Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

viernes, 25 de mayo de 2012

Berlín trabaja en propuestas concretas de crecimiento y empleo


El gobierno de Merkel no confirma ni desmiente la existencia de un plan de seis puntos y la creación de zonas económicas especiales, como ha desvelado 'Der Spiegel'.

 

JUAN GÓMEZ Berlín 

El Gobierno de Angela Merkel se plantea proponer excepciones fiscales para las regiones europeas con problemas económicos más graves. Es una de las posibles medidas concretas para fomentar el crecimiento y parte de un plan de seis puntos presentado por el ministro de Exteriores, el liberal Guido Westerwelle (FDP), el pasado 11 de mayo.

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La web del semanario Der Spiegelinformó el viernes en la mañana que el Ejecutivo quiere proponer que se bajen los impuestos y se apliquen otras ventajas regulatorias para atraer la inversión a las zonas más golpeadas por la crisis. Horas más tarde, el portavoz de Hacienda Martin Kotthaus expresó las dudas de su Ministerio, porque las excepciones fiscales “podrían vulnerar la libre competencia” en la Unión Europea. La cartera de Hacienda está en manos del democristiano Wolfgang Schäuble (CDU), pero su colega de Economía, el liberal Philipp Rösler (FDP), ya sugirió medidas parecidas durante una visita a Grecia celebrada a finales de 2011. El portavoz de Merkel Steffen Seibert, por su parte, no quiso confirmar ni valorar estas informaciones durante su rueda de prensa a mediodía.
Reconoció, no obstante, que el Gobierno de centroderecha está “trabajando en propuestas concretas para el crecimiento y el empleo” en los países en crisis. La falta de confirmación arrojaba el viernes por la tarde nuevas dudas sobre la idea, que según las informaciones difundidas es parte de un informe de Cancillería. Ni políticos ni analistas podían explicar de qué regiones se estaría hablando, ni tampoco qué normas podrían relajarse para atraer a inversores y empresas.
Hay precedentes como el de China, cuyo Gobierno concede privilegios fiscales y ablanda algunas leyes (medioambientales o de protección laboral) para estimular el crecimiento en algunas regiones particularmente atrasadas. Sin embargo, la objeción del portavoz Kotthaus será difícil de sortear en Europa.
Ya durante la Unificación de Alemania, hace 20 años, se pensó en una solución parecida para impulsar la economía en la Alemania Oriental. Se descartó, entre otras razones para no vulnerar las leyes europeas de libre competencia. Además, Alemania ha criticado a menudo la baja presión fiscal a las empresas en países como Irlanda y hace años que propone los impuestos en Europa.
El Gobierno alemán baraja también proponer que sus socios europeos funden sociedades fiduciarias como las que se encargaron de privatizar las empresas estatales de la antigua República Democrática Alemana (RDA). Servirían para sacar al mercado las empresas públicas de los países con problemas presupuestarios. Además, proponen reformar el mercado laboral siguiendo el modelo alemán: menos indemnizaciones por despido y ventajas fiscales para los asalariados precarios. Se trata de reformas muy parecidas a las que ha aplicado el actual Gobierno español. Los partidarios de estas medidas sostienen que sus efectos llegarán a largo plazo. A corto, España e Italia continúan pagando intereses exorbitantes por endeudarse y sin perspectivas de recuperación económica.
Ante el creciente descontento entre sus socios europeos, Merkel tendrá que madurar sus planes de recuperación para Europa en las primeras semanas de junio. La canciller democristiana tiene abiertos dos frentes de negociación. El presidente francés François Hollande sigue insistiendo en la emisión de deuda conjunta (eurobonos) y en otras medidas más ambiciosas y caras para luchar contra la crisis. Merkel se opone. La próxima cumbre europea se celebra a finales de junio. El segundo frente lo tiene en casa, donde deberá convencer a la oposición para que apoye el Pacto Fiscal europeo en las dos cámaras del Parlamento (Bundestag y Bundesrat). Merkel necesita una mayoría de dos tercios para ratificar el Pacto.
La propuesta de crear “zonas de excepción fiscal” para acelerar el crecimiento no la acerca a los socialdemócratas del SPD. Su líder parlamentario en Europa Udo Bullman tachó el plan de “fraudulento” y rechazó que la UE necesite “zonas especiales con salarios más bajos y leyes medioambientales suspendidas”.
Merkel tiene hasta el 13 de junio para buscar acuerdos con el SPD y con Los Verdes. El jueves, la canciller se reunió en Berlín con los líderes de ambos partidos para negociar su apoyo al Pacto Fiscal. Ambos partidos renunciaron explícitamente a pedir eurobonos, pero insisten en el impuesto a las transacciones financieras y en el refuerzo del Banco Europeo de Inversiones como recetas con las que estimular el crecimiento.
El líder parlamentario del SPD Frank-Walter Steinmeier amenaza con rechazar el Pacto Fiscal si Merkel no se atiene a sus condiciones. Además, SPD y Verdes proponen que se habilite un fondo europeo para amortizar la deuda que supere el 60% del Producto Interior Bruto (PIB) de cada país miembro. El portavoz de Merkel expresó serias dudas respecto a este último punto, pero aseguró que el Gobierno “en pleno” trabaja en posibilidades de impulso económico para Europa.

