Majestuoso testimonio de un poder agostado
sábado, 16 de febrero de 2013
viernes, 15 de febrero de 2013
Venezuela publica las primeras fotos de Chávez desde mediados de diciembre
En una de las imágenes aparece en compañía de sus dos hijas
y leyendo el 'Granma' de este jueves.
El Gobierno reconoce en un comunicado que el presidente
respira por una cánula.
Un Chávez
rozagante, de sonrisa forzada, en compañía de dos de sus hijas y, en un par de
gráficas, leyendo el diario Granma, órgano oficial del
Partido Comunista de Cuba: así luce el presidente de Venezuela en las primeras
imágenes que el Gobierno difunde del mandatario desde que fue operado el 11 de diciembre en La Habana.
El
testimonio visual, primero que brinda real fe de vida del comandante
bolivariano tras 69 días de convalecencia, fue presentado en cadena nacional
por el Ministro de Ciencia y Tecnología y yerno de Chávez, Jorge Arreaza, quien
llegó el jueves en la noche de Cuba. De acuerdo a Arreaza, las fotos fueron
tomadas la noche del Día de San Valentín, aunque admitió que no estaba presente
sino que “me fueron enviadas”.
Antes, el
ministro de Información y Comunicación, Ernesto Villegas, leyó un breve
comunicado en el que reconocía que a Chávez le fue practicada una traqueotomía
y que todavía respira por una cánula, circunstancia “que le dificulta el
habla”. El ministro Arreaza contó, en entrevista con la cadena regional TeleSur
—financiada por el Gobierno venezolano—, que el presidente se hacía entender y
a veces escribía: “Sólo hay que ponerle atención y él comunica sus decisiones”.
No
obstante, en las tres fotografías dadas a conocer este viernes no se puede
apreciar el tubo. Chávez aparece acostado, vestido con una chaqueta deportiva
de la Aviación Militar, flanqueado por sus hijas, María Gabriela y Rosa
Virginia, esta última esposa del ministro Arreaza. En dos de las tomas parece
sostener un ejemplar de la edición de Granma del 14 de febrero. Al contrario de lo
que cabría esperar de un paciente recluido por una larga temporada de dos meses en un
hospital y en tratamiento para el cáncer, se le ve repuesto.
En el
mismo comunicado, se informa sin embargo de que el presidente sigue sometido a un tratamiento del cáncer
“no exento de dificultades”.
Chávez,
de 58 años, fue diagnosticado de cáncer en la región pélvica en junio de 2011,
cuando —también en la capital cubana— se le detectó y extrajo un tumor “del
tamaño de una pelota de béisbol”, según palabras del propio mandatario. El
pasado 8 de diciembre anunció la nueva recidiva del cáncer en una alocución al
país. Al reconocer que se sometería en Cuba a una operación quirúrgica de la
que podría no regresar para ejercer el poder, Chávez expresó su deseo de que el vicepresidente Nicolás
Maduro fuese postulado como candidato del chavismo en una eventual convocatoria a
elecciones para reemplazarlo.
Desde
entonces, su testamento político se ha cumplido a medias.
Si bien Maduro hace las veces de líder del Poder Ejecutivo, es gracias a un
controvertido fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que dio permiso
para prolongar la vigencia de la administración en funciones mientras el
presidente, reelecto en los comicios del 7 de octubre de 2012,
se restablecía. Chávez debía jurar un nuevo período presidencial el
pasado 10 de enero.
En las
últimas horas habían escalado las presiones para conocer el estado de salud de
Chávez. Una veintena de estudiantes universitarios permanecen encadenados desde
el jueves frente a la Embajada de Cuba en Caracas para exigir “el cese de la
injerencia cubana y una fe de vida del presidente”. Se registraron leves
disturbios frente a la sede diplomática y las autoridades detuvieron a siete de
los manifestantes, a quienes después liberaron. En las redes sociales, los
informantes oficiosos daban cuenta el mismo jueves de un agravamiento súbito de
la condición respiratoria del paciente. La intempestiva suspensión de la visita
que el canciller, Elías Jaua, debía hacer a Perú, para viajar a La Habana,
alimentó la verosimilitud de esas versiones.
En fechas recientes circulan rumores en Venezuela sobre
un próximo retorno de Chávez al país. El presidente, comprometido por
su grave enfermedad, asumiría el cargo para el que fue reelecto y renunciaría
de inmediato, de modo de poder concentrarse en su recuperación o agonía, según
fuera el desenlace. El escenario obligaría a convocar a nuevas elecciones
presidenciales. Según un reportaje del Financial Times de Londres, publicado la semana
pasada, durante ese periodo Chávez serviría de mentor en la sombra para el
liderazgo oficialista, de la misma manera que lo hace Fidel Castro desde su
retiro del Gobierno cubano.
Como
suele suceder en la tensa atmósfera de la polarización política venezolana, la
difusión de las fotografías ha generado reacciones encontradas. En las redes
sociales, el Gobierno promovió enseguida el hashtag #ChávezViveySonríe. Mientras, sectores de la oposición expresaron su escepticismo ante
lo que calificaron como “un montaje”.
AMIA: no permitamos la consagración de la impunidad
Fueron casi cinco
horas de padecer un clima hostil, miserable, de una pobreza intelectual
absoluta.
