Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

viernes, 29 de noviembre de 2013

Bye bye Monroe, hello Troilo’



Pese a lo que digan muchos, Estados Unidos no se ha “retirado” de Latinoamérica. Su presencia es relevante en cuestiones económicas, políticas, asistenciales y militares. Y los países de la zona no deben confundirse.






RAQUEL MARÍN

Recientemente, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, proclamó lo que en los hechos ya resultaba evidente a mediados de la década pasada: el ocaso de ladoctrina Monroe.Un conjunto de factores estructurales de diversa índole, de tendencias globales y regionales y de transformaciones de envergadura en muchos países del continente —incluido, por supuesto, EE UU— fueron confirmando los límites y los costes de la diplomacia coercitiva, de la capacidad de Washington de intervenir unilateralmente en los asuntos internos de América Latina y de lograr, sin consultar a nadie, la satisfacción de sus principales objetivos en el área.
Quizás de modo un tanto ingenuo, algunos observadores en la región detectaron en las palabras de Kerry una nueva vocación de aislacionismo de Estados Unidos respecto a Latinoamérica. Con escasa base empírica, hubo otros que percibieron que el gesto de Kerry era la constatación de que Estados Unidos ya se había “ido” de América Latina. La consecuencia natural de esas dos lecturas fue enseguida una sola: bye bye Monroe, adiós Estados Unidos.
Probablemente resulte más preciso reconocer que el fin de la doctrina Monroe no implica el “retiro” o el “olvido” de Estados Unidos con relación a América Latina. Es posible que resulte útil comenzar a hablar de ladoctrina Troilo como una suerte de sustituto simbólico a propósito de las relaciones interamericanas. Aníbal Troilo no fue un político latinoamericano, sino uno de los más grandes bandoneonistas argentinos. Nocturno a mi barrio fue una composición suya especial: no solo la escribió en 1968, sino que fue la única que interpretó en 1972. Su letra viene al caso. En aquel soberbio tango, Troilo decía: “Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. ¿Cuándo? ¿Pero cuándo? Si siempre estoy llegando”. La letra tanguera se puede usar para discernir cómo, a pesar de las apariencias y de algunos diagnósticos altisonantes que han ido surgiendo en la propia América Latina, los datos concretos más recientes muestran que Estados Unidos nunca se “fue” de la región:hello Troilo.

Según un estudio, en 2012 la inversión fue cinco veces mayor que en los cinco años anteriores

Por ejemplo, es cierto que el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se desvaneció en 2005 en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata. Pero Estados Unidos ya suscribió y ratificó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México y Canadá, el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana y los tratados de comercio bilaterales con Chile, Colombia, Perú y Panamá. Mientras Mercosur no ha definido una mirada medianamente consistente hacia el Atlántico ni tiene una perspectiva consensuada con relación al otro océano que baña las costas de América Latina, la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú y México) se suma, por interés propio, a la denominada pivot strategy mediante la cual Estados Unidos busca afirmar su proyección de poder en Asia, acompañada por aliados regionales, y rodear a Beijing para limitar la influencia china en la cuenca del Pacífico. Paralelamente, Estados Unidos continúa siendo, a pesar del avance de China en América Latina, el principal inversor en México y la cuenca del Caribe según el último informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en la materia. Además de acuerdo a la misma fuente, y a pesar de la persistente crisis económica interna, “en 2012 las empresas transnacionales de Estados Unidos fueron responsables del 24%” de la inversión extranjera directa en América Latina; “un porcentaje mayor que el de los cinco años anteriores”.
En cuanto a políticas contra el narcotráfico, y al margen de que se cuestione en la región la llamada “guerra contra las drogas”, Washington ha llevado a cabo el Plan Colombia, la Iniciativa Andina, el Plan Mérida, la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe y la Iniciativa de Seguridad Regional para Centroamérica. La creación en 2009 del Consejo Sudamericano de Defensa fue trascendental, pero se produjo después de que Estados Unidos volviera a restablecer en 2008 la IV Flota que había sido disuelta en 1950 y que ahora tiene como misión principal combatir el crimen organizado transnacional. Es cierto que en diciembre de 2000 se cerró la infausta Escuela de las Américas, donde se adiestraron tantos dictadores de la región, pero el total de latinoamericanos entrenados en Estados Unidos entre 1999 y 2011 fue, según el sitio web Just the Facts (www.justf.org) de 195.807 —superior a algunas de las décadas de mayor contacto intramilitar en el continente—. A ello hay que sumar la consolidación de bases en Centroamérica y el Caribe y la ampliación de facilidades militares, como el despliegue de radares y el aumento de operaciones contra las drogas, en esa zona próxima que Washington considera su “tercera frontera”.
Por más diversificación de la asistencia que han buscado los Estados latinoamericanos, la ayuda total a la región de Estados Unidos sigue destacándose sobre el resto de países: 17.317 millones de dólares para el periodo 2009-2014. La asistencia militar y policial de Estados Unidos a América Latina, 6.821 millones de dólares entre 2009-2014, supera la cantidad brindada por cualquier otra nación extrarregional. Si bien la región apuntó a tener fuentes distintas en cuanto a la provisión de armamentos, el total de ventas de armas de EE UU a Latinoamérica fue de 11.191 millones de dólares entre 2006 y 2011. Aunque Estados Unidos se replegó de Ecuador al finiquitarse su uso de la base de Manta y no logró que fuese constitucional el acuerdo con Colombia para usar siete bases militares de ese país, Washington logró sellar dos compromisos con Brasilia —el acuerdo de cooperación en defensa de abril de 2010 y el acuerdo de seguridad en información militar de noviembre de ese mismo año— e iniciar la readecuación de un acuerdo de cooperación en defensa con Perú de 1952. Corresponde aclarar asimismo que según el Stockholm International Peace Research Institute, EE UU es el segundo proveedor de armamentos de Brasil después de Francia y antes de Alemania y Suecia.

