Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

viernes, 26 de abril de 2013

La Academia Nacional de Derecho se manifestó en contra de la reforma judicial




Mientras avanzan el resto de los proyectos de ley que cambian cuestiones radicales del Poder Judicial, la centenaria asociación de abogados se pronunció en "desacuerdo".


 

La Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires expresó su "preocupación" y "desacuerdo" con los proyectos de ley elevados por el gobierno de Cristina Kirchner al Congreso, en busca de la reforma del Consejo de la Magistratura, la creación de tribunales de casación y la modificación del régimen legal regulatorio de las medidas cautelares en las causas en las que interviene el Estado.

La Academia se manifestó en "profunda preocupación" por "las graves y crecientes vicisitudes sociales, políticas y económicas que afronta el país como resultado del proceso de progresiva desarticulación del sistema institucional impuesto por su Constitución, proceso en el cual se encuadran los proyectos de la reforma judicial", según difundió en un comunicado.

El mensaje se da un día después de que en una sesión de 21 horas, en la que oficialistas y opositores estuvieron a punto de agredirse físicamente, el kirchnerismo logró en Diputados avanzar en la aprobación del capítulo más controvertido de la reforma judicial.


La Academia tildó a las reformas judiciales de basarse sobre "razones de política agonal, y las calificaron de "no respetar los objetivos constitucionales destinados a consolidar un Poder Judicial eficiente, a salvaguardar la independencia y estabilidad de los magistrados judiciales, y a fomentar su excelencia como medio idóneo" para el país.

El kirchnerismo convirtió en ley los proyectos para crear tres cámaras de casación y para regular las medidas cautelares contra el Estado. Además, sancionó con cambios y devolvió al Senado la modificación del Consejo de la Magistratura, que aumentará la cantidad de sus integrantes, y cambiara su sistema de elección, ahora por mayoría absoluta.

El miércoles por la tarde, mientras se debatían los proyectos de reforma judicial en Diputados, un nutrido grupo de gente manifestó en la puerta del Congreso. Foto: Ricardo Pristupluk

"La discusión por la votación de este proyecto desembocó en una pelea tumultuosa en el recinto, con escenas sin antecedentes en la última década: se tiraron cosas, hubo insultos, empujones y amenazas", reprochó la Academia.

Como conclusión, los abogados llamaron a apelar a la "sensatez y el patriotismo de gobernantes y gobernados con el propósito de preservar la democracia constitucional y para que la progresiva degradación de las instituciones, forjada por proyectos de leyes como el de la reforma judicial, sea suplantada por una percepción de las vías establecidas por la Constitución..

Protesta en la Facultad de Derecho contra la reforma judicial



Constitucionalistas, abogados y profesores reclamaron por una "Justicia independiente"; denunciaron que las iniciativas del Gobierno son "atropello contra la democracia".







En la protesta convocada por el constitucionalista Daniel Sabsay, participaron el ex fiscal Julio Strassera y el consejero de la Magistratura Daniel Ostropolsky. Foto: LA NACION / Ezequiel Muñoz




Los reclamos contra el proyecto kirchnerista de "democratización" de la Justicia se sintieron hoy en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Convocados por Daniel Sabsay, un nutrido grupo de constitucionalistas, abogados, profesores y miembros del Poder Judicial, entre otros, denunciaron que las iniciativas propuestas por Cristina Kirchner significa un "atropello contra la democracia".
Además del constitucionalista Sabsay, de la protesta participaron figuras como el ex fiscal Julio Strassera, el ex procurador de la provincia de Santa Cruz Eduardo Sosa y el integrante del Consejo de la Magistratura Daniel Ostropolsky.
Con ejemplares de la Constitución Nacional en la mano y luego de cantar el himno, advirtieron sobre las consecuencias que podrían tener para el país la reforma judicial, de la cual ayer se aprobaron las dos primeras leyes de un paquete de seis que envió la jefa de Estado al Congreso.
"Nos ha reunido el espanto que significa esta dinamitación de las bases fundamentales del Estado de derecho", se quejó Sabsay en diálogo con TN, luego de la protesta.
A su vez, Strassera acusó al Gobierno de querer "adueñarse de la Justicia". "[Cristina Kirchner] quiere garantizarse la impunidad", afirmó.
Ostropolsky cargó contra el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, que ayer obtuvo media sanción de la Cámara baja y cuya composición se ampliará de 13 a 19 miembros. "Nos autoconvocamos para reafirmar la vigencia del Estado constitucional. Estos proyectos no se compadecen", expresó el abogado..

