Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

sábado, 22 de marzo de 2014

El país, otra vez ante el espejo de su ineptitud


Por Natalio Botana | 


Foto: LA NACION 


Hay margen en la Argentina para recuperar la ética reformista? La pregunta resalta sobre el claroscuro de un proceso histórico que, al influjo de crisis y perturbaciones económicas, va trasponiendo, uno tras otro, varios umbrales de declinación.

A las palabras, decía un antiguo refrán, se las lleva el viento. El proverbio es más dramático cuando se refiere a la política. Una década de palabrerío, discursos tonantes y propagandas que afirmaban que el país recorría el período de crecimiento y transformación más notable de su historia, ahora ha quedado atrapada por un inevitable ajuste económico y una hiriente incapacidad del Estado para doblegar al flagelo de la inseguridad y del narco-tráfico.

Duele admitir que, tras la euforia, la Argentina vuelve a mirarse en el espejo de su propia ineptitud. Los indicadores los padecemos a diario: inflación, criminalidad, caída del producto y del empleo, crecimiento de la marginalidad y de la exclusión social. Enterrados en el corto plazo no vemos más allá del horizonte inmediato de una alternancia presidencial hacia fines del año que viene.
Así, de tanto tropezar, estamos de nuevo en una encerrona ante la cual se levanta una montaña de obstáculos semejante a la metáfora de que se valía Leandro Alem para dar cuenta, al término de su trayectoria, de una desesperación para él irremediable. No obstante, dirán otros espíritus más optimistas, la Argentina está en estos días menos alejada de la esperanza -papa Francisco mediante- que del estancamiento y la repetición circular de sus errores más evidentes.
Reconforta que soplen estos aires, aunque quizás no sea ocioso apuntar que una política capaz de despertar esperanzas en el pueblo debería llegar envuelta en un sobrio conocimiento de la realidad y en un reconocimiento del valor de los medios en la acción de gobierno. El modo en que el régimen representativo hace las cosas es tan decisivo como la finalidad del bien público que debería inspirar a los gobernantes. Calidad de la legislación, calidad de la ejecución, sentido de la oportunidad : tres deficiencias con respecto a estos propósitos que se entrelazan en circunstancias diversas. La polémica en torno al proyecto de Código Penal es un ejemplo.
La realidad que hoy nos agobia es otra muestra de la pereza e ignorancia con que solemos actuar. En los últimos años -en especial entre octubre de 2011 y estos meses de comienzo de 2014- hubo una "politización" desmesurada de la economía unida a un voluntarismo no menos virulento. El Gobierno imaginaba que había descubierto la piedra filosofal de una economía que desenmascararía, con sus raigales virtudes nacionales y populares, las recetas que se imponían desde afuera. Vaciaron los asuntos de Estado de conocimientos técnicos y no prestaron atención (hasta que llegó la hora de la verdad) a un saber acumulado, imperfecto sin duda e impregnado de no pocas arrogancias, que ha decantado al menos la idea de que con ciertas reglas básicas de la macroeconomía no se juega impunemente.
Si de consensos se trata, éste último: el de tener a buen resguardo las variables de la macroeconomía, junto con los atinentes a la seguridad y la educación, deberían ser la clave de bóveda de una nueva política (confiemos en que este concepto, luego de los desaguisados que se han cometido en su nombre, conserve todavía alguna entidad proyectada hacia el futuro). La macroeconomía en forma es condición necesaria de inversión, desarrollo de la infraestructura y trabajo; la seguridad y la educación lo son a su vez del combate contra la desigualdad y la degradación del delito.
