mandatario "no fue porque sabe que es persona no grata, tanto él como las mineras”.

Adolfo Pérez Esquivel: “Este es un Gobierno de confrontación”




El premio Nobel de la Paz argentino alerta del riesgo para la democracia que supone la reforma judicial de Cristina Fernández.


FRANCISCO PEREGIL Buenos Aires 



En el despacho porteño de su fundación Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) hay algunas fotos de obispos, pero ninguna del Papa Francisco. De momento sólo queda espacio en las paredes para sus “amigos de caminada”, los que lucharon junto a él contra la dictadura. “Apenas eran cinco obispos de un total de 83”. Sin embargo, a sus 81 años, la voz del premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, fue determinante para absolver a Jorge Mario Bergoglio ante la opinión pública del mundo. Se había escrito mucho sobre el silencio cómplice de la Iglesia Argentina. Pero bastó que él dijera: “Bergoglio no tenía nexos con la dictadura” para que la balanza se inclinara a favor del Papa.
Pérez Esquivel fue detenido en abril de 1977, poco después de imponerse la dictadura militar (1976-1983). Ya era candidato al Nobel de la Paz que la Academia Noruega terminaría otorgándole en 1980, época en la que no tenía ningún traje oscuro con que asistir a la ceremonia, ni dinero para comprarlo. La Academia señaló que era uno de los argentinos que habían “aportado un poco de luz a una noche profunda”.
Sostiene que sus principios y sus fines son los mismo que antes de que le dieran el premio, aunque ahora se le escucha más. En algunas cuestiones de derechos humanos coincide con el Gobierno de Cristina Fernández y en otras no. Se queja, por ejemplo, de la forma en que el Gobierno ha aprobado una reforma judicial que, a su modo de ver, atenta contra la democracia. Lamenta que el antiguo presidente Néstor Kirchner (2003-2007) jamás lo recibiera, a pesar de las cuatro peticiones por escrito que le formuló. Y lamenta también que la actual presidenta tampoco lo haya recibido a pesar de que ha perdido la cuenta de las veces en que le solicitó una audiencia personal.
La entrevista se celebró el miércoles, el mismo día en que visitaba el país el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y la misma tarde en que el Senado de Argentina convirtió en ley el polémico proyecto por el que el órgano rector de los jueces, el Consejo de Magistratura, pasará a contar de 13 a 19 miembros, de los cuales 12 serán elegidos por sufragio universal, según el partido al que pertenezcan.
Pregunta. ¿Qué opina sobre la reforma judicial?
Respuesta. El país necesita una reforma. Hay que terminar con estas corporaciones jurídicas y con la continuidad de vicios dentro del poder judicial. El problema es el cómo. La elección de jueces no puede estar sujeta a la voluntad de los partidos políticos. El otro problema es que no se consultó a los sindicatos jurídicos, ni a la ciudadanía. Éste es un país sin diálogo. Existe la imposición. Y por eso se llega a tantas tensiones internas y no a lograr las cosas por consenso.
P. ¿Cuál cree que es la causa de que no haya diálogo?
R. Éste es un Gobierno de confrontación. No se convocan a los sectores sociales para dialogar. Aunque no se esté de acuerdo. Ahora con la reforma judicial tendrá que pronunciarse, seguramente, la Corte Suprema. Pero si hubiesen evitado muchas cosas si hay consenso y diálogo con ciertos sectores sociales… que no todos son opositores. Pero con ellos tampoco se dialoga.
P. ¿Qué opina sobre las últimas elecciones presidenciales de Venezuela?
R. Maduro ganó por un pelo. Pero ganó. Yo he apoyado mucho la política que llevó adelante Chávez. Conozco Venezuela desde hace casi 50 años. He estado en los cerros (barrios más pobres). Chávez cambió esto. Hoy cuando uno va a los cerros encuentra salud, educación, trabajo, vivienda digna, cooperativa... Además, Chávez abrió espacios con otros países de Latinoamérica. Fue un visionario. Me ha preocupado mucho la campaña en Europa y en España que ponen a Chávez como dictador. Cuando todas las elecciones las ganó honestamente. Y por amplia mayoría. Tuvo un golpe de Estado. Lógicamente, Estados Unidos no quería perder su dominio sobre Venezuela. Y esto le llevó a un enfrentamiento muy duro con Chávez.
P. Pero usted hablaba de diálogo y de la necesidad de preservar la independencia entre los tres poderes del Estado. Human Rights Watch ha denunciado la falta de independencia judicial en varios informes sobre Venezuela. El máximo tribunal del país nunca falló en contra del Gobierno. También se queja la oposición de la política de confrontación.
R. Sí. Con una diferencia: Venezuela tuvo mucho intento de golpe de Estado. Y eso no es fácil sobrellevarlo. En cuanto a la situación presente, ahora hay que ver si hay un control de los votos de unos y otros. Pero pienso que el país perdería muchísimo con Capriles, porque tiene una política muy proclive a Estados Unidos y a grupos económicos muy fuertes.
P. La oposición exige que se auditen los votos.
R. Lo tendrán que resolver. Si no es políticamente, a nivel jurídico. Pueden ir a la Corte. Todo país tiene los instrumentos adecuados para resolver un conflicto.
P. ¿Su intervención en defensa del Papa Francisco defraudó a mucha gente?
R. Hubo gente que no estaba de acuerdo. Pero hay algo que hay que entender: Bergoglio, en la época de la dictadura no era obispo. Era el superior de la orden de los jesuitas. Y era muy joven entonces. Tenía 36 años. Y yo me acuerdo de haber mantenido discusiones muy duras con el representante del Vaticano, el nuncio Pío Lahgi. Yo le decía: "Usted, como representante del Papa tiene que evitar que se siga matando a la gente". Y él me dijo: "¿Qué querés que haga? Yo no puedo hacer lo que los obispos argentinos no quieren hacer". Eran muy pocos los que nos acompañaron, sólo cinco obispos de 83. Pero eso no quiere decir que el resto fueran cómplices. Bergoglio no fue de los religiosos que iba al frente. Pero dentro de su comunidad hacía una política silenciosa. Hay unas cartas de dos jesuitas que le critican porque estuvieron cinco meses presos. Dicen que Bergoglio, como superior no hizo todo lo que podía haber hecho.
P. Y sostuvieron que, en cierta forma, Bergoglio los señaló ante los militares.
R. No fue así. Bergoglio les pidió que ellos no siguieran haciendo el trabajo en las villas [los barrios más marginales]. Hubo sacerdotes que fueron asesinados en las villas. Lo dijo por su seguridad. Ellos no quisieron retirarse. Ahora: estuvieron cinco meses y logró sacarlos de la cárcel. Yo estuve dos años y dos meses y por más que tuve apoyo de todo el mundo, de Gobiernos, de Iglesias, no sólo de la católica sino de Iglesias Evangélicas, de los Estados Unidos, la familia Kennedy pidió por mí… Y no me pudieron sacar de la prisión. Entonces, si los sacó en cinco meses fue poco tiempo. Hoy Bergoglio es el Papa. Y los gestos que tuvo han sido muy positivos. Y creo que en estos momentos tiene muchas dificultades dentro del Vaticano. Hay que ver cómo acompañarlo lo mejor posible para que pueda cumplir su misión.
P. ¿Cuál es su postura sobre la Ley de Medios en Argentina?
R. El Gobierno ha llegado a una confrontación muy dura con Clarín. Yo no estoy de acuerdo en cambiar un monopolio por otro monopolio. No puede ser un monopolio estatal. Y que esto únicamente se regule a través de la publicidad oficial. Hay que evitar eso de “si me apoyás tenés la publicad y si no me apoyás te la quito”. Eso es extorsión. Pero es importante promover a los medios alternativos. Yo escribo muchísimo y mis notas no salen en los grandes medios de Argentina, sólo en los alternativos.

Dura nota contra los 10 años de Gobierno kirchnerista en el diario francés Le Monde

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Allanaron los domicilios de dos periodistas de TN

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Binner dice ahora que podría hacer una alianza con Macri

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La UIA alertó sobre la brecha entre el dólar oficial y el paralelo

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viernes, 10 de mayo de 2013

México disputa a Brasil la hegemonía en América Latina


 

 

La visita de Obama y la elección del nuevo director de la OMC evidencian que la competencia entre los dos países resta influencia al continente en la escena internacional.


 

 

LUIS PRADOS México 




El éxito de la reciente visita del presidente Obama a México seguido por el jarro de agua fría que ha supuesto en este país la derrota de su candidato frente a su competidor brasileño para dirigir la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha vuelto a poner en evidencia la competencia entre los dos gigantes de América Latina. Un duelo entre dos liderazgos y dos proyectos nacionales que, en opinión de varios analistas consultados, neutralizan la influencia del continente en el tablero mundial.
El próximo septiembre el embajador brasileño durante ocho años ante la OMC, Roberto Azevêdo, se convertirá en el primer latinoamericano que presidirá esta institución, pero ¿es en realidad un triunfo del continente? En su elección para suceder al francés Pascal Lamy en detrimento del ex ministro de Comercio e Industria mexicano, Herminio Blanco, que contaba con el apoyo de la Unión Europea y de EE UU, fue decisivo el voto de los países africanos y también de aquellas naciones que recelan de la ortodoxia en el libre comercio.
“México está muy cerca de EE UU y muy lejos de los antiguos no alineados”, dice Luis Miguel González, director del diario mexicano El Economista. “A México se le reprocha su ortodoxia en un momento en el que las instituciones multilaterales buscan enfoques heterodoxos y cuando desde hace ya más de una década países como el propio Brasil, China, India y Rusia practican una especie de proteccionismo enmascarado. Brasil jugó con dos barajas, la de América Latina y la de ser uno de los BRICS, y le valió más la segunda”, añade.
El economista y profesor del Colegio de México, Gerardo Esquivel, suma otras razones: “Por una parte, a favor de Azevêdo jugaba que era un insider, pudo cabildear desde dentro. Por otra, defender el comercio como instrumento de desarrollo, visto el resultado del Tratado de Libre Comercio de América Latina (TCLAN) 20 años después, debilitaba las posibilidades de Blanco”.
Rubén Aguilar, ex portavoz del presidente Vicente Fox (2000-2006), hace un análisis más político. “México está muy concentrado en América del Norte y esta imbricación con EE UU levanta suspicacias en otros países. Tenemos 52 consulados en EE UU y una decena en Canadá mientras Brasil tiene embajadas en casi toda África”. “Ahora bien”, continúa, “México juega en las grandes ligas, compite con China en el mercado estadounidense, mientras que Brasil lo hace en segunda división y compite con Paraguay o Ecuador. El desarrollo económico y social de México se juega en América del Norte”.
En los últimos años, Brasil sumó a su pujanza económica una agresiva acción exterior justo cuando México se borraba del escenario internacional. “Con Fox y su sucesor Felipe Calderón (2006-2012), México empezó a perder preponderancia y los diplomáticos de carrera, que eran magníficos, quedaron un tanto marginados”, opina Esquivel.