Un islamista disputará a un heredero de Mubarak la presidencia de Egipto


Los primeros resultados dan la victoria en la primera vuelta de las elecciones al candidato de los Hermanos Musulmanes y al ex primer ministro Shafik.

 

EL PAÍS/ ANA CARBAJOSA / RICARD GONZÁLEZ Jerusalén / El Cairo 

Egipto se encamina hacia una dura batalla política, de confirmarse los resultados de las elecciones presidenciales que se fueron filtrando a lo largo de ayer. Mohamed Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes, lidera la carrera presidencial y deberá enfrentarse en segunda vuelta aAhmed Shafik, el que fuera el último primer ministro de Hosni Mubarak. El ganador de las primeras elecciones libres de la historia de Egipto liderará la complicada transición que mantiene al país paralizado y sumido en una profunda crisis económica.
El modelo de Estado que cada uno de los dos candidatos tiene en la cabeza no podría diferir más el uno del otro. El de Morsi es un Estado cimentado en la sharía, la ley islámica, y que no quiere tener nada que ver con un pasado que condenó a la Hermandad a la ilegalidad. El de Shafik, antiguo jefe de las Fuerzas Armadas, representa la continuidad del antiguo régimen, con el que comulgó ocupando distintos cargos. Ni el programa de Morsi ni el de Shafik se aproxima a los sueños yaspiraciones de los revolucionarios de la plaza Tahrir, los que derrocaron a Mubarak hace 15 meses.

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Tal vez por eso, algunos observadores analizan con preocupación la polarización que muestran estos resultados iniciales. Temen que una posible victoria de Shafik saque de nuevo a la gente a la calle y vuelva a correr la sangre. Además de ser el único candidato militar de la docena que se presentaron, no ha ocultado su desprecio por los jóvenes revolucionarios. Por otro lado, la victoria de Morsi supondría una notable concentración de poder, ya que los islamistas controlan con holgura el Parlamento desde principios de año. Los sectores más laicos de la sociedad y la minoría cristiana (10% de la población del país) asisten con preocupación al ascenso islamista en el Egipto posrevolucionario.
De confirmarse estos resultados iniciales, Amro Musa, el que fuera secretario general de la Liga Árabe y, hasta hace pocos días, favorito en los sondeos, habría sufrido una sonada derrota. Otra de las muchas sorpresas que depararon las urnas fue el tercer lugar de Hamdin Sabahi, un candidato al que pocos analistas habían concedido opción alguna de pasar a la segunda vuelta. Líder del partido nasserista Karama, nacionalista y de izquierdas, Sabahi hizo de la lucha contra la pobreza uno de los ejes de su campaña. Fue el único de los principales aspirantes que apeló directamente a las clases más humildes en un país en el que aproximadamente un 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Ello le permitió ampliar su base de apoyo más allá de la plaza Tahrir, y adjudicarse la victoria en algunos de los suburbios marginales de El Cairo, como Imbaba.
Los resultados también demuestran que la maquinaria de la Hermandad no falla. Morsi, un hombre de escaso carisma no fue el inicialmente elegido para liderar el partido. Tan solo la descalificación por parte de la Junta electoral del número uno acabó por encumbrar de rebote a Morsi. Su supuesto triunfo, al contrario que en el caso de Shafik, ilustra una vez más la importancia de la organización frente al individuo. Si Morsi ha ganado, casi cualquiera podría haberlo hecho con el respaldo de la todopoderosa Hermandad.
Morsi defiende un Estado cimentado en sharía,  mientras Shafiq representa la continuidad del régimen

Los dos candidatos se enfrentarán en una segunda vuelta cuya celebración está prevista para mediados de junio. Será entonces cuando se conozca el nombre del primer presidente elegido libremente de la historia de Egipto. Y será también cuando la Junta militar que ha gobernado el país desde el inicio de la revolución deba ceder el testigo al presidente electo. La magnitud del traspaso de poder así como las funciones del nuevo presidente las marcará un texto constitucional pos-Mubarak pendiente de redacción por falta de acuerdo entre las fuerzas políticas.
Durante todo el día, los egipcios siguieron el emocionante recuento pegados a la televisión y la radio. La opción de que Sabahi pudiera pasar a la segunda vuelta mantuvo en vilo a millones de ciudadanos. Las grandes cadenas de televisión egipcias emitieron durante toda la jornada programas especiales, en los que se alternaban las imágenes del recuento en los colegios electorales, los gráficos, y las intervenciones de los expertos.
Los cafés estaban llenos y las elecciones fueron el gran tema de conversación, con todas las pantallas de televisión sintonizadas con el recuento. “¿Ya es seguro que la segunda vuelta será entre Shafik y los Hermanos Musulmanes? Yo no quiero ni a los unos ni a los otros”, protestaba un cliente en uno de los corrillos que se habían formado en un bar.
Las redes sociales hervían con datos parciales y provisionales de unas elecciones que el mundo árabe sigue con lupa. Del resultado de estos comicios dependerá en buena medida el éxito o el fracaso de la transición en Egipto, el país en el que se miran sus vecinos y cuya revolución empapó de optimismo toda la región.

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jueves, 24 de mayo de 2012

Obama y Romney se hallan en empate técnico de cara a las presidenciales


Una nueva encuesta asegura que la principal amenaza para Obama es la economía.

Un 27% de los encuestados recela de la religión de Romney, que es mormón.

 

EL PAÍS/DAVID ALANDETE Washington 

Mitt Romney ha logrado recortar notablemente la ventaja del presidente Barack Obama en las encuestas electorales de Estados Unidos, sobre todo por los problemas económicos que acucian al país. La mayoría de los norteamericanos expresa hoy en día una opinión pesimista sobre la economía estadounidense, lo que ha llevado a Obama y a Romney a una posición de empate técnico de cara a las presidenciales de noviembre.
La última encuesta nacional, elaborada por The Wall Street Journal y NBC News, le otorga al presidente norteamericano un 47% de la intención de voto, frente al 43% de Romney. El margen de error es de 3,38 puntos porcentuales. La media de sondeos que elabora Real Clear Politics refleja un notable descenso en la popularidad de Obama, y un muy modesto aumento en la de Romney, a pesar de que este último ha logrado hacerse recientemente con la nominación del Partido Republicano.
En enero, en la misma encuesta, un 46% de los norteamericanos aseguraba tener una visión optimista de la situación económica del país. Esa cifra ha caído ahora cuatro puntos porcentuales. En total, un 53% de los encuestados dice ser pesimista respecto a ella, frente al 44% de enero. La Oficina de Presupuestos del Congreso informó el martes de que la falta de acuerdo fiscal entre demócratas y republicanos en el Capitolio puede sumir a la nación en una recesión en 2013.
Obama suspende en cuanto a su gestión de la economía. Un 52% de los encuestados asegura que el presidente está haciendo una mala gestión en ese ámbito, frente al 43% que opina lo contrario. Sólo un 32% cree que las medidas del Ejecutivo de Obama están ayudando a solucionar la crisis económica, frente a un 41% que dice que la está empeorando. La encuesta se efectuó entre el 16 y el 20 de mayo, con 1.000 entrevistas telefónicas.

Recelos religiosos

Mitt Romney no se ha granjeado el apoyo masivo del electorado después de convertirse en el líder del Partido Republicano de cara a las presidenciales de noviembre. Ni los independientes, ni las mujeres, ni los votantes de entre 18 y 43 años aseguran tener un gran entusiasmo por el exgobernador de Massachusetts. Hay un elemento sigue inquietando a una parte considerable de los electores: su religión.
Un 27% de los encuestados por The Wall Street Journal y NBC News asegura que le preocupa la posibilidad de ver a un mormón en la Casa Blanca. Los encuestadores ofrecen varios parámetros: un homosexual, una mujer, un hispano o un afroamericano. De todas esas opciones, la que más recelos provocaría entre los votantes es la de un gay (41%), seguido por un mormón.