Establecer un orden de prioridades es por consiguiente un capítulo central para orientar el comportamiento de los partidos y de las organizaciones sindicales, empresariales, religiosas y culturales que hoy buscan delinear programas en torno a consensos. No todo se puede hacer al unísono. Las listas largas de lo que habría que llevar a cabo no son pues aconsejables. Busquemos por tanto pocas prioridades, cuya enunciación y energía para llevarlas adelante debería provenir, en primer lugar, de la dirigencia política.
Si "los políticos" como a veces despreciativamente se los llama desde otros sectores, no se ponen a la vanguardia de una política de coincidencias básicas, no sería extraño que terminen a remolque de otro grupos de interés por más rectos que sean los aportes de dichos grupos. El desafío no es para nada intrascendente porque en el curso de la década kirchnerista se afirmó que la política había recuperado imperio sobre el poder de las corporaciones.
En los primeros años no faltaron motivos para avalar este designio. Luego ese modelo tan pregonado sufrió el impacto de la paradoja de las consecuencias ya que, en contra de aquellas intenciones que captaron apoyos fervorosos, la recuperación de la política ha sido escuálida. Con el pie en el acelerador del hiperconsumo hasta desembocar en el ajuste, pasando por el montaje de una incesante propaganda oficial, las pretensiones de inclusión social han sido sepultadas por los resultados negativos que están a la vista. Lección que no tendría que caer en saco roto.
Frente a estos descalabros, las oposiciones deberían reivindicar los lineamientos de una política constructiva, lo cual exige reformular el lenguaje y las actitudes que conforman el campo republicano. Hoy, después de permanecer un tiempo olvidado, parecería que el adjetivo republicano se ha puesto de moda. Lo invocan todos, en los partidos pertenecientes a la tradición histórica del radicalismo y del socialismo con sus desprendimientos más recientes, y en frentes derivados del tronco peronista.
La retórica de la república estaría entonces vistiendo en estos días a muchos actores. Pero esa representación carecería sin embargo de sentido si se la ubicase exclusivamente en el plano de los fines, olvidando que la tradición republicana es un fenómeno histórico tanto o más atento a los medios de la acción política y a cómo se ejerce la gestión de la cosa pública.
Este es el camino más adecuado para que la ciudadanía perciba en la normas del derecho vigente los atributos que respaldan su dignidad. Lamentablemente, este vínculo estrecho entre leyes y ciudadanía es para nosotros una promesa fallida de la democracia. En lugar de cercanía, hay distancia, opacidad, corrupción, protección a los poderosos y un aparato de seguridad de policías, fiscales y jueces que, salvadas excepciones que honran a los magistrados, hace las veces de un cuerpo ajeno, apartado de las privaciones de justicia de la vida cotidiana.
Son estos vínculos entre las instituciones y la existencia concreta de la ciudadanía los que tendría que rehacer una política republicana con capacidad de gobernanza. En su desenvolvimiento, esta política no podrá prescindir de los consensos básicos y de los fines del buen gobierno, pero sobre todo deberá estar atenta al empleo que ese gobierno haga de los medios, a su eficacia y transparencia y a la templanza que demanda prevenir y sancionar.
Sin este talento práctico para convertir los ideales republicanos en efectos tangibles, la incompetencia y el desgobierno pueden arrasar con los mejores proyectos. ¿No es producto acaso de estas falencias la penetración perversa del narcotráfico en los intersticios de nuestras instituciones de seguridad? Dejemos el interrogante en suspenso porque aún no tiene respuesta.
© LA NACION. 