Graves incidentes entre trabajadores del Borda y la Metropolitana

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Las nuevas leyes judiciales


Página/12
Del paquete de proyectos del Poder Ejecutivo para reformar y “democratizar” el sistema judicial ya son ley el que establece un nuevo régimen de medidas cautelares –que limita aquellas que tramitan contra el Estado– y el que crea tres nuevas Cámaras de Casación. La propuesta de reforma del Consejo de la Magistratura sufrió retoques y vuelve al Senado para ser tratada el 8 de mayo.

 

Consejo de la Magistratura

El proyecto para reformar el Consejo, organismo que elige y sanciona a los jueces, quedó así:
Ampliación. El cuerpo, que ahora tiene 13 miembros, pasará a tener 19. El mayor cambio en la composición será en el estamento de los académicos y científicos, que hoy cuenta con un solo representante y pasará a tener seis. Ese único consejero hasta ahora era elegido en el ámbito del Derecho, pero en adelante podrá ser reclutado entre otras disciplinas. También se agrega un representante de los abogados a los dos actuales.
Integración. El Consejo tendrá seis legisladores como ahora (cuatro por la mayoría, dos por la minoría); un representante del Poder Ejecutivo; tres jueces (dos por la mayoría, uno por la minoría); tres abogados (dos por la mayoría, uno por la minoría) y seis académicos/científicos (cuatro por la mayoría, dos por la minoría).
Voto popular. Los consejeros jueces, abogados y científicos/académicos serán elegidos por voto popular. Primero tendrán que presentarse en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y luego en las elecciones generales, presidenciales. Pero la primera votación será este año, excepcionalmente, con la elección de diputados. Se elegirán 12 consejeros. Como se respetará el mandato de los actuales, que duran hasta fin de 2014, por un tiempo habrá 25 consejeros.
Partidos. Los candidatos a consejeros van con listas de partidos, confederaciones o alianzas de orden nacional, pero hay un requisito: tienen que ser agrupaciones que tengan exactamente el mismo nombre en al menos 18 de los 24 distritos para poder sumar los votos. El objetivo es evitar una suerte de partido judicial. No podrán ser consejeros quienes tuvieron cargos o funciones jerárquicas durante la última dictadura. Se requieren iguales condiciones que para ser diputado.
Mayorías. Para designar a los jueces o suspenderlos e iniciarles juicio político se reemplaza la mayoría actual de dos tercios de los consejeros por mayoría absoluta (la mitad más uno de los miembros). Esto le facilitará el manejo de las decisiones a la fuerza mayoritaria. El jurado de enjuiciamiento, en cambio, necesitará dos tercios para destituir a un juez.
Concurso previo. Para evitar el problema de los juzgados acéfalos habrá una lista de postulantes disponible para cuando surjan vacantes.
Administración. Las facultades administrativas, presupuestarias y salariales seguirán en manos de la Corte Suprema, pese a que la propuesta original era que pasaran al Consejo. Esto quedó así tras un planteo del alto tribunal y de los presidentes de Cámaras de Apelaciones.

Medidas cautelares

La nueva regulación de medidas cautelares busca limitar aquellas donde el Estado es parte, especialmente cuando las motorizan grupos poderosos. A la vez, a raíz de propuestas del CELS y varias ONG, estas medidas urgentes serán más accesibles cuando las requieran grupos vulnerables o colectivos que reclamen derechos fundamentales. Para dictar una medida cautelar contra el Estado, el juez deberá antes declararse competente. Sólo puede concederla un juez incompetente ante ciertas “excepciones”: cuando la solicitan sectores vulnerables o esté comprometida la “vida digna”, la salud o un derecho de naturaleza alimentaria o ambiental.
El Estado o ente descentralizado demandado tendrá cinco días para elaborar un informe previo que explique el “interés público comprometido” que permita evaluar riesgos de la cautelar. El juez debe fijar un “límite razonable” de duración de la cautelar, no mayor a seis meses prorrogable por seis más. La restricción temporal no se aplica en los casos que conforman “excepciones” (personas en situación de vulnerabilidad o colectivos que reclaman derechos básicos).
No se puede dictar ninguna medida cautelar que “afecte, obstaculice, comprometa, distraiga de su destino o de cualquier forma perturbe los bienes o recursos propios del Estado, ni imponer a los funcionarios cargas personales pecuniarias”. Sólo podrá un juez suspender los efectos de una ley, un reglamento u otro acto estatal, si se acredita que su aplicación causará perjuicios irreparables; debe haber “verosimilitud del derecho”, es decir, el que demanda tiene que mostrar que es muy probable que tenga la razón; no debe afectarse el interés público ni la cautelar generar efectos irreversibles. Ante hechos que amenacen o interrumpan los servicios públicos o actividades de interés público o la integridad de los bienes afectados, el Estado podrá pedir medidas cautelares excepto en los casos donde se trate de “conflictos laborales”.

Cámaras de Casación

Habrá Cámaras de Casación en lo Contencioso Administrativo, del Trabajo y la Seguridad Social, y Casación Civil y Comercial.
Cada una tendrá siete miembros, repartidos en dos salas de tres, más un juez que presidirá las dos. Hasta que sean nombrados sus integrantes, está prevista la posibilidad de que funcionen con jueces subrogantes o conjueces.
Se supone que descomprimirán trabajo a la Corte Suprema, al absorber, por ejemplo, los expedientes donde se discute si hubo “arbitrariedad”. Las casaciones apuntarían a unificar doctrina. Tratarán sentencias definitivas de segunda instancia o equivalentes.

La "revolución" no tiene marcha atrás


Pensándolo bien

Por Jorge Fernández Díaz | LA NACION


Este clima de fin de ciclo, que todavía puede ser un veranito y nada más, sume apresuradamente a dirigentes, politólogos y aficionados a la política en un mar de incertidumbres. La pregunta jamás pronunciada en público suena a técnica, pero es más bien práctica: ¿cuál será el "modelo de salida" que adoptará el kirchnerismo cuando le toque hacer las valijas y retirarse del poder?
El acelerado deterioro de la economía y el consiguiente malestar que calienta la paciencia social, las groseras estocadas de muerte que el Gobierno ha decidido darle a la democracia intrusando la Justicia, las inundaciones y las tragedias que dejaron al descubierto la impericia gestionaria y un tendal de muertos, las denuncias por grave corrupción que impactan en el mismísimo corazón de la Casa Rosada y se multiplican en todas las pantallas televisivas y a todos los horarios, y la constatación en las encuestas de que sus eventuales candidatos tienen cada vez peor imagen han convertido los cafés políticos en un hervidero de conjeturas y especulaciones. No se descarta allí una recuperación del partido gobernante, que hoy viene en picada, pero la verdad es que ya se piensa mucho en el poskirchnerismo. En las formas que tendría esa nueva etapa, en sus liderazgos y en sus encarnaciones posibles, aunque también se discute con mucha atención el "modelo de salida". Es que en ese punto se cifran, aunque no parezca, todas las características y malformaciones de nuestro sistema político e institucional. La duda más jugosa, alrededor de este tema tan espinoso, tiene que ver con cómo imaginan la retirada los propios protagonistas. Y la primera impresión es que ese "modelo de salida" no ha sido seriamente pensado: el kirchnerismo no concibe la posibilidad de abandonar el trono. Los cruzados del cristinismo conciben su fuerza no como un simple partido, sino como un movimiento patriótico. Y la patria no se entrega. Esto implica, a su vez, que no creen ni siquiera en el bipartidismo: en frente sólo tienen a la antipatria, a la partidocracia decadente y al satánico neoliberalismo. ¿A quién se le ocurre tejer acuerdos de continuidad y políticas de Estado con el enemigo? ¿Es posible vislumbrar siquiera desde la militancia la idea de que el enemigo pueda poner sus sucias manos sobre lo sagrado? Este concepto, que incluye en esencia creerse únicos y excluyentes, fundantes de un nuevo país, los aleja de la partida democrática, que sólo juegan con cartas marcadas, cuando saben que los números los dan ganadores. La "revolución" no tiene marcha atrás, ni siquiera punto muerto. El proyecto nacional y popular sólo tiene la obligación de radicalizarse y de profundizar sus objetivos, que consisten en anular por completo a la "derecha nacional" y a cualquiera que se le oponga o lo critique, así tengan para ello que cargarse los pilares de la "democracia burguesa".
Alguien que ha estudiado durante toda su vida los distintos procesos populistas, de nuevo el gran Juan José Sebreli, se atreve a manifestar en voz alta el temor de los temores: "En un momento de crisis como estamos -dijo esta semana -, Cristina no se va a ir tranquilamente. Se va a ir tirando todo abajo". Un hombre menos dramático pero igualmente lúcido, el ex canciller Dante Caputo, dejó caer algunas frases significativas en el diario Perfil: "Temo el peligro de la insensatez del Gobierno y de la Presidenta, que día a día aumentan la velocidad de fuga hacia adelante. Están jugados, pasaron el punto de no retorno y consecuentemente hay que jugar todo, apostar cada ficha que queda, bajar la cabeza y golpear lo que esté enfrente. Resultaría una grave equivocación pensar que la lógica pueda controlar las pasiones e intereses de la clase K. Sólo dejarán de correr cuando no haya más tierra bajo sus pies, cuando el vacío anuncie el abismo inmediato". Caputo añade una reflexión poco tranquilizadora: "Me parece importante estar advertidos de que en su caída nos pueden arrastrar. Esto significa que se creen situaciones de alta inestabilidad política que puedan llevar a locuras mayores". Quien fue secretario para Asuntos Políticos y luego asesor especial del secretario general de la OEA, con amplia experiencia en países inestables, alude a los suicidios institucionales que acechan a la Argentina: "Si el martirologio excluye el sufrimiento e incluye el goce de los millones acumulados, les parecerá una buena opción", dice de los más encumbrados kirchneristas. Creo entender que se refiere a tirar del mantel, a una salida heroica que mantenga la mística militante aun en el llano, y a un confort obtenido gracias a los buenos negocios que muchos hicieron a lo largo de la "década ganada". Un ex funcionario del gabinete nacional le reveló a Joaquín Morales Solá una escena: sucedió en Olivos y estaba presente Néstor Kirchner. El funcionario le preguntó al ex presidente por los "empresarios moralmente cuestionados" que pululaban a su lado. Néstor le respondió: "Hay que construir poder para después del poder".
Existe, a propósito, otro plano de análisis que nada le debe a la ideología. Hubo un tiempo en que Cristina Kirchner se veía reflejada en Michelle Bachelet. Y en ese espejo no sólo encontraba a una mujer bravía de la centroizquierda, sino a una figura equivalente que logró irse con una imagen muy alta: hoy se da el gusto de regresar incluso con mayor aceptación popular que entonces. El problema es que Bachelet forma parte de una concertación de partidos, jamás hizo culto de la personalidad, no dinamitó puentes con su reemplazante y ha entendido siempre como razonable una alternancia civilizada en el gobierno democrático chileno. Bachelet no se cree predestinada ni invencible, y, por lo tanto, quizás finalmente lo sea.
También hay que decir, porque omitirlo sería un pecado mortal, que Michelle Bachelet jamás tuvo miedo a la justicia. ¿Resulta realmente viable un país donde cada presidente (llámense Menem o Kirchner) quiera eternizarse para conseguir impunidad y no ser alcanzado nunca por la mano lenta, sinuosa y letal de los jueces? El peronismo es cruel, y la Presidenta es hija de la crueldad. Sabe perfectamente que otro peronista no movería un dedo para salvarla de ese calvario: al contrario, dejaría que los perros de la noche la atacaran para destriparle toda influencia. E intuye Cristina también que una acumulación tan grande de enemigos, un nivel tan alto de resentimientos amasados durante diez años son muy peligrosos para cualquiera que no tenga a mano la caja y los mecanismos disuasorios que se está garantizando con la reforma judicial.
Una pesadilla recurrente, para quienes ostentan el poder, debe de consistir en imaginar a un "compañero" peronista que llega al palacio y que se encuentra con todas las armas creadas por el kirchnerismo. Y a continuación, secuencias dantescas donde ese "compañero" los persigue con la AFIP, les pincha los teléfonos, les corta licitaciones y subsidios, los reemplaza en todas las organizaciones, margina a sus capitalistas amigos o los da vuelta y utiliza la ley de medios y la reforma judicial para hacerles la vida imposible a quienes las idearon. La irresponsable acumulación de estas armas denota, una vez más, que el kirchnerismo no puede siquiera figurarse la chance de ser expulsado alguna vez por el voto popular de las poltronas del Estado.
Los neurólogos que han accedido a los estudios más avanzados cuentan algo asombroso: la mayoría de las decisiones que los seres humanos tomamos en la vida diaria son emocionales. Luego nuestro cerebro arma la arquitectura racional que le da coartada a nuestra resolución aparentemente fría, pero que es tomada en general por el instinto. ¿Qué es primero?, ¿el huevo o la gallina? ¿Quieren quedarse para no entregar la patria o necesitan perpetuarse para no ser alcanzados por la venganza de sus rivales? ¿Vamos por todo para que no vengan por mí?
© LA NACION.

EE.UU. sigue "con atención" la ofensiva contra el Poder Judicial




Un vocero del gobierno de Obama alertó sobre la situación en Venezuela y en la Argentina.



Patrick Ventrell, vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, sostuvo que están haciendo un seguimiento del avance del Gobierno sobre la Justicia. Foto: Archivo 


Por Silvia Pisani  | LA NACION

WASHINGTON.- El gobierno de Estados Unidos "sigue con mucha atención" los intentos que en la región apuntan a un avance del brazo ejecutivo del gobierno sobre la administración de justicia .
La definición del gobierno de Barack Obama corrió por cuenta del vocero del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, al ser consultado, entre otros puntos, por los proyectos de ley impulsados por Cristina Kirchner para avanzar en una reforma judicial que comprende modificaciones en el Consejo de la Magistratura, la restricción de las medidas cautelares y la creación de nuevas cámaras de casación, lo que es resistido por las entidades que representan a los jueces, entre otras instituciones.
"En varios países de América latina estamos viendo un proceso de presión de los gobiernos sobre la administración de justicia. Hay ejemplos en Venezuela y en la Argentina, con la discusión, en estos días, de un nuevo proyecto de ley. ¿Ve el Departamento de Estado alguna tendencia común en estas políticas?" fue la pregunta.
"Seguimos estos asuntos muy de cerca en toda la región, como también lo hace la comunidad internacional, la Organización de Estados Americanos y muchos otros. Éste es un asunto que mantenemos en la mira", contestó Ventrell.
El gobierno de Obama se ha caracterizado por una prédica en favor del fortalecimiento de las instituciones en la región. En el caso de nuestro país, su reciente informe sobre la situación de los derechos humanos se hacía eco, precisamente, del riesgo de "politizar" la administración de justicia.
Medios locales advirtieron recientemente sobre la necesidad de preservar la independencia del Poder Judicial de toda presión política.
El reconocido The Washington Post se hizo eco ayer del debate en nuestro país. "Es una iniciativa clave para disciplinar a los jueces y removerlos", sostuvo el rotativo. La nota llevó por título "El Congreso argentino aprueba límites en la independencia de la Justicia".
En tanto, de modo más descriptivo que las palabras del vocero de la cartera, el reciente informe del Departamento de Estado reproducía inquietudes sobre el retroceso en la necesaria independencia judicial en la Argentina.
El texto no entró en consideraciones sobre proyectos o medidas específicas. Su evaluación fue cerrada antes de que la controvertida iniciativa iniciara formalmente su derrotero legislativo. Sin embargo, alertó sobre la "politización" del sistema judicial y las acusaciones de corrupción, y advirtió que muchas veces el ciudadano común no accede a los beneficios del servicio de Justicia.
RECLAMO EN LA SEDE DE DERECHO

Varias agrupaciones vinculadas con la Justicia se reunirán hoy, a las 10, en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA, para manifestarse en favor de la vigencia de la Constitución y del régimen federal, representativo y republicano. Realiza la convocatoria el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires..

Cristina llamó a los diputados y les pidió que defendieran la votación

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jueves, 25 de abril de 2013

Cristina y Dilma se reunieron a solas en la Casa Rosada

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Caso Lázaro Baéz: misterioso robo al ex jefe de Leonardo Fariña

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Moreno, Kicillof y Reposo, a los gritos en una asamblea del Grupo Clarín

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Prevén una “catarata” de denuncias judiciales contra la reforma

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Macri dijo que rebatirá la reforma “en un futuro, con otro Congreso y otro Gobierno"

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Bolivia demanda a Chile ante el Tribunal de la ONU para recuperar su salida al mar


La Paz dice que perdió 400 kilómetros de su costa del Pacífico en el siglo XIX en la guerra contra el país vecino.

Santiago defiende que las fronteras fueron selladas en el Tratado de Paz y Amistad de 1904.






ISABEL FERRER La Haya 

Bolivia presenta este miércoles una demanda contra Chile ante el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU (TIJ), donde solicita recuperar su salida al océano. La Paz aduce que perdió 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de su territorio en la Guerra del Pacífico, librada contra tropas chilenas entre 1879 y 1883. Desde entonces, reclama sin éxito una salida soberana al mar. Santiago se acoge al Tratado de Paz y Amistad, firmado por ambos países en 1904, para rechazar las peticiones bolivianas. En La Haya, sede del Tribunal, piensa defenderse señalando que el caso carece de fundamento, ya sea histórico o jurídico.
El TIJ se creó en 1945 para resolver por medios pacíficos diferendos entre Estados. El boliviano ha subrayado dicho extremo afirmando su “compromiso con la resolución de controversias a través de los medios previstos por el derecho Internacional”, según la declaración de intenciones previa a la presentación de la demanda. Para que pueda prosperar, La Paz no solo tendrá que sustentarla jurídicamente. El estatuto del Tribunal le obliga a enumerar los intentos de resolver la pugna, sin violencia, efectuados en el pasado. En cuanto llegue al Tribunal, la demanda será remitida a Chile. Ambos han ratificado el Pacto de Bogotá (1948) que reconoce la jurisdicción del TIJ, condición indispensable para que prospere. En su momento, también verán el expediente los Estados autorizados a intervenir ante los jueces internacionales.
Para Bolivia, el caso reviste suma importancia. Su presidente, Evo Morales, confía en el pueblo, “porque con su fuerza y la calidez de la unidad popular, haremos valer ante el mundo nuestro derecho a un acceso soberano al mar”, dijo, en La Paz, al presentarlo. El Ejecutivo boliviano no escatimará recursos para sustentar el proceso, y ha autorizado para ello la contratación de juristas nacionales e internacionales. Hace dos años, David Choquehuanca, titular de Exteriores, ya mencionó el conflicto ante la 41ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). El ministro reiteró allí “su carácter hemisférico”. Por el contrario, el chileno José Miguel Insulza, actual secretario general de la OEA, le contestó que se trataba “de un asunto bilateral”.


Además de Choquehuanca, a La Haya acudirán el expresidente Eduardo Rodríguez, nombrado embajador extraordinario para la ocasión, el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, y el responsable de la Dirección de Reivindicación Marítima, Juan Lanchipa.
El caso no debe confundirse con el que enfrenta, desde 2008 y ante el propio Tribunal de la ONU, a Perú con Chile. En virtud del mismo, Lima asegura que el límite marítimo con Chile no está trazado y ha solicitado a los jueces que lo fijen. Chile recuerda, por el contrario, que existen tratados bilaterales sobre el particular firmados en 1952 y 1954.

Capriles acusa directamente a Maduro de haber robado las elecciones




El líder de la oposición da hasta mañana al órgano electoral para iniciar la auditoría de votos.






Henrique Capriles Radonski cruzó esta noche de miércoles su Rubicón: “La verdad del tamaño de este país”, señaló al liderazgo chavista en una declaración, “es que ustedes se robaron las elecciones”. Hasta ahora, los portavoces de la oposición venezolana, incluyendo al propio candidato presidencial, se habían limitado a expresar su solicitud de un recuento de los votos de las elecciones presidenciales del 14 de abril para “asegurar el resultado oficial”. Pero la afirmación, claramente premeditada, del también gobernador del estado de Miranda, rompe ese velo y configura una escalada en la grave crisis política de Venezuela.
El candidato, de 40 años, hizo también un emplazamiento al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que el jueves inicie el proceso de auditoría, que las propias autoridades electorales aprobaron hacer una semana antes. Pero desde entonces, los rectores del organismo, controlado por el oficialismo, se han empantanado en una red de galimatías técnicas que hasta el momento impide, siquiera, definir el protocolo del proceso.
Ante el paréntesis institucional —que se sigue prolongando mientras, al tiempo, se consume el plazo legal de 15 días para impugnar los comicios—, Capriles aseguró que, de no haber respuesta en 24 horas, anunciará “las acciones legales e internacionales que tomaremos”.
Mientras Capriles ofrecía su rueda de prensa, que sólo cubría un canal local de televisión —Globovisión, un canal 24 horas de noticias, en trance de ser adquirido por capitales privados progubernamentales—, el gobierno de Nicolás Maduro forzó a todos los medios a conectarse a una cadena nacional de radio y TV. El canal emitía un corte ya exhibido ayer, de unos cinco minutos de duración, donde se atribuye a Capriles la instigación de los desórdenes de la semana anterior, que tuvieron un saldo oficial, según informó la Fiscalía General, de nueve muertos y 78 heridos.
La transmisión obligatoria soliviantó a los seguidores de la oposición, que respondieron con el estruendo de un cacerolazo masivo en zonas del este y centro de Caracas, según reportes.
“No hay forma de que puedan torcer la verdad”, insistió Capriles, quien, ante las presunciones de que el gobierno intentará imputarlo como incitador de los disturbios, dijo no temer ninguna acción en su contra. “Aquí estamos”, retó el dirigente, quien ya en 2002 pasó cuatro meses en prisión, acusado como responsable del asalto a la sede de la Embajada de Cuba en Caracas durante el golpe que desalojó brevemente a Hugo Chávez del poder, en abril de ese año.


Once años más tarde, arrecia la campaña del joven gobierno de Maduro contra la figura de Capriles. La campaña no es sólo a través de los medios, preparando un clima propicio para justificar una detención que, sin duda, ofendería a una mitad del país. Los poderes públicos, con la Fiscalía a la cabeza, van estrechando el cerco en torno al líder opositor, con promesas diarias de que no consentirán la impunidad. Con más imprudencia que franqueza, la ministra para Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, ofreció unas declaraciones el martes en las que adelantó, hablándole directamente a Capriles, que “ya te tengo preparada tu celda”, donde, garantizó, no le ocurriría ningún percance distinto a los que suponga su proceso de regeneración. “Vamos a ver si allí te quitamos ese pensamiento fascista y logramos rescatarte como ser humano”, ironizó, “primero con una rehabilitación que necesitas urgentemente, porque tienes un vicio y tú lo sabes”.
Todo esto contrastaba con los gestos conciliadores que el presidente Nicolás Maduro mostró casi en simultáneo. Por un lado nombró una comisión de alto nivel, presidida por el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, para conversar con los “sectores democráticos de la oposición”, a los que diferenció de un núcleo “fascista” que todavía persistiría en los planes de asesinar al primer mandatario. Maduro también designó al diputado del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Calixto Ortega, como nuevo Encargado de Negocios de Venezuela en Washington, a quien impuso la misión de restablecer el diálogo con el gobierno de Barack Obama “pero sobre la base del respeto”.
Pero todas estas maniobras parecen subsidiarias con respecto al conflicto central: el reconteo de votos de las elecciones presidenciales del 14 de abril.
Se trata de un conflicto que recrudece y amenaza con desestabilizar al país, a pesar de que el CNE pareció ceder a esa demanda opositora la noche del 18 de abril, vísperas de la juramentación de Maduro como presidente, y momento en el que los presidentes de las naciones sudamericanas se reunían en Lima para tratar la crisis venezolana. La reunión, en la que Maduro estaba presente, se tornó tensa, dadas las diferencias entre dos grupos de países que apoyaban o rechazaban el recuento como requisito para reconocer al nuevo gobierno de Caracas. El anuncio de que el CNE se avenía a practicar la auditoría, facilitó un acuerdo en la capital peruana.
Transcurridos siete días desde entonces, la auditoría –que tomaría un mes en completarse- no se ha iniciado, como tampoco se han definido los pasos a seguir para ejecutarla. El opositor Comando Simón Bolívar ha denunciado que todas las comunicaciones que ha dirigido al CNE para solicitar formalmente el proceso, se han quedado sin respuesta.
Este miércoles, los líderes del equipo técnico conformado por el comando de Capriles para participar en el eventual recuento, dieron una conferencia de prensa. Allí explicaron que, si bien el CNE se muestra dispuesto a revisar el desempeño del sistema computarizado de las elecciones, se niega, en cambio, a aceptar que se contraste el contenido de los cuadernos de votación y el registro de huellas dactilares.
“Que el CNE decida si es una auditoría o no lo es”, dijo Liliana Hernández, una de las jefes del equipo, echando mano a una analogía: “Con este CNE siempre se está medio preñado (embarazado)”.
Según trascendió, el Departamento de Informática del CNE ya ha preparado un plan técnico para abordar la auditoría, pero el directorio —conformado por cuatro rectoras cercanas al PSUV, y un rector vinculado a la oposición— no ha convocado a ninguna reunión para examinarlo. Sin embargo, este jueves es fecha para una junta regular. De allí el ultimátum de Capriles.
“Una auditoría no es una simple conciliación de papeles”, advirtió Capriles poco después. “Una auditoría implica la revisión de todos los instrumentos de votación. No aceptaremos ni una auditoría chucuta (trunca) ni una mamarrachada”.

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miércoles, 24 de abril de 2013

El poder estructural de Alemania


 

Berlín está logrando imponer su modelo económico, muy alejado del anglosajón.




Susan Strange, una de las fundadoras de la disciplina de la nueva economía política internacional, explicaba en su clásico States and Markets de 1988 la diferencia entre los dos tipos de poder que se ejercen en la economía internacional: el relacional y el estructural. El poder relacional hace referencia al poder tal y como lo entiende la escuela realista de las relaciones internacionales; es decir, a la capacidad de A de hacer que B haga algo que no haría si A no existiera. Sin embargo, Strange subrayaba que el poder estructural, que es mucho más sutil, es el que se utiliza cada vez más en las relaciones internacionales, especialmente cuando nos referimos al ámbito económico. Se refiere a la capacidad de un actor, normalmente un país, de moldear las estructuras de la economía política internacional en las que se desenvuelven tanto otros países como las empresas, las instituciones internacionales u otros actores no estatales, desde los sindicatos hasta las comunidades científicas. El poder estructural incluye, por tanto, la capacidad de dominar el mundo de las ideas y de imponer una interpretación de la realidad que sea hegemónica e incontestable y que, por tanto, determine indirectamente tanto las decisiones que se adoptan en política económica como las prioridades sobre las que se debate. Es un poder más difícil de percibir y tremendamente efectivo, ya que no es necesario actuar continuamente para ejercerlo y, por tanto, quien lo despliega no es percibido como un actor que impone sus intereses continuamente, cuando en realidad es lo que hace, aunque sea de forma indirecta.
Desde la formulación original de Strange, esta conceptualización del poder ha servido para explicar cómo la hegemonía estadounidense daba forma al orden económico internacional de la posguerra, impulsando (y en ocasiones imponiendo indirectamente) regímenes institucionales que le beneficiaban. Más recientemente, en los años noventa, se ha utilizado para explicar cómo Estados Unidos ha impulsado la globalización financiera.
Las soluciones de salida de la crisis a la americana o a la japonesa han sido prácticamente desterradas en Europa

La novedad es que el concepto de poder estructural es útil ahora también para entender el comportamiento de Alemania ante la crisis del euro. Alemania está logrando imponer su interpretación de la crisis, según la cual el problema es el exceso de gasto y la baja competitividad en los países del sur y, por tanto, la solución pasa por la austeridad y las reformas estructurales en los países periféricos. Poco a poco, está logrando que esta narrativa se integre en las nuevas reglas europeas cambiando la simetría cooperativa que caracterizaba el método comunitario y sustituyéndola por un intergubernamentalismo asimétrico de acreedores frente a deudores. Así, el Pacto Fiscal y el resto de reformas de la gobernanza económica europea, los mecanismos de decisión y actuación del fondo de rescate europeo (el MEDE), la forma de abordar la unión bancaria o la idea de incorporar “contratos” entre la Comisión Europea y los Estados miembros para asegurar el avance de las reformas estructurales, además de responder a los intereses de corto plazo de Alemania, le permiten fijar un marco de actuación que restringe el margen de maniobra de sus socios para realizar políticas que considera inadecuadas, sin la necesidad de estar vetándolas continuamente. Así, las soluciones de salida de la crisis a la americana (vía impulsos fiscales o política monetaria expansiva heterodoxa) o a la japonesa (vía adopción de objetivos más elevados de inflación para acelerar el desapalancamiento financiero y, de paso, promover las exportaciones), han sido prácticamente desterradas del debate en Europa. Alemania (y sus satélites del norte de Europa) está consiguiendo que las nuevas reglas económicas que se están construyendo para la unión monetaria fijen de forma inamovible una doctrina económica particular, que se asemeja al modelo ordoliberal germánico. Esta visión del capitalismo es distinta del modelo anglosajón imperante en Reino Unido y Estados Unidos. El ordoliberlismo desconfía tanto de las políticas keynesianas de estímulo como de la autorregulación de los mercados, aboga por la existencia de un Estado fuerte que ayude a construir una sociedad armónica y cohesionada, aborrece la inflación y el endeudamiento y tiene a las exportaciones y no a la demanda interna como motor principal del crecimiento. Esta visión casa bien con el componente estatista que tiene buena acogida en Francia pero choca con la visión francesa de la Unión Europea.
Alemania, que se siente incómoda teniendo que ejercer el liderazgo en Europa y que está cansada de que le acusen de imperialista, ha optado por intentar que su visión económica sea la única viable en la zona euro que salga de la crisis. Cuando los países del sur de Europa despierten de la pesadilla económica en la que están inmersos, puede que se vean obligados a alemanizar sus economías sin que Alemania tenga que hacer nada para imponérselo. Esta es la aparición del poder estructural en la Unión Europea y supone un cambio radical en su funcionamiento.
Federico Steinberg es investigador principal de Economía Internacional del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.