La popularidad de Obama de cara a su posible reelección se encuentra en las mismas cotas que la de su predecesor, George W. Bush. Ese expresidente registró en mayo de 2004 un índice de aprobación del 47%, y acabó ganando por un 2,4% del voto. Bill Clinton registraba en mayo de 1996 un 52% de aprobación, y también ganó. George H. W. Bush perdió en 1992, seis meses después de registrar un índice de popularidad de sólo el 41%.
Más de la mitad de los norteamericanos encuestados, un 58%, asegura que EE UU se halla en un camino equivocado. En contraste, sólo un 33% opina que avanza adecuadamente. La única institución que aprueba, a los ojos de los estadounidenses, es el Ejército. Un 76% de los encuestados cree que hace una buena labor. Todas las demás instituciones, desde la presidencia a Wall Street, pasando por la Corte Suprema y las empresas de seguros médicos, suspenden.

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miércoles, 23 de mayo de 2012

Siria: el tapón de la cloaca


El autoritarismo de los regímenes poscoloniales árabes no ha hecho otra cosa que salvaguardar los viejos intereses occidentales, incluso cuando el marchamo nacionalista parecía indicar lo contrario.

 


Hay que decirlo sin tapujos: Siria es el tapón de la cloaca. Con los Al-Asad se irá por el sumidero un siglo de historia colonial en Oriente Próximo. No va a ser fácil, como se está viendo. A diferencia de lo que ocurrió con la caída del muro de Berlín, con la que el desmantelamiento del sistema poscolonial se compara, son dos, no una, las partes que ahora se tambalean: el “ellos” y el “nosotros”, según la enraizada distinción orientalista.
La partida de nacimiento del colonialismo siempre ha sido motivo de discordia. Los árabes la fechan en 1798, cuando Bonaparte desembarcó en Alejandría y afirmó: “¡Egipcios, se os dirá que vengo a destruir vuestra religión! ¡No lo creáis! Responded que vengo a restituir vuestros derechos frente a los usurpadores; que respeto más que los mamelucos a Dios, a su profeta Mahoma y el glorioso Corán”. Los europeos, quizá para acortar su deplorable currículum, prefieren 1885, cuando en Berlín se repartieron África. Los turcos se quedan con 1783, fecha del zarpazo de Catalina a Crimea. Sobre lo que sí hay más acuerdo es sobre las postrimerías: el siglo XX ha sido el de la historia poscolonial, entendida como mantenimiento del orden colonial de otra manera.
Cuando en 2009 Obama reunió en la Universidad de El Cairo a las fuerzas vivas egipcias para anunciar un nuevo compromiso de EEUU con el mundo musulmán, estaba remozando, no queda claro si a sabiendas, el discurso de Bonaparte: “He venido aquí para buscar una nueva relación entre EE UU y los musulmanes del mundo, basada en el interés mutuo y el mutuo respeto; basada en la verdad de que América y el islam no se excluyen y no tienen por qué competir”. Lo que no podían sospechar sus asesores, porque el menosprecio es congénito a la actitud neocolonial, es que los árabes ya no se lo creerían. Y menos aún que su rabia cruzaría el Mediterráneo e incluso el Atlántico. Porque una cosa es que los árabes se revuelvan y que el contagio se extienda por el Sur, como ha vaticinado Felipe González, y otra que navegue larvaria y peligrosamente hacia el Norte.
Con los Al-Asad se irá por el sumidero un siglo de historia colonial en Oriente Próximo