El
memorándum de entendimiento firmado por los gobiernos de la Argentina e Irán va
camino a convertirse en la ley que declarará la impunidad y el punto final de
hecho para esclarecer, juzgar y castigar a los responsables de la masacre de la AMIA.
Anunciado como un "acuerdo histórico" y
un aporte a su esclarecimiento, la Presidenta salió a festejarlo y lo consideró
un aporte al derecho internacional, un impulso para "destrabar" el
proceso jurídico y facilitar las indagatorias a los inculpados en los términos
de la legislación argentina.
Irán ya adelantó que estas intenciones no cuentan
con su apoyo. En el mejor caso, son pura fantasía.
La Presidenta ordenó acelerar su aprobación
argumentando que el acuerdo terminará con la farsa (sic) de las políticas de
Estado después del fallo del juicio oral en la causa AMIA, sin hacerse cargo
que fue ella misma quien las impulsó durante los últimos 10 años.
En la reunión de comisiones en el
Congreso de la Nación, el canciller Héctor Timerman lanzó el
ultimátum de que es el memorándum o la nada, y los senadores prestaron
obediencia debida, y apuraron la aprobación del anteproyecto de ley. Fueron
casi cinco horas de padecer un clima hostil, miserable, de una pobreza
intelectual absoluta, plagado de chicanas, descalificaciones e insultos.
Después de que funcionarios y senadores del oficialismo
reconocieran "seis años de parálisis" de la causa AMIA, pretendieron
mostrar que, si la ley se sanciona, será un avance. Pero, ¿hay algo de cierto
en que esta ley pueda significar un 'avance´ o, al menos, 'destrabar´ algo
después de 19 años de encubrimiento? La respuesta es NO.
Es posible imaginar dos alternativas. La primera es
que la comisión de juristas considere que no hay pruebas suficientes y
desestime cualquier imputación a Irán y a los acusados por el fiscal Alberto
Nisman. Así fue que en 2003, un juez británico rechazó la extradición del ex
embajador de Irán Hadi Soleimanpour, dando por terminado el primer intento de
Néstor Kirchner de buscar una acusación internacional contra los iraníes. Por
este camino, el gobierno nacional podrá dar por superado un conflicto en el que
simula no saber cómo entró, mientras el proceso judicial entra en vía muerta.
Ni el juez ni el fiscal tienen un plan B y rechazan hasta la existencia misma
de una "conexión local" del atentado.
Irán ya adelantó que estas intenciones
no cuentan con su apoyo. En el mejor caso, son pura fantasía
La segunda posibilidad es que el juez
"interrogue" a los acusados en Irán. Aun así, si al volver al país
llegara a considerar imputados a aquellos ciudadanos iraníes que quieran
compartir con él un diálogo (no una indagatoria en términos de acusación jurídica),
no podrá avanzar ni simular un posible futuro juicio porque nuestra legislación
no reconoce los juicios en rebeldía.
Por un camino o por otro, convalidando o no las
supuestas pruebas ya muy cuestionadas y hasta hoy desconocidas por las partes,
esta ley no significa un avance ni destraba nada. Funciona en los hechos como
un punto final y consagrará la impunidad, buscando frustrar una vez más el
anhelo de verdad y justicia.
Estas maniobras no deben prosperar. No en nuestro
nombre.
Van a consagrar la impunidad y el Punto Final,
hablando de verdad y justicia...
Si se trata de saber la verdad, el memorándum y la
ley no sirven.
La futura "comisión de la verdad" va a
revisar en secreto supuestas pruebas.
Después de 19 años, es hora de hacerlas públicas y
permitir que sean evaluadas por personas representativas de las víctimas, junto
a personalidades y organizaciones de los ámbitos políticos, sociales y de
derechos humanos, con participación de parlamentarios y juristas nacionales y
extranjeros.
Señora Presidenta. En sus manos está facilitarnos
conocer toda la verdad que el Estado sigue ocultando en los sótanos del
Servicio de Inteligencia.
Estas maniobras no deben prosperar. No
en nuestro nombre
Sería su aporte realmente histórico, para terminar
con la impunidad reinante y creer en la promesa de un país diferente y un
futuro para todos.
Es mucho lo que podemos hacer y que está en
nuestras manos para revertir esta situación.
Apelamos una vez más al pueblo argentino, que nos
acompañó en 1994 en la "marcha de los paraguas" frente al Congreso,
en 1997 cuando dijimos "Yo acuso" en la calle Pasteur, que nos
acompañó en 2004 cuando denunciamos el fallo del juicio oral fraudulento que
dejó a la conexión local en libertad.
Junto con las organizaciones que integran el Encuentro
Memoria, Verdad y Justicia, convocamos a repudiar la sanción de esta ley de
punto final el día de su votación, muy probablemente el próximo 27 de febrero,
en las puertas del Congreso Nacional.
No al Punto Final. No a la impunidad.
La autora es
titular de Apemia (Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la
AMIA).
La hora de Hillary Clinton
Es dueña de una carrera dramática, confundida entre su vida personal
y su trayectoria política.
Recientemente fue ingresada por un trombo en la cabeza que ha superado
con éxito.