En todo momento del año hay hasta 4.000 efectivos militares desplegados a lo largo y ancho de la región

En buena parte de la opinión pública y política persiste la idea de que la cuestión de los drones (vehículos aéreos no tripulados) y de las fuerzas de operaciones especiales se manifiesta fuera de la región; en especial, en Asia Central, Próximo Oriente y el norte de África. Sin embargo, los drones operan en los límites entre Estados Unidos y México y ya hay ensayos con dichos vehículos para interceptar cargamentos de drogas en el Caribe, al mismo tiempo que, según una nota del The Washington Post de julio de este año, los militares estadounidenses han empleado drones, los llamados ScanEagles, en Colombia. Por su parte, las Special Operations Command South, en el marco del Comando Sur con sede en Miami, vienen desarrollando ejercicios con varias fuerzas armadas de la región y el Air Force Special Operations Command ha estado activo en América Central desde 2009. 
Cabe destacar que en el último año ha surgido un interés de las firmas constructoras de drones en Estados Unidos para desplazar a Israel como principal proveedor de los mismos, mientras que el almirante William McRaven, al frente del Special Operations Command, indicó en 2012 la voluntad del Pentágono de expandir el rol de las fuerzas de operaciones especiales en América Latina, a pesar de no ser esta un área desde donde se ponga en jaque la seguridad nacional de Estados Unidos. Las afirmaciones de McRaven coinciden con lo expresado a principios de este año por el general Sean Mulholland del US Special Command South. Hay que añadir que, según una nota de comienzo de 2013 de Associated Press, en todo momento del año hay hasta 4.000 efectivos militares de Estados Unidos desplegados a lo largo y ancho de América Latina.
En síntesis, Estados Unidos no ha sido pasivo ni irrelevante en materia de relaciones interamericanas, ya sea en lo económico, en lo político, en lo asistencial y en lo militar. Nunca se “fue” de la región: está ahí. Ladoctrina Monroe perdió vigencia, pero eso no significa que Estados Unidos se haya retirado de América Latina. En realidad, Washington siempre está “llegando” a la región: bye bye Monroe, hello Troilo.
El gran desafío para la región es saber cómo manejar esas relaciones y cómo avanzar en la autonomía internacional de América Latina, salvaguardando los intereses nacionales de cada país. La región se equivoca si confunde el reconocimiento de parte de Estados Unidos de nuevas realidades mundiales y continentales con inactividad por parte de Washington respecto a la región. El error podría ser mayúsculo si no se entiende que es imperativo para Latinoamérica desagregar temas y discernir coyunturas en sus relaciones con Estados Unidos: al final del día ese país es, simultáneamente, proveedor de orden y desorden en el continente.
Juan Gabriel Tokatlian es director del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de UTDT. 

Japón y Corea del Sur desafían a Pekín sobre el conflicto de las islas



China envía más aviones a la zona tras ignorar Tokio y Seúl la zona de exclusión sobre las disputadas Senkaku-Diaoyu.



AGENCIAS Pekín/EL PAÍS 



Tres de las islas en disputa. / AP

Solo suman siete kilómetros cuadrados, pero el conflicto sobre los ocho islotes del mar de la China Oriental —que los japoneses llaman Senkaku y los chinos llaman Diaoyu— sigue envenenando las relaciones entre las mayores potencias económicas asiáticas. Al sobrevuelo por parte de dos bombarderos B-52 estadounidenses el martes, le han seguido este jueves nuevas patrullas por parte de aviones militares japoneses y surcoreanos, así como la decisión de las principales aerolíneas japonesas de no informar a Pekín sobre sus planes de vuelo. China ha reaccionado enviando cazas a la zona y anunciando que reforzará sus patrullas aéreas. Un portavoz del ministerio chino de Exteriores, Qin Gang, ha exigido que Washington y Tokio "rectifiquen sus errores sobre el terreno" y "pongan fin a sus acusaciones irresponsables sobre China".
El conflicto, que ha ido en aumento desde septiembre, dio una nueva vuelta de tuerca el lunes, cuando China anunció la creación de una zona de defensa aérea sobre las islas, reclamadas por China, Taiwán y Japón y administradas por este último país como parte de la prefectura de Okinawa. La decisión de Pekín, que exige que todos los aparatos que crucen el espacio aéreo de las islas se identifiquen ante las autoridades chinas, ha sido rechazada por el resto de partes implicadas. 
Este jueves, la Unión Europea, a través de su alta comisionada para la política exterior, Catherine Ashton, ha instado a todas las partes a "dar pasos para calmar la situación, promover medidas de creación de confianza y recurrir a la diplomacia para buscar soluciones pacíficas (...) a fin de suavizar las tensiones y resolver las diferencias de forma constructiva".
Mientras, las autoridades de aviación civil de Taiwán, que también reivindica las islas como parte de su territorio, han decidido plegarse a la decisión de Pekín e informar de sus planes de vuelo a las autoridades chinas. Según el diario taiwanés en inglés Taipei Times, el presidente taiwanés, Ma Ying-Jeou, ha afirmado que la decisión de Aviación Civil "no tienen que ver con la soberanía" pero mostró su "preocupación" por la decisión de las autoridades de Pekín. 

