Majestuoso testimonio de un poder agostado
jueves, 4 de octubre de 2012
Romney toma la iniciativa en un debate centrado en la economía
El exgobernador estuvo a la ofensiva
durante los 90 minutos de debate mientras que Obama no fue capaz de tomar las
riendas de un debate que creyó ganado.
El primer debate
presidencial de las elecciones 2012 pertenecía a la órbita de la política
doméstica y se centró en su esencia en economía. A lo largo de 90 minutos, los
dos candidatos, el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney —a la ofensiva
durante la hora y media— se dedicaron, con mayor fortuna —Romney— o
menor —Obama—, a defender sus propuestas para reactivar la maltrecha economía
del país, con una cifra de paro del 8,1% a la espera de la que resulte del mes
de septiembre que se conocerá mañana viernes.
Obama fue
quien primero tuvo el turno de palabra —así lo decidió la suerte; Romney finalizaría
el debate, decidió una moneda lanzada al aire— y respondió a la pregunta del
moderador sobre en qué se diferenciaban sus planes para crear puestos de
trabajo. Pero antes quiso dirigirse a su esposa, Michelle, para agradecerle los
20 años de matrimonio que comparten y lo gran compañera de viaje que ha sido a
lo largo de todo este tiempo. Quizá fue ese de los pocos momentos en los que el
presidente estuvo acertado. Glosada Michelle, el presidente apostó por la
creación de empleo para mejorar el sistema educativo y “reducir los impuestos a
la clase media”. Y Obama empezó a entrar en barrena, con un candidato
republicano cada vez más crecido y al ataque. La figura del
moderador brilló por su ausencia.
Romney tomó el turno de
palabra para decir que no recortaría los impuestos a los ricos si ganaba las
elecciones y aprovechó para explicar los cinco puntos de su programa económico
y marcar diferencias con Obama. “América debe ser un buen lugar para crear empresas.
Estamos en un camino que no ha tenido éxito hasta ahora", dijo para
declarar a continuación que su intención como presidente era abrir nuevas vías
comerciales “sobre todo con Latinoamérica”. Lograr equilibrar el presupuesto y
sacar de la crisis a los pequeños empresarios fue otro de los anuncios de la
noche hechos por Romney.
El presidente tuvo su mejor —si no única— frase
de la noche al decir que quedaba “mucho trabajo por hacer” pero que no se
trataba tanto de hacia dónde se iba como “hacia dónde vamos”. “Nos va mejor a
todos cuando le va mejor a la clase media”, dijo el presidente en referencia a
su iniciativa de hace cuatro años de bajar los impuestos a ese sector de la
población.
"Estas son unas
elecciones importantes y estoy preocupado por América", le respondió
Romney. "No tengo duda de que si Obama sale reelegido seguiremos viendo el
mismo nivel de desempleo. Yo crearé 12 millones de puestos de trabajo y las
familias tendrán más ingresos. Con Obama verán que el coste sanitario es
superior. Yo lo reduciré".
Mientras que Obama se
refería a “la clase media”, Romney hablaba de “ingresos medios. En ningún
momento el presidente utilizó el ya
conocido como el vídeo del 47% para atacar a su oponente. La primera vez que el candidato
republicano hizo mención de ese segmento de la población fue para criticar al
presidente por haberles perjudicado las políticas de Obama más que a otros
ciudadanos. “Tenemos que reducir los impuestos tanto para las grandes empresas
como para las personas”, dijo el exgobernador de Massachusetts. Según Romney,
si en EE UU ha habido crecimiento en el sector privado ha sido “a pesar de las
políticas de Obama, no gracias a ellas”.
Fue entonces cuando
Romney acusó a Obama —que pareció acusar el golpe— de no haber hecho nada en
los últimos cuatro años. “Usted ha sido presidente”, le dijo retador Romney.
“Ya es demasiado tarde”, informó el obispo mormón a Obama sin entrar en
detalles sobre su estrategia para abordar el crecimiento desbocado de la deuda.
El aspirante republicano
calificó a continuación de “inmoral” el endeudamiento de EE UU mientras que
Obama se defendía —así estuvo toda la noche, a la zaga de un agresivo y seguro
de sí mismo Romney— criticando las ideas no expuestas de su rival para bajar
esa cifra. “No funcionará”, dijo Obama. “No funcionará sin gravar a las clases
medias”. Según el presidente, que a veces parecía más el profesor de Harvard
que el líder cautivador de los mítines, “las matemáticas y el sentido común”
dejaban claro que las tesis de
Romney no solo no
crearán empleo sino que forzarán “graves recortes en educación” y, de nuevo,
aumentar “las cargas” a la clase media.
Sin citar al anterior presidente
por su nombre, Obama dejó caer que la precaria situación de EE UU se debía a la
herencia funesta de “dos guerras” y “una grave crisis económica” no conocida
desde los años de la gran Depresión.
Romney aprovechó varias
ocasiones para recordar su época como gobernador de Massachusetts —que también
utilizó con suma ironía Obama para decir que el sistema de salud por él
aprobado funcionó en ese Estado, ya que el que instauró Romney es muy parecido
al conocido como Obamacare— y su trayectoria empresarial.
Cuando llegó el turno de
la reforma del sistema sanitario, Romney dijo lo que lleva diciendo durante
toda la campaña, que la revocará el primer día que se siente en la Casa Blanca. Ahí no
hubo ambigüedad. Para el candidato republicano, la ley de Obama es costosa y
calificó el coste sanitario de EE UU como “prohibitivo”. En este punto, el presidente
Obama defendió su ley y
dijo que había ampliado la cobertura médica universal y dado protección a todos
aquellos que hasta hace poco quedaban fuera del sistema.
Los 90 minutos parecieron
hacerse eternos para Obama, al que losmedios de comunicación daban
anoche como perdedor de
un debate que parecía tener en su haber. Aunque quien de verdad perdió fue Jim
Lehrer, el periodista de la cadena pública de televisión PBS que moderaba el
debate. Quizá Lehrer perdió los papeles cuando nada más comenzar el debate, un
crecido Romney, en un primer titular —el otro sería el que dio
sobre España—, comunicó al veterano periodista que de llegar a la Casa Blanca cancelaría
de inmediato la subvención de su cadena.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Turquía ataca objetivos en Siria tras la muerte de cinco civiles en su frontera
El incidente dispara la tensión entre
ambos países. Las víctimas turcas son una mujer y sus cuatro hijos.
La
OTAN se reúne de urgencia por la amenaza a un
Estado miembro.
La tensión entre Turquía
y Siria ha llegado este miércoles a su punto máximo en los últimos tiempos
después de que el Ejército de Ankara bombardeara territorio sirio como
represalia por la muerte de cinco civiles turcos por proyectiles disparados
desde Siria.
“Turquía ha respondido
inmediatamente al ataque de Siria con sus fuerzas armadas en la región
fronteriza. [...] La artillería turca ha golpeado objetivos sirios detectados
por radar”, ha confirmado el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en un
comunicado publicado por su oficina. “Turquía, dentro de las reglas de
enfrentamiento y las leyes internacionales, nunca dejará sin respuesta las
provocaciones del régimen sirio que atenten contra la seguridad nacional
turca”, añadió Erdogan.
Durante este miércoles,
el Ejército turco había empezado a desplegar más tanques, fuerzas especiales y
ambulancias en la región de Akcakale, según las televisiones locales, aunque
Turquía ya ha realizado movimientos similares en el pasado.
El primer ministro turco,
el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, y el jefe del Ejército, Necdet
Ozel, se han reunido en un gabinete de crisis para discutir la situación tras
la muerte de los civiles turcos.
Ankara también se
movilizó en el frente diplomático y convocó una
reunión urgente de la OTAN bajo el artículo 4 del Tratado de la Alianza,
que da derecho a los países miembros a llamar a consultas a los aliados cuando
sientan amenazada su independencia o seguridad.
Davutoglu habló con el
secretario general de la OTAN ,
Anders Fogh Rasmussen, con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban
Ki-moon, y con su enviado especial para Siria, Lakhdar Brahimi.
“El secretario general
(de las Naciones Unidas) ha expresado sus condolencias por la trágica pérdida
de vidas y ha animado al ministro (de Exteriores turco) a que mantenga abiertos
todos los canales de comunicación con las autoridades sirias con la vista
puesta en rebajar cualquier tensión que pudiera aumentar como resultado de este
incidente”, señaló por su parte la oficina de Ban Ki-moon en un comunicado.
La respuesta turca llegó
después de que tres proyectiles disparados desde suelo sirio cayeran en la
localidad de Akcakale, muy cercana a la frontera, acabando con la vida de cinco
civiles, entre ellos una mujer y tres de sus hijos, e hiriendo a al menos 13
personas. Ankara ha culpado desde el primer momento al régimen sirio del
lanzamiento de estos proyectiles, aunque por el momento no ha habido una
confirmación independiente sobre quién pudo dispararlos.
Se trata del primer
incidente de este tipo en que civiles turcos han resultado muertos desde que se
iniciaron las revueltas en Siria en marzo del año pasado. Este mismo municipio
ya había recibido impactos de obuses el pasado viernes, cuando sólo hubo daños materiales,
y a mediados de septiembre, cuando otras tres personas resultaron heridas.
Las declaraciones de
intenciones de Turquía fueron llegando durante el día por boca de varios de sus
altos cargos. El viceprimer ministro, Bulent Arinc, dijo que el incidente en
Akcakale era “la gota que colma el vaso”.
Las autoridades sirias
han expresado sus condolencias por la muerte de los cinco civiles turcos y han
pedido a todas las partes implicadas que actúen sabiamente y de forma racional,
según señaló en un comunicado Omran Zoabi, ministro sirio de Información..
Zoabi, que llamó
"mártires" a las víctimas turcas, aseguró que Siria respeta la
soberanía territorial de sus vecinos y también pidió a otros países a que
respeten la propia soberanía siria y a que controlen sus fronteras para evitar
que grupos armados puedan entrar en Siria.
El primer ministro turco
Erdogan y el líder sirio, Bachar el Asad, son antiguos aliados, pero Turquía
ha sido uno de los países más críticos con el régimen de El Asad desde el inicio de las revueltas en
marzo de 2011.
Ankara ha permitido a los
rebeldes organizarse en territorio sirio y ha presionado en círculos diplomáticos
para que se establezca una zona humanitaria protegida internacionalmente dentro
de Siria.
Más de 82.000
refugiados sirios han llegado a Turquía en los últimos meses, con un
coste para el Estado turco de más 300 millones de dólares hasta septiembre,
según cifras del Gobierno de Ankara. Además, los enfrentamientos cerca de la
frontera han afectado al comercio entre las ciudades sirias y turcas, que han
visto afectada su economía y un aumento en el desempleo.
Uno de los momentos más
tensos entre ambos
países se vivió el pasado junio, cuando dos cazas turcos que volaban en
reconocimiento fueron derribados por artillería siria y ambos pilotos murieron. Entonces,
Turquía también reforzó su presencia militar en la frontera y decidió cambiar
las reglas de enfrentamiento de
cara a agresiones posteriores.
Aun así, la situación
volvió a estabilizarse y Turquía ha respondido de forma muy cauta a otros
impactos de fuego de mortero en su territorio, que hasta hoy no habían causado
víctimas mortales.
América latina se contagió
ECONOMIA › LA CEPAL PRONOSTICO
QUE LA RECUPERACION
SERA MAS LENTA EN ARGENTINA.
En su informe económico, el organismo dependiente de la ONU estimó un crecimiento
menor al antes previsto para 2012, por la desaceleración en Argentina y Brasil.
La recuperación será más lenta en el primero, según prevé.
De acuerdo con las previsiones de la Cepal , la Argentina tendrá un
crecimiento del 2 por ciento este año y del 3,5 el próximo. Dicho pronóstico,
que resultaría inferior al promedio de América latina, fue justificado por
funcionarios de la entidad en virtud de “la desaceleración del primer semestre
de 2012, que se puede explicar por la reducción de las exportaciones y de la
inversión: hubo una contracción muy importante de la inversión en maquinaria,
equipo y construcción”, señaló Juan Alberto Fuentes, director de la División Económica
de la Cepal ,
frente a una consulta de la agencia DyN.
La proyección de la Cepal –Comisión Económica
para América Latina y el Caribe– para 2012 resulta inferior en 1,4 punto a las
previsiones oficiales, mencionadas por el viceministro Axel Kicillof ante el
Congreso al exponer sobre el Presupuesto 2013. Pero también el cálculo de la Cepal para 2013 es menor que
la previsión oficial, incorporada en dicho presupuesto, que alcanza al 4,4 por
ciento. En este caso, la diferencia es de 9 décimas.
Fuentes apuntó que “la
desaceleración es fuerte si se compara el segundo trimestre de 2012 con el
mismo período de 2011: el crecimiento del PBI fue nulo”. En cuanto a la baja
tasa de crecimiento que el organismo prevé para 2013 en Argentina, el director
de la División
Económica indicó que “hay cierta inercia que hay que tomar en
cuenta”.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva
de la Cepal ,
afirmó que “la mejora argentina en 2013 responde a tres factores: el
crecimiento de Brasil, que se recupera e impacta; una mejora en la producción
agrícola y una flexibilización de las restricciones a las importaciones”. La
funcionaria detalló que la mejora de la producción agrícola estará vinculada
“especialmente con la soja, que tuvo algunos descalabros este año por factores
climáticos”. En cuanto a su alusión a las restricciones a las importaciones,
Bárcena explicó que “han tenido impacto incluso en la propia economía
argentina, (aunque) creo que en 2013 habrá una mayor flexibilidad en estas
restricciones, y esto va a tener una mejor dinámica en la economía”.
Fuentes, sin embargo, relativizó el
impacto favorable sobre la economía argentina. “Si bien habría una recuperación
por el lado de las exportaciones, tanto en las ventas de soja como en los
envíos a Brasil, es probable que haya un mayor rezago en lo que se refiere a la
recuperación de la inversión en 2013” ,
señaló el director de la
Cepal. Ambos funcionarios, Bárcena y Fuentes, participaron en
una entrevista conjunta con la mencionada agencia de noticias por
videoconferencia, desde la sede de la
Cepal , en Santiago, Chile.
El pronóstico de la Cepal para el conjunto de la
región indica un crecimiento promedio para América latina del 3,2 por ciento
este año y 4 por ciento en el próximo. Entre los integrantes del Mercosur,
Venezuela sería el de mayor crecimiento, con un 5 por ciento este año y 3 en el
próximo. Tomando en cuenta toda la región, Panamá resultaría el país con
crecimiento más acelerado, dado que viene de tasas de crecimiento del PBI del
7,6 en 2010 y 10,6 en 2011, y en este año alcanzaría al 9,5 y el próximo, al 7
por ciento.
Pese a la desaceleración
generalizada de la región, la
Cepal admite que “el consumo privado fue el principal motor
del crecimiento, gracias a la favorable evolución de los mercados laborales y
la expansión del crédito”. Siendo, en cambio, el comercio exterior el principal
canal de contagio de “la debilidad de la economía mundial”.
El sueño ilustrado y el Estado-nación
La cultura del pacto
de la Transición
no debe tirarse por la borda. Pero es preciso renunciar a los victimismos, a la
retórica sobre los “expolios”, a las angustias sobre identidades eternas
amenazadas de extinción.
Como culminación del
proyecto ilustrado, hace poco más de dos siglos, Immanuel Kant especulaba sobre
la desaparición futura de los Estados soberanos, las guerras y las fronteras,
sustituido todo por una federación internacional de poderes que resolvería las
disputas hasta conseguir implantar una “paz perpetua”. La paz, que no era el
estado natural del hombre, sería la consecuencia del “progreso”, del imperio de
la “razón” en el espinoso terreno de las relaciones entre los grupos humanos.
En esa dirección nos
habíamos embarcado los europeos de la segunda mitad del siglo XX al intentar
construir una Unión que superase los Estados nacionales. Era el único proyecto
realmente utópico y apasionante de las últimas décadas. Su primer objetivo era
acabar con las guerras europeas, crónicas a lo largo de milenios, pero iba más
lejos: suponía menoscabar el principio de la soberanía nacional, limitar las
competencias de los Estados y convertir aquellos reductos blindados y opacos en
permeables a influencias exteriores. Al reducir los poderes del Estado-nación,
parecía lógico suponer que disminuiría el atractivo que representaba
convertirse en uno de ellos. Tras una larga sucesión de brutales intentos de
expansión de los Estados o de luchas por independizarse de un Estado opresor,
el futuro parecía anunciar una disminución suave y negociada de los poderes
estatales, cedidos a organizaciones supranacionales.
Ahora resulta que todo
esto no era más que un bello sueño. Ante la crisis económica, la Unión Europea , presa
de egoísmos nacionales, ha reaccionado con lentitud y torpeza. En todas partes
han ganado las elecciones populistas que han cultivado el odio contra el
vecino: los otros se aprovechan de nuestro trabajo, el euro ha generado
inflación y nos imposibilita salir de la crisis manipulando una moneda
propia... En los países mediterráneos, en lugar de intentar construir más
Europa, cediendo competencias —es decir, soberanía— a un Gobierno económico
europeo que nos ayudara a salir del atolladero, los gobernantes se enrocan en
su feudo, siguen enviando cifras maquilladas y retrasan en lo que pueden el
cumplimiento de reformas necesarias y prometidas a cambio de ayudas. Y en
Cataluña y el País Vasco vuelve a levantar el vuelo el independentismo.
El proyecto
independentista está ligado a los nacionalismos del siglo XIX. Las rivalidades
de aquella época llevaron a las dos guerras mundiales que causaron el declive
europeo del XX. Tras la
Gran Guerra , se ideó resolver las tensiones creando tantos
Estados como naciones se suponía que existían, con la esperanza de que muchos
espacios políticos culturalmente homogéneos garantizarían la convivencia en
paz. Surgieron así Estados como setas en el centro y este de Europa, pero con
ellos no terminaron los conflictos, sino que aparecieron otros nuevos:
desplazamientos de población, genocidios o tratamiento discriminatorio de las
minorías que siempre seguían quedando dentro de las nuevas fronteras...
Llegaron, en resumen, los fascismos y la
II Guerra Mundial. Tras esta, al fin, se impuso la sensatez
y emprendimos otro camino. Que es el que está ahora en crisis.