Esta es la crónica de una ambición por el poder que despega a la
sombra de Barack Obama.
Después de haber visitado 112 países y de haber completado 1.528.403
kilómetros en sus cuatro años como secretaria de Estado, los seis kilómetros y
medio que recorrió en enero entre sus oficinas en Foggy Botton y el edificio
del Capitolio se cuentan entre los más largos de este interminable viaje de
Hillary Clinton hacia la historia.
Era uno de sus últimos días en el cargo. Un frío polar anunciaba la
primera nevada del año en Washington. Hillary Clinton o Hillary Rodham Clinton,
como intentó ser durante sus primeros años de matrimonio, o Hillary a secas,
como frecuentemente se le denomina, con la llaneza que se reserva para las
mujeres o los políticos extraordinariamente populares, tenía que comparecer
ante las comisiones de Asuntos Exteriores del Senado y de la Cámara de
Representantes sobre los sucesos del 11 de septiembre de 2012, que costaron la
vida en Bengasi al embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, y
otros tres ciudadanos norteamericanos.
Ese episodio es el único borrón de una actuación espléndida al frente de
la diplomacia estadounidense y, tan importante como eso, uno de los momentos
más dolorosos de sus años de servicio a esta Administración. Stevens era amigo de Clinton. Hombre decidido, capaz,
abierto y liberal, representaba la quintaesencia de lo que Clinton considera el
diplomático moderno. Su muerte le causó un profundo impacto.
Se trata de una constante en la carrera de esta figura algo dramática:
la conjunción reiterada entre sus afectos y sus decisiones, entre su vida
personal y su trayectoria política. También en 1993, poco después de llegar a
Washington por primera vez como primera dama, tuvo que soportar la muerte por
suicidio de su amigo y colaborador Vince Foster en medio de una tormenta
política que acabaría de retirarla del primer plano durante bastantes años.
Stevens no era, ni mucho menos, tan próximo como Foster, pero igualmente le da
una dimensión íntima y trágica al conflicto político desatado en Bengasi.
Por eso, entre otras cosas, llegó Clinton al Congreso el miércoles día 23
especialmente encendida para esta declaración. Fue vestida de verde.
Aunque ella, a quien le costó aceptar que la moda formaba inevitablemente parte
de su imagen, lamentaría que se reparase en este detalle. Seguramente, un
experto le añadiría a ese verde alguna mayor precisión de tonalidad. Pero
dejémoslo en verde, color que refleja relajación y paz interior, y que en esta
oportunidad servía para resaltar que el percance de salud sufrido durante las Navidades,
cuando la secretaria de Estado tuvo que ser ingresada en un hospital por una
caída y un posterior trombo en la cabeza, había sido superado con éxito.
El abandono temporal de las lentes de contacto y el regreso a las gafas de
gruesos cristales son, temporalmente, las únicas secuelas de ese episodio.
“Es un placer verla plenamente recuperada y tan combativa como
siempre”, le recordó el senador John McCain, uno de tantos rivales políticos y,
al mismo tiempo, admirador de Clinton. Fue otro senador republicano presente en
esa comparecencia, Ron Johnson, la principal víctima de la rabia contenida por
la secretaria de Estado desde que los conservadores quisieron convertir los
sucesos de Bengasi en un escándalo con el que arruinar su trayectoria. “Con
todo el debido respeto”, le dijo, subiendo la voz y golpeando la mesa con el
puño, “el hecho es que tenemos cuatro norteamericanos muertos. Si eso es como
consecuencia de una protesta o porque unos cuantos tipos salen una noche de
paseo decididos a matar algunos estadounidenses, ¿qué diferencia hay?, ¿qué
importa eso en estos momentos?”. Quizá importe, pero ese grito enmudeció la
sala y dejó al tal Johnson buscando una respuesta que hasta el día de hoy no ha
encontrado.
La cólera de Hillary Clinton es uno de los muchos tópicos de una leyenda
nacida desde su primer día en Washington. Al Ala Este de la Casa Blanca, donde
reside la familia del presidente, se le denominaba en ese tiempo El
territorio de Hillary, como advertencia para no cruzarlo. Incluso en
el Ala Oeste, donde están las oficinas, se tenía mucho cuidado de no
contradecir a la primera dama. Bill Clinton ofreció en su campaña presidencial
a “dos por el precio de uno”, y nadie dudaba de que su principal consejero era
su propia esposa.
Por esa razón, en esos primeros años, Hillary Clinton fue el blanco
principal de los ataques de la derecha, que la demonizó como nunca antes se
había conocido y nunca más se vería hasta Barack Obama. La presión sobre ella,
agudizada por el fracaso de su proyecto de reforma sanitaria, llegó a tal grado
que uno de los asesores que el presidente contrató para sacarle de los peores
momentos de apuro durante su primer mandato, Dick Morris, la calificó como “el
mayor lastre de esta presidencia”.
a la primera dama
Hillary Clinton se hizo entonces a un lado, se dedicó a asuntos más
tradicionales de su posición, la protección de la infancia y la defensa
discreta de los derechos de la mujer, y permaneció en segundo plano hasta que
su marido volvió a necesitarla, y mucho, por el estallido del escándalo de Monica Lewinsky.