La moneda digital BitCoin superó los US$ 1.000

La moneda digital BitCoin superó los US$ 1.000

YPF: Argentina terminará pagando US$ 8.000 millones

YPF: Argentina terminará pagando US$ 8.000 millones

jueves, 28 de noviembre de 2013

Contra el viento de proa de la curia

 

 

Infligiría un gran daño a la credibilidad del Papa Francisco que los reaccionarios del Vaticano le impidieran poner en práctica lo que predica acometiendo la reforma a todos los niveles que necesita la Iglesia.

 

 

HANS KUNG/EL PAÍS


 EULOGIA MERLE

La reforma de la Iglesia está en marcha: en su escrito apostólico Evangelii gaudium, el papa Francisco refuerza no solo su crítica al capitalismo y al dominio del dinero, sino que habla de una reforma de la Iglesia “en todos los niveles”. En concreto, defiende reformas estructurales: la descentralización hasta el nivel de los obispados y parroquias, la reforma de la cátedra de San Pedro, la revalorización de los laicos frente al clericalismo desbordado y una presencia más eficaz de la mujer en la Iglesia, sobre todo en los órganos decisorios. Habla también claramente en favor del ecumenismo y del diálogo interreligioso, en especial con el judaísmo y el islam.
Todo esto ha obtenido una amplia aprobación mucho más allá de la Iglesia católica. Su rechazo indiferenciado del aborto y de la ordenación de las mujeres podría suscitar la crítica y es aquí donde probablemente se pongan de manifiesto los límites dogmáticos de este papa. ¿O es que en esto quizá esté bajo la presión de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de su prefecto, el arzobispo Ludwig Müller?
Este expuso su postura archiconservadora en un largo escrito publicado el 23 de octubre pasado en el L’Osservatore Romano, en el que recalcó la exclusión de los sacramentos de los divorciados que se hayan vuelto a casar. Dado el carácter sexual de su relación, supuestamente viven en pecado mortal, a no ser que convivan “como hermano y hermana” (!).
Algunos observadores se preguntan con preocupación: ¿sigue el papa emérito Ratzinger actuando como una especie de papa en la sombra a través del arzobispo Müller y de Georg Gänswein, el secretario personal de Ratzinger y prefecto de la Casa Pontificia, a quien el pontífice anterior también promovió? Como cardenal, en 1993, Ratzinger llamó al orden a los entonces obispos de Friburgo (Oskar Saier), Ratisbona-Stuttgart (Walter Kasper) y Maguncia (Karl Lehmann) cuando propusieron una solución pragmática a la cuestión de la comunión de divorciados que habían vuelto a contraer matrimonio. Es típico que el actual debate, 20 años después, lo vuelva a desencadenar un arzobispo de Friburgo, Robert Zollitsch, también presidente de la Conferencia Episcopal Alemana. Zollitsch se atrevió a proponer otra vez la necesidad de replantearse la praxis pastoral del trato con los divorciados que se vuelven a casar. ¿Y el papa Francisco?
A muchos la situación les parece contradictoria: aquí reforma eclesiástica, allí el trato a los divorciados; el Papa querría avanzar, el prefecto de la fe frena. El Papa piensa en personas concretas, el prefecto, sobre todo, en la doctrina católica tradicional. El Papa querría ejercer la caridad, el prefecto apela a la justicia y santidad de Dios. El Papa querría que el sínodo sobre cuestiones de familia convocado para octubre de 2014 encontrara soluciones prácticas; el prefecto se apoya en argumentos dogmáticos tradicionales para poder mantener el despiadado statu quo. El Papa quiere que este sínodo acometa nuevos avances reformistas, el prefecto, que anteriormente fue un profesor neoescolástico de Dogmática, cree poder bloquearlos de antemano. ¿Sigue teniendo el Papa bajo control a este vigilante suyo de la fe?

¿Sigue el Papa emérito Ratzinger actuando en la sombra a través de Müller y Georg Gänswin?

