Majestuoso testimonio de un poder agostado
sábado, 30 de julio de 2011
jueves, 28 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
Los republicanos imponen a Obama sus condiciones en la negociación
Crisis de la deuda en EE UU
Los demócratas retiran la subida de impuestos a los ricos en aras de un acuerdo
ANTONIO CAÑO - Washington –
Aunque ayer no surgió ningún signo de acercamiento y cada partido lucha por no aparecer derrotado en esta batalla, el Partido Republicano ha conseguido imponer sus principales condiciones en la negociación para evitar un impago de Estados Unidos y cualquier acuerdo al que pueda llegarse en los próximos días se perfila en torno a las exigencias que los más conservadores en la Cámara de Representantes han planteado desde el primer momento.
La oposición no permitirá más endeudamiento sin reducción del déficit
De cara a la reelección, la crisis perjudica sobre todo al presidente
Barack Obama hizo en la noche del lunes, en un mensaje televisado a la nación, un último llamamiento a favor de "una solución equilibrada" que permita la reducción del déficit mediante el esfuerzo combinado de los más pobres, a los que se les recortarían beneficios sociales, y de los más ricos, a los que se subirían los impuestos por encima de los 250.000 dólares de ingresos anuales.
Pero cuando el presidente se dirigía al público, ninguna de las fórmulas que se estaba negociando en el Congreso incluía ya el aumento de impuestos. Esa parece ya una posibilidad descartada por los propios demócratas, cuyo cálculo a estas alturas consiste ya tan solo en decidir cuánto más van a ceder a las condiciones de los republicanos.
La mera vinculación de la elevación del techo de deuda del Gobierno con la reducción del déficit constituye un éxito de los republicanos. Ese trámite se había hecho durante años de forma rutinaria. Como recordó Obama, con Ronald Regan 17 veces, con Bill Clinton, cinco, y así con todos los presidentes hasta George Bush. Ahora, tras la victoria conservadora en las elecciones parlamentarias de 2009, los republicanos, alentados por el espíritu del Tea Party, decidieron que eso se había acabado, que no le permitirían al Gobierno endeudarse más si no recortaba el gasto drásticamente. Se trata de una deuda destinada a pagar gastos ya hechos y autorizados por el Congreso, pero no importa: los republicanos vieron esto como una gran oportunidad de imponer su política y así ha sido.
Obama accedió pronto a negociar la reducción del déficit y tendrá que acceder ahora a hacerlo sin aumentos de impuestos si no quiere hacer frente a partir del 2 de agosto a un desastre económico que, sea quien sea el culpable, dañaría su presidencia y perjudicaría gravemente sus opciones de reelección.
No es seguro, sin embargo, que la renuncia al aumento de impuestos sea una garantía de que se evitará la suspensión de pagos. Los republicanos son conscientes de la poderosa arma que tienen en sus manos y es imposible saber hasta dónde están dispuestos a presionar para sacar adelante su proyecto.
En este momento hay dos opciones sobre la mesa: la que los republicanos promueven en la Cámara de Representantes y la que los demócratas pretenden sacar en el Senado. La primera recorta gastos por alrededor de un billón de dólares y le da al presidente dinero para sobrevivir hasta final de año. Eso solo retrasaría la angustia actual hasta enero y prolongaría el daño que la imagen de EE UU está sufriendo ya. La segunda opción reduce gastos por 2,7 billones de dólares, sin tocar los impuestos, y le da a la Administración liquidez para llegar hasta las elecciones de 2012.
Tampoco esta última, pese a que esencialmente responde a la política conservadora, satisface a los republicanos, que piensan que pueden hacerle a Obama más daño aún. A la propuesta de los demócratas en el Senado, los republicanos le quieren añadir ahora la aprobación de una enmienda constitucional para prohibir por ley cualquier presupuesto con déficit. Es una medida demagógica y poco viable, pero suena muy bien a los oídos de los ciudadanos.
En el fondo, los republicanos han descubierto que esta batalla, aunque les perjudique a ellos, daña mucho más al presidente, quien en última instancia es el máximo responsable de dirigir la nación. Por tanto, están tentados de prolongarla hasta el mismo día de las próximas elecciones. Obama tiene buenos argumentos que presentar a los ciudadanos, el del esfuerzo compartido y el de que los ricos paguen su parte en la lucha contra el déficit. Pero los republicanos tienen un argumento aún mejor, el de cortar el grifo del dinero a un Gobierno que ya debe 14,3 billones de dólares.
martes, 26 de julio de 2011
El Nobel de Economía Stiglitz participa por sorpresa en el Foro del 15-M
Entre 200 y 300 indignados están llevando a cabo hoy una especie de congreso en el Parque del Retiro
Decenas de indignados pasan la noche en el paseo de Recoletos y en Sol tras concentrarse anoche frente al Congreso
La nueva acampada se levanta mañana y ofrecen dos opciones a los que quieran quedarse: la acampada itinerante o casas ocupadas
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz participó este lunes en el I Foro Social del 15-M celebrado en el Parque del Retiro. Unos alumnos de un curso de Política Económica que se celebró en San Lorenzo de El Escorial y simpatizantes del movimiento invitaron a Stiglitz para que intervenga en el encuentro. El premio Nobel pronunció un discurso de 12 minutos, compartidos con su traductor, durante la comisión de Economía del 15-M y después se marchó. No sin antes defender una regulación de los mercados y reconocer que le gusta la "energía" que ve en el Movimiento 15-M: "La crisis económica ha mostrado los problemas actuales del capitalismo con unos mercados sin regular. La experiencia de las tres últimas décadas demuestra que hay una necesidad de que los gobiernos jueguen un importante papel en regular los mercados". El perfil de Twitter @Acampadasol ha confirmado con un mensaje la presencia del Nobel de Economía de 2010: "Joseph Stiglitz, Nobel de Economía, está en Madrid y va a venir al #foro15M. En un rato junto al Palacio de Cristal”. El economista estadounidense se ha despidió reclamando un cambio en el discurso económico y reconociendo la lucha que están llevando a cabo los indignados: "Como alguien ajeno al movimiento veo aquí una energía reconfortante, espero que la uséis de forma constructiva. No se pueden remplazar las malas ideas por la ausencia de ideas sino que hay que cambiarlas por buenas ideas. Lograr que se integren en el debate público requiere organización y liderazgo. Va a ser una lucha difícil porque esas malas ideas están asentadas en el discurso económico dominante pero ahora tenemos una gran oportunidad para unir la ciencia económica con el compromiso y la justicia social y lograr así una nueva economía. Os deseo la mejor suerte". El Movimiento 15-M celebró durante todo el lunes una especie de Congreso en Madrid después de un fin de semana en el que el espíritu del 15-M ha vuelto con fuerza a la capital, con la llegada de la marcha indignada el viernes tras 34 días de camino desde distintos puntos de España, la bienvenida en Sol en una multitudinaria asamblea sábado y la manifestación del domingo que reunió a más de 35.000 personas.. Lo han llamado I Foro Social 15-M y se celebró, con pancartas con lemas como Ilusionado de estar aquí, junto al Palacio de Cristal del parque del Retiro desde las diez de la mañana a las nueve y media de la noche, con un descanso para comer entre las dos y media y las cinco de la tarde. A primera hora, los indignados, decenas de los cuales pasaron la noche en el paseo de Recoletos y en Sol, se desperezaban en sus tiendas y se preparaban para un día de intenso debate, en el que se trataron asuntos relacionados con política internacional, medio ambiente, educación, feminismo, democracia participativa, economía, cultura, sanidad, temas sociales.... En esta ágora al aire libre participaron entre 200 y 300 personas, la mayoría llegadas de marchas indignadas de Burgos, Mallorca, Galicia... Charlaron organizados en amplios corros, aunque querían hacer grupos de trabajo más pequeños. Recogieron dudas y propuestas y trataron de dar muchos turnos de palabra para que todo el mundo participase. Además de aportar soluciones en los diferentes ámbitos, también contaron qué problemas tienen en sus asambleas locales y se buscaron mecanismos para mejorar la conexión entre las diferentes asambleas del movimiento y para centralizarlo. "En Burgos no hay comisión de medio ambiente porque somos pocos", comentó un miembro del movimiento. Los corrillos más populares, que congregaron a más personas, fueron medio ambiente global y democracia participativa o a largo plazo y reforma del estado. "Como dice Marx", comenzó a decir un participante, que fue interrumpido por una chica, que le ha espetó: "Si vengo de Galicia es para escuchar vuestras teorías, no las de Kant ni las de Marx". A su lado, un hombre dijo que las asambleas son "el gran mérito del 15-M", ya que son el el órgano que les "permite pensar y decidir juntos, sintetizar ideas en principio opuestas". En este grupo se dio un pequeño debate sobre si "reprimir a los que reprimen", es decir, responder con violencia a la policía. "El futuro del movimiento pasa por recuperar los valores que ha perdido la clase política y por la no violencia", dijo un joven, que abogó por incluir la no violencia y la resistencia pacífica en la futura constitución del 15-M. Mientras tanto, en Sol, una treintena de personas trabaja en los nuevos asentamientos con los que el sábado se empezó a reconstruir el campamento. Ya no hay en la plaza un solo puesto o barracón informativo sino varios. Son seis o siete puestecillos satélites alrededor de la estructura principal, no tienen toldos y no ocupan toda la plaza, sino el espacio entre las dos fuentes. Los que allí están ofrecen información sobre el movimiento y sobre las actividades del día. El 15-M Madrid ha decidido que la miniacampada improvisada este fin de semana se levantará hoy. Han despejado la duda sobre si volverán a tomar la plaza de forma continuada. No lo harán. Al que quiera quedarse, le ofrecen dos opciones: unirse a la acampada itinerante o instalarse en alguna de las casas ocupadas del Movimiento. Unas 35.700 personas, más de 500 de las cuales llegaron el sábado a la capital a pie en seis columnas y más de 30 autobuses, regresaron el domingo al kilómetro cero de Madrid para exigir reformas políticas, económicas y sociales. Los manifestantes partieron de la glorieta de Atocha pasadas las siete de la tarde, coreando las consignas que ya se han convertido en clásicas, "el pueblo unido jamás será vencido" y “¡que no, que no, que no nos representan!”. Pasadas las ocho y media, los primeros llegaron a Sol, donde los recibía una pancarta que rezaba Bienvenida, dignidad. Sin embargo, la multitudinaria manifestación no terminó en una asamblea en la plaza, como estaba previsto. Primero decenas y luego cientos de personas trasladaron la protesta hasta las Cortes. Un perímetro de seguridad rodeaba al edificio e impedía el acceso a la Carrera de San Jerónimo. Toda la zona estaba vallada y flanqueada por decenas de policías, pero los indignados tomaron asiento y retaron a la policía a ver quién aguantaba más.