Ella no ha confesado aún qué va hacer a partir de ahora. El día que
volvió al trabajo después de su enfermedad tuvo un breve encuentro con los
periodistas.
–¿Lista? ¿De vuelta al ritmo habitual? – le preguntaron.
–De vuelta –contestó.
reaparecerán las
‘Lewinsky’ de su pasado
–¿Dispuesta a terminar este trabajo?
–Sí. Es un poco agridulce, porque ha sido una experiencia extraordinaria
y he trabajado con un equipo impresionante. Pero ahora hay que poner fin a esto
y dejar las cosas lo mejor posible para que el senador John Kerry (su sucesor)
las continúe.
–Y después, ¿el retiro?
–No es esa es la palabra exacta, pero desde luego bajar un poco el
acelerador por un tiempo.
Bastó eso para confirmar lo que todo el mundo da por hecho en
Washington: que será la candidata a la presidencia por el Partido Demócrata en
2016. Por qué no iba a serlo. Ha demostrado capacidad de sobra y llegará a la
fecha de esas elecciones con una edad más que aceptable, 69 años recién
cumplidos, los mismos con los que Ronald Reagan fue elegido por primera vez.
Sobre todo, no hay un político más popular en este país. Lleva siendo desde
hace más de una década uno de los personajes mejor valorados en Estados Unidos,
y no hay duda de que es la mujer más famosa y reconocida del mundo. Hace apenas
unos días, una encuesta de la CNN le daba un 91% de apoyo entre los demócratas,
pero también un 65% entre los independientes y hasta un 37% entre los votantes
republicanos. Si las elecciones fueran mañana, Clinton sería con seguridad la
nueva presidenta.
Pero las elecciones son dentro de cuatro años, y probablemente Hillary
Clinton tendrá algunas cosas que resolver, en su cabeza y en su entorno,
antes de dar el paso que todos esperan que dé. Y tendrá que buscar dinero,
porque, aunque los Clinton han reunido una respetable fortuna con los años –lo
suficiente como para que se rumoree estos días que están buscando una casa de
vacaciones en la exclusiva zona de los Hampstons–, necesitará mucho más para
una campaña presidencial. Lo seguro es que, si da un paso adelante, las Monica
Lewinsky de su pasado y toda su vida junto a Bill Clinton reaparecerán
como parte inseparable de la biografía que ha generado esta personalidad tan
excepcional.
“Más que Eleanor y Franklin Roosevelt, Bill y Hillary Clinton demuestran
la intersección de lo personal y lo político. Ninguna personalidad en la
historia reciente habla más convincentemente sobre la necesidad de entender que
lo personal y lo político son inseparables”, afirma el historiador William Chafe en el libro Bill and Hillary.
Se ha especulado tanto sobre por qué Bill y Hillary siguen juntos, sobre
qué habría sido de cada uno de ellos por separado, qué destino habrían seguido
si ni siquiera se hubieran conocido. Por lo general, se tiende a imaginar una
mejor suerte para ella que para él. Pero la realidad es que han afrontado
juntos todas las empresas que se han propuesto desde que se encontraron como
estudiantes de la Universidad de Yale en 1970, él ya como activista demócrata,
ambicioso y desmesurado, y ella todavía como republicana, prudente y
conservadora. Y juntos, probablemente, abordarán, primero, esta nueva etapa de
intensa convivencia en su hogar de Chappaqua (Nueva York), y después, si llega,
la conquista de la Casa Blanca.
Su matrimonio con Bill Clinton ha hecho parecer a Hillary Clinton
poderosa, por supuesto; generosa, muchas veces; pero también sumisa, tolerante
con sus múltiples infidelidades y, sobre todo, fría y calculadora. La gente ha
chismorreado alegremente sobre si debía o no haberse separado de él o sobre si
siguen juntos únicamente por conveniencia. ¡Como si alguien pudiera saber por
qué siguen juntas la mayoría de las parejas! En sus memorias, Living history, ella
comenta lo siguiente al respecto: “A menudo me preguntan por qué Bill y yo
seguimos juntos. No es una pregunta que me guste, pero, dada la naturaleza
pública de nuestras vidas, sé que es algo que me van a preguntar una y otra
vez. ¿Qué puedo decir para explicar un amor que ha persistido durante décadas y
que ha crecido a través de nuestras experiencias compartidas de haber tenido
una hija, haber enterrado juntos a nuestros padres y haber atendido a nuestras
familias, de haber tenido una vida llena de amigos, una fe común y un
compromiso permanente con nuestro país? Lo único que sé es que nadie me
comprende mejor que Bill y que nadie me hace reír como él. Incluso después de
todos estos años, Bill sigue siendo la persona más interesante, vigorosa y
llena de vida que he conocido”.
