Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

jueves, 19 de enero de 2012

Alemania y Francia impulsan un fondo europeo para ayudar a crecer a los países rescatados


EL PAÍS/ La crisis del euro

 

París y Berlín llevarán a la cumbre medidas contra el paro y promoverán la movilidad entre países. -Ambos países buscarán el lunes un acuerdo para equiparar sus impuestos de sociedades.


MIGUEL MORA | París 


Alemania y Francia han elaborado un documento conjunto de seis páginas que contiene las principales medidas a aprobar en el Consejo europeo del próximo 30 de enero en Bruselas. La gran novedad de la cumbre es que el foco político da por superados la austeridad y el rigor se pone en el crecimiento económico y la lucha contra el desempleo, la gran rémora que afecta ya a unos 24 millones de personas en la Unión Europea. En el papel, París y Berlín llaman a los socios a reflexionar sobre la creación de un Fondo para el crecimiento y la competitividad que en principio estaría destinado a estimular la actividad en Grecia, Portugal e Irlanda, los tres países que reciben asistencia financiera.



Con esta medida, los dirigentes de las dos mayores economías de la eurozona dan forma a la voluntad del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, de agotar los fondos europeos no gastados como los de cohesión para destinarlos a los países más afectados por los recortes.
Los 27 socios europeos han sido invitados por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy a "compartir sus experiencias de reformas del mercado de trabajo" para favorecer la creación de empleos en la UE. Su idea común es que todas las agencias nacionales de empleo se vean en condiciones de hacer en un tiempo rápido "una oferta concreta a cada parado: empleo, contrato de aprendizaje o formación". Precisamente, esta medida fue acordada ayer a nivel nacional en Francia durante una cumbre de urgencia entre el presidente, Nicolas Sarkozy, y los agentes sociales.
Para luchar contra las desbocadas cifras del desempleo juvenil, la pareja germano-francesa impulsará además en Bruselas la firma de un "Plan europeo para el aprendizaje", y propugnará "la reducción de las cargas que pesan sobre el trabajo, recrudecer la lucha contra el 'dumping social' y dar mayores facilidades a la movilidad transfonteriza de quienes buscan empleos".
Los dos países quieren además aprobar medidas de apoyo a las Pymes, entre otras el documento cita la simplificación de las reglas contables, la mejora del acceso a los mercados públicos y la inversión de los fondos de capital riesgo.
La convergencia fiscal europea es otro de los grandes objetivos de la pareja conocida como Merkozy. Ambos muestran su apoyo a la propuesta de la Comisión Europea para poner en marcha "un sistema común de tasa sobre las transacciones financieras", y piden una mayor cooperación fiscal de las empresas.
Aunque este deseo cuenta con la intransigente oposición de Irlanda, que se niega a tocar su reducido impuesto societario, Merkel y Sarkozy quieren "acelerar la coordinación fiscal de las empresas europeas". En todo caso, Berlín y París están determinados a avanzar solos en ese camino. El lunes próximo, en París, los ministros de Economía François Baroin y Wolfgan Shäuble mