Washington imputa a Pekín ataques a los sistemas
del Gobierno y de contratistas de Defensa.
El objetivo del espionaje, según el Pentágono,
sería "localizar las capacidades militares" de EE UU.
China ha negado reiteradamente estar detrás de los
ataques.
El Pentágono ha acusado a las Fuerzas Armadas de China de atacar los sistemas informáticos
del Gobierno estadounidense y de contratistas de Defensa "para localizar
las capacidades militares que podrían ser explotadas durante una eventual
crisis bilateral". Se trata de la primera vez que las autoridades
estadounidenses acusan directa y formalmente a Pekín de lanzar ciberataques.
"En
2012, numerosos sistemas informáticos de todo el mundo, incluidos los del
Gobierno de Estados Unidos, han sido objeto de continuas intrusiones, algunas
de las cuales parecen ser directamente atribuibles al Gobierno y a las Fuerzas
Armadas de China", ha dicho el Pentágono en su informe anual al Congreso.
El
objetivo principal de estos ataques informáticos sería robar tecnología
industrial, pero también "dibujar un cuadro sobre las redes
estadounidenses de Defensa y de las capacidades militares que podría ser
explotado durante una eventual crisis bilateral".
El pasado
mes de marzo, el Pentágono reconoció que los ataques y el espionaje informático
se han convertido en la principal preocupación
de las distintas agencias de inteligencia y de seguridad de Estados Unidos,
sustituyendo por primera vez al terrorismo internacional en la lista de
amenazas del país.
Durante el discurso del estado de la Unión, el
pasado febrero, el presidente Barack Obama anunció que había firmado una orden ejecutiva para
garantizar la seguridad nacional ante posibles ataques cibernéticos.
Estados Unidos ha sufrido diferentes asaltos a través de Internet a compañías
privadas e infraestructuras públicas, declaradas en 2009 como “un bien
estratégico” cuya protección es una “prioridad nacional”.
El
Gobierno norteamericano viene anunciado desde hace meses una estrategia más
agresiva para proteger sus secretos y los de las empresas de este país del
peligro de su interferencia en la red de Internet. Entre otras medidas,
Washington amenaza con sanciones económicas contra los Gobiernos
involucrados en esas prácticas. Hasta
ahora, los responsables norteamericanos no querían señalar directamente a China
—algo que sí habían hecho expertos en
ciberseguridad— ante el riesgo de desatar una crisis diplomática.
Pekín ha negado reiteradamente ser
responsable de los ataques.
En su
informe anual remitido al Congreso, el Pentágono ha advertido también de que
China está invirtiendo en tecnología informática para blindar los sistemas de
vigilancia militar estadounidenses con el fin de expulsarlos gradualmente de su
territorio hasta tenerlos a 2.000 millas de su costa.
De
acuerdo con este informe, el presupuesto de Defensa de China se encuentra en
una horquilla entre los 135.000 y los 215.000 millones de dólares, en su
mayoría destinado a partidas opacas. Sin embargo, sigue siendo un tercio del
estadounidense.
El
Pentágono se ha referido a otro tipo de inversión. "China sigue
aprovechando las expediciones empresariales, los intercambios académicos y los
conocimientos de los chinos repatriados para aumentar el nivel de su tecnología
y experiencia con el fin de apoyar la investigación militar", ha indicado.
El
Pentágono también ha destacado la importancia que el ciberespionaje está
adquiriendo en la doctrina militar china, en la que destacan obras como
'Ciencia de la estrategia' y 'Ciencia de las campañas', que lo identifican con
la forma más efectiva de derrotar a un enemigo fuerte.
Por otro
lado, el informe refleja el supuesto debate interno que hay actualmente en
China entre un sector que aboga por centrarse en los desafíos nacionales y otro
que considera que es el momento de desafiar el liderazgo estadounidense en el
Pacífico.
"Los
defensores de que China tenga un papel más activo y más agresivo en el mundo
han sugerido que el país estaría mejor si adoptara una postura más firme frente
a Estados Unidos y otras potencias regionales", ha apuntado.
Aunque en
el pasado ya han surgido informes de empresas privadas que apuntaban a los militares
chinos como autores de los numerosos ataques informáticos contra otros
gobiernos, es la primera vez que el Gobierno estadounidense lo hace directamente.
Se
desconoce por qué el Gobierno de Barack Obama ha elegido hacerlo a través del
informe anual del Pentágono al Congreso. Fuentes de la Casa Blanca consultadas
por The New York Times a este respecto han subrayado que se trata de
un informe "profundamente coordinado".
Fuentes
gubernamentales han informado también de que el ciberespionaje se está
convirtiendo en uno de los ejes de las relaciones bilaterales y que ha sido el
tema central de los últimos viajes del secretario del Tesoro, Jacob Lew, y del
jefe del Estado Mayor, el general Martin Dempsey, a China.
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