Rodeado de fotos de desaparecidos
argentinos, el presidente reivindica el giro con Jimmy Carter.
Buenos Aires 24 MAR 2016 - 14:31 ART
Barack Obama ya
apuntó una cierta autocrítica sobre el papel de EE UU en las dictaduras latinoamericanas en
la rueda de prensa conjunta con Mauricio Macri, pero se guardó el mensaje más
profundo para el día más especial, cuando se cumplen 40 años del golpe de
Estado argentino, y en el lugar más simbólico, el Parque de la Memoria, donde
están todas las fotos y nombres de los desaparecidos. Allí Obama reconoció que
EE UU "tardó" en defender los derechos humanos en Argentina y otros
países, una admisión implícita de la responsabilidad de su país en los setenta.
Aún así, enseguida reivindicó el giro que se dio en 1977 con el presidente
demócrata Jimmy Carter.
"No
podemos olvidar el pasado. Pero una vez que encontramos el valor de afrontar el
pasado, es cuando podemos cambiarlo y construimos un futuro mejor. Eso es lo
que han hecho las víctimas, y EE UU continuará ayudándolas en sus esfuerzos. Lo
que sucedió aquí en Argentina no es único, pasó en diferentes partes del mundo.
Tenemos la responsabilidad de analizar ese pasado, de ser responsables hacia el
futuro, es lo que vamos a hacer para hacer del mundo un lugar mejor para
nuestros hijos", remató.
Obama no pidió perdón en nombre de EE UU, como reclamaban algunos activistas en favor de los derechos humanos. Ninguno
de los principales dirigentes, en especial Estela de Carlotto, líder de Abuelas
de Plaza de Mayo, lo acompañaba, un claro gesto de distancia. Tampoco entró en
detalles ni dio ejemplos sobre el papel de su país en los crímenes cometidos en
aquellos años. Pero defendió la necesidad de que las democracias, como EE UU,
sean capaces de abordar sus propios crímenes.
Obama
quiso subrayar que hubo, en las Administraciones estadounidenses de la época,
comportamientos honorables, como el de diplomáticos y altos funcionarios que
denunciaron los abusos tras el golpe de 1976. El presidente de EE UU evocó el
papel de Jimmy Carter. Elegido aquel año, Carter fue el primer presidente de EE
UU en situar los derechos humanos en el centro de la política exterior.
Todo el discurso de Obama, acompañado de Macri, estaba pensado para esas
víctimas que no estaban con él pero sin duda le escucharon. Ambos presidentes
recorrieron el Parque de la Memoria y después lanzaron unas flores al Río de la
Plata, el lugar donde los militares lanzaban los cuerpos de los desaparecidos
en los llamados vuelos de la muerte. "Este es un tributo a su memoria, a
su tenacidad, a sus hijos que recuerdan, a la valentía y perseverancia de los
padres que buscaron la verdad. Es un homenaje a los familiares, porque ustedes
han liderado esos esfuerzos, ustedes garantizan el nunca más", dijo
pronunciando las simbólicas palabras en castellano. Además reiteró que desclasificará documentos del Pentágono y la CIA para que
las familias puedan saber toda la verdad.
"Se
necesita valor para que una ciudadanía aborde las incómodas verdades de las
etapas oscuros de su pasado, los delitos cometidos por sus líderes puede ser
fuente de división y frustración pero es fundamental que avancemos, que
construyamos un futuro en paz", insistió el presidente para reivindicar
después el papel de diplomáticos, científicos y periodistas de EE UU que
ayudaron a las víctimas. En especial a Pat Derian, secretaria de derechos
humanos bajo Carter. "Jimmy Carter entendió que los derechos humanos son
un elemnto fundamental de la política exterior y ese entendimiento marcó la
forma en que entendemos la política exterior desde entonces", aseguró para
dejar claro que EE UU ha cambiado. Ese fue el gran mensaje de su viaje a
Argentina, que concluye hoy con una visita a Bariloche, la joya turística y
tecnológica de este país.