Ha sido una relación accidentada, no hay duda. En su libro A woman in charge, Carl
Bernstein dice haber descubierto que Hillary Clinton se planteó el divorcio en
1989, cuando Bill era todavía gobernador de Arkansas, después de que le
confesara que se había enamorado de otra mujer. Y la propia
Hillary ha reconocido que ambos se sometieron a terapia de pareja para salvar
su matrimonio después del asunto Lewinsky. Ese fue, desde
luego, el peor momento de su vida juntos. “Por razones que él tendrá que
explicar, violó mi confianza, me hirió profundamente y él dio a sus enemigos
algo real para explotar después de años de falsas acusaciones. Mis sentimientos
personales y mis ideas políticas estaban en colisión. Como su esposa, quería
retorcerle el pescuezo. Pero no era solo mi esposo, también era mi presidente,
y pensé que, a pesar de todo, Bill dirigía el país y el mundo de una forma que
yo seguía apoyando”.
Bill Clinton trató de compensar ese daño y pagar esa lealtad poniéndose
desde entonces al servicio de la carrera política de su esposa, que tenía muy
buenas perspectivas cuando ella comenzó a trabajar para la campaña del
conservador Barry Goldwater y después, ya como demócrata, para la de George
McGovern, y que tuvo que cambiar por la de abogada para seguir a su marido a
Arkansas. Pero al mismo tiempo, el caso Lewinsky fue una forma
de liberación para Hillary, que nunca más volvió a dar prioridad a las
necesidades de Bill. A partir de ese momento, Hillary tomó en serio la oferta
de competir por un escaño en el Senado por el Estado de Nueva York. Cumplió
ocho años en el Capitolio en lo más alto de respaldo en las encuestas. Y, desde
esa posición triunfante, preparaba en 2007 su mudanza a la Casa Blanca –ahora
ya al Despacho Oval– cuando un desconocido y novato senador de Illinois llamado
Barack Obama se le cruzó en el camino.
La relación entre Hillary Clinton y Obama, que evolucionó desde la más
fiera rivalidad hasta la más fructífera alianza, es uno de los grandes objetos
de estudio político en EE UU. Dos personalidades tan infrecuentes, juntas en un
mismo periodo histórico, pueden dan lugar a extraordinarios momentos de
competencia y de éxito. Los dos aparecieron excepcionalmente juntos hace unos
días en el programa 60 minutes, y Clinton dio una
explicación muy sencilla de por qué había decidido colaborar con el presidente
después de todas sus disputas a lo largo de 2008: “En la política y en
democracia unas veces se ganan elecciones y otras se pierden. Yo trabajé muy
duro y perdí. Y después el presidente Obama me pidió ser su secretaria de
Estado y dije sí. ¿Por qué dije sí? Porque ambos queremos a nuestro país”.
Son muchos años con Hillary Clinton en el centro de la atención. Pocas
figuras han cautivado el interés durante tanto tiempo. Desde su primera
aparición en el escenario nacional e internacional, son ya más de 20 años de
entrevistas, ruedas de prensa, declaraciones en el Congreso, reportajes y
libros. Poco queda por decir de Hillary Clinton. Todos tienen ya una opinión
sobre ella. Para unos será una feminista y una bandera de la causa progresista;
para otros, una oportunista y una arribista. Para unos es muy buena, muy buena,
muy buena, y para otros es muy mala, muy mala, muy mala. Son menos los que se
quedan en el medio.
Y, sin embargo, en el medio es donde, seguramente, se encuentra. Ha
destacado por proteger a las mujeres, sobre todo de la discriminación brutal
que sufren en algunos países del Tercer Mundo, pero no ha militado abiertamente
en la causa feminista, ni siquiera en su juventud. Es demócrata porque el
Partido Republicano no la aceptó como es –ella dice que no es que ella dejara
el Partido Republicano, sino que el Partido Republicano la dejó a ella–, y
porque Bill Clinton se cruzó en el camino, pero nunca ha sido una izquierdista.
De hecho, votó a favor de la guerra de Irak. En su comparecencia sobre Bengasi,
incluso sonó como una neocon cuando se quejó de que EE UU haya
renunciado a dar “la batalla ideológica” contra el extremismo. Como la mayoría
de los personajes que han perdurado, es una mujer que sabe adaptarse a su
tiempo y cambiar en la medida en que este cambia. Pertenece a esa generación
intermedia entre los heroicos combatientes de la Segunda Guerra Mundial y la
extravagante opulencia de los ochenta, una generación que tuvo que encontrar su
propio hueco en la historia con mucho trabajo y, en general, escaso
reconocimiento.
“No tiene el poder seductivo, la gracia y el glamour de
Ségolène Royal, ni el antiguo encanto de abuela de Madeleine Albright”, afirma
la periodista y escritora Amy Wilentz. “En parte eso es una característica
personal, pero en parte es porque está en medio de esas dos generaciones.
Hillary es de la generación de chicas que fueron criadas por madres que
adoraban el rosa y los encajes y después ellas se vistieron con rompas amplias,
vaqueros y minifaldas; una generación de mujeres que iban sin sujetador cuando
eran jóvenes y que en su madurez nunca llegaron a tener una moda definida”.
Igual de indefinida es su ideología y, quizá, hasta su personalidad. Se
conocen más las caricaturas de Hillary que a ella misma. Quizá porque nunca se
ha expuesto verdaderamente al público, pese a haber pasado tanto tiempo bajo
los focos, por lo discreta que es, por lo ordenada que es, por lo controlada que
es. William Chafe cita a un amigo íntimo que asegura que “Bill ha sido lo único
salvaje en la cerebral existencia” de Hillary Clinton.