Frantz Fanon, el psiquiatra argelo-antillano que desenmascaró la imaginación poscolonial, advirtió en 1961, poco antes de morir sin ver oficializada la independencia de Argelia, que el nacionalismo era una secuela que el colonizado debería superar si aspiraba a una verdadera independencia. Su aviso fue claro: que el nacionalismo va contra la nación, el partido contra el pueblo y el Estado contra el individuo. La historia árabe posterior le ha dado la razón. El autoritarismo de los regímenes poscoloniales árabes (simbolizado recientemente en Mubarak, Al-Asad, Gadafi y Ben Ali) no ha hecho otra cosa que salvaguardar los viejos intereses occidentales, incluso cuando el marchamo nacionalista parecía indicar lo contrario. Intereses que son sobre todo económicos, en los últimos años reescritos en términos securitarios (terrorismo, inmigración): el 30% del gas que importa la Unión Europea viene de Argelia; el 45% del petróleo, de la Península Arábiga; Egipto y Arabia Saudí son el segundo y tercer compradores de armamento americano; el 8% del comercio marítimo mundial pasa por Suez.
La coartada nacionalista, vigente tantas décadas en el mundo árabe, ya no sirve para mantener la rapiña. El fin de la era poscolonial no llegará sólo con la caída del régimen sirio, pero es una condición necesaria. En Siria se dirime la historia reciente de Oriente Próximo.
1. El artificio de las fronteras. La configuración del actual Estado sirio es el resultado del empaquetado cartográfico de los restos del Imperio Otomano. Los autores fueron Francia y Gran Bretaña, el modo fue subrepticio y el momento mediada la Primera Guerra Mundial. Contaron con el beneplácito posterior de la Sociedad de Naciones. No hubo criterios nacionales, étnicos, culturales, históricos o geográficos. Simple estrategia colonial: la de dominar fragmentando. Líbano, Palestina, Jordania y Siria son hijos de un cartabón que se encargó de acabar con el viejo y venerable Cham. En cuanto a Turquía, nació como una suerte de Jano bifronte, que igual mira al pasado que al futuro, al Este que al Oeste, al islam que al laicismo. Ha sido, con frecuencia en la sombra, la potencia regional, y sabe que en la actual crisis se juega su futuro. De momento sus presiones al gobierno de Al Asad, hasta hace un año amigo y aliado, no han dado resultado. El tiempo corre en contra de Ankara. El plan de paz de Annan es ante todo un respiro para Turquía. Es cuestión de meses que se decida a una intervención. Esto será otra vez tirar los palillos del mikado colonial.
2. La pax saudiana que vivimos. Si Arabia Saudí ha llegado a ser una potencia regional, no ha sido por los petrodólares o el wahabismo. Fue cosa de coyuntura. A comienzos de la década de 1980, los dos peones americanos en la región, Irán y Egipto, quedaron neutralizados: el primero por la revolución islámica; el segundo por la firma del tratado de paz con Israel. Reagan se volvió hacia la casa de Saud, sin descuidar a las demás dinastías del Golfo. Les ofreció estabilidad y continuidad a cambio de lealtad. Es lógico que a esta casta no le gusten las revueltas árabes. Que se militarice el conflicto en Siria viene siendo su estrategia no declarada, a la espera del visto bueno de Washington (el Ejército Libre Sirio está sufriendo estos vaivenes). Es una perspectiva que conviene tanto al régimen de Riad (y a Doha, Manama, Abu Dabi) como al de Damasco. A Riad, porque con Siria en llamas la primavera árabe se pone boca abajo; a Damasco, porque alimenta su única baza ante el mundo: el miedo al conflicto sectario.
El fin de la era poscolonial no llegará sólo con la caída del régimen sirio

3. Colonización de reemplazo. Al enquistarse la revolución siria, Rusia y China han reforzado su papel en la región. Es lógico que esto inquiete a Europa y a EEUU. No lo es tanto, como se pretende, que unos vetos del Consejo de Seguridad sean peores que otros. (¿Cuántas veces ha vetado EEUU resoluciones contra Israel? Veinticinco en los últimos veinticinco años.) Pero las veleidades coloniales de Rusia en la zona son tan viejas y están tan agotadas como el colonialismo mismo. Nada nuevo bajo el sol ruso. Lo que sí es nuevo es que China e Irán se mueran por el mismo bocado. Subhi Hadidi, destacado intelectual sirio en el exilio y uno de los más firmes opositores a la intervención armada, al hacer balance del año de revolución siria (Al-Quds al-Arabi, 15.3.12) alertaba de la poca diferencia que hay entre que el tirano cabalgue a lomos de un tanque iraní o de uno americano.
4. Palestina para todos los gustos. Los Al-Asad siempre han intentado que Palestina sea su rehén. Como los otros dictadores de la región, han palestinizado su discurso nacionalista, aunque en su caso alzando además el estandarte antiimperialista. Hasta el punto de que mientras los Hermanos Musulmanes sirios eran represaliados sin cuartel, la cúpula de Hamás disfrutaba de la hospitalidad del régimen. Pero la revolución ha forzado a Hamás a replantearse su política. Jaled Mashal, el líder político de la formación, cerró a finales de 2011 la oficina en Damasco y llegó a acuerdos con Fatah a espaldas de Irán. Semejante giro en la estrategia del movimiento islamista palestino lo acerca tanto a la OLP como especialmente al islamismo triunfante en Marruecos, Túnez y Egipto. Tiene que ver esto con lo que el analista político de Al Jazeera Marwan Bishara, uno de los menos rutinarios del panorama internacional y autor del reciente The Invisible Arab. The Promise and Peril of Arab Revolutions (Nation Books), considera una arabización de Palestina tras décadas de palestinización del mundo árabe. Y como se sabe, nada hay más amenazador para la estabilidad emanada del orden colonial que la “normalización” de Palestina.
Luz Gómez García es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid; en la actualidad es visiting scholar en la Universidad de Columbia en Nueva York.