jueves, 20 de marzo de 2014

Obama anuncia sanciones contra sectores clave de la economía rusa



El presidente de EE UU se fija como objetivo un banco utilizado por colaboradores del Kremlin y la energía o el transporte.




YOLANDA MONGE Washington 





Con el Marine One a sus espaldas esperando a que el presidente embarcara con destino final Florida, Barack Obama necesitó menos de cinco minutos para exponer la posición de Washington ante la anexión rusa de la península de Crimea y ya daba la espalda a la prensa cuando ignoró la pregunta de si consideraba perdida Crimea. Más sanciones económicas, en esta ocasión destinadas a dañar a sectores clave de la economía rusa  el sector de la exportación energética, entre otros-, será la respuesta de la Casa Blanca tras descartar dos días después del referéndum del pasado domingo cualquier tipo de “excursión militar” norteamericana en la ex república soviética.
Descartada cualquier veleidad militar, el único camino posible que sigue teniendo la Casa Blanca es presionar con sanciones de carácter económico, algo en lo que no siempre va de la mano con sus aliados de la Unión Europea y que, como reconoció el presidente, podría perjudicar al final a la economía global. El presidente anunció que había firmado una nueva orden ejecutiva que imponía nuevas sanciones contra individuos concretos y un banco en respuesta a lo que definió como una secesión ilegal en una época en la que no se “rediseñan las fronteras”.
Según fuentes del Departamento del Tesoro, Rossiya es el banco que sufrirá la imposición de sanciones y que por tanto tendrá dificultades para tener liquidez en dólares debido a su relación con una veintena de funcionarios rusos y personas cercanas a Vladímir Putin. Entre los afectados por las nuevas sanciones se encuentran varios colaboradores cercanos de Putin -y algunos compañeros de judo- y presidentes de varias compañías, entre ellas la ferroviaria y algunos contratistas del conglomerado de gas Gazprom.

Rossiya es el banco que sufrirá la imposición de sanciones y que por tanto tendrá dificultades para tener liquidez en dólares debido a su relación con una veintena de funcionarios rusos y personas cercanas a Vladímir Putin

Tras definirse “muy preocupado”, el presidente declaró que Moscú había tomado sus decisiones y que ello obligaba a Washington a mover ficha -en la única dirección posible que puede permitirse Estados Unidos- y castigar a Rusia y apoyar a Ucrania. Y sin embargo, una vez más desde el inicio de esta crisis ya consumada en forma de anexión, Obama dijo que la diplomacia entre EEUU y Rusia continuaba su camino y que Vladímir Putin todavía tenía una puerta abierta, “aquella que diera marcha atrás” en la escalada anexionista iniciada.
El presidente mostró su preocupación ante la movilización de tropas rusas y una eventual penetración en zonas del este y el sur de Ucrania. Cuanto mayor sea la escalada rusa, mayor será el aislamiento internacional al que se enfrentará el país, vino a decir el presidente. Minutos después de concluida la declaración del presidente, el Kremlin profundizaba en la que es la crisis más grave entre dos antiguos enemigos desde la guerra fría y anunciaba la prohibición de entrada en el país de legisladores norteamericanos, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner –que se dijo orgulloso de estar en la particular lista negra de los rusos- y el senador republicano John McCain. 

Tolerancia y diálogo sincero, las vías de la reconstrucción en Venezuela



Se puede discrepar con el modelo pero no se puede negar que la situación es insostenible para el país.





Con la violencia en ascenso, la situación en Venezuela ha alcanzado un punto insostenible al cual no podemos ser ajenos. Más allá de cualquier ideología, el país exige una reconfiguración y toma de decisiones inmediata, que nos permita definir el rumbo que Venezuela necesita tomar para encontrar —de mutuo acuerdo—, la senda de la paz, la reconciliación y el crecimiento.
Desgraciadamente, hoy la intolerancia y la desconfianza, así como el ánimo de confrontación visto en nuestras calles, parecen reinar en el país. La reciente advertencia por parte de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) a proveedores de Internet para bloquear los sitios web que “agredan al pueblo venezolano” y “causen desestabilización y zozobra” es una clara muestra de ello, al igual que la consideración de una posible restricción para el ingreso a redes sociales como Twitter y YouTube.
Ante este tipo de actitudes, la idea de sentar en la mesa a dos Venezuelas tan distantes parece lejana. No obstante, resolver los grandes problemas que hoy nos aquejan —criminalidad y violencia, desabastecimiento, un alto índice de inflación y una apremiante situación económica— requiere de la voluntad de todos. Se necesita una apertura en la que cada una de las partes reconozca los derechos de sus interlocutores, poniendo por encima de cualquier diferencia, esa gran coincidencia que nos une a todos los venezolanos: el amor y la lucha por nuestra patria.
Necesitamos comenzar un diálogo sincero, trabajar juntos en la construcción del país que todos deseamos: un país en el que todas las opiniones cuenten; en el que el respeto de los derechos humanos, los derechos de las minorías y la estabilidad no estén peleados. Un país de progreso en el que las madres de familia no necesiten hacer una larga fila para adquirir lo básico. Un país en el que la gente pueda caminar confiada por la calle. Un país en el que los jóvenes puedan alcanzar sus sueños. Un país en el que sus periodistas no tengan que jugarse la vida todos los días para hacer su trabajo, en el que la libertad de expresión y el oficio de la comunicación sean respetados. Un país en el que todos los venezolanos podamos expresarnos y ser escuchados.