Al respecto hay que decir que el propio Jesús se manifestó de forma inequívoca contra la disolución del matrimonio. “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Marcos, 10, 9). Pero lo hizo sobre todo para favorecer a la mujer, que en aquella sociedad estaba en desventaja jurídica y social frente al hombre, el único que podía repudiar a su mujer en el judaísmo. De este modo, la Iglesia católica, secundando a Jesús, incluso en una situación social completamente distinta, debería pronunciarse expresamente en favor del matrimonio indisoluble, que garantice a los contrayentes y a sus hijos relaciones estables y duraderas.
Pero el arzobispo Müller ignora evidentemente que Jesús manifestó en este punto un mandamiento tendencial que, al igual que otros mandamientos, no puede excluir el fracaso y la renuncia. ¿De verdad puede alguien imaginarse que Jesús no habría condenado el trato que actualmente se dispensa a los divorciados? Él, que protegió de forma especial a la adúltera frente a los “ancianos”, que se dirigió especialmente a los pecadores y fracasados y que incluso se atrevió a prometerles su perdón. Con razón dice el Papa: “Jesús debe ser liberado de los aburridos patrones en los que le hemos encasillado”.
En vista de la actual situación de desamparo de esos millones de personas en todo el mundo que, pese a ser miembros de la Iglesia católica, no pueden participar de la vida sacramental, de poco sirve citar un documento romano tras otro sin responder de forma convincente a la pregunta decisiva: ¿por qué no hay perdón precisamente para este fracaso? ¿No ha fracasado de forma lastimosa la doctrina en lo tocante a la prevención del embarazo, sin que haya logrado imponerse en la Iglesia? Un fracaso semejante debería evitarse a toda costa en lo que respecta a la separación.
En cualquier caso, la solución no es reclamar nuevos “esfuerzos pastorales” y pretender que se concedan con mayor generosidad las anulaciones matrimoniales, como sugiere el arzobispo. El auténtico escándalo para muchos católicos no es que la gente se divorcie y se vuelva a casar, sino la desvergonzada hipocresía que esconden muchas anulaciones matrimoniales... ¡incluso cuando hay varios hijos!

Fue la reaccionaria estrategia de la Doctrina de la FE la que arrastró a la Iglesia a la crisis actual

Solo en el año 2012, en Alemania, el porcentaje de divorcios alcanzó el 46,2% respecto a los matrimonios celebrados ese mismo año. Si partimos de las tasas actuales de divorcio y se suma a ellas el creciente número de parejas católicas que solo se ha casado por lo civil o que vive sin vínculo matrimonial alguno, solo en Alemania prácticamente la mitad de las parejas católicas estarían excluidas de los sacramentos. No hay que olvidar tampoco los muchos niños afectados por la distorsionada relación de sus padres con la Iglesia. Se trata, por tanto, de problemas pastorales de mayor alcance que cuestionan de forma radical la credibilidad de la Iglesia oficial y del Papa.
Fue la estrategia retrógrada de la Congregación para la Doctrina de la Fe la que arrastró a la Iglesia a la crisis actual y la que tuvo como consecuencia el abandono de la Iglesia de millones de personas, en particular el de aquellos divorciados que contrajeron segundas nupcias y a los que se excluyó de los sacramentos. Haría un daño tremendo a la Iglesia católica que 50 años después del Concilio Vaticano II se estableciera en el Vaticano un nuevo cardenal Ottaviani —jefe entonces de la Congregación para la Doctrina de la Fe, o Inquisición— que se sintiera llamado a imponer su visión conservadora de la fe al Papa y al concilio; o a la Iglesia entera.
E infligiría un daño inmenso a la credibilidad del papa Francisco que los reaccionarios del Vaticano le impidieran poner en práctica lo antes posible lo que predica con sus palabras y sus gestos, llenos de caridad y sentido pastoral. La curia no puede dilapidar el enorme capital de confianza que el Papa ha reunido en sus primeros meses. Incontables católicos esperan:
—Que el Papa perciba la cuestionable posición teológica y pastoral del guardián de la fe, Müller;
—Que ponga coto a la Congregación para la Doctrina de la Fe y la someta a su línea teológica de orientación pastoral;
—Que la elogiable encuesta dirigida a obispos y católicos laicos con respecto al próximo sínodo sobre las familias desemboque en decisiones claras, fundadas en la Biblia y cercanas a la realidad.
El papa Francisco dispone de las necesarias cualidades de capitán para gobernar el barco de la Iglesia sabia y valerosamente entre las tempestades de la época; la confianza de la grey de la Iglesia le servirá de apoyo. Ante el viento de proa curial, muchas veces tendrá que navegar en zigzag. Pero, así lo esperamos, con la brújula del Evangelio (y no del derecho canónico) mantendrá el rumbo franco hacia la renovación, el ecumenismo y la apertura al mundo. Evangelii gaudium es a este respecto una etapa importante, pero ni de lejos la meta.
Hans Küng es profesor emérito de Teología Ecuménica en la Universidad de Tubinga.
Traducción de Jesús Alborés Rey. 

“¿Dónde se detiene el proceso que inician Escocia y Cataluña?”

 ANTHONY GIDDENS


 

El sociólogo y ex rector de la London School habla sobre el futuro de los nacionalismos.

 

“Las pretensiones independentistas son otra consecuencia de la crisis”.