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martes, 22 de mayo de 2012

El PAN se desvanece en México


La candidata gubernamental a las presidenciales de julio de desfonda en los sondeos a seis semanas de los comicios.

 

EL PAÍS/ SALVADOR CAMARENA México 

La noticia llegó a la capital de México con la rapidez con que lo hacen los temblores que nacen en esa costa del Pacífico. En la Convención Nacional Bancaria y de Valores, reunida como cada año en Acapulco,Josefina Vázquez Mota había ganado en el aplausómetro: la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia tuvo que interrumpir su discurso en siete ocasiones por los aplausos, y al final de su intervención 700 personas la ovacionaron de pie. Ninguno de los otros tres candidatos presidenciales, que también comparecieron el pasado viernes a distintas horas ante los hombres de la banca, lograron tanta aprobación.
Nunca un golpe como este pudo ser tan oportuno. El mismo día de su triunfo ante los banqueros, Josefina, como se la conoce, se había desayunado con una encuesta del periódico Reforma sobre las preferencias en la ciudad de México, donde se juegan alrededor del 10% de los votos de la elección presidencial: en un mes perdió cinco puntos en el Distrito Federal. La pésima noticia fue que Andrés Manuel López Obrador, el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), ganaba en esa medición ocho puntos. El sondeo es un dato más en la percepción de que el candidato de la izquierda va al alza mientras que la candidatura de la derecha parece condenada al fracaso.

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Media campaña electoral le bastó a Josefina para mudar el adjetivo de histórica por el de incógnita. En marzo, al convertirse en la primera candidata en ser postulada a la presidencia mexicana por un partido con posibilidades de victoria, llegó a estar en una encuesta (GEA/ISA) a siete puntos del candidato puntero, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pero ahora, cuando faltan solo seis semanas para la elección del 1 de julio, sus posibilidades se esfuman después de elementales errores de logística, desafortunadas declaraciones, rumores perpetuos de crisis en su equipo de colaboradores, recelos de sus compañeros y, sobre todo, porque no ha mostrado una propuesta clara, un perfil definido: aunque se presenta como una candidata “diferente”, Vázquez Mota ha vacilado entre la continuidad y el rompimiento con la gestión de Felipe Calderón, que es visto como inoperante. Su Gobierno no solo no creó los empleos que prometió, sino que fue incapaz de lograr las reformas que urgen en el país; ni siquiera pudo convencer de que su estrategia anticrimen, que ha costado 55.000 muertos, es la correcta.
“Las cosas van más cerradas de lo que parece”, dice Roberto Gil Zuarth, el joven coordinador de la campaña de Vázquez Mota. Con “las cosas” Gil Zuarth se refiere al hecho de que en promedio las encuestas sitúan a su candidata a 18 puntos de Peña Nieto y empatada con López Obrador, a quien en febrero sacaba 8 puntos de ventaja. “La elección no está resuelta, porque no es cierto que los ciudadanos se hayan expresado ya. Hay muchos que no han decidido entre la opción de cuidar lo que se ha logrado en los gobiernos panistas o regresar a un pasado de mediocridad, corrupción, incertidumbre y miseria”, argumenta Gil.
“Nunca pensé que sería la ganadora, pero sí parecía que iba a ser mejor candidata. Los propios panistas esperaban más de ella, muchos están decepcionados. Ha resultado una candidatura floja, le falta empuje, tiene un tono muy poco espontáneo. Resultó una mala candidata”, dice el analista José Antonio Crespo.
Josefina Vázquez Mota ha caído al tercer lugar en las encuestas, 
por detrás de los candidatos del PRI y de la izquierda