Estamos en el momento justo para demostrar la madurez política de Venezuela

Estamos en el momento justo para demostrar la madurez política de Venezuela y decidir la forma de resolver un conflicto que está afectando a todo el pueblo venezolano, no sólo al Gobierno o a la oposición. El nivel de polarización que ha alcanzado Venezuela merece ya la mediación externa de una figura que goce de credibilidad ante ambas partes: un árbitro que conozca y quiera a Venezuela y que comprenda la complejidad de su situación. Alguien que cuente con capacidad técnica para llamar a la reconciliación, con disposición para el diálogo y cuyo fin último sea la consecución de la paz y la unión entre todos los venezolanos.
En este contexto —tal como diversos personajes han propuesto ya— la intervención de una figura al margen de cualquier interés político, como la del Papa Francisco y la ecuánime cancillería del Vaticano, emergen como la opción más viable. Desde el recrudecimiento de las protestas en Venezuela, el sumo pontífice se ha mostrado especialmente preocupado por la violencia desatada y ha sido uno de los primeros en hacer un llamado “a la paz y la concordia” al pedir que “todo el pueblo venezolano, comenzando por los responsables políticos e institucionales, se una para favorecer la reconciliación nacional a través del perdón mutuo y el diálogo sincero, el respeto por la verdad y la justicia, capaces de hacer frente a cuestiones concretas para el bien común”. El Vaticano cuenta además con figuras como el cardenal Pietro Parolin, hoy secretario de Estado, que en su calidad de nuncio apostólico de Venezuela, tuvo la oportunidad de conocer de cerca nuestra situación y cuenta también con gran experiencia en materia de negociación internacional. La Conferencia Episcopal Venezolana tiene la confianza del país y podría tomar parte de este arbitraje y del establecimiento de un ambiente propicio para un diálogo sin exclusiones.
Se puede o no estar de acuerdo con lo propuesto hoy en Venezuela, es justo ese debate el que da fuerza a toda democracia. Lo que no podemos negar es lo insostenible de la situación que atraviesa hoy nuestro país, donde la protesta es un derecho como lo es en cualquier sociedad democrática; no obstante, debe poder hacerse sin violencia.

Si queremos encontrar la reconciliación, resulta indispensable el cese a la persecución

Si queremos encontrar la reconciliación, resulta indispensable el cese a la persecución; así como la investigación independiente y transparente de los fallecimientos ocurridos y las denuncias existentes sobre violaciones a los derechos humanos durante las protestas. La violencia —provenga de donde provenga— es totalmente reprobable.
Tal como ha sido la constante en las grandes transformaciones de América Latina, los jóvenes venezolanos han sido los primeros en alzar la mano, mostrando al mundo el espíritu de nuestra patria: echado pa'lante, decidido, valiente, que no se doblega. Se trata de jóvenes que entienden que el progreso también está ligado con el bienestar de los menos favorecidos; que son capaces de visualizar las consecuencias, a mediano y largo plazo, que trae consigo la carencia de certeza; y que pugnan por la reconstrucción del país.
Venezuela requiere de la unión de Gobierno, instituciones, partidos políticos y ciudadanos, de un debate constructivo que nos permita recuperar esa Venezuela de oportunidades, de progreso y de bienestar.
Hoy me duele mi Venezuela tan dividida, me duele el grado que han alcanzado nuestros desacuerdos. Me duele una Venezuela que sufre; pero confío en que el amor que los venezolanos sentimos por nuestra patria nos permitirá superar la intolerancia que ha dominado el escenario político en los últimos años, para dar paso al debate democrático y a la recuperación de la confianza en las instituciones. No podemos darnos el lujo de continuar divididos.
Si bien este pronunciamiento recibirá, estoy seguro, críticas de muchos; también estoy convencido de que si las partes se sientan a la mesa del diálogo —contando con una mediación externa como la del Vaticano—, mi país encontrará de mutuo acuerdo, la paz y la reconciliación que todos aspiramos.
Gustavo Cisneros es presidente de la Junta Directiva de la Organización Cisneros 