 

 

CLAUDI PÉREZ Bruselas/EL PAÍS 



Giddens, en una entrevista en enero en Praga. / GETTY IMAGES

Escribir es prever, decía Paul Valéry. Allá por 2005, Anthony Giddens se declaraba un previsor azorado: “Temo un desplome de la economía europea y un retorno del nacionalismo”, escribía. Giddens, reputado sociólogo británico e inspirador intelectual de la tercera vía, apoyaba sin remilgos por aquel entonces la reforma del Estado del bienestar para combatir la dulce decadencia europea. Las reformas no llegaron; lo que vino fue una crisis no tan dulce. Paralelamente, la socialdemocracia se metió en un lío morrocotudo, pero —paradojas de la historia— esa crisis ha traído de la mano una avalancha reformista, hasta el punto de que “el alabado modelo social europeo corre peligro”, apunta. Giddens reflexiona sobre un continente que se asoma a un largo estancamiento, atacado por los populistas, espiado por sus aliados, inseguro de sí mismo, más alemán que nunca. Y no evita los charcos: analiza las pretensiones independentistas en su país y en España como “otra consecuencia de la crisis” y no esconde sus críticas a un debate “en general poco adulto, en el que falta reflexión y sobran emociones”. “Siento decirles esto a escoceses y catalanes, pero es imprescindible hacerse una pregunta sobre las pretensiones secesionistas: ¿Dónde se detiene ese proceso?”
El mito fundacional de Europa es “la semilla de una idea más amplia”, en palabras del fallecido Tony Judt. Pero Giddens (Londres, 1938), en una charla con este diario, detecta un movimiento pendular en sentido contrario. Especialmente en Reino Unido: “Mi país demuestra una vez más que es un caso aparte. A los problemas no responde con un referéndum, sino con dos: el escocés y el europeo. Eso nos convierte en un peligro para la estabilidad, ante la perspectiva de que Escocia salga de Reino Unido y Reino Unido de Europa. Pase lo que pase, el país tiene que repensar su identidad”.
“Lo más preocupante”, a su juicio, “es que los británicos se enfrentan a decisiones tan importantes sin un debate serio”. “Si una mayoría reflexiona sobre estos temas y, con todos los datos sobre la mesa, los británicos decidimos irnos de la UE, o los escoceses deciden separarse, entonces no hay más que hablar: están en su derecho. Creo que Reino Unido puede sobrevivir sin la UE, y Escocia sin Reino Unido. Pero también creo que no hemos pensado lo suficiente en las consecuencias”.

En el debate soberanista falta reflexión y sobran emociones”

Giddens no ve paralelismos entre Escocia y Cataluña: “Es mucho más que eso: hay una conexión directa. Primero, porque no hay más que ver los continuos contactos entre los nacionalismos catalán y escocés. Y segundo, porque España puede llegar a vetar el acceso de Escocia a la UE” (y viceversa, Londres puede vetar la entrada de Cataluña). “Estoy firmemente a favor de las naciones cosmopolitas, en las que la gente es capaz de vivir al lado de alguien que piensa y siente de forma distinta”, se confiesa. “Pero no haga mucho caso”, ironiza, “al fin y al cabo soy británico y un europeísta entusiasta, algo aparentemente incompatible”.
La crisis ha hecho aflorar dramáticamente los problemas que se venían incubando desde hace tiempo. Los nacionalismos son solo uno de ellos. A sus 75 años y con 35 libros a sus espaldas, Giddens presentó el lunes en Bruselas —de la mano del Lisbon Council— Un continente turbulento y poderoso, un ensayo sobre Europa con una idea fuerza: en los próximos seis meses se juega la batalla por la Unión, y la clave no está en los dos kilómetros cuadrados escasos que ocupan las instituciones en Bruselas y Estrasburgo: “El partido se juega en Berlín”.

Hay continuos contactos entre los nacionalismos catalán y escocés”

“El euro ha hecho a la UE mucho más interdependiente que antes. A la vez, esto se ha hecho de una forma obtusa, explosiva y en muchos aspectos irresponsable. Con las nuevas medidas de disciplina fiscal nos están hablando de coordinación económica, pero no de integración: la UE ha ido muy lejos, siempre bajo el mando de Alemania, pero sin la imprescindible integración política, y con los consiguientes problemas de legitimidad democrática. Es urgente un nuevo salto político. El nuevo Gobierno alemán será crucial”.
“Merkel ha hecho un buen trabajo manteniendo unido el euro, lo que no era nada fácil. Se abre una nueva etapa: el liderazgo alemán no puede ser el mismo que hasta ahora: la fractura Norte-Sur, acreedores-deudores, no puede agravarse, porque es el caldo de cultivo que haría emerger los populismos. Necesitamos una Alemania que reconozca que es vulnerable a lo que pase en Europa”.

España puede vetar a Escocia en la UE y Londres a Cataluña”

Hace 10 años, Alemania era el enfermo del continente. “¿No se da cuenta Berlín de que, con la crisis europea, puede volver a enfermar?”. “La UE necesita más cambios: el Sur hace reformas estructurales, pero deben hacerse también en el Norte. La defensa del euro requiere además una unión bancaria en condiciones y transferencia de poder fiscal al centro; a cambio debe haber alguna forma de mutualización, de compartir responsabilidades entre acreedores y deudores. Alemania debe despertar y darse cuenta antes de que vuelva el peligro”.
Giddens, además de padre de la tercera vía, es hijo de un trabajador del metro londinense. ¿Podría hoy el hijo de un trabajador del metro de Sevilla convertirse en lord Giddens? El entrevistado se remueve en la silla y rechaza la pregunta: “Es inaceptable para un sociólogo, las circunstancias históricas son muy diferentes”. ¿Qué responsabilidad tiene la tercera vía en la crisis de la socialdemocracia? Ahí Giddens, amable, simpático y con la frescura analítica de siempre, vuelve a mostrarse incómodo, pero dispara: “La causa de la crisis es esa nueva forma de capitalismo financiero que se incubó durante décadas. La socialdemocracia pudo contribuir a la desregulación, pero ahora tiene la responsabilidad de transformarse: debe recuperar el control de los mercados. Y a escala europea hay debe enfrentarse a otro cambio: sustituir el Estado del bienestar por un Estado de inversión social. En un continente con casi 30 millones de parados, hay que ver dónde se puede crear empleo, y para ello se debe recuperar base industrial; además, queda por hacer la reflexión de cuánta cohesión social podemos pagar en términos de competitividad global, y plantearse cómo puede cambiar la respuesta todo lo relacionado con la revolución tecnológica”. 

