Podría recaudar
hasta 35.000 millones de euros al año en los 11 países se han puesto de acuerdo.
Paso a paso, el impuesto que hace cuatro décadas ideó el economista James Tobin va camino de convertirse en
realidad en Europa. Ya no se trata de una tasa Robin Hood en la que los bancos
financien la ayuda contra la pobreza en el tercer mundo, como llevan años
reclamando los movimientos antiglobalización, sino un mecanismo para que el
sector financiero contribuya a sanear unas arcas públicas que sus excesos han
dejado vacías. Después de que los Gobiernos de la UE dieran el visto bueno a
que un grupo de socios avanzaran solos hacia un gravamen a las operaciones
financieras, la Comisión Europea presentó este jueves su propuesta. Según
estimaciones muy aproximadas de los técnicos de Bruselas, la tasa Tobin podría
recaudar unos 30.000 o 35.000 millones de euros al año en los 11 países se han
puesto de acuerdo. De esta cantidad, a España le corresponderían 4.000 o 5.000
millones, según cálculos hechos en función del peso en el PIB de cada país en
la UE.
El texto presentado por la Comisión se parece mucho a la propuesta de
hace año y medio. Solo ha habido que adaptar una medida en principio pensada
para los 27 socios, y que ahora va a impulsar un bloque que supone dos tercios
del PIB de la UE. Además de España, Alemania, Francia, Italia, Portugal,
Bélgica, Austria, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia y Estonia quieren poner en
marcha a principios del próximo año un impuesto de un 0,1% para las compras de
acciones y bonos y de un 0,01% para las operaciones con derivados.
El impuesto será de un 0,1% para las compras de
acciones y bonos y de un 0,01% para las operaciones con derivados
Además de algunos cambios técnicos, Bruselas afina ahora el tiro para
asegurarse de que ninguna operación financiera vinculada a algún país de la
zona Tobin se libre. El objetivo es evitar que las entidades más reacias a
pagar domicilien sus operaciones en la City londinense. Para ello la Comisión
quiere que si alguna de las dos partes —el comprador o el vendedor— está
radicada en un país que haya aprobado el impuesto, sea obligatorio gravar la
operación, independientemente de dónde de produzca. Así, razonan en la
Comisión, el peligro de deslocalización solo asomará si los bancos o
aseguradoras están dispuestos a abandonar a sus clientes de países tan grandes
y poderosos como Alemania o Francia.
Como ya es tradicional, Reino Unido, deseoso de mantener intacta su
City, se ha convertido en el mayor enemigo de la tasa Tobin. “Un impuesto
unilateral de transacciones financieras impactará en el crecimiento de los
países que lo adopten. Por ello, Reino Unido tenía razón al no participar en
este proyecto”, comentaban fuentes gubernamentales británicas.
VICTOR BARREIRA
El líder laborista británico, Ed
Miliband, ha formalizado hoy una de sus propuestas más ambiciosas desde que
asumiera el liderazgo del partido en septiembre de 2010. Miliband ha propuesto
establecer un impuesto sobre la propiedad de casas valoradas en más de dos
millones de libras (2,321,000 euros) con el que pretende recaudar más de 2.300
millones de euros.
Esta medida sería empleada para
recuperar el tipo impositivo más bajo, el "10p" suprimido por Gordon
Brown en sus últimos presupuestos como ministro de Economía de Tony Blair en
2007, y que supondría un ahorro de 116 euros anuales para 25 millones de
británicos. Además, esta propuesta puede abrir una brecha entre los miembros de
la coalición en el poder, conservadores y liberales.
Estos últimos han sido partidarios, a
través del ministro de Negocios, Vince Cable, de imponer este impuesto sobre
las grandes propiedades. No obstante, las aspiraciones liberales se han topado
hasta ahora con la negativa del conservador responsable de la cartera de
Economía, George Osborne.
Según estimaciones realizadas el año
pasado, en el Reino Unido hay 74.000 casas valoradas en 2 millones de libras o
más, el 91% de las cuales se encontraban en Londres y el rico sureste inglés.
El estudio también señalaba que la mitad de esas casas eran compradas por
extranjeros.
Aunque la propuesta todavía no se ha concretado en una firme promesa
electoral, habrá que esperar a la primavera de 2015 para conocer el programa
electoral laborista, Miliband ha logrado que la subida de impuestos a las
rentas más altas retorne al centro del debate político británico.
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