martes, 18 de marzo de 2014

El Kremlin anuncia que Crimea ya forma parte de la Federación Rusa



El presidente asegura que la península "es una parte inalienable" de Rusia en una sesión extraordinaria del Parlamento y pide a la Duma que promulgue una ley para anexionar el territorio.






AGENCIAS / EL PAÍS Moscú/EL PAÍS 


Putin se dirige a la sesión extraordinaria del Parlamento ruso. / MAXIM SHEMETOV (REUTERS)

Crimea ya forma parte de la Federación rusa, según anunció este martes el Kremlin, minutos después de que el presidente Vladímir Putin firmase el acuerdo de anexión con las nuevas autoridades de la península, que votó el domingo en un referéndum solo reconocido por Moscú su entrada en Rusia.

El decreto firmado por Putin, que entra inmediatamente en vigor, incluye un reconocimiento para el "estatus autónomo especial" de Sebastopol

Poco antes, Putin se había dirigido a una sesión extraordinaria del Parlamento ruso con un discurso lleno de referencias nacionalistas en el que calificó la entrega de la península a Ucrania en los tiempos de la URSS, en 1954, como "un robo a Rusia". "No pudimos proteger entonces a nuestro pueblo. Pero Crimea es una parte inalienable de Rusia", agregó el presidente ruso, quien pidió a la Duma que promulgue una ley para que la península pueda unirse a Rusia. Al término de su discurso, el presidente firmó con las nuevas autoridades de la península el tratado por el que Crimea se une a Rusia.
En medio de aplausos y con toda la solemnidad de la Sala San Jorge del Kremlin como escenario, Putin manifestó que respetará a todos los grupos étnicos de Crimea y que se mantendrán tres lenguas oficiales, ruso, ucranio y tártaro. "No pudimos dejar sin respuesta la petición de Crimea y de su pueblo. No ayudar a Crimea hubiera sido una traición", dijo.
El mandatario ruso negó haber desplegado tropas en Crimea "pese a tener el permiso del Parlamento" e insistió en que nunca se superó el límite de 25.000 soldados que el acuerdo con Ucrania permitía mantener en la península donde está estacionada la flota rusa en Mar Negro. Desde la caída del régimen de Yanukóvich, fueron apareciendo soldados uniformados pero sin distintivos que fueron haciéndose con todos los puntos estratégicos de Crimea. Rusia nunca ha reconocido estos soldados como suyos, aunque la inmensa mayoría de los observadores considera que son rusos. 
Putin hizo referencia al ejemplo de Kosovo, la ex provincia serbia que se independizó tras una operación internacional y acusó a la comunidad internacional de doble rasero. También señaló que no pretende que se produzcan nuevas divisiones territoriales en Ucrania, en referencia al este del país, de mayoría rusófona. 
Rusia y Crimea se apresuran a poner en práctica y consolidar los resultados del plebiscito del domingo en el que, según las autoridades de esta península del mar Negro, los crimeos de forma casi unánime expresaron su voluntad de integrarse a Rusia frente a un insignificante número de partidarios de seguir en Ucrania con competencias ampliadas. Antes de pronunciar su discurso, Putin informó este martes a su Gobierno y al Parlamento de la propuesta de adhesión de la región ucrania de Crimea a la Federación Rusa, apenas un día después de firmar un documento por el que reconoce a la provincia como Estado soberano.


Crimea defiende sus fronteras. / REUTERS LIVE!

El decreto firmado el lunes por Putin, que entró inmediatamente en vigor, incluye un reconocimiento para el "estatus autónomo especial" de Sebastopol, la ciudad crimea donde Rusia tiene estacionada a su Flota del Mar Negro. 
El Parlamento de la península, en una sesión extraordinaria a puerta cerrada, votó el lunes una declaración de independencia efectiva este mismo día y facultó al primer ministro, Serguéi Axiónov, y al jefe del legislativo, Vladímir Konstantínov, para acudir a Moscú para firmar un tratado bilateral con Rusia en el que se sellará la anexión. Basándose en el resultado oficial del referéndum, en Moscú el presidente Vladímir Putin promulgó un decreto en el que reconoce a Crimea como un Estado soberano.


Comunidad tártara en la península de Crimea. / REUTERS LIVE!

De acuerdo con la legalidad internacional, Crimea es una república autónoma de Ucrania y el referéndum del domingo solo es reconocido por Rusia. Resultado de las turbulencias provocadas por el Maidán (las protestas) de Kiev, la consulta fue preparada en el plazo récord de diez días y realizada en un entorno militarizado y mayormente controlado por los uniformados rusos. Los resultados proclamados suscitan serias dudas, incluso entre los convencidos de que la opción rusa (dejando aparte la legalidad ucrania) sería mayoritaria en Crimea si hubiera podido formularse en unas condiciones más sosegadas. La comunidad tártara, que constituye cerca de un 13% de la población, se había pronunciado mayoritariamente por el boicot; los ucranios, que son cerca del 24%, estaban divididos, y unidades militares ucranias bloqueadas por los rusos no pudieron y tampoco quisieron votar. Además, hubo irregularidades patentes tales como la posibilidad de votar con solo acudir a un colegio y solicitar sumarse a la lista de electores.
Por la incorporación a Rusia votaron el 96,77% de los crimeos (1.233.002 personas) y a favor de Ucrania, el 2,51% (31.000 personas), según el presidente de la comisión del referéndum, Mijaíl Mályshev, que informó del resultado oficial al Parlamento. En el referéndum habrían votado el 83,1% del censo (1.274.096 personas) y 9.097 papeletas habrían sido declaradas nulas. La victoria de la opción rusa, sin ser una sorpresa para nadie, provocó una oleada de júbilo entre los rusos de la península, que en las ciudades de Sebastopol y Simferópol salieron a la calle a celebrarlo con banderas, música y efusiones emotivas. 
Los parlamentarios crimeos se dedicaron el lunes a desmontar la legalidad ucrania en Crimea para comenzar a construir su propio proyecto. Por la “declaración de independencia” de Crimea votaron 85 diputados (de un total de cien de la cámara). La “República Autónoma de Crimea” fue sustituida por “República de Crimea”. La hora de Kiev (una hora más que en España) será sustituida por la hora de Moscú a partir del 30 de marzo (tres horas de diferencia con España en invierno y dos horas en verano). El Soviet Supremo o Rada de Crimea será el Consejo de Estado o Parlamento. La grivnia será sustituida por el rublo, aunque de forma paulatina y con un plazo de circulación hasta enero de 2016. En una disposición económica, el Parlamento determinó las bases de funcionamiento del sistema de finanzas local. El flamante “Banco de Crimea” asegurará la circulación monetaria y el funcionamiento de sistema financiero y se ocupará de sustituir la grivnia por el rublo. El Ministerio de Finanzas de la república pasa a controlar las delegaciones en Crimea de la Tesorería del Estado, el Ministerio de Impuestos y la Inspección de Finanzas. En 2014, el sistema de pagos de pensiones, sueldos y servicios sociales seguirá funcionando como en Ucrania, pero el Consejo de Ministros ha pedido ayuda financiera a Rusia. A la sesión asistían varios diputados de la Duma Estatal de Rusia y el cónsul de ese país en Simferópol.
En su declaración de independencia, la república de Crimea se dirigió a la ONU y a todos los países del mundo para pedirles que la reconozcan como un Estado independiente, fundado por los pueblos de Crimea. La declaración prevé un estatus especial para la ciudad de Sebastopol, que en la Unión Soviética se sometía directamente a Moscú, y en Ucrania, a Kiev. También se ha abolido la legislación y los símbolos del Estado ucranio. La propiedad estatal de Ucrania en la península pasa a ser propiedad de Crimea.