Debajo de cada careta hay un ser humano, y seguramente, después de
tantas vueltas con su carácter, Hillary sea tan irregular y contradictoria como
cualquier otro. Bernstein concluyó que Hillary “no es ni el demonio que percibe
la derecha ni una santa feminista, no es ni siquiera un personaje emblemático
de su tiempo, quizá es más antigua que moderna”. “Su historia”, afirma, “es una
historia de fortaleza y vulnerabilidad, una historia de mujer. Es una mujer
inteligente, dotada de energía, entusiasmo, humor, temperamento, fortaleza
interior, espontaneidad en privado, casi letal capacidad de venganza, una vida
real forjada en profundas heridas y con la oratoria de un marinero (o de un
sacerdote); todo evidencia de su pasión, que, en el fondo, es su rasgo más
entrañable”.
El año pasado, durante la cumbre de las Américas en
Cartagena (Colombia), coincidí en un desayuno en la mesa de al
lado de Hillary Clinton, que compartía un momento relajado con sus asesores.
Conté que siete de los presentes eran mujeres y dos hombres. Era fácil apreciar
la comodidad con la que todos hablaban y el afecto que les unía. Hillary reía
con frecuencia y todos parecían disfrutar juntos. Aquella escena alejó para
siempre la imagen de inflexible gobernanta que había prevalecido durante mucho
tiempo.
Desde Cartagena salió para Asia, donde ha pasado varios meses en los
últimos cuatro años y donde ha vivido algunos de los momentos más memorables de
su gestión en la Secretaría de Estado, como su encuentro con la premio Nobel de
la Paz Aung San Suu Kyi. “No ha tenido éxitos espectaculares, pero su
incansable tarea ha ayudado en gran medida a mejorar la credibilidad de Estados
Unidos”, opina Aaron David Miller, vicepresidente del centro de estudios
Woodrow Wilson.
Un día después de aquel recorrido tenso para dar explicaciones sobre el
fiasco de Bengasi, Hillary Clinton volvió a hacer el mismo trayecto con un
propósito mucho menos arriesgado, aunque igual de emotivo: acudió de nuevo al
Senado para introducir formalmente a su sucesor, otro viejo conocido y otro
viejo rival que la abandonó por Obama en 2008.
Esta es la historia de Hillary Clinton. Amigos, rivales, traiciones,
reconciliaciones, nuevas traiciones y nuevas reconciliaciones, propios de una
carrera larga, una vida intensa y una mujer extensa. Cada final ha sido para
Hillary Clinton un principio también: el final de Yale es el inicio de
Arkansas; el final de la Casa Blanca es el comienzo del Senado; del final de la
carrera presidencial nace la secretaria de Estado. Su despedida de la
diplomacia anticipa también un brillante futuro.
Cientos de heridos tras caer fragmentos de un meteorito en el centro de Rusia
El fenómeno causa numerosos daños y pánico entre la
población de Cheliábinsk.
Medvédev dice que el suceso demuestra que "la economía es
vulnerable, y también el planeta".
Medio millar de personas han resultado heridas a consecuencia de la
caída de fragmentos de un meteorito en la provincia rusa de Cheliábinsk, en la
zona de los Urales. La mayoría de las víctimas, 16 de las cuales han tenido que
ser hospitalizadas, ha sufrido cortes a causa de los trozos de vidrio que
saltaron debido a la onda explosiva producida por el cuerpo celeste. El
inusitado fenómeno se produjo de madrugada, cuando en España eran las 4:23
horas.
Los especialistas han adelantado
diversas hipótesis sobre lo que realmente ha caído en Cheliábinsk. Unos piensan
que ha sido una lluvia de meteoritos, hipótesis que el Ministerio de
Situaciones de Emergencia ruso rechazó inicialmente pero que ahora ha hecho
suya. Otros sostienen que se trata de un meteorito que se dividió en fragmentos
al entrar en las capas densas de la atmósfera, mientras que otros expertos
sostienen que se trata de un fragmento del asteroide 2012 DA14, que pesa 130
toneladas y que esta noche —en torno a las ocho en España— se acercará a la
Tierra a una distancia de 28.000 kilómetros, en una aproximación será
transmitida en directo por la NASA. La Agencia Espacial Europea no está de
acuerdo con esta última hipótesis, según señala en un tuit.
Tras confirmar la existencia de cientos de heridos, el primer ministro ruso,
Dimitri Medvedev, ha asegurado que la caída del meteorito demuestra que
"no solo la economía es vulnerable, también el planeta". El jefe del
Gobierno hizo estas declaraciones durante un fórum económico celebrado en la
vecina región de Krasnoyarsk, durante el cual afirmó la caída de los fragmentos
de meteorito es "un símbolo de este fórum".
Aunque el meteorito no puede
considerarse una catástrofe, sí ha provocado el pánico entre la población de
Cheliábinsk, que se horrorizó ante la gran explosión que produjo el bólido al
llegar a tierra; además, provocó un temblor que todos sintieron en la zona. Las
autoridades optaron por cerrar las escuelas y jardines de infancia,
argumentando que muchos edificios habían sufrido daños y que debido a las bajas
temperaturas —menos 18ºC— los niños no podían permanecer en ellos
En total, 474 personas (de ellas, unos 60 niños) han recibido atención
médica, la mayoría por pequeños cortes con vidrios y por contusiones. Aunque 16
han sido hospitalizadas, tres niños entre ellas, no hay nadie en estado grave,
según informan en la administración provincial de Cheliávinsk. La policía,
mientras tanto, ha redoblado la protección de los lugares estratégicos.
El viceprimer ministro Dmitri Rogozin ha subrayado que la caída del
meteorito demuestra que él siempre ha tenido razón al decir, en varias
ocasiones, que es necesario crear un sistema internacional de alerta y
prevención de cuerpos celestes que se aproximan a la Tierra.
En Rusia aún se recuerda la caída del famoso meteorito de Tunguska, en
Siberia, el 30 de junio de 1908, que dio pie a un sinnúmero de hipótesis y
numerosas leyendas.
jueves, 14 de febrero de 2013
Bruselas estima que España podría recaudar 5.000 millones con la tasa Tobin
Podría recaudar
hasta 35.000 millones de euros al año en los 11 países se han puesto de acuerdo.
Paso a paso, el impuesto que hace cuatro décadas ideó el economista James Tobin va camino de convertirse en
realidad en Europa. Ya no se trata de una tasa Robin Hood en la que los bancos
financien la ayuda contra la pobreza en el tercer mundo, como llevan años
reclamando los movimientos antiglobalización, sino un mecanismo para que el
sector financiero contribuya a sanear unas arcas públicas que sus excesos han
dejado vacías. Después de que los Gobiernos de la UE dieran el visto bueno a
que un grupo de socios avanzaran solos hacia un gravamen a las operaciones
financieras, la Comisión Europea presentó este jueves su propuesta. Según
estimaciones muy aproximadas de los técnicos de Bruselas, la tasa Tobin podría
recaudar unos 30.000 o 35.000 millones de euros al año en los 11 países se han
puesto de acuerdo. De esta cantidad, a España le corresponderían 4.000 o 5.000
millones, según cálculos hechos en función del peso en el PIB de cada país en
la UE.
El texto presentado por la Comisión se parece mucho a la propuesta de
hace año y medio. Solo ha habido que adaptar una medida en principio pensada
para los 27 socios, y que ahora va a impulsar un bloque que supone dos tercios
del PIB de la UE. Además de España, Alemania, Francia, Italia, Portugal,
Bélgica, Austria, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia y Estonia quieren poner en
marcha a principios del próximo año un impuesto de un 0,1% para las compras de
acciones y bonos y de un 0,01% para las operaciones con derivados.
El impuesto será de un 0,1% para las compras de
acciones y bonos y de un 0,01% para las operaciones con derivados
Además de algunos cambios técnicos, Bruselas afina ahora el tiro para
asegurarse de que ninguna operación financiera vinculada a algún país de la
zona Tobin se libre. El objetivo es evitar que las entidades más reacias a
pagar domicilien sus operaciones en la City londinense. Para ello la Comisión
quiere que si alguna de las dos partes —el comprador o el vendedor— está
radicada en un país que haya aprobado el impuesto, sea obligatorio gravar la
operación, independientemente de dónde de produzca. Así, razonan en la
Comisión, el peligro de deslocalización solo asomará si los bancos o
aseguradoras están dispuestos a abandonar a sus clientes de países tan grandes
y poderosos como Alemania o Francia.
Como ya es tradicional, Reino Unido, deseoso de mantener intacta su
City, se ha convertido en el mayor enemigo de la tasa Tobin. “Un impuesto
unilateral de transacciones financieras impactará en el crecimiento de los
países que lo adopten. Por ello, Reino Unido tenía razón al no participar en
este proyecto”, comentaban fuentes gubernamentales británicas.
VICTOR BARREIRA
El líder laborista británico, Ed
Miliband, ha formalizado hoy una de sus propuestas más ambiciosas desde que
asumiera el liderazgo del partido en septiembre de 2010. Miliband ha propuesto
establecer un impuesto sobre la propiedad de casas valoradas en más de dos
millones de libras (2,321,000 euros) con el que pretende recaudar más de 2.300
millones de euros.
Esta medida sería empleada para
recuperar el tipo impositivo más bajo, el "10p" suprimido por Gordon
Brown en sus últimos presupuestos como ministro de Economía de Tony Blair en
2007, y que supondría un ahorro de 116 euros anuales para 25 millones de
británicos. Además, esta propuesta puede abrir una brecha entre los miembros de
la coalición en el poder, conservadores y liberales.
Estos últimos han sido partidarios, a
través del ministro de Negocios, Vince Cable, de imponer este impuesto sobre
las grandes propiedades. No obstante, las aspiraciones liberales se han topado
hasta ahora con la negativa del conservador responsable de la cartera de
Economía, George Osborne.
Según estimaciones realizadas el año
pasado, en el Reino Unido hay 74.000 casas valoradas en 2 millones de libras o
más, el 91% de las cuales se encontraban en Londres y el rico sureste inglés.
El estudio también señalaba que la mitad de esas casas eran compradas por
extranjeros.
Aunque la propuesta todavía no se ha concretado en una firme promesa
electoral, habrá que esperar a la primavera de 2015 para conocer el programa
electoral laborista, Miliband ha logrado que la subida de impuestos a las
rentas más altas retorne al centro del debate político británico.
La zona euro agudiza su recesión en el cuarto trimestre al contraerse un 0,6%
Las economías de Alemania y Francia se contraen en
el cuarto trimestre del año pasado.
Es la mayor caída en la actividad alemana desde el
fin de la Gran Recesión de 2009.
El PIB francés solo creció durante un trimestre en
2012.
Italia retrocedió un 0,9% en los tres últimos
meses del año pasado.
La
actividad económica en la zona euro experimentó en el último trimestre de 2012
una contracción del 0,6% respecto a los tres meses anteriores, cuando había
bajado un 0,1%, lo que supone encadenar tres trimestres consecutivos con caídas
del producto interior bruto (PIB), según la primera estimación del dato avanzada por la oficina
comunitaria de estadística, Eurostat.
En
términos interanuales, el PIB de la eurozona retrocedió un 0,9%, acelerando la
caída del 0,6% de los tres meses anteriores, del 0,5% en el segundo trimestre y
del 0,1% del primer trimestre. De este modo, en el conjunto de 2012 la
actividad económica de la zona euro registró una contracción de medio punto
porcentual, frente a la expansión del 1,5% en el ejercicio 2011.
En el
conjunto de la UE, el PIB del cuarto trimestre retrocedió un 0,5% respecto a
los tres meses anteriores, cuando había crecido un 0,1%, mientras que bajó un
0,6% en términos interanuales. En el conjunto de 2012, la actividad económica
de los Veintisiete registró una contracción del 0,3%.
Las dos
mayores economías de Europa, Alemania y Francia, sufrieron caídas del PIB en el
último trimestre del año, lo que indica que la recesión en la zona euro se
agrava y pone en duda la recuperación esperada en los primeros tres meses de
2013. Italia, la número tres del euro, registró una contracción del
0,9% en el mismo periodo.
El PIB de
Alemania, que hasta ahora había sido capaz de mantener un tenue crecimiento
pese a la entrada de la zona euro en recesión, se contrajo un 0,6%, según los
datos de la oficina estadística germana, su peor registro desde 2009, en pleno
apogeo de la crisis financiera. La crisis de la zona del euro y la debilidad de
la coyuntura mundial fueron las causas principales del retroceso de la economía
alemana, que en 2012 creció pese a todo un 0,7%. La caída del 0,3% del PIB
francés también es peor de lo previsto y, para todo el año, el crecimiento
resulta nulo.
Lo más
preocupante para Berlín es que la caída del PIB se debe principalmente al mal
comportamiento de las exportaciones, el motor de su economía. "En el
último trimestre de 2012, la exportación de bienes ha retrocedido
significativamente más que la importación", ha explicado en un comunicado
la oficina estadística alemana (Destatis), cuyo
cálculo provisional para ese trimestre publicado en enero apuntaba a una caída
del 0,5%.
Entre los
países de la eurozona cuyos datos estaban disponibles, solo Estonia (+0,9%) y
Eslovaquia (+0,2%) lograron mantener una cierta expansión de su actividad,
aunque a menor ritmo que en el tercer trimestre, mientras las caídas más
notables se observaron en Portugal (-1,8%), Italia (-0,9%) y España (-0,7%).
De este
modo, seis de los diecisiete miembros de la eurozona (España, Italia, Chipre,
Países Bajos, Portugal y Finlandia) se encontraban en recesión en el cuarto
trimestre, además de Grecia y Eslovenia, cuyos datos no han sido actualizados,
mientras Luxemburgo, que ya registró una contracción de la actividad en el
tercer trimestre, aún no ha presentado sus datos del cuarto trimestre, por lo
que hasta un total de nueve países del euro podrían haber cerrado 2012 en
recesión.
Mientras
el compromiso del Banco Central Europeo (BCE) para hacer lo que sea con tal de
salvar el euro ha enfriado ligeramente la crisis de deuda de la zona euro, lo
cierto es que hasta las economías más fuertes del área están atrapadas por una
enfermedad económica que podría frustrar los intentos de los países por
recortar sus déficits públicos.
En
Francia, en el tercer trimestre de 2012, el incremento del PIB fue del 0,1%, el
único que acabó en positivo de todo el año. En el último trimestre de 2012 se
produjo una bajada del 1% de la inversión, tanto la privada (1,2%) como la
pública (0,9%), resultado de las políticas de ajuste del Ejecutivo, y de los
particulares (0,8%). También bajaron las exportaciones (un 0,6%), una tendencia
negativa que no fue compensada por el incremento del 0,2% del consumo interno.
El
Gobierno francés reconoció este miércoles por primera vez que no
cumplirá el objetivo de déficit que se había marcado para este año,
ya que la estimación inicial se realizó teniendo en cuenta unos datos de
crecimiento demasiado optimistas.
Francia
se había marcado una reducción del déficit del 3% para 2013, pero el primer
ministro, Jean Marc Ayrult, ha advertido este miércoles en una entrevista a
France 3 que el dato final no será "exactamente" el contemplado en
las previsiones del Gobierno.
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