Con duras críticas opositoras, el kirchnerismo en el Senado aprobó la reforma del Código Civil



Con 39 votos afirmativos y uno negativo, el oficialismo respaldó la iniciativa; en medio del debate, la UCR abandonó el recinto; el proyecto será tratado en Diputados.


El senador oficialista Aníbal Fernández fue uno de los que votaron a favor. 
Foto: LA NACION / Fabián Marelli


El Frente para la Victoria y sus aliados impusieron la voluntad del Poder Ejecutivo y de la Corte Suprema, artífices e impulsores del proyecto. Minutos antes de la votación, que resultó en 39 sufragios positivos y uno negativo, el bloque de la UCR se retiró del recinto, a modo de protesta por el tratamiento de la iniciativa.
La iniciativa se debatió con más de 170 modificaciones impuestas por el oficialismo al texto original redactado por una comisión especial que encabezó el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.

La discusión se inició pasadas las cuatro de ayer, tras el encuentro que mantuvieron los jefes de los bloques de la Cámara alta con el nuevo jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich , en el despacho del vicepresidente Amado Boudou.

El debate lo inició el presidente de la Comisión Bicameral Especial del Código Civil y Comercial, Marcelo Fuentes, el primero de la lista de más de treinta oradores. "Querían presentar esta tarea como un capricho del gobierno. El tratamiento de este Código es distinto al de (Dalmacio) Vélez Sarfield: no miramos hacia afuera, sino hacia adentro", sostuvo el senador oficialista neuquino.
A su turno, el oficialista Aníbal Fernández indicó que el Senado votará un Código Civil en cuestión de divorcio "que será una solución para la familia".
En cambio, el radical Ernesto Sanz cuestionó los cambios introducidos por el oficialismo en el proyecto y dijo que eso llevará a la "judicialización" de las normas. "Cuando a la Justicia lleguen estas causas porque la política no quiso o no pudo resolver dentro de la política, no nos quejemos", resaltó.
Por su parte, la justicialista disidente Sonia Escudero respaldó los cambios en el artículo 19 sobre concepción. "Es absolutamente absurdo decir que un embrión no implantado es una persona. Es una forma de vida y tenemos la obligación de protegerlo, y por eso habrá una ley especial", sentenció Escudero al indicar que la oposición "hizo un mundo de algo que no es".
En el caso de que el proyecto, que consta de más de 2600 artículos e introduce cambios sustanciales que modificarán la vida de los argentinos, sea aprobado, deberá pasar a Diputados para que sea convertido en ley.
El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación entrará en vigencia a partir de enero de 2016. Obtuvo dictamen de mayoría el miércoles pasado, al término de la cuarta reunión de la Bicameral Especial conformada por una treintena de diputados y senadores.
UN PROYECTO POLÉMICO

Aplicación
El proyecto que unifica los códigos Civil y Comercial tiene 2671 artículos y entraría en vigencia, si es sancionado por el Parlamento, desde el 1° de enero de 2016
La concepción
El oficialismo limitó el inicio de la vida al momento de la concepción, excluyendo así a los embriones utilizados en técnicas de fertilización asistida, las que deberán ser reguladas por una ley específica
Adopciones
Se modifica el estatuto de la adopción, permitiendo hacerlo en el exterior y el acceso al derecho de personas solas o que vivan en una figura creada por el proyecto denominado unión convivencial
Matrimonio
Mantiene el matrimonio entre personas, sean de distinto sexo o no, y habilita a los cónyuges a realizar una separación de bienes previa a la concreción de la unión. Se mantienen la protección de los alimentos y de la vivienda
Deuda y compensación
El proyecto regula sobre la obligación de dar dinero ante el reclamo de una deuda. Sin embargo, si la operación se acordó en moneda extranjera, ésta podrá ser compensada con el equivalente de dar cantidades de cosas y cancelarse con la moneda de curso legal
Agencias DyN y Télam. 

Repsol aceptó el acuerdo, pero discute cuánto y cómo cobra

Repsol aceptó el acuerdo, pero discute cuánto y cómo cobra

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Dos B-52 de EE UU sobrevuelan el espacio aéreo reclamado por China



Pekín declaró de forma unilateral el pasado fin de semana ampliar su zona de defensa aérea sobre unas islas que reclama suyas.


YOLANDA MONGE Washington/EL PAÍS 



Avión japonés sobrevolando el espacio que reclama China. / AP

Dos bombarderos B-52 norteamericanos han realizado este martes una misión de entrenamiento rutinaria en un espacio aéreo que desde el pasado fin de semana reclama China, cuando Pekín anunció, además de su tradicional reivindicación de unas islas que se disputa con Japón en el mar de China Oriental —las Senkaku, en japonés; las Diaoyu, en chino—, la declaración de una nueva “zona de identificación aérea” sobre las mismas. Según el Pentágono, las maniobras estaban planeadas mucho antes de que China cambiara las coordenadas creando esa nueva zona de defensa aérea, y continuará ejerciendo su derecho a volar por lo que considera espacio aéreo internacional.
A este respecto, la Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que se refiere a la crisis abierta entre Japón y China pero en el que no menciona el sobrevuelo de sus aviones. En el comunicado expresa su deseo de que Pekín y Tokio resuelvan diplomáticamente su disputa en torno a las islas cuya soberanía reclaman ambos países —y un tercero, Taiwán—, y que se hallan bajo control de Tokio. “La política anunciada por China durante el fin de semana es innecesariamente provocadora”, aseguró el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest, en una rueda de prensa en California, donde se encuentra el presidente estadounidense, Barack Obama. “Estos son los tipos de problemas que no deberían abordarse con amenazas o lenguaje provocador, sino que pueden y deben ser resueltos de forma diplomática”, concluyó Earnest.



Un portaaviones norteamericano y una flotilla japonesa de barcos de guerra fondearán este miércoles en la zona marítima reclamada por China, lo que supone un claro indicador de la postura que tanto Washington como el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, van a adoptar a la hora de afrontar la crisis abierta por China. Pocas horas después de que Pekín anunciase el pasado fin de semana la creación de la zona de identificación aérea sobre las Senkaku / Diaoyu, el secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, hizo público un comunicado en el que mostró su profunda preocupación por la decisión de Pekín. “Vemos este movimiento como un intento desestabilizador de alterar el statu quo en la región”, declaró el responsable de Defensa. “La decisión unilateral incrementa el riesgo de confusión y de errores de cálculo”, advirtió Hagel.
Pekín insiste en que esa zona marítima es una fuente de recursos energéticos —en las inmediaciones hay un yacimiento de gas, el Chunxiao— y del sector pesquero que pertenece a China, lo que ha elevado en los últimos días la tradicional tensión entre China y Japón, que consideró la declaración china como “inaplicable”.
Según el portavoz del Pentágono, el coronel Steven Warren, Defensa no informó al Gobierno chino de que se iban a efectuar los sobrevuelos. La misión se desarrolló “sin incidentes”, con los dos bombarderos —sin carga— sobrevolando el espacio declarado de forma unilateral por China como zona de identificación aérea durante “menos de una hora”, según Warren.
El primer ministro de Japón ha definido este martes la postura que adoptará en este incidente —con riesgo de provocar una escalada de tensión en la zona— asegurando que dará “los pasos necesarios contra cualquier intento de alterar el statu quo mediante la fuerza”. Abe manifestó asimismo su determinación de “defender el espacio aéreo y marítimo” de su país. El desafío chino supone un reto para el partido conservador del primer ministro nipón, que llegó al poder en 2012 con la promesa de que su país dejara de tener un papel testimonial en términos militares y de reclamar el derecho a su propia defensa. 

La vida no tiene precio



Hace falta un modelo viable que permita un acceso más democrático a la medicina avanzada.




En todo el mundo, en los países ricos, en los países en vías de desarrollo y en los países pobres, el acceso a una más avanzada asistencia sanitaria supone un desafío cada vez mayor. Los altos costes impiden a muchos de los enfermos acceder a innovadores cuidados médicos que podrían curarles o prolongar sus vidas.
La cuestión ya no es si existe una cura para una determinada enfermedad —en muchos casos, la hay—. La cuestión es si el paciente es capaz de pagarse esa cura. Millones de personas se enfrentan a una situación desesperada, sabiendo que hay un tratamiento que podría salvarles o aliviar su sufrimiento, pero sabiendo también que no pueden acceder a él debido a lo prohibitivo de su coste.
Una contradicción frustrante e inhumana afecta hoy a la medicina más avanzada, en la que tienen lugar maravillosos descubrimientos científicos, pero cuyo uso público está limitado exclusivamente a unos pocos.
A un lado de la ecuación de la asistencia sanitaria están las compañías farmacéuticas, que elaboran medicinas que requieren elevadas inversiones y unas pruebas experimentales sofisticadas y rigurosas. En el otro lado están los que pagan los tratamientos médicos: los Gobiernos y los sistemas de asistencia médica en el sector público y las compañías de seguros médicos en el sector privado. En medio está el paciente, luchando por su vida, pero sin medios para pagar: si no puede pagar, no puede sobrevivir.