En lugar de insistir en el europeísmo,
resurgen las tentaciones de imponer el españolismo monolítico
En el caso español, las
circunstancias políticas actuales tienen muy poco que ver con las que vieron
nacer los nacionalismos catalán y vasco. En 1898, el país se caracterizaba por
el atraso económico, el analfabetismo, la falta de peso internacional, el
falseamiento del sistema democrático, las abismales desigualdades del mundo
agrario, la interferencia militar en la vida política y la eclesiástica en la
cultural, la localización del centro político en un poblacho manchego alejado
de los dos grandes polos industriales… Un siglo más tarde, afortunadamente, de
aquella lista de problemas queda poco. Pero sigue vivo el tema territorial. Las
élites políticas catalanas y vascas, apoyadas por una parte significativa de la
población, plantean demandas que apuntan a la constitución de un Estado-nación
propio, soberano y separado de España. Y las élites centrales carecen de la
cintura que tuvieron hace 35 años. En lugar de insistir en el europeísmo, le
asaltan las tentaciones de imponer por decreto el españolismo monolítico basado
en Don Pelayo, el Cid e Isabel la
Católica.
Es verdad que su
asociación con el franquismo desprestigió el españolismo y que el café
para todos de la Transición ofendió a
catalanes y vascos al compararlos con comunidades recién inventadas y sin
conciencia de la propia identidad. Lo que les hubiera satisfecho hubiera sido
una federación de cuatro grandes identidades: Cataluña, País Vasco, Galicia y
“Castilla”; algo bastante burdo, porque no hay homogeneidad en el espacio que
se extiende entre Cantabria y Canarias. Quizá una cifra intermedia entre cuatro
y 17 hubiera sido aceptable. ¿Es tarde para intentar replantear el Estado de
las autonomías?
Pocos beneficios puede
reportar al ciudadano de a pie la independencia política. Nada ganaría con
volver a tener que cruzar puestos fronterizos, con manejar varias monedas, con
llamar “extranjeros” a quienes hasta ahora han sido conciudadanos. Solo los más
cargados de conciencia identitaria obtendrían satisfacciones morales: ahora
somos más pequeños, pero somos el “nosotros” con el que soñé desde niño. A
cambio de eso, cuántos desgarramientos personales o familiares, cuántas
posibles querellas en torno a quién corresponde esta competencia o este dinero,
por no hablar de los choques violentos que, en la historia europea, han
acompañado casi siempre a los procesos de secesión. Estos últimos, prefiero ni
mentarlos; quiero creer que hemos superado esa fase. Los intelectuales parecen
liberados de las angustiasnoventayochistas sobre el “se rompe España”, raíz de
tantas locuras; y entre los militares parece haberse impuesto el acatamiento a
los pactos o las decisiones que se tomen por los dirigentes civiles.
Pero si al común de las
gentes un cambio de este tipo apenas les reportaría ventajas, y sí muchos
inconvenientes, les resultaría, en cambio, indiscutiblemente beneficioso a las
élites político-intelectuales. Pasar de autoridad local a jefe de Estado suscita,
y se comprende, mucho entusiasmo.
Pero es jugar con fuego.
La gente podría tomárselo en serio y lo que hoy es solo una pugna entre élites
políticas rivales por competencias y recursos podría convertirse en un
enfrentamiento étnico auténtico, con comunidades hostiles, separadas por
barrios, con hijos que no se casan entre sí y que se lían a golpes cuando se
encuentran en los bares. Algo que existe en el mundo balcánico, pero, por
fortuna, nunca visto en España. La culminación sería una fragmentación, también
a la balcánica, en pequeñas unidades soberanas, independientes, rivales entre
sí, con posibles represalias y depuraciones étnicas. Ese escenario no es
probable hoy día, pero tampoco imposible.
Cuánto mejor sería
intentar adecuar nuestros esquemas mentales y categorías legales a la
complejidad y fluidez de la vida social; aceptar que tenemos varias identidades
y que ninguna de ellas tiene por qué ser prioritaria sobre las otras. Con la
inmigración y el incremento de los lazos con la UE y con América Latina nos estábamos
acostumbrando ya a un cierto multiculturalismo en este país. También
aceptábamos la existencia de diversos niveles de poder. Sería cosa de pactar de
manera más clara y estable las competencias y recursos de cada uno hasta llegar
a un modelo federal español sui generis, asimétrico, e integrado, a su vez, en
un sistema federal europeo. Encaminaríamos así de nuevo al Estado nacional por
la senda que le conduciría a su disolución en una red de múltiples niveles de
poder.
Si una racionalización
global del sistema, en esta línea federal compleja, es imposible, mantengamos
al menos la situación actual, con algún nuevo acuerdo sobre el reparto de la
recaudación fiscal entre la
Generalitat y el Gobierno central. La cultura del pacto
generada en la Transición
no debe arrojarse por la borda. Pero hay que renunciar a los victimismos, a las
referencias a “expolios” por parte de los vecinos, a las angustias sobre
identidades sagradas y eternas hoy amenazadas de extinción. Es responsabilidad
de las élites políticas evitar el cultivo de estas emociones primarias. Si no
lo hacen, es responsabilidad nuestra, de los ciudadanos, no dejar que exciten
nuestras pasiones en favor de sus intereses.
José Álvarez Junco es catedrático de Historia en la Universidad Complutense
de Madrid.
martes, 2 de octubre de 2012
‘The New York Times’ opina que los recortes traerán más miseria a España
El
periódico afirma que la austeridad no impulsará la recuperación y provocará más
protestas.
"El
tiempo se acaba. Solo un profundo cambio en la política económica salvará al
euro", dice.
El periódico
estadounidense The New York Times advierte en un editorial
muy crítico publicado este martes de
que los ajustes presupuestarios aplicados por el Gobierno español no servirán
para reactivar la economía, sino que provocarán más pobreza y protestas.
"Imponer nuevos recortes a los asalariados y al poder de gasto no traerán
la recuperación; sino solo más miseria y agitación social", opina.
El editorial comienza
señalando a Alemania como país que ha marcado el camino de la austeridad a
ultranza: "La paciencia de la gente se está acabando a causa de las
políticas de austeridad exigidas por el Gobierno de Alemania y los dirigentes
de la Unión Europea ,
que obviamente no han conseguido su objetivo de reducir el lastre de la deuda y
allanar el camino hacia la recuperación". En cambio, "está claro que
estas medidas acelerarán la destrucción de empleo y dañarán la red de programas
de seguridad social cuando más se necesitan".
El diario reconoce que,
al no haber pedido aún el rescate total (solo el bancario), el Gobierno español
todavía tiene más margen que otros países, como Portugal y Grecia, en política
económica. "Pero Rajoy no es realmente libre. Sin la aprobación de Alemania
para crear la unión bancaria, España, también, podría verse obligada a pedir un
rescate".
"El tiempo se
acaba. Solo un profundo cambio en la política económica puede salvar el
euro", advierte el diario, que opina que los dirigentes europeos deben
reconocer que para que la zona euro vuelva a ser solvente requerirá
"nuevos esfuerzos para impulsar el crecimiento económico a través de
objetivos presupuestarios menos rígidos, y no una austeridad continua impuesta
a Gobiernos desesperados por Berlín y Bruselas".
El periódico recuerda
que los problemas de deuda en España no se deben al despilfarro gubernamental
durante los años del boom. Los problemas "proceden del
abrupto colapso de una temeraria burbuja inmobiliaria en el sector privado,
alimentada de forma artificial por el crédito barato", lo que entre otras
cosas ha obligado al país a rescatar a la banca con problemas.
También se muestra
crítico The New York Times con las duras exigencias de recortes
impuestas a las comunidades autónomas, que financian buena parte de la
educación y la sanidad. "Los Gobiernos regionales malgastaron miles de
millones en proyectos de obra pública durante los años de boom.
Pero ese dinero se ha perdido, y la sanidad y la educación no deberían verse
sometidas a grandes recortes en tiempos de crisis".
Respecto a las
peticiones que llegan de Europa y de algunos organismos internacionales para
que se reforme el sistema de pensiones, el diario se muestra también en contra.
"En una profunda recesión como esta, no es el mejor momento para hacer
frente a problemas de largo plazo como el coste de las pensiones y el
envejecimiento de la población", señala el rotativo, que advierte: "Dado
que los parados de larga duración están empezando a perder las prestaciones por
desempleo, la pensión se ha convertido en la principal fuente de financiación
de cientos de miles de familias".
Argentina se agita
EDITORIAL
El parón económico
acentúa el descontento con las políticas de la presidenta Fernández.
Con una oposición menos
fragmentaria y enfrentada que la argentina, los tiempos serían mucho más
difíciles para Cristina Fernández, muy lejos ya de la aprobación mayoritaria de
sus compatriotas que reflejaban las encuestas de hace un año. Además de en los
sondeos, los argentinos han comenzado a expresar en la calle su protesta contra
unas políticas y su manera de ejecutarlas por parte de una presidenta
progresivamente encerrada en una torre de marfil, apoyada en una joven
camarilla en torno a su hijo Máximo y hostil tanto hacia cualquier discrepancia
política como a todo periodismo que no sea servilmente laudatorio.
El parón en una
sostenida bonanza económica, que durante los últimos años ha permitido a
Argentina crecer más del 7% al aire de sus exportaciones agrícolas, no es el
único argumento del malestar social, aunque sea importante en un país que
necesita desesperadamente divisas para atender milmillonarios vencimientos de
deuda. Los argentinos que han sacado sus cacerolas a la calle —una heterogénea
clase media muy distante de la “élite antipatriótica” que pretende la propaganda
oficial— lo han hecho no solo por el coste de la vida o los asfixiantes
controles monetarios; también por la inseguridad urbana, la inoperancia de sus
servicios públicos, el creciente sectarismo del poder (la utilización sin pudor
de los mecanismos del Estado para perseguir a la oposición, ejemplarizada en el
grupo mediático Clarín), o la mentira —sobre todo económica, pero no solo—
elevada a arma de gobierno. Es imposible hacer creer a todo un país que la
inflación anual es del 10% cuando la cuenta del supermercado apunta
implacablemente hacia el 25%.
Mucho tendrá que cambiar
Fernández hasta las legislativas de 2013 si aspira al refrendo de sus
conciudadanos. Entre otras cosas porque la oposición a la reforma de la Constitución , que le
permitiría en 2015 un tercer mandato, es uno de los claros mensajes de las
protestas. La presidenta argentina no ha sacado a relucir públicamente esta
posibilidad, para la que necesitaría una improbable mayoría de dos tercios en
ambas cámaras, pero sí sus aliados políticos. Una posibilidad que abonan su
gusto por el poder y su indulgencia manifiesta hacia otros líderes populistas
regionales que se han atribuido la condición de redentores de sus pueblos y se
apuntan a la reelección indefinida, se trate de Hugo Chávez, Rafael Correa o
Evo Morales.
lunes, 1 de octubre de 2012
La oposición a Chávez toma Caracas
Henrique Capriles reúne a
cientos de miles de venezolanos en el cierre de su campaña en la capital.
Caracas ha vivido este
domingo una fiesta democrática como nunca antes. Cientos de miles de personas
de todas las clases sociales y de todas las edades se han echado a las calles
en apoyo del líder de la oposición Henrique Capriles, que cerraba campaña en la
capital venezolana. Una marea humana se derramó por el centro de la ciudad con
un fuerte contenido simbólico: Capriles le ha robado el espacio público a Hugo Chávez,
el teniente coronel o comandante como le gusta que le llamen ahora, que ha
gobernado este país desde hace 14 años y aspira, el próximo domingo 7 de
octubre, a ser reelegido en el poder por otros seis años.
El candidato de la
oposición, el flaco, como es conocido, comenzó su discurso con estas palabras:
“Hoy Caracas está vestida de futuro, de progreso”. Prometió que el próximo
domingo Venezuela “va a derrotar la violencia” y acabar con la división y la
confrontación entre compatriotas. “La época del odio quedará enterrada partir
del próximo 7 de octubre”, aseguró. Capriles destacó que el chavismo había
priorizado las fantasías ideológicas de la revolución bolivariana sobre los
problemas de la gente —“la ideología es superar la pobreza, tener empleo y
acabar con la violencia, eso es lo progresista”— y llamó a los venezolanos a
“votarse a sí mismos”, para que el país pueda salir adelante.
Cientos de miles de
personas con banderas amarillas y naranjas y gorras de béisbol con la bandera
nacional, que ha popularizado Capriles en esta campaña, marcharon en la mañana
del lunes por las principales avenidas caraqueñas con una esperanza: "Hay
un camino", como dice el eslogan de la oposición, pero también con el
temor que resumía un cartelón con la caricatura de Chávez: “¿Te imaginas otros
seis años más?". Pero la actitud de la gente no era de revancha sino de
quien tiene la convicción de que hay otra forma de gobernar el país con
eficacia y, sobre todo, sin arbitrariedades, sin autoritarismo, sin payasadas.
La marcha lenta y
multitudinaria, partía a las nueve de la mañana (tres y media de la tarde en
España) desde cinco extremos de Caracas, hasta converger en la Avenida Bolívar :
la más emblemática de la ciudad, la que todo político que aspire con hacerse
del Gobierno en Venezuela sueña con colmar de punta a punta. Capriles lo ha
logrado. Durante los últimos diez años, este fue un territorio exclusivo de las
fuerzas del chavismo, el patio de sus mítines y sus verbenas, donde la
oposición tenía expresamente prohibido reunirse. Así fue hasta el pasado 10 de
junio, ese día, cuando cientos de miles de personas acompañaron a Capriles a
inscribir oficialmente su candidatura en la sede del Consejo Nacional
Electoral, se acabó la veda. Pero la multitud de entonces no se podía comparar
con la de este domingo.
José, un hombre de
mediana edad, no se lo podía creer. “Nunca, nunca, había visto esta avalancha
de gente. Esta vez esto va en serio”, decía mientras destacaba la cantidad de
jóvenes, y sobre todo de mujeres, que con camisetas en las que se podía leer
“yo soy progresista” o “vota progresista” se habían echado a las calles en la
soleada mañana de Caracas.
Marisol, comerciante, de
33 años, que vive en una barriada chavista, dijo que estaba allí por la “inseguridad” que sufre la capital, con una
de las tasas de homicidios más altas del mundo. Kinlin, ingeniero de sistemas,
de 42 años, confesó que no había votado nunca desde que Chávez se hizo con el
poder pero que ahora sí lo iba a hacer “por el desastre económico y la
necesidad de un cambio”. María, de 62 años, citaba también la delincuencia y el
desempleo como argumentos para votar por Capriles, como Efraín, albañil de 50
años o Gerardo, de 24, universitario en paro, cuya familia siempre ha votado
por Chávez, pero que esta vez ha dicho basta.
Capriles se ha
convertido en el protagonista absoluto de la campaña y ha sabido conectar con los deseos de
cambio de buena parte de la sociedad venezolana. Lo ha logrado con mensajes
sencillos, directos, con la oferta de conservar lo bueno del chavismo, reparar
lo roto y echar a andar hacia el futuro; de devolver la eficiencia a los
servicios públicos de agua y electricidad, que hace diez años funcionaban y ya
no; de mantener los programas sociales en beneficio de los más pobres, que han
sido bandera del actual Gobierno; y de ampliar los horizontes de la economía
nacional y romper el esquema del petroestado, que nada produce y todo lo
importa.
Después de más de una
década de torpezas y errores, la oposición al chavismo ha conseguido unirse y
construir una alternativa de Gobierno que aunque perdiera las elecciones del
próximo día 7 está aquí para quedarse. La confianza que expresaban los rostros
de los manifestantes, la sensación física de que esta vez es su turno —como
dice una frase del himno electoral “algo bueno está pasando”—, su espontaneidad
contrastan con la cada vez más vacía retórica oficial por muchas que sean las habilidades
para manejar el espectáculo político por parte de Hugo Chávez.
La campaña había
transcurrido sin tropiezos hasta el sábado, cuandotres militantes de la oposición fueron asesinados —el tercero ha muerto este domingo en
el hospital— por supuestos seguidores del chavismo. El ministro del Interior, Tareck el Aissami, ha
asegurado este domingo ensu cuenta de la red social Twitter que "el autor
material del homicidio"durante una caravana de cierre de campaña
que se realizaba en Barinas, el Estado natal del presidente, ha sido detenido. Para las víctimas, Capriles pidió
justicia. El candidato seguirá dándole la vuelta por tercera a vez a Venezuela,
luego de haber visitado más de 250 pueblos, hasta en los rincones más apartados
del país.
Este domingo, entre la
multitud que lo esperaba, la señora Carmen, un ama de casa robusta de 71 años,
que se jacta de haberlo visto todo en su país, era la única del entorno que
sostenía un cartel oficial de la campaña de Hugo Chávez con el eslogan:
“Chávez, corazón de mi patria”. En la foto, tomada en 2006, año de su tercera
reelección, se ve al presidente sonriente. Sobre el cartel, con un marcador de
tinta, Carmen ha escrito: “Si este es el corazón de la patria, necesita un
trasplante ya”.
domingo, 30 de septiembre de 2012
Noticias íntimas del Che
Los talentos / Hoy, Lucía Álvarez de Toledo,
biógrafa de Ernesto Guevara
Lucía
nunca tiene sueños premonitorios. Y por lo tanto, tampoco soñó aquella noche
fatal de octubre de 1967 con el ignoto sargento Terán, que acababa de rociar de
plomo a un antiguo vecino de Barrio Norte. La noticia daba vuelta al mundo y
ocupaba los titulares de Il
Messaggero . Lucía dormía en
un hotel de Roma, y un periodista de esa redacción la despertó para preguntarle
si ya había leído el diario: acababan de matar a Ernesto Guevara en una pequeña aldea de Bolivia . Lucía hizo un silencio y pensó:
"Menos mal". Fue una frase que en cierto modo la avergonzó, puesto
que la ejecución del Che era para ella la noticia más triste. Pero había algo
peor que la muerte, y era la decepción. Que fuera torturado, quebrado y
transformado por sus enemigos; bajado a golpes del pedestal donde ella lo
tenía.
Lucía
Álvarez de Toledo era también una burguesa ilustrada de Barrio Norte, bien
alimentada y amiga de amigos y parientes de los Serna, los Llosa y los Guevara
Lynch: "Nos conocíamos todos, éramos de la misma clase social".
Durante un tiempo ambos coincidieron en la calle Arenales, a nueve cuadras de
distancia. Luego la familia del Che se mudó a Aráoz y Mansilla. Lucía lo había
visto a Ernesto jugar al rugby en San Isidro, y mucho más tarde había seguido,
embelesada como tantas ("todas estábamos enamoradas del Che"), las
aventuras de aquel comandante que había revolucionado Cuba y de aquel
guerrillero icónico que era probablemente el hombre más famoso de América
latina. Aunque ella no adscribió al guevarismo en su concepto esencial (la
lucha armada marxista), sí abrazó una suerte de filosofía guevarista, que
consiste en admirar al hombre acomodado que lo deja todo para luchar por los
pobres, que lleva sus convicciones sin desmayos y que se encuentra con su
destino sacrificial. Ese temple y no la ideología es, en verdad, lo que
millones de personas de distinto pensamiento político admiran del Che en todo
el mundo. "Yo soy budista, imaginate, detesto la violencia, pero me
cautivó su integridad, el hecho de ser fiel a sí mismo y no traicionarse",
me cuenta. El día en que le comunicaron su muerte, Lucía decidió cambiar su
vida. "No agarré el fusil, pero sí la pluma -bromea-. Me comprometí a
hacer algo. Me obsesioné con estudiar su historia, seguir sus pasos, hablar con
sus compañeros de lucha. Fue una larga búsqueda; tal vez de mí misma."
Lucía lo había visto a Ernesto jugar al rugby en
San Isidro, y mucho más tarde había seguido, embelesada como tantas
("todas estábamos enamoradas del Che"), las aventuras de aquel
comandante que había revolucionado Cuba y de aquel guerrillero icónico que era
probablemente el hombre más famoso de América latina
El resultado de tanto empeño es una biografía llamada La historia del Che Guevara , que Lucía publicó primero en
inglés. Hace cuarenta años que esta argentina bilingüe vive en Londres, traduce
para la BBC y es
la intérprete oficial de Wimbledon, donde asiste a las grandes estrellas del tenis.
Su libro está por aparecer en Canadá, China, Vietnam y, de manera inminente, en
la Argentina. Al
revés de otras biografías de Guevara, ésta cuenta con la mirada femenina y, por
lo tanto, explora la intimidad sensible del hombre real y no se entrega a la
mera leyenda que han construido a base de bronce sus mistificadores.
"Cuando yo leía las otras biografías que se publicaron sentía que ese
hombre no era el verdadero Che Guevara y tampoco podía reconocer esa Argentina
que lo formó y en la que yo me crié", confiesa. Hija de un alto ejecutivo
de empresas multinacionales y alumna del Northlands de Olivos, Lucía trabajó un
tiempo en Radio Municipal, que funcionaba en el sótano del Teatro Colón, y
luego se lanzó al mundo. Viajó con una beca a la India y quedó
voluntariamente varada en Europa. Después se radicó en Londres, se recibió de
traductora profesional y se vinculó a la producción cinematográfica. Tradujo
muchos guiones, y también El
diario del Che en Bolivia y,
en un solo volumen, los dos libros del padre del héroe de Sierra Maestra.
Títulos, revistas, fotos, grabaciones, documentos, papeles, testimonios,
anécdotas, detalles: Álvarez de Toledo coleccionó a lo largo de las décadas
todo lo que llevara el sello del señor Guevara sin tener conciencia cabal de
para qué lo hacía. En un momento dado, intentó incluso realizar un documental
con Pepe González Aguilar, amigo de la infancia del Che, pero el proyecto
finalmente quedó en la nada. "No pasa un solo día sin que yo salga a la
calle y encuentre su cara o su nombre en un cartel o en una revista, o lo vea
en una remera o en una pared ¬señala-. En Katmandú hay sólo dos ídolos
estampados en las camisetas: el Che y Bob Marley. A veces, en alguna parte del
planeta paro a un chico y le pregunto si sabe quién es ese barbudo. Recibo
distintas respuestas. Desde que es una estrella de rock hasta que es un hombre
malvado que asesinó a mucha gente. Para casi todos no es argentino, es
cubano."
En su
larga búsqueda solitaria, la dama viajó muchas veces a Cuba, Bolivia, Uruguay,
Rusia, Tanzania. Entrevistó a amigos y enemigos, a camaradas y a familiares. Y
hace muy poco, apenas dos años atrás, al fin una editorial inglesa se interesó
por su investigación y la convenció de escribir la biografía. Treinta años de
pesquisa apasionada cobraron de repente un sentido profundo.
Hablamos
de la famosa foto donde Guevara lee LA NACION en una cumbre diplomática celebrada en
Punta del Este. Era agosto de 1961, pocos días antes de su encuentro con Arturo
Frondizi. "Los diversos embajadores argentinos de aquella época que
viajaban para asistir a asambleas de organismos internacionales me contaron que
siempre tenían que llevarle al Che un ejemplar de este diario -me dice Lucía-. El
Che iba en representación de Cuba, pero les pedía LA NACION para luego comentar
con ellos la realidad argentina, que nunca dejó de interesarle."
Las 450
páginas de su obra narran de manera limpia y lujosa los hechos históricos y sus
entretelas. La infancia y juventud en la primera patria del Che le sirve a
Álvarez de Toledo como una suerte de laboratorio para analizar cómo se
generaron las extraordinarias características de su personalidad. Allí escribe
sobre la lección del asma: "Mirar a la muerte cara a cara cada vez que se
ahogaba y no podía respirar le hizo ver la vida de otra manera. A una edad en
la que casi todos los niños sueñan con volverse intrépidos exploradores y
temibles piratas, Ernestito se familiarizaba con su condición de criatura
mortal".
Luego recuerda que el Che fue llamado en 1947 a presentarse para el examen médico
del servicio militar, y que se dio una ducha fría sabiendo que le causaría un fuerte
ataque de asma. Se presentó en ese estado a revisión y fue declarado
físicamente no apto y eximido. "Por una vez -dijo- estos pulmones de
mierda han hecho algo útil por mí."
El guerrillero era extremadamente seductor, era la
seducción misma, pero sin conciencia de ello. Se narra su amor por Aleida March
Torres, su segunda y joven mujer: alguien difícil, "terriblemente celosa"
Se ocupa la autora de sus padres, a quienes define como
iconoclastas, con valores éticos y estéticos contrarios a su clase social, y
con un hogar donde se daba cobijo a los pobrísimos republicanos que escapaban
de la Guerra Civil
Española. "Los Guevara ponían la comida y nosotros las bocas",
confiesan los beneficiarios.
También
alude a la prehistoria familiar, cuando vivían en Córdoba y llegaba la hora del
té. Ernestito entraba en la casa con el batallón de amigos de la calle con
quienes jugaba al fútbol, y había leche para todos. El Che quedó profundamente
impresionado al descubrir, una tarde, que algunos de aquellos amigos vendían
alfajores en los trenes.
Desde su
admiración por los peones y los pueblos originarios hasta su sentido del honor,
todo parece inscripto en esos primeros años, en esa vieja Argentina que Lucía
también conoció. Luego Guevara vendría a la Capital y a las canchas de San Isidro, y más
tarde a la Facultad
de Medicina. "Los estudiantes se proveían de cadáveres en el manicomio -me
comenta Lucía-, donde era fácil conseguirlos porque muchos de los enfermos que
morían habían sido abandonados. Los estudiantes podían comprar un cadáver
entero y trabajar con él durante varias semanas en la morgue. Una vez Ernesto
se llevó una pierna para estudiarla. Envolvió la pierna en unos diarios y tomó
el subte. A medida que el envoltorio se iba deshaciendo quedaban a la vista los
dedos del pie. Los pasajeros no sabían qué pensar y lo miraban raro. Ernesto se
divirtió mucho con el impacto causado y llegó a casa riéndose a
carcajadas."
El
guerrillero era extremadamente seductor, era la seducción misma, pero sin
conciencia de ello. Se narra su amor por Aleida March Torres, su segunda y
joven mujer: alguien difícil, "terriblemente celosa". Y también las
instancias de sus otras parejas. Guevara amó a esas mujeres tanto como un
hombre enamorado de la revolución podía hacerlo. Escondido en Tanzania, después
de la tremenda derrota del Congo, el Che pasó unos días con Aleida. No describe
Lucía la pasión sexual que había entre ellos, pero muestra la sensualidad de
ese guerrero que enseñaba amorosamente francés a su guajira.
"Este tipo salió de mi barrio", pensó la
inminente biógrafa, sintiendo la fuerza irreal del momento
Guevara se mostraba como un líder implacable. Capaz de
caer de sorpresa en las fábricas cubanas y pedir el registro para ver el grado
de ausentismo. "Les pido que no usen las horas de trabajo revolucionario
para ausentarse de la fábrica -les ordenaba-. Tienen que hacer las dos cosas,
si no este país no saldrá adelante."
Esa
severidad revolucionaria se verificó en la relación con sus padres. Hay una
carta que es de algún modo una despedida: "Los he querido mucho, sólo que
no he sabido expresar mi cariño, soy extremadamente rígido en mis acciones y
creo que a veces no me entendieron". Revela Lucía que cuando su madre, que
ocultaba un cáncer, le escribió con la intención de anticiparle una visita a
Cuba, el Che la frenó en seco: estaba a punto de partir al África en plan
revolucionario. "No le dijo que se estaba muriendo. Y él no intuyó lo que
estaba sucediendo porque ella era demasiado fuerte para permitir que se notara.
Pero en todo caso, un hombre suficientemente motivado para abandonar un hogar
feliz, una esposa que lo amaba y sus pequeñas hijas, un país en el que era un
héroe nacional, y donde tenía amigos y era influyente, para volver a ser un
soldado, probablemente no hubiera cambiado sus planes aun si hubiera sabido lo
enferma que estaba su madre."
En 1990
Lucía Álvarez de Toledo estaba en Jujuy. Formaba parte del equipo de la
coproducción de una película hecha con fondos argentinos y británicos. Al
finalizar el rodaje, cobró cinco mil dólares en efectivo y cruzó la frontera
con los billetes escondidos en un cinturón bucanero. Era Corpus Christi y 14 de
junio, día del nacimiento de Ernesto. Esperando al cónsul, sin atreverse a
decir que su propósito consistía en seguir la ruta de los guerrilleros por la
selva boliviana, se topó con unos guevaristas que trabajaban en una
veterinaria. Ellos avisaron a la central obrera de Bolivia para que le dieran
una mano. Después el cónsul le presentó a un chofer veterano que no hacía
preguntas. Lucía hizo esa travesía con los ojos del Che. El horno, el área del
campamento, la casa, los parajes. " En
la noche de luna, lo vemos a Ernesto montado en su mula. " Llegó finalmente a
Vallegrande, la pequeña ciudad colonial adonde trasladaron el mítico cadáver:
allí de regreso conocería al fotógrafo que tomó aquella imagen póstuma del Che
y que fue publicada y republicada por todos los periódicos del mundo durante
décadas. Jamás había cobrado regalías por ese servicio; seguía viviendo de una
manera extremadamente humilde.
Lucía
durmió en una pensión precaria de Vallegrande. Y por la mañana compró un kilo
de mandarinas y se subió a un camión de obreros. En Pucara le ofrecieron una
sopa caliente y calórica; los obreros bajaron y una mujer con parientes en La Higuera se coló en el
camión. Llegar hasta esa aldea que figura en los libros de historia era, hasta
hacía muy poco, sólo posible a lomo de burro. Ahora había un camino estrecho y
mísero. La mujer conocía a toda la comunidad y logró que por fin le abrieran la
escuelita: dos habitaciones chicas y un banco de madera, y en la pared, contra
la que se apoyó el más famoso guerrillero de todos los tiempos para que el
ignoto sargento Terán lo fusilara, había un cartel: Aquí se queda la clara, la
entrañable transparencia, de tu querida presencia, comandante Che Guevara .
"Este tipo salió de mi
barrio", pensó la inminente biógrafa, sintiendo la fuerza irreal del
momento. Entonces Lucía, que jamás sueña ni llora, le regaló las mandarinas a
unos chicos y se sentó en un banco a llorar..
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