Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

viernes, 6 de mayo de 2011

Al Qaeda promete vengar a su líder


ELPAIS.com >Internacional

Los documentos obtenidos en la casa de Pakistán prueban que Bin Laden planeaba atentados contra trenes de EE UU para el décimo aniversario del 11-S

ANTONIO CAÑO | Washington

Al Qaeda confirmó este viernes la muerte de su líder, Osama bin Laden, y prometió vengar su sangre con próximos ataques contra EE UU, al que auguró que "su felicidad se convertirá en tristeza". Al tiempo, nuevos datos oficiales sobre el asalto a la residencia de Abbottabad parecen probar que el célebre terrorista tenía un seguimiento más directo de las acciones de su organización de lo que se presumía y estuvo personalmente implicado en la discusión de un atentado contra trenes norteamericanos coincidiendo con el décimo aniversario del 11-S.

Fuentes oficiales han informado, igualmente, de que la CIA tenía una estación fija en Abbottabad donde un reducido grupo de agentes sometió a estrecha vigilancia la casa de Bin Laden, por lo que alcanzó a saber con bastante precisión las circunstancias que encontraría el comando asaltante, incluido el hecho de que el principal objetivo de la misión no contaba con gran protección.

El comunicado de Al Qaeda, fechado el martes pero publicado este viernes en Internet, afirma que "la sangre del santo jeque guerrero Osama bin Laden, a quien Dios bendiga, es demasiado preciosa para nosotros y para todos los musulmanes como para ser derramada en vano". "Con la voluntad de Dios, seguiremos cazando a los estadounidenses y a sus agentes, siguiéndoles fuera y dentro de sus países. Pronto, con la voluntad de Dios, su felicidad se transformará en tristeza, su sangre se mezclará con sus lágrimas", advierte el grupo terrorista.

Aunque los servicios de seguridad están aún tratando de certificar la autenticidad y el alcance de esas amenazas, Estados Unidos se encuentra en especial alerta desde la muerte de Bin Laden ante el peligro de una acción de venganza por parte de la misma Al Qaeda o de algún elemento aislado que quiera hacer justicia por su cuenta.

Ese peligro se ve reforzado ahora después de conocerse los primeros datos obtenidos por los investigadores del análisis de los ordenadores y documentos incautados por los miembros del comando en la casa de Bin Laden. Entre ese material, según la versión ofrecida por funcionarios a la prensa norteamericana, se encuentran unas notas escritas a mano por el propio Bin Laden en febrero de 2010 en las que se habla de distintas opciones para hacer descarrilar trenes coincidiendo con alguna fecha señalada para los norteamericanos.

Liderazgo real

Las fuentes citadas admiten que no han encontrado aún preparativos más específicos de una operación similar u otras pruebas que indiquen que esos planes progresaron de algún modo. Pero los investigadores conceden un gran valor al hecho de que Bin Laden estuviese hasta fecha reciente personalmente implicado en un proyecto tan concreto, cuando se pensaba que su papel dentro del movimiento terrorista islámico era más bien el de inspirador y guía espiritual. Incluso se creía que la figura de Bin Laden había perdido valor y que Al Qaeda tenía otros dirigentes operativos.

El comunicado de esa organización certifica, en cierto modo, el liderazgo indiscutible de Bin Laden, así como su importancia dentro de la organización, y reconoce de forma indirecta su preocupación por el daño que su pérdida puede ocasionarles. "Es imposible, imposible, el jeque Osama no construyó una organización para que muriera con él", asegura. "La universidad de fe, Corán y yihad en la que Bin Laden se graduó no cerrará sus puertas, los soldados del islam continuarán unidos, organizando y planeando sin descanso", añade.

Al parecer, los autores del comunicado no sabían cuando lo redactaron que el cadáver de Bin Laden había sido arrojado al mar, puesto que exigen que los restos de su líder sean entregados a su familia. También piden a los paquistaníes levantarse contra su Gobierno, lo que hasta ahora se ha traducido únicamente en pequeñas acciones de protesta.

La Administración norteamericana no ha hecho aún una valoración sobre el estado en que queda Al Qaeda tras la desaparición de Bin Laden, pero espera obtener más información sobre la vida interna de esa organización en los materiales incautados en Abbottabad; sus planes, sus redes en distintos países y su futuro liderazgo. Hasta este momento se consideraba número dos de Al Qaeda al egipcio Ayman al Zawahiri, pero esto es algo que es necesario comprobar puesto que fuentes oficiales paquistaníes citadas por The Wall Street Journal aseguran que Al Zawahiri rompió hace tiempo con Bin Laden y actúa por su cuenta.