Fuentes de la campaña de Vázquez Mota, que prefirieron no ser identificadas, explicaron a EL PAÍS que son tres los factores que han lastrado la marcha de la candidatura. El primero, la “dificultad para recaudar, porque hay una alineación de intereses que han podido posicionar el mensaje de que esto ya está resuelto a favor de Peña Nieto”; la división de los panistas: “el partido no le entregó nunca el poder a Josefina”, y el carácter de la candidata, más propenso a la conciliación que al enfrentamiento: “La frase que más le hemos oído es ‘no me quiero pelear’”.
¿Ya está perdida la elección? Rafael Giménez, vicecoordinador de la campaña, y quien fue parte de los equipos de los candidatos Vicente Fox y Felipe Calderón, cree que nada está escrito: “Hay una gran oportunidad de ganar, pero tampoco descartemos al otro candidato (López Obrador), que se ha mostrado absolutamente competitivo. Vamos a una elección de tercios”.
"Hombres y mujeres van a votar de forma diferenciada, y
Josefina va a ganar  entre las mujeres", dice un asesor.

Giménez desestima la percepción generalizada de que su candidata esté hundida. “Los medios siempre han ido detrás de la ciudadanía, viven un desfase. Lo que la opinión pública no registra aún es que se ha despertado un movimiento anti-PRI. Había dos grupos que no habían aparecido y ya han comenzado a manifestarse: los jóvenes y las mujeres. Esta elección es la primera en que los hombres y las mujeres van a votar de manera diferenciada, y Josefina va a ganar entre las mujeres. Y entre los hombres, López Obrador está subiendo. Todo a costa de Peña Nieto, a quien se le ha abierto ya una grieta”.
Para el analista Crespo, Josefina además paga cuentas del pasado: “Trae una carga muy pesada, las de dos gobiernos fallidos del PAN, con resultados bastante mediocres en lo general. Gobiernos de los que ella formó parte y de los que no se ha deslindado. Se ha convertido en la candidata de la continuidad en un país donde más de 70% de la población ha dicho que quiere un cambio”.
Esa ola anti-PAN podría traducirse en que el partido del presidente Felipe Calderón pierda Morelos, que gobierna hace dos sexenios, y el Estado de Jalisco, en su poder desde 1995. Fuentes panistas confirman que, cuando hace unas semanas, a Fernando Guzmán, candidato en Jalisco, le sugirieron que renunciara para buscar a alguien que sí tuviera la posibilidad de ganar en ese Estado, repuso que la que lo estaba hundiendo era "la señora", y que si a alguien habría que bajar de la carrera era a ella.
En varias ocasiones, Vázquez Mota ha defendido que su triunfo se lo darán los ciudadanos indecisos. Sin embargo, la especialista María de las Heras cree que quien se beneficiaría de la bolsa compuesta por antipriístas (uno de cada cinco votantes probables, según ella) e indecisos es López Obrador. La tesis de De las Heras se refuerza con lo que ha reportado recientemente Roy Campos, de Consulta Mitofsky: "Entre los ciudadanos independientes (aquellos que no tienen una identidad partidista) López Obrador ha crecido de 14 a 19 puntos en dos semanas y Vázquez Mota ha caído del 18% al 11%".
Cuando quedan menos de 40 días de campaña, Josefina necesitará muchos golpes de efecto como el del viernes pasado con los banqueros si no quiere ver desde el tercer sitio al ganador el primero de julio.

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domingo, 20 de mayo de 2012

La OTAN diseña el final en Afganistán


Washington teme una salida masiva de tropas que haga de la misión un fracaso.

Obama intenta que los aliados mantengan el compromiso económico con el país.


EL PAÍS/ANTONIO CAÑO Chicago 

La OTAN decide en Chicago la fase final de la guerra de Afganistán: la salida definitiva de las tropas, en la medida de lo posible, de forma ordenada. Estados Unidos y los responsables de la organización confían en que no habrá una precipitación de la retirada, aunque en 2013 se producirá una considerable reducción del número de soldados y las fuerzas extranjeras dejarán de participar en operaciones de combate en el plazo aproximado de un año.
La decisión del presidente François Hollande de poner fin a la implicación militar de Francia al término de este año, unido a la impopularidad creciente de la guerra en Afganistán entre la opinión pública de EE UU, donde se celebran elecciones presidenciales en noviembre, han provocado el temor a una auténtica estampida de tropas que convierta la misión en un fracaso descomunal.
La OTAN trata en esta cumbre de evitar ese riesgo y pactar una salida ordenada que debería concluir al final de 2014. Nadie pretende ya, desde luego, la reconstrucción o la victoria que se anunció en Afganistán cuando el conflicto comenzó, hace ya más de una década. Pero se intenta, al menos, salvar la cara y dejar ese país en unas condiciones de mínima estabilidad y seguridad.
“No se va a acelerar la retirada”, aseguró el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, al comienzo de dos días de reuniones en esta ciudad. “El mensaje que saldrá de esta cumbre es que estamos comprometidos con el futuro de Afganistán y que seguimos comprometidos de acuerdo al plan trazado, el mensaje que saldrá es el de que continuaremos con la transición tal como está ya decidido”, manifestó.
Rasmussen dijo que la organización comprendía la necesidad de Hollande de cumplir con su promesa electoral, pero confió en que Francia continúe formando parte de la campaña afgana “por otros medios”. Aceptó que el próximo año varios países podrían reducir su presencia militar, en la medida en que el Ejército afgano vaya asumiendo la principal responsabilidad. EE UU tiene previsto que sus tropas dejen de participar en acciones de combate en el verano de 2013.
Los líderes de la OTAN se reunirán con el presidente afgano, Hamid Karzai, que se encuentra en Chicago junto a representantes de 62 países, para certificar su compromiso y detallarle los planes de la transición. También, aunque esto no se ha dicho oficialmente, para presionarle a favor de mayores progresos políticos de su parte. La Administración norteamericana mantiene actualmente un diálogo directo con los talibanes en busca de un final negociado de la guerra, pero ningún acuerdo será posible si no se abren en el régimen afgano espacios suficientes para que todos se sientan representados.
Aunque Rasmussen dijo que la mitad de la población afgana vive ya en áreas bajo responsabilidad exclusiva del Ejército afgano, es dudoso que para esa fecha éste tenga capacidad suficiente como para contener con garantías los ataques de los talibanes. Las fuerzas armadas afganas cuentan ya con más de 200.000 hombres y la policía tiene alistados a 150.000, pero su rendimiento en combate es habitualmente bajo, y existen pruebas de múltiples infiltraciones entre sus filas de elementos rebeldes.
Ese no es, además, el único obstáculo para la pacificación de Afganistán. Otro de importancia es el de la colaboración de Pakistán, el territorio desde el que se supone que actúan los talibanes. Pakistán es decisivo por su influencia política en Afganistán y por su posición geográfica. Hace seis meses el Gobierno paquistaní cortó las rutas de suministro de la OTAN en Afganistán como represalia por la muerte de civiles paquistaníes en un bombardeo. Desde entonces, EE UU ha negociado con ese país un solución que todavía no llega. El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, se encuentra también en Chicago, pero no tiene previsto reunirse con Barack Obama, lo que es la demostración de que aún no está en condiciones de anunciar una reapertura de las vías de suministro.
El tercer obstáculo para la estabilización de Afganistán es el económico. Obama firmó a principio de este mes en Kabul un acuerdo con el presidente Karzai por el que la comunidad internacional se comprometía a mantener la asistencia financiera a Afganistán al menos durante una década después de la retirada definitiva. Pero, ¿quién va a poner el dinero?
Tras la entrevista que Obama sostuvo el sábado en Camp David con la canciller Angela Mekel, la Casa Blanca anunció que Alemania se ha comprometido a aportar 150 millones de euros. Pocos otros países de Europa podrán acompañar ese esfuerzo. Japón, que también ha prometido ayudar, organizará el próximo mes de julio una conferencia internacional de donantes.
Sin ayuda económica, la OTAN dejará un Afganistán tan miserable como el que encontró. Pero, incluso con ayuda económica no existen garantías de progreso si ésta no es administrada por un Gobierno eficiente y que cuente con respaldo popular. Es ahí donde Karzai entra en escena. Son varios los países de la OTAN que desconfían de Karzai, empezando por EE UU, pero sigue siendo su único caballo en esta carrera.

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