El absurdo precio de esos nuevos medicamentos los deja fuera del alcance de muchos pacientes

En Estados Unidos, el presidente Barack Obama ha luchado durante años contra la oposición conservadora para extender los beneficios de la asistencia sanitaria a millones de personas. En Europa, con frecuencia, hasta los generalmente accesibles sistemas públicos de asistencia sanitaria no pueden garantizar un pleno acceso a los más novedosos tratamientos, incluso en países ricos. En Brasil, el Gobierno necesita cada vez más fondos para comprar medicamentos que suministra gratuitamente, incluidos algunos fármacos de primera generación. En África, el VIH aflige a partes enormes de su población, y enfermedades tropicales perfectamente evitables —como la malaria— que continúan siendo causas principales de muerte, ya no suponen una prioridad de investigación para las compañías farmacéuticas.
Un vídeo que estuvo circulando por Internet, hecho por una compañía de teléfonos móviles, emocionó a espectadores de todo el mundo al mostrarles los dramas interrelacionados de un muchacho de Tailandia que roba para proporcionarle a su madre el medicamento que necesita, y de una mujer joven que, años más tarde, se enfrenta a unas astronómicas facturas de hospital para salvar a su padre.
Viví en persona el drama de perder a seres queridos debido a la carencia de un tratamiento médico decente. En 1970 perdí a mi primera mujer y a mi primer hijo en el parto, como resultado de una mala práctica hospitalaria. Los años de pena y dolor que siguieron fueron uno de los periodos más difíciles de mi vida.
Por otra parte, en 2011, siendo presidente, me convertí en un superviviente del cáncer gracias a los modernos recursos de un hospital excelente, cubierto por mi plan de salud privado. El tratamiento fue largo y doloroso, pero la competencia y los cuidados de los doctores, y el empleo de una medicación avanzada, me ayudaron a superar la enfermedad.

Es fácil ver a las farmacéuticas como a los malos del caso, pero eso no resuelve el problema

Es fácil ver a las compañías farmacéuticas como a los malos del caso, pero eso no resuelve el problema. Esas compañías suelen casi siempre cotizar en Bolsa, sus actividades están en buena medida financiadas por la venta de acciones en los mercados de valores. Compiten entre ellas y con otros tipos de negocios para poder financiar sus crecientes costes de investigación y de experimentación. El principal atractivo que ofrecen a los inversores es el beneficio, una motivación que choca con la de atender a las necesidades de los pacientes.
Para obtener la ganancia deseada antes de que expire su patente, los medicamentos se venden a menudo a precios completamente fuera del alcance de muchos pacientes. Algunos tratamientos para el cáncer, por ejemplo, cuestan hasta 40.000 dólares al año. Contrariamente al escenario habitual del libre mercado, la competencia no hace que se reduzcan gradualmente los precios, que aumentan y aumentan con cada nuevo fármaco. Ese modelo lucrativo lleva a que las compañías farmacéuticas prioricen la investigación de enfermedades que ofrecen un mejor rendimiento financiero.
El alto coste del tratamiento hace que, con frecuencia, los seguros privados busquen justificaciones para limitar su acceso. Los gestores de sistemas públicos de salud, ante unos recursos limitados, se enfrentan a un dilema: ¿mejorar el sistema de asistencia sanitaria en su conjunto, basado en una media de estándares de calidad, o priorizar un mayor acceso a tratamientos de tecnología punta, que son los que en muchos casos salvan vidas?

Tenemos que tomar en consideración los intereses de todos los actores en la ecuación de la asistencia sanitaria

El absurdo precio de esas nuevas medicaciones se ha interpuesto en el camino de las llamadas economías de escala. En lugar de haber unos pocos pacientes pagando precios muy altos, las medicaciones generarían ingresos suficientes —y demostrarían ser más útiles— si fueran accesibles a un mayor número de pacientes.
No hay una solución fácil, pero no podemos aceptar sin más esta situación. Cada vez más gente demandará, con toda razón, un acceso más democrático a la medicación innovadora ¿Quién podría, en conciencia, darse por vencido en la lucha por un mejor tratamiento de la enfermedad que sufre su padre, su madre, su pareja o su hijo, especialmente si discurre con gran dolor y riesgo para la vida?
Este problema tiene tanto impacto en las vidas —y en las muertes— de millones de personas que merece una especial atención de los Gobiernos y de las organizaciones internacionales, no solo de las agencias de asistencia médica. No podemos seguir tratando este asunto simplemente como una cuestión técnica o de mercado. Tenemos que transformarlo en un asunto realmente político, interpelando a los directamente implicados, así como a otros cuerpos sociales y económicos, para crear un modelo nuevo y viable, que funcione tanto para las compañías que producen las medicinas como para los pacientes que se puedan beneficiar de ellas.
Hoy no tengo un cargo público. Hablo como ciudadano preocupado por el sufrimiento innecesario de tanta gente. Creo que un desafío político y moral de esa importancia debería ser el tema de estudio de una conferencia internacional patrocinada por la Organización Mundial de la Salud. Allí, todas las partes concernidas podrían hablar abiertamente de cómo compartir el coste de la investigación y reducir el precio de los productos finales, situándolos dentro del alcance de todo aquel que los necesite. Y esto debería hacerse con la mayor urgencia.
Tenemos que tomar en consideración los intereses de todos los actores en la ecuación de la asistencia sanitaria avanzada. Pero las decisiones sobre la vida y la muerte no pueden depender de un precio.
Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de Brasil, trabaja ahora en iniciativas globales con el Instituto Lula, y se le puede seguir en facebook.com/lula.
© 2013 Instituto Luiz Inácio Lula da Silva. Distribuido por The New York Times Syndicate.
Traducción del inglés de Juan Ramón Azaola.