Al esclarecimiento de algunas de esas dudas puede ayudar también el trabajo que, según se ha sabido ahora, realizaron durante meses agentes de la CIA que observaron los movimientos de la casa de Bin Laden desde otra residencia próxima. Con tecnología de gran sofisticación, reforzada por la información de satélites y aviones-espías, la CIA llegó a saber qué personas entraban y salían de esa casa y cuántos solía haber en su interior. Observaron, por ejemplo, la presencia constante de un hombre alto al que bautizaron como the pacer (el que da vueltas, el que marca el ritmo) que podría ser el propio Bin Laden.

jueves, 5 de mayo de 2011

Revelan en EE.UU. nuevos detalles del operativo que suman contradicciones


Ben Laden tenía armas a su alcance cuando fue abordado en su casa, aseguran fuentes oficiales citadas por The New York Times; Obama rendirá homenaje a las víctimas del 11-S en su visita a Ground Zero

LA NACION|Jueves 05 de mayo de 2011 | 06:26 (actualizado a las 08:02)


NUEVA YORK.- La información y los detalles del operativo que acabó con la muerte de Osama ben Laden parecen ser más confusas, después de que fuentes oficiales citadas por el diario The New York Times revelaran que al momento de ser abordado por el comando de elite norteamericano, el terrorista tenía a su alcance un rifle y un revólver, una versión alejada de las dos que se informaron anteriormente.

Según los nuevos detalles que publica el diario estadounidense, el operativo, al que las fuentes de la administración de Obama calificaron de "sangriento y caótico", consiguió despejar rápidamente el camino hacia el terrorista más buscado, lejos de los 40 minutos con tiroteo incluído a los que se había referido la Casa Blanca en su discurso oficial.

Las fuentes aseguraron que los soldados norteamericanos sólo recibieron fuego enemigo al principio del asalto, cuando el mensajero de Ben Laden, Abu Ahmed Al Kuwaiti, abrió fuego desde detrás de la puerta de la casa de invitados adyacente a la casa principal, en la que se encontraba el terrorista más buscado. Tras ello, los comandos militares no volvieron a ser disparados, señalan.

Estos nuevos detalles revelados salen a la luz apenas un día después de que Barack Obama decidiera finalmente no difundir las imágenes del cadáver de Ben Laden, una postura que despertó escepticismos y críticas desde diversos sectores.

En ese contexto, el presidente norteamericano visitará hoy el Ground Zero, en el sur de Manhattan, por primera vez tras la muerte de Osama ben Laden, mientras crece la controversia por la decisión de no mostrar las fotos en las que se muestra al terrorista abatido en su casa cerca de Islamabad, en Paquistán, donde fue hallado por un comande de elite del ejército de Estados Unidos.

La visita estará cargada de simbolismo, cuando el presidente deposite una ofrenda floral en el sitio devastado por los atentados del 11-S y donde ahora se levantan varios rascacielos en construcción. La Casa Blanca aseguró que no se trata de una vuelta para cantar victoria sino de una forma de homenaje a las víctimas de los ataques que desencadenaron la controvertida guerra global de Estados Unidos contra el terrorismo.

El portavoz de la Casa Blanca, Jim Carney, dijo que la muerte de Ben Laden había sido "un momento de catarsis significativo para el pueblo norteamericano" y que Obama "quiere rendir homenaje al espíritu de unidad que todos sentimos tras aquel terrible ataque".

Su ramo de flores será en homenaje a los cientos de bomberos y demás socorristas que perecieron en las torres gemelas. "También se reunirá en privado con los familiares de las víctimas y de los socorristas", dijo Carney. "Quiere reunirse con ellos -explicó el vocero- y compartir este importante y significativo momento, que es agridulce para muchos de los familiares de las víctimas".

La muerte del enemigo número uno de Estados Unidos de forma tan espectacular es indudablemente uno de los principales triunfos de Obama desde que llegó a la Casa Blanca en 2008. Las encuestas revelaron un inmediato incremento de la popularidad e incluso el difícil establishment de Washington cerró filas en torno al presidente.

No habrá discurso durante la ceremonia en el Ground Zero, y la entrevista con los familiares será privada, aunque el portavoz no excluyó que haga algunos comentarios a la prensa.

La voluntad de mantener una atmósfera de dignidad tras la muerte de Ben Laden se tradujo además en la negativa de Obama de autorizar la difusión de fotografías del cuerpo muerto de su enemigo, reclamada por algunos medios. "Es importante asegurarnos de que las fotografías gráficamente muy explícitas de alguien que recibió disparos en la cabeza no ande dando vueltas por ahí como una incitación a la violencia", dijo Obama a CBS.