Ahora las tornas parecen estar cambiando. El nuevo presidente del PRI, Enrique Peña Nieto, realizó al poco de su elección una gira por Suramérica y trata de diversificar áreas y temas. “Peña Nieto volverá a mirar al sur, pero no a todo”, afirma el director de El Economista. “La agenda de México está en el Pacífico, en la relación con Chile, Perú y Colombia. No veo mayor relación con Brasil o Argentina, más allá de que este presidente tengan una aproximación más pragmática y menos sanguínea e ideológica que Calderón en los conflictos bilaterales”, agrega. En los últimos meses de 2012, México formó la Alianza Pacifico con los tres primeros países.
“La diplomacia brasileña fracasó en su acercamiento a Irán, en su mediación en Honduras cuando fue derribado el presidente Manuel Zelaya, con el abrazo de Lula a Fidel”, afirma Rubén Aguilar. “Con la presidenta Dilma Rousseff ha habido un cambio radical y se ha acabado ese atrevimiento y esa ligereza ante las violaciones de los derechos humanos de la etapa de Lula”.
El investigador Gerardo Esquivel subraya que Obama viajó a México y Centroamérica con “una intención clara de impulsar el Acuerdo Transpacífico (TPP, en sus siglas en inglés) por el interés de EE UU de abrir su economía a esos mercados”. Estas tendencias podrían abrir a medio plazo una línea de división vertical en América Latina entre el Pacífico y Mercosur o área atlántica.
En el terreno económico, señala este economista, ”la burbuja brasileña empieza a desinflarse. Se sobreestimó por el boom de las materias primas”. Esquivel, que estuvo recientemente en ese país, apunta, que “Brasil no hizo las reformas que ahora México quiere llevar a cabo, muchos de sus recursos están mal utilizados y su sistema financiero está rezagado en tecnología. Las infraestructuras para los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol no marchan”.
También advierte sobre el excesivo optimismo sobre México. “Los dos países dependen del exterior, pero es verdad que la fuerza de México no depende de las materias primas y su economía está en un ciclo positivo. Sin embargo, tiene graves fallos estructurales y el comercio mundial se está desacelerando. El Gobierno mantiene una previsión de crecimiento del 3,5% para este año, pero según mis cálculos nos quedaremos en el 2%”.
Durante su visita, Obama habló de un “nuevo México emergente” y expuso su visión de una Norteamérica integrada económica, social y culturalmente. “Hay razones para ser optimista. El boom del gas shale abaratará la energía y permitirá una reindustrialización de EE UU, lo que generará más empleos en México porque muchos procesos de producción serán más fáciles de hacerlos aquí. Podría representar un cambio geopolítico de gran trascendencia, pero llevará tiempo”, asegura Esquivel.
Pese a la gran dependencia de su vecino del Norte, Luis Miguel González cree que existe una gran oportunidad para México, “si es capaz de trascender su historia conflictiva con EE UU”. “La relación entre los dos países es muy joven a pesar del pasado, tiene margen para reinventarse”.
México y Brasil compiten recurrentemente cuando se debate otorgar a América Latina un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y ni ellos ni Argentina, los tres países miembros del G-20, se coordinan ante cada cita de este gobierno económico mundial. Su rivalidad tanto comercial como en imagen exterior anula su influencia en la escena internacional. México está interesado en un tratado de libre comercio que el proteccionismo brasileño desdeña al tiempo que le irrita su mala fama por la violencia cuando sus índices de criminalidad son menores -una tasa de homicidios del 21% por cada 100.000 habitantes frente al 23%-. Como dice Esquivel, “Sería necesario forjar una agenda común, un pacto por América Latina, para hacer fuerza”. 

El silencio que duele más




Por  | LA NACION











Muchos militantes e intelectuales del cristinismo admiten en voz baja que probablemente sea cierta la oscura historia de Lázaro Báez y sus inefables muchachos. Por más que algunos ejerzan la negación religiosa como método de pensamiento, esta vez la cosa resulta tan grosera que no puede ser eludida con un mínimo de seriedad. Son kirchneristas y soldados de la causa, pero no son estúpidos. Algunos, con cierto candor, piden que el Gobierno le suelte la mano a Báez para no sobrellevar esa tremenda mochila de piedras, sin comprender cabalmente que la presunta culpabilidad del próspero ladrillero del Sur arrasaría también con la jefa del movimiento nacional y popular. Puesto que los negocios de las dos familias en un punto aparecen como indivisibles: no se sabe a ciencia cierta dónde termina el Río de la Plata y dónde comienza el océano Atlántico, ustedes me entienden.
Hay, sin embargo, otros kirchneristas que relativizan directamente la importancia de la corrupción en la política. Es un mal menor, todos los gobiernos fueron corruptos, no hay que caer en la ética pequeñoburguesa y biempensante, debemos recaudar para llevar a cabo los ideales, los honestos hicieron políticas horribles y entregaron el país, algunos dictadores no robaron y sin embargo fueron nefastos, lo único importante es el rumbo. Y otras argumentaciones por el estilo. La gran coartada intelectual, para no aceptar públicamente los hechos, es que si la corrupción fuera moral y políticamente inexcusable y se demostrara por fin que este gobierno la practica de manera masiva y sistemática, el proyecto perdería mística. Y si se pierde la mística a la corta o a la larga se pierde el poder. Por lo tanto, forzosamente la corrupción no debe ser un tema relevante. En los 70 los "compañeros" asaltaban bancos o llevaban a cabo secuestros extorsivos para financiar la revolución; hoy se otorgan licitaciones y se beneficia a capitalistas amigos para sostener el modelo. Aceite para que funcione la maquinaria, nada más. Como esto no puede ser declamado en público, como este concepto es piantavotos, hay que sobrellevar en silencio la cruz. Las revoluciones también se hacen con los canallas, sugería una criatura de Roberto Arlt.
Existe, por suerte, la gran excusa: si este gobierno fracasa y se tiene que ir en 2015 vienen el Cuco, el Diablo, la Derecha, el Abismo. Para que no vengan, hay que tragar sapos de grandes proporciones y aguantar a pie firme el empacho. El autoritarismo, el delirio mesiánico, el cercenamiento de los derechos individuales, la progresiva caída de los pilares democráticos, la censura, la mentira, el doble discurso y el fracaso cada vez más evidente de la gestión económica. Hay que aguantar todo eso para que no venga lo peor. Érase una vez un país donde muchos de sus actores y músicos, algunos profesores universitarios y ensayistas, y ciertos periodistas, narradores y poetas, por miedo a que viniera lo peor se fueron convirtiendo en cómplices de lo peor. Fue un proceso lento y lastimoso, y un día despertaron y descubrieron que se habían transformado en lo que combatían.
Todas esas almas sensibles, ese progresismo cool y cantamañanas del peronismo Hollywood, los combativos "revolucionarios" del chori and wine, han sido quienes blindaron culturalmente a una maquinaria feudal y predemocrática, surgida de un reinado sureño, y también quienes han ofrecido palabras y metáforas altruistas a una forma arcaica y cruel del ejercicio absoluto del poder. Cómo lograron que librepensadores, libertarios de distinta naturaleza, artistas comprometidos, músicos tiernos y hasta ciertos progresistas lúcidos abrazaran esta entente justicialista donde Pichetto, Ishii, Alperovich, Guido Insfrán y Aníbal Fernández anuncian todos los días la alborada de la patria socialista en nuestras pampas, es un misterio para la psiquiatría. "Con la izquierda adentro se roba mejor", ironiza el gran Rodolfo Zalim.
Coincido también con el escritor Martín Caparrós cuando critica el "honestismo", ideología que reduce la política a un problema de quién le roba a quién, y que termina siendo así funcional a los dirigentes que no quieren o no pueden realizar cambios estructurales y decisivos. Muchos opositores se sienten a gusto en esa furia honestista, desde la que hacen campaña sin tener ideas ni una propuesta política y económica verdadera y superadora. También el honestismo, basado en el espejismo candoroso de que si dejaran de robar se arreglaría de inmediato este país, es lamentablemente una forma de la frivolidad. Pero agrego algo que Caparrós también sostiene: la honestidad debería ser el grado cero de la política. Lo mínimo que se le puede pedir a un candidato o a un estadista.
Lo curioso, una vez más, es que los mandarines de este gobierno no han modificado la matriz de la Argentina, sólo se han dedicado en sucesivas radicalizaciones a llevar a cabo una profunda metamorfosis en las reglas republicanas y federales, siempre a favor de ellos mismos y de su perpetuación. Como si el fin justificara los medios, las almas sensibles han relativizado esta estrategia o directamente han suscripto al discurso de los simuladores. No les ha importado tener un Estado mafioso, que es completamente ineficiente a la hora de la verdad: Once, inundaciones, inflación, energía. Y han callado por convicción, por interés o por miedo las aberraciones que ese Estado viene realizando.
Esa callada complicidad, esa defección, tiene en el ámbito periodístico sus ejemplos más dolorosos. Bajo el paraguas de la figura legendaria de Rodolfo Walsh (últimamente reducido a un militante sacrificial, ignorado por analfabetos literarios como lo que en verdad es y seguirá siendo: uno de los grandes escritores argentinos), actúan gacetilleros y pontificadores, sujetos que se sirven de los carpetazos de los servicios de inteligencia para anatemizar a opositores y críticos, individuos que naturalizaron un sistema de delación (señalamiento y escrache continuo de compañeros) y mercenarios de toda laya que prestan sus espadas para trabajos sucios. Nunca vi tantos periodistas interesados en boicotear una investigación periodística y en desacreditar a su denunciante como en estas semanas. Tampoco vi tanta deserción a la hora de marcar los límites: una cosa es que te sientas cercano a este proyecto y otra muy distinta es no alzar la voz para que tu propio gobierno tome nota de los errores y los enmiende.
No se llegó a esta situación lamentable de un día para el otro. El guiso se fue cocinando a fuego lento. Se ha hecho completamente habitual en la Argentina que junto a periodistas legítimamente convencidos de la épica nacional y popular, conviven jefes de prensa encubiertos y agentes estatales que alguna vez deberían ser privatizados. Sucede a menudo que ante la denuncia periodística de un acto de corrupción, se la ignore olímpicamente. También que se ataque al colega que investigó, sin chequear mínimamente si los hechos son o no veraces. O lo que es más terrible: que se llame al funcionario acusado para ofrecerle un largo monólogo que destruya al redactor, al medio que lo publica y al periodismo como oficio, para al final dictaminar desde el micrófono que se demostró una vez más que el periodista y el diario de marras mintieron, y que ya todo quedó anulado. Señor Jack el Destripador, ¿leyó la denuncia que hace el diario The Times acerca de esas chicas muertas? ¿Qué tiene para decirnos? Ah, entonces, es una denuncia falsa. Una más. Muchas gracias, Jack, quedó todo aclarado. Vaya nomás y siga con su faena.
¿Tendrá algo que ver Rodolfo Walsh con estos personajes que ayudan a ocultar la corrupción, que persiguen periodistas y que son complacientes con quienes detentan el Estado? Les recomiendo, de todo corazón, que abandonen por un momento la pereza mental y se tomen un mes para leer Operación Masacre, El caso Satanovsky, Quién mató a Rosendo y Variaciones en rojo. Walsh convalidó metodologías de la violencia política en los años 70 con las que nunca pude estar de acuerdo, pero ejerció siempre el periodismo desde el llano, sin subsidios ni prebendas, enfrentándose a los poderosos con su talento y con su máquina de escribir. Creer que Walsh estaría hoy a sueldo de este gobierno, que no sólo toleraría la corrupción para la Corona, sino también para volver multimillonarios a sus dirigentes, que sería columnista de C5N y que asistiría a las sesiones lapidarias que se traman en Canal 7 (ni Horacio Verbitsky lo hace) me parece temerario y por lo menos incomprobable.
Si lo hiciera, yo que lo amé tanto, que he sido su fervoroso lector, no podría menos que sentir una enorme tristeza. La siento ahora mismo por muchos de mis ídolos literarios y profesionales de otros tiempos, que me parecen irreconocibles. No quiero formar parte de ese colectivo cultural en el que viajé alguna vez. Prefiero este ostracismo que consiste en ser considerado un ex compañero de ruta y hasta un enemigo del Estado, un asturiano cabeza dura que se resiste a darle barniz de respetabilidad al pillaje.
© LA NACION.

Ataque de Cristina a Scioli por las inundaciones




Por Mariano Obarrio | LA NACION






La Presidenta utilizó la cadena nacional por séptima vez en el año. Foto: Presidencia de la Nación





Luego de una breve tregua política, la presidenta Cristina Kirchner lanzó ayer un durísimo ataque al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, al que criticó sin nombrarlo por la deficiente información sobre la cantidad de muertos por las inundaciones en La Plata el 2 de abril último:le exigió "el mayor respeto por las víctimas" y adoptar "las medidas necesarias" para "determinar con precisión" el número y la identidad de las víctimas mortales.
En un mensaje por cadena nacional, el séptimo en lo que va de 2013, la mandataria consideró esa falta de certezas como una "especulación" política "poco edificante" y la calificó de "patéticas miserabilidades".
En su discurso de 16 minutos, Cristina Kirchner repasó las cifras de la ayuda oficial a los damnificados y aseguró que la catástrofe "se vio agravada por esto que yo denomino las patéticas miserabilidades que no deben existir y mucho menos tratándose de autoridades con gran nivel de responsabilidad".
Recordó que días después de la tragedia, el gobierno de Scioli había confirmado 52 muertes, negó que hubiera más durante varios días, pero luego debió reconocer nuevas víctimas. La cifra oficial por ahora es de 60 muertos.
Según admitían anoche en Balcarce 50, el blanco de su ataque fue Scioli, con quien está enfrentado políticamente porque éste quiere ser candidato a presidente en 2015. Sin embargo, en las últimas semanas la Presidenta le había firmado avales de deuda por 1700 millones de pesos, lo que se había interpretado como una tregua. "Aquel 5 de abril, cuando les hablé a todos ustedes, el informe oficial de las autoridades era de 52 personas fallecidas", dijo la Presidenta. "A partir de allí se generó una polémica entre autoridades políticas de la provincia y autoridades judiciales acerca del número de muertos, mucha gente decía que había más", señaló. "Bueno, hoy, oficialmente, se han ya admitido más, desgraciadamente, fallecidos, 60 personas", concluyó.
"Yo espero que se tomen todas las medidas y se arbitren todas las medidas, sería muy sencillo, habría que hacer un relevamiento entre las personas que fallecieron en La Plata, Berisso o Ensenada entre el día 2 y 5, 6, 7 de abril para poder determinar con precisión", instó la primera mandataria a Scioli, aunque sin mencionarlo.
"Creo que especulaciones de esta naturaleza, pensar que una desgracia más, una desgracia menos o que los muertos o que los fallecidos pueden ser objeto de cuestionamiento político o de imagen política, realmente me parece poco edificante", agregó.En el mismo discurso informó que el total de la ayuda monetaria fue de 223.262.172 pesos para los inundados. Además, aseguró que 82.174 personas fueron atendidas por Anses, de las cuales 70.436 accedieron a subsidios, por beneficios jubilatorios, de Asignación Universal o Plan Procrear sin sorteos, entre otros.
LOS TRÁMITES, EN NÚMEROS

·         Pedidos de subsidio
La Anses recibió un total de 70.436
·         Solicitudes procesadas
Ya fueron liquidados por la Anses 39.114 casos
·         En verificación
Otras 4377 solicitudes están siendo verificadas
·         Trámites desestimados
Se desestimaron 26.945

Maduro firmó acuerdos y escuchó de Dilma algunas preocupaciones

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jueves, 9 de mayo de 2013

Vestigios de la guerra fría




La relación entre Estados Unidos y China es decisiva para las crisis con Corea del Norte y Taiwán.




El contraste entre la situación en la península coreana y a través del Estrecho de Taiwán no puede ser mayor. Ambos contenciosos son legado de una guerra fría que en Asia está aún por cerrar. El conflicto ideológico subyace en el origen paralelo y casi simultáneo de la división entre las dos Coreas y entre China y Taiwán, pero sus trayectorias a día de hoy son diametralmente opuestas.
Ha habido hace poco, semanas de gran tensión en torno al paralelo 38. La espiral de sanciones, ejercicios militares y amenazas de altos vuelos parecía no tener fin. Pese al apaciguamiento que ahora se respira todo indica que podríamos volver de nuevo a revivir la misma situación si el frágil compromiso logrado deriva en un nuevo bloqueo. Podría decirse que, al final, Pyongyang logró su objetivo de abrir el diálogo con Seúl y las demás partes. 
En su reciente gira por Asia, John Kerry dijo que las negociaciones directas entre Pyongyang y Washington son posibles y si los anteriores intentos de entablar el diálogo han fracasado es necesario hacer otros nuevos. Park Geun-hye, la presidenta surcoreana, se encuentra estos días de visita en Washington para consensuar la estrategia a seguir.
Entre la China “comunista” y la China “nacionalista” el conflicto va por otro camino, especialmente desde 2008, cuando el Kuomintang recuperó el poder en Taipéi. La tensión parece haberse orillado en aras de facilitar un entendimiento que, progresivamente, pueda abrir camino a una reunificación de hecho y pacífica. Es bien sabido que Beijing considera la reunificación con Taipéi un objetivo irrenunciable. Como en otros órdenes, su instrumento privilegiado es el poder de atracción de su economía, tejiendo en torno a él una compleja red de intercambios y dependencias que pueda vencer las resistencias, que no son pocas ni menores.

Es difícil que haya en el siglo XXI  un acuerdo entre los grandes  para resolver ambos contenciosos

China y Estados Unidos son, en ambos contenciosos, referentes inexcusables. En el escenario coreano, Washington ha presionado a Beijing para contener a su aliado. La situación para China es cada vez más incómoda pero ante la imposibilidad de cambiar la geografía se impone el temor a un desmoronamiento del régimen que desemboque en una unificación precipitada y pilotada por Seúl y Washington. No obstante, además de secundar la resolución de la ONU que ha impuesto nuevas sanciones a Pyongyang, el debate acerca de la incondicionalidad del apoyo a Corea del Norte arrecia en las altas esferas, muy quejosas de lo que consideran “ingratitud” norcoreana. 
Xi Jinping lo advirtió a su manera cuando señaló que nadie tiene derecho a precipitar a Asia en el caos por intereses egoístas. La tensión que hubo hace unas semanas ha facilitado argumentos a Washington para justificar el traslado de buena parte de su operativo militar a la zona, pero también puede propiciar un campo para la cooperación entre EE UU y China. Beijing, consciente de que podría perder más que ganar, se afana por evitar la confrontación y por construir con Washington lo que llama un “nuevo tipo de relación entre grandes países”.
El acercamiento entre China continental y Taiwán también ofrece lecturas dispares en Estados Unidos. Por más que el presidente taiwanés Ma Ying-jeou redobla las garantías respecto a su alianza en materia de seguridad, el Pentágono teme que el incremento del espionaje continental afecte a la defensa. El aumento de la dependencia respecto al continente abre un serio interrogante sobre el futuro de sus relaciones y no pocas voces reclaman una reducción del apoyo. Taiwán juega a la ambigüedad, pero la tentación de los beneficios que sugiere el continente es un bocado demasiado apetitoso para sus elites empresariales.
Jugando a la ficción, ¿sería posible un acuerdo estratégico entre EE UU y China que ponga fin a ambos contenciosos? La unificación de la península coreana bajo la égida de Washington y la reunificación de China y Taiwán bajo la égida de Beijing pareciera un marco aceptable, pero en el mundo del siglo XXI, poco probable. En primer lugar, no está claro que el cese de la ayuda china equivalga automáticamente a un colapso del régimen norcoreano ni tampoco que Corea del Sur tenga interés real en cargar con el pesado fardo del subdesarrollo norcoreano cuando tanto se juega en los procesos de integración en curso en la región. 
Por otra parte, China, como ha venido haciendo en tantas materias, aspira a anunciar la unificación con Taiwán cuando esta ya esté prácticamente completada. En los últimos cinco años ha destrabado muchos obstáculos y si bien quedan antipatías por vencer confía en su atractivo comercial y en el pragmatismo para mitigar la capacidad de influencia de Washington que bien podría mirar para otro lado si obtiene a cambio otro tipo de ventajas. La creatividad china en cuanto al diseño de una nueva forma de vida internacional capaz de preservar una amplia autonomía taiwanesa completaría el círculo.
Las cosas en Asia se mueven deprisa. La clave del futuro inmediato reside en el tono principal de las relaciones sino-estadounidenses. De imponerse la confrontación, la solución de ambos litigios podría dilatarse y atravesar periodos de tensión. Si la cooperación predomina, podría abrirse un camino sustancialmente diferente.
Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China y autor de China pide paso. De Hu Jintao a Xi Jinping (Icaria).