lunes, 25 de julio de 2011
La negociación entre republicanos y demócratas sigue atascada a una semana del plazo para la quiebra
Ninguna de las propuestas cuenta todavía con el respaldo de los dos partidos.- El prestigio y la autoridad de EE UU están en juego
ANTONIO CAÑO | Washington
Tratando de salvar en el último minuto algo de la credibilidad de Estados Unidos como principal potencia económica, el Congreso se movilizó ayer para buscar alguna forma de acuerdo que evite la quiebra. Distintas opciones fueron avanzando a lo largo del día, pero ninguna de ellas cuenta todavía con el respaldo bipartidista para poder resolver este problema con garantías y a largo plazo.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, convocó al grupo republicano a lo largo de la tarde para presentar lo que se considera una última propuesta de su parte. Si esta no es aceptada por los demócratas, Boehner ha advertido que no habrá más negociaciones.
¿Qué ocurrirá entonces? Nadie lo sabe. El daño que una suspensión de pagos, no de Grecia, sino de EE UU, puede causar en la economía mundial es de tal calibre que nadie puede imaginar aún que se llegue a la fecha del 2 de agosto sin un arreglo. Pero lo cierto es que las posiciones están muy enfrentadas en un debate en el que los dos partidos se juegan su futuro político y es difícil anticipar cómo se puede salir de este impasse sin que uno de los dos resulte gravemente perjudicado.
Los republicanos, especialmente en la Cámara de Representantes, donde se refugia el grueso del Tea Party, se niegan a permitir un nuevo endeudamiento del Gobierno -imprescindible para asumir los pagos a partir del día 2- sin un compromiso de recorte del déficit. Los demócratas aceptan ese intercambio, pero quieren reducir el déficit con una combinación de menos gasto público y más ingresos por impuestos. Los republicanos, que juraron públicamente no permitir incrementos fiscales, se resisten fieramente a ellos. Y ahí, en esa pugna entre impuestos o no impuestos, se está escapando a chorros el prestigio y la autoridad de EE UU.
No es esta una cuestión meramente retórica. La precipitación de ayer por conseguir un acuerdo antes de la apertura de las Bolsas es el síntoma del temor a que los mercados comiencen ya a castigar a la economía. El mero retraso en la consecución de un acuerdo hace más factible que las agencias calificadoras rebajen la solvencia de EE UU, lo que haría más costosa su deuda, aumentaría los intereses que pagan los ciudadanos por sus créditos y haría más penoso el sacrificio que están haciendo los norteamericanos para salir de la crisis de 2008. Eso, por no contar con las repercusiones que un agravamiento de la crisis en Europa y nuevas tensiones con China tendrían para la economía estadounidense.
¿Cómo es posible que ante un escenario así no sean capaces los políticos de llegar a un acuerdo? Esa es la pregunta que se hace también la población de este país. La explicación obvia es que el interés inmediato, el riesgo que ambos partidos corren en las próximas elecciones si ceden en sus principios, se ha impuesto al interés colectivo. Pero ha sucedido algo más grave aún: un grado de desconexión entre la clase política, incluso de disfuncionalidad del sistema, cuyas consecuencias pueden extenderse más allá de esta crisis.
Algunos en el Congreso buscaban ayer un atajo: permitirle al Gobierno nueva deuda solo hasta finales de año y seguir discutiendo mientras tanto sobre el déficit. El jefe de Gabinete de la Casa Blanca , Bill Daley, advirtió que el presidente Barack Obama no va a respaldar esa fórmula, que lo único que hace que extender la incertidumbre actual varios meses más sin garantías de que el año próximo, ya en plena campaña electoral, el clima político sea más propicio para un acuerdo.
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