Agencias AP, EFE y AFP

miércoles, 4 de mayo de 2011

Sombras sobre la operación que liquidó a Bin Laden


EL PAIS.com >Internacional

El ex lider de Al Qaeda ni iba armado ni utilizó a una mujer como escudo humano, según reconocieron ayer la CIA y la Casa Blanca.-Ex altos cargos de la Administración Bush atribuyen el éxito de la operación a técnicas de interrogatorio como el 'waterboarding'

La operación de comandos que acabó con la vida de Osama Bin Laden el pasado lunes en Pakistán ha sido un éxito militar sin apenas resquicios y en el plano político ha supuesto un logro sin precedentes para la presidencia de Barack Obama. Pero según pasan las horas, se van conociendo más detalles que ponen de relieve serias contradicciones entre los miembros del Gobierno estadounidense a la hora de relatar lo acaecido en esas 40 horas de operación. La propia Casa Blanca ha sembrado las dudas en las últimas horas al adornar con nuevos detalles el relato de los hechos.

Según la última versión oficial, ofrecida por el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, el exlíder de Al Qaeda ni estaba armado ni empleó como escudo humano a una mujer cuando el comando de fuerzas especiales le disparó en la cabeza y en el pecho en su escondite de Abbottabad. Este relato contradice en parte la primera versión ofrecida por el principal asesor de seguridad del presidente, John Brennan, quien aseguró que Bin Laden "estuvo implicado en el tiroteo".

La pregunta que muchos se hacen ahora es por qué el comando optó por matar al terrorista internacional en vez de detenerlo. "Se resistió. El personal estadounidense en el terreno se manejó con la máxima profesionalidad y [Bin Laden] fue abatido en la operación por la resistencia que opuso", explicó Carney, quien añadió que el hecho de estuviera desarmado no modifica la calificación de resistencia, ya que "existen muchos modos de resistencia que esgrimir un arma".

En paralelo a estas declaraciones, el director de la CIA, Leon Panetta, despejó anoche cualquier duda sobre la misión específica de los militares. "Teníamos autorización para matarlo, eso estaba claro. Pero también, si en el enfrentamiento [Bin Laden] de repente levantaba los brazos y se rendía, para capturarlo, si se hubiera dado la oportunidad. Pero eso no sucedió", explicó en declaraciones a la televisión NBC.

Estas últimas revelaciones han puesto a la Administración Obama a la defensiva y a la opinión pública ante la tesitura de si Washington exageró en un primer momento los elementos que rodearon la arriesgada operación terrestre con meros fines propagandísticos, informa The Washington Post.

Sin garantías de la presencia de Obama

Al mismo tiempo, detalles adicionales revelan que el asalto estuvo plagado de incertidumbres hasta el último momento. Panetta, que supervisó todo el operativo, ha reconocido que la inteligencia estadounidense nunca obtuvo fotografías ni recopiló otras pruebas que garantizaran que Bin Laden vivía dentro del complejo residencial atacado. Panetta ha asegurado a la revista Time que solo existía entre un 60 y un 80% de probabilidades de que Bin Laden se encontrara en la casa. "La verdad es que podríamos haber entrado allí y no haber encontrado a Bin Laden", ha admitido Panetta en otra entrevista con PBS NewsHour.

Pero las declaraciones más espinosas de Panetta fueron las relativas a la tortura, al asegurar que quizá ahora haya cuestiones "que deben someterse a debate". Quizá el modo en como se consiguió la información que ayudó a capturar al líder del terrorismo yihadista. Según sus declaraciones, la información obtenida de los detenidos en las cárceles secretas de la CIA, entre ellas Guantánamo, mediante la polémica técnica de asfixia simulada ayudó a trazar el plan que acabó con la vida de Bin Laden. Aunque en la entrevista, Panetta reconoce, que las claves que llevaron a los servicios de espionaje a hallar el escondite del líder de Al Qaeda procedieron de "muchas fuentes de información", y no sólo de ésta.

Preguntado por si en esas "técnicas de interrogación coercitivas" se incluía la asfixia simulada, el director de la CIA, que próximamente tomará el relevo a Robert Gates al frente del Departamento de Defensa, respondió: "Correcto".

Pese a todos estos riesgos, el presidente Obama decidió seguir adelante con la operación, porque al menos, según ha explicado el jefe de la CIA, valdría para obtener más información sobre el paradero del hombre más buscado del planeta. Obama arriesgó. Y esta vez, tras 10 años de operaciones frustradas, acertó.

Debate sobre el uso de la tortura

¿Fueron los brutales interrogatorios a detenidos determinantes para recopilar los datos que condujeron a la CIA hasta el refugio de Bin Laden?. La pregunta se la hace hoy el diario The New York Times cuando se cumplen dos días de la muerte del terrorista más buscado de la historia en una operación relámpago llevada a cabo por un comando de fuerzas especiales de la Armada de EE UU y en pleno debate sobre el empleo de la tortura en los interrogatorios a sospechosos de terrorismo.

Varios exresponsables del anterior Gobierno del presidente republicano George W. Bush han visto en la muerte de Bin Laden la ocasión perfecta para reivindicar la política de las conocidas como "técnicas de interrogatorio mejoradas", como el waterboarding o ahogamiento simulado, para obtener información de los detenidos. Entre ellos está John Yoo, un exresponsable del Departamento de Justicia y que en su día escribió los memorandos secretos en los que se justificaba el uso de estos interrogatorios brutales. "El presidente Obama puede reivindicar, con todo derecho, el éxito alcanzado hoy", escribe Yoo este lunes en la publicación National Review, "pero se lo debe a las duras decisiones tomadas en su día por la Administración Bush."

Pero si se analiza en detalle los interrogatorios a prisioneros, como The New York Times asegura que ha hecho, se llega a la conclusión de que las técnicas agresivas para obtener información privilegiada jugaron un pequeño papel a la hora de identificar al mensajero de confianza de Bin Laden, el kuwaití Abu Ahmad, clave para dar con el paradero del responsable del peor ataque contra EE UU desde la II Guerra Mundial.

Un detenido, que aparentemente fue objeto de algún interrogatorio puntual con dureza, ofreció una descripción crucial del correo de Bin Laden, según responsables de esos interrogatorios. Pero dos prisioneros que sufrieron en sus carnes las técnicas más agresivas -uno de ellos es Khalid Shaikh Mohammed, al que se le sometió a waterboarding hasta en 183 ocasiones- mintió y confundió a los servicios de inteligencia estadounidenses sobre la identidad del hombre de confianza del líder de Al Qaeda.

La discusión sobre el entramado de inteligencia que culminó en la localización de Obama ha reabierto un viejo debate en la política estadounidense sobre el uso de la tortura que ya acaparó todos los focos durante la presidencia de George W. Buh a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Tanto el exmandatario como muchos de sus antiguos colaboradores han argumentado durante años que el uso de la fuerza era necesario para persuadir a los detenidos de Al Qaeda y que confesaran. Uno de los pilares de la campaña que aupó a Barack Obama a la presidencia fue su frontal oposición a la tortura, que, en palabras del propio Obama, contradecía los principios de la Constitución estadounidense a cambio de muy poco o nada.

Glenn L. Carle, un agente retirado de la CIA que participó en interrogatorios a detenidos en 2002, ha asegurado, en conversación telefónica con el diario neoyorquino, que las técnicas coercitivas "no proporcionaron información útil, significativa ni fidedigna". Este antiguo funcionario ha admitido que algunos de sus colegas defienden las medidas pero que "todos estaban profundamente preocupados y la mayoría sentía que era un técnica antiamericana y que no funcionaba".

"La conclusión es la siguiente: si hubiéramos obtenido alguna prueba determinante gracias al empleo del waterboarding en 2003, habríamos capturado a Osama Bin Laden en 2003", ha resumido por su parte Tommy Vietor, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, un órgano consultivo que depende directamente de la presidencia. "Nos llevó años de trabajo de recolección y análisis de múltiples fuentes para identificar el campamento, y llegar a la conclusión de que Bin Laden vivía allí", ha asegurado este responsable.

Mientras, miembros del Ejecutivo de Obama, todavía embarcados en la euforia, intentan sortear una lucha partidista entre demócratas y republicanos sobre la tortura que puede acabar por minar el máximo logro hasta la fecha de Obama en política exterior.

martes, 3 de mayo de 2011

EE UU revela que Bin Laden no iba armado


ELPAIS.com >Internacional

La Casa Blanca dice que el terrorista fue abatido por la resistencia que opuso.- "La resistencia no requiere un arma de fuego", según el portavoz Jay Carney, que no da más detalles

EL PAÍS - Madrid - 

Osama Bin Laden no estaba armado cuando las fuerzas especiales de EE UU asaltaron el complejo residencial de Abbottabad. Lo ha aclarado Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, durante su comparecencia de este martes ante los medios. ¿Por qué mataron al líder de Al Qaeda, entonces, en lugar de detenerlo? "Se resistió. El personal estadounidense en el terreno se manejó con la máxima profesionalidad y fue abatido en la operación por la resistencia que opuso", ha dicho Carney. "La resistencia no requiere de un arma de fuego", añadió.

El comunicado que ha leído el portavoz describe cómo, en la primera planta, las fuerzas especiales mataron a dos mensajeros al servicio de Bin Laden, junto con una mujer a la que alcanzó el tiroteo. Ya en la habitación del terrorista, en la tercera planta, una de sus esposas se interpuso y recibió un disparo en una pierna, aunque no murió. A continuación, los agentes abatieron al terrorista.

Carney también se refirió a la decisión de EE UU de no informar a Pakistán de la misión, calificando la relación entre ambos países de "complicada pero importante". "Debemos tener cuidado en no generalizar", dijo respecto a las sospechas por que Bin Laden viviera durante tanto tiempo (unos seis años) en el complejo residencial.

Acerca de las fotografías de Bin Laden muerto, el portavoz ha justificado que aún no hayan visto la luz porque su publicación podría resultar "incendiaria". La imagen del cadáver es "atroz", en palabras de Carney.

Enemigo muerto en acción

"Gerónimo EKIA". Con esta escueta frase, el director de la CIA, Leon Panetta, anunciaba este lunes la muerte de Bin Laden. Unos segundos después de escuchar el nombre en clave del principal objetivo del espionaje de EE UU desde el 11-S seguido por el acrónimo en inglés de "enemigo muerto en acción" (enemy killed in action), Barack Obama, reunido con sus asesores en la sala de crisis de la Casa Blanca, habló al fin: "Lo tenemos".

Un miembro del comando de élite de la Marina SEAL sacó una foto del cadáver del hombre alto y barbudo, y lo envió a analistas que, a través de un programa de reconocimiento facial, determinaron que había un 95% de probabilidades de que se tratara de Bin Laden. Una de las esposas del líder de Al Qaeda también identificó el cuerpo, según The New York Times, aunque la confirmación crucial llegó posteriormente tras comparar el ADN con muestras de familiares, que arrojaron un 99,9% de certeza.

El comienzo de la operación que culminaba ocho meses de trabajo y años de recopilación de información auguraba un desastre. Dos docenas de comandos de la unidad de élite de la Marina SEAL tenían que descolgarse de dos helicópteros Black Hawk en la madrugada del lunes en un fortificado complejo en la ciudad de Abbottabad, a 60 kilómetros al norte de Islamabad, donde se ocultaba Bin Laden desde hace cinco o seis años, como ha confirmado este martes John Brennan, principal asesor de seguridad de la Casa Blanca. Pero uno de los aparatos sufrió un fallo mecánico y cayó, con la cola enganchada en un muro de 3,5 metros.

Los detalles de la prensa estadounidense difieren sobre dónde cayó el aparato y si el objetivo era que los militares descendieran dentro del complejo residencial o fuera, como relata The Washington Post. Según este diario, el accidente obligó a que los militares a bordo del Black Hawk averiado, que tenían que haber iniciado la operación desde el exterior, tuvieran que luchar para ocultarse de los hombres del terrorista dentro del patio fortificado.

En el otro extremo del mundo, el consejo de guerra reunido en la sala de crisis contuvo la respiración, según Brennan. Nadie quería otro Black Hawk derribado como el ocurrido en Somalia en 1993, una de las pesadillas recurrentes en todas las reuniones previas para decidir cómo se realizaría la operación. Un tercer helicóptero, un Chinook, fue enviado para apoyo de emergencia. Finalmente, según el periódico de Washington, los seals que se descolgaron fuera del recinto se unieron a los que cayeron en el interior, y avanzaron intercambiando disparos.

Desde la sala de crisis, el presidente de EE UU y su equipo siguieron en directo el avance por el edificio principal del complejo, cuarto por cuarto, planta por planta, la mayor parte del tiempo en silencio. El rostro de Obama parecía "de piedra", según un ayudante. El vicepresidente, Joe Biden, pasaba las cuentas de un rosario. En una pantalla, el director de la CIA narraba desde la sede del organismo, al otro lado del río Potomac, lo que estaba ocurriendo en Pakistán.

"Los minutos pasaban como días", contó Brennan. "Fue probablemente uno de los periodos con mayor ansiedad, creo, en la vida de todos los que nos encontrábamos reunidos", describió el principal asesor de seguridad de la Casa Blanca.

Semanas de entrenamiento

El comando había volado a Pakistán durante la noche desde una base en Jalalabad, en la vecina Afganistán. El objetivo era entrar y salir del país antes de que las autoridades paquistaníes detectaran siquiera la incursión de lo que para ellos supondrían fuerzas desconocidas, y pudieran reaccionar filtrar detalles. Los miembros del equipo se habían entrenado durante semanas y practicado a diario en una precisa réplica del complejo residencial, por lo que conocían sus muros y características exteriores, así como los posibles ocupantes con los que se podían encontrar, informa The Washington Post. Según The New York Times, los entrenamientos se llevaron a cabo en réplicas levantadas en ambas costas de EE UU, aunque en un principio no se informó a los seals de cuál sería el objetivo preciso.

Los ensayos cubrieron una amplia gama de escenarios, entre ellos la posibilidad de que Bin Laden intentara rendirse, por lo que los seals también practicaron el método para detenerlo, según una fuente militar citada por el diario. Utilizando órdenes en árabe, el equipo tenía que ofrecer al terrorista la oportunidad de rendirse, y solo abrir fuego si se resistía, como finalmente sucedió.

Los Black Hawk llegaron a Abbottabad justo pasada la medianoche del lunes. Aunque contaban con el elemento sorpresa, al poco de bajar de altitud los helicópteros, los vecinos escucharon una fuerte explosión y disparos. El escándalo fue tal que un residente de la zona relató los acontecimientos en directo en Twitter.

Una vez dentro del edificio principal, los comandos peinaron metódicamente cada habitación hasta llegar a las plantas superiores, donde esperaban encontrar a Bin Laden, mientras desde la Casa Blanca asistían a las conversaciones a través de líneas seguras. Tras abatir a dos hombres y una mujer, y aproximadamente media hora después de aterrizar, los seals encontraron a Bin Laden en la tercera planta, vestido con la túnica y los pantalones amplios tradicionales de la zona.

"Tenemos contacto visual con Gerónimo [nombre clave para Bin Laden, en referencia al líder apache]", relató a través de videoconferencia Leon Panetta, director de la CIA. Minutos después, las esperadas palabras: "Gerónimo EKIA". Enemigo muerto en acción.

No ha trascendido si Bin Laden y los agentes intercambiaron alguna palabra, ni en qué consistió exactamente la resistencia que cita la Casa Blanca. Sí que el líder terrorista más buscado recibió al menos un disparo en la cabeza y varios en el pecho. Un tiro sobre su ojo izquierdo le voló parte del cráneo, según muestran las imágenes descritas por fuentes de AP, y murió al instante.

Antes de dirigirse al punto prefijado de recogida, los seals hicieron explotar el helicóptero accidentado. En el recinto dejaron 23 niños y nueve mujeres, según AP, aunque según un funcionario paquistaní, tienen bajo custodia a solo nueve niños de entre dos y 12 años. Al parecer, Pakistán asegura tener bajo custodia a una mujer de Bin Laden y a una de sus hijas, de 12 o 13 años, detenidas tras el asalto a la residencia. Según ha afirmado a Efe una fuente de los servicios secretos de Pakistán (ISI) bajo condición de anonimato, ambas se encontraban en la casa en la que los comandos norteamericanos mataron al líder de Al Qaeda. La fuente añadió que la decena de personas detenidas junto a las familiares de Bin Laden serán interrogadas y a continuación entregadas "a su país de origen", que no pudo determinar en ninguno de los casos.

Hacia la 1.10 hora local, los comandos se subieron al otro Black Hawk y al Chinook enviado como refuerzo y volaron al portaaviones U.S.S. Carl Vinson, en el norte del Mar Arábigo. Allí, el cuerpo pasó por el ritual islámico, aclaró el portavoz de la Casa Blanca. El cadáver fue lavado, colocado en una sábana blanca y metido en una bolsa. Un oficial leyó pasajes religiosos, que un traductor repitió en árabe. Después, el cuerpo sin vida de Bin Laden fue arrojado al agua.

Solo después de salir del espacio aéreo paquistaní, Obama telefoneó al presidente del país, Asif Ali Zardari, para informarle de la operación que había tenido lugar, según The Washington Post.

Tres opciones

Para llegar hasta este éxito militar, Obama tuvo que elegir la opción más arriesgada entre las tres planteadas por su equipo: un asalto de comandos estadounidenses con helicópteros, un ataque con bombarderos B-2, o una incursión conjunta con los servicios de espionaje paquistaníes, que serían informadas pocas horas antes de la operación.

La segunda opción fue finalmente desechada cuando tras un análisis militar se concluyó que se necesitarían unas 32 bombas de más de 900 kilogramos cada una para volar el complejo. Además, como describió una fuente de inteligencia, "hubiera creado un cráter gigante, y no nos hubiera proporcionado ningún cadáver", por lo que sería imposible confirmar físicamente la muerte de Bin Laden.

Hasta principios de año, el equipo de Obama no tuvo cierta certeza de que Bin Laden se ocultaba en el complejo de Abbottabad, pese a que se sospechaba desde el verano pasado, cuando el seguimiento al mensajero de confianza del líder de Al Qaeda llevó hasta ese edificio.

"Estuvo en el complejo los últimos cinco o seis años y virtualmente no tenía interacción con otros fuera. Pero parecía estar muy activo", ha explicado este martes a la CBS el máximo asesor de seguridad de Obama. "Sabemos que grabó vídeos y audios. Sabemos que estaba en contacto con algunos altos cargos de Al Qaeda", ha añadido Brennan. "Estamos tratando de entender en qué ha estado implicado en los últimos años, explotar cualquier información que seamos capaces de obtener del complejo y usarla para continuar nuestros esfuerzos para destruir Al Qaeda", ha concluido.

La operación de la madrugada del lunes culmina una década de trabajo de las agencias de espionaje, que durante años ha dado palos de ciego. La Casa Blanca ha apuntado este martes a través de su portavoz Jay Carney que, tras años de búsqueda, EE UU se ha dado cuenta de que la organización terrorista prefiere "áreas muy pobladas" a "cuevas o pequeños pueblos", como pensaba cuando inició la lucha contra la organización. Bin Laden "se ha escabullido de nuestra vista exitosamente durante mucho tiempo. No es el único objetivo de alto valor que se esconde en áreas urbanas", ha apuntado Carney.

La CIA a Obama: "Tenemos contacto visual; Gerónimo abatido"


ELPAIS.com >Internacional
 
"Contacto visual con Gerónimo; enemigo muerto en acción"
La operación que acabó con Bin Laden bordeó el desastre al caer un helicóptero estadounidense nada más llegar. Los comandos ensayaron durante semanas en una réplica de la mansión del líder de Al Qaeda.

EL PAÍS - Madrid -  

"Gerónimo EKIA". Con esta escueta frase, el director de la CIA, Leon Panetta, anunció la muerte de Osama bin Laden. Unos segundos después de escuchar el nombre en clave del principal objetivo del espionaje de EE UU desde el 11-S seguido por el acrónimo en inglés de "enemigo muerto en acción", Barack Obama, reunido con sus asesores en la sala de crisis de la Casa Blanca, habló al fin: "Lo tenemos".

 Un miembro del comando de élite de la Marina SEAL sacó una foto del cadáver del hombre alto y barbudo, y lo envió a analistas que, a través de un programa de reconocimiento facial, determinaron que había un 95% de probabilidades de que se tratara de Bin Laden. Una de las esposas del líder de Al Qaeda también identificó el cuerpo, según The New York Times, aunque la confirmación crucial llegó posteriormente tras comparar el ADN con muestras de familiares, que arrojaron un 99,9% de certeza.

El comienzo de la operación que culminaba ocho meses de trabajo y años de recopilación de información auguraba un desastre. Dos docenas de comandos de la unidad de élite de la Marina SEAL tenían que descolgarse de dos helicópteros Black Hawk en la madrugada del lunes en un fortificado complejo en la ciudad de Abottabad, a 60 kilómetros al norte de Islamabad. Pero uno de los aparatos sufrió un fallo mecánico y cayó, con la cola enganchada en un muro de 3,5 metros.

Los detalles de la prensa estadounidense difieren aquí sobre dónde cayó el aparato y si el objetivo era que los militares descendieran dentro del complejo residencial donde se ocultaba Bin Laden desde hace cinco o seis años, o fuera, como relata The Washington Post. Según este diario, el accidente obligó a que los militares a bordo del Black Hawk averiado, que tenían que haber iniciado la operación desde el exterior, tuvieran que luchar para ocultarse de los hombres del terrorista dentro del patio fortificado.

En el otro extremo del mundo, el consejo de guerra reunido en la sala de crisis contuvo la respiración, según relató John Brennan, principal asesor de seguridad de la Casa Blanca. Nadie quería otro Black Hawk derribado como el ocurrido en Somalia en 1993, una de las pesadillas recurrentes en todas las reuniones previas para decidir cómo se realizaría la operación. Un tercer helicóptero, un Chinook, fue enviado para apoyo de emergencia. Finalmente, según el periódico de Washington, los seals que se descolgaron fuera del recinto se unieron a los que cayeron en el interior, y avanzaron intercambiando disparos.

Desde la sala de crisis, el presidente de EE UU y su equipo siguieron en directo el avance en el edificio principal del complejo, cuarto por cuarto, planta por planta, la mayor parte del tiempo en silencio. El rostro de Obama parecía "de piedra", según un ayudante. El vicepresidente, Joe Biden, pasaba las cuentas de un rosario. En una pantalla, el director de la CIA narraba desde la sede del organismo, al otro lado del río Potomac, lo que estaba ocurriendo en Pakistán.

"Los minutos pasaban como días", contó Brennan. "Fue probablemente uno de los periodos con mayores periodos de ansiedad, creo, en la vida de todos los que nos encontrábamos reunidos", describió el principal asesor de seguridad de la Casa Blanca.

El comando había volado a Pakistán durante la noche desde una base en Jalalabad, en la vecina Afganistán. El objetivo era entrar y salir del país antes de que las autoridades paquistaníes detectaran siquiera la incursión de lo que para ellos supondrían fuerzas desconocidas, y pudieran reaccionar y provocar un posible choque violento. Los miembros del equipo se habían entrenado durante semanas y practicado a diario en una precisa réplica del complejo residencial, por lo que conocían sus muros y características exteriores, así como los posibles ocupantes con los que se podían encontrar, según The Washington Post. Según The New York Times, los entrenamientos se llevaron a cabo en réplicas levantadas en ambas costas de EE UU, aunque en un principio no se informó a los seals de cuál sería el objetivo preciso.

Los ensayos cubrieron una amplia gama de escenarios, entre ellos la posibilidad de que Bin Laden intentara rendirse, por lo que los seals también practicaron el método para detenerlo, según una fuente militar citada por el diario. Utilizando órdenes en árabe, el equipo tenía que ofrecer al terrorista la oportunidad de rendirse, y solo abrir fuego si se resistía, como finalmente sucedió.

Los Black Hawk llegaron a Abbottabad justo pasada la medianoche del lunes. Aunque contaban con el elemento sorpresa, al poco de bajar de altitud los helicópteros, los vecinos escucharon una fuerte explosión y disparos. El escándalo fue tal que un residente de la zona relató los acontecimientos en directo en Twitter.

Una vez dentro del edificio principal, los comandos peinaron metódicamente cada habitación hasta llegar a las plantas superiores, donde esperaban encontrar a Bin Laden, mientras desde la Casa Blanca asistían a las conversaciones a través de líneas seguras. En el camino, murieron al menos tres hombres: el mensajero que resultó clave para localizar el escondite de Bin Laden, identificado hoy como el kuwaití Abu Ahmad, su hermano, y un hijo del líder terrorista, Hamza. Uno de estos hombres habría usado como escudo a una mujer no identificada, mientras disparaba contra los estadounidenses. Ambos murieron.

Finalmente, unos 40 minutos después de aterrizar, los seals encontraron a Bin Laden en la tercera planta, vestido con la túnica y los pantalones amplios tradicionales de la zona.

"Tenemos contacto visual con Gerónimo", relató a través de videoconferencia Leon Panetta, director de la CIA, a los congregados en la sala de crisis de la Casa Blanca, usando el nombre en clave para el líder de Al Qaeda, el del histórico jefe de los indios apache. Y minutos después, las esperadas palabras: "Gerónimo EKIA". Enemigo muerto en acción.

El Gobierno de EE UU ha dado pocos detalles sobre los últimos minutos del hombre más odiado del país. Las versiones de distintos medios de comunicación difieren. Aunque Brennan había informado ayer de que el líder terrorista se había ocultado tras una de sus mujeres, la Casa Blanca ha aclarado posteriormente que no era una de sus esposas. Un alto funcionario estadounidense citado por Los Angeles Times relató que la mujer, que resultó herida en una pierna durante el tiroteo, pudo tratar de interponerse entre los comandos y Bin Laden, pero que éste no la estaba utilizando como escudo.

Tampoco se sabe si intercambiaron alguna palabra. Sí que el líder terrorista más buscado recibió al menos un disparo en la cabeza y varios en el pecho. Un tiro sobre su ojo izquierdo le voló parte del cráneo, según muestran las imágenes descritas por fuentes de AP. Bin Laden murió al instante.

Antes de dirigirse al punto prefijado de recogida, los seals hicieron explotar el helicóptero accidentado. En el recinto dejaron 23 niños y nueve mujeres, según AP, aunque según un funcionario paquistaní, tienen bajo custodia a solo nueve niños de entre dos y 12 años. Hacia la 1.10 hora local, los comandos se subieron al otro Black Hawk y al Chinook enviado como refuerzo y volaron de vuelta a Afganistán, con el cadáver del líder de Al Qaeda y material informático y de otro tipo hallado en la casa.

Solo después de salir del espacio aéreo paquistaní, Obama telefoneó al presidente del país, Asif Ali Zardari, para informarle de la operación que había tenido lugar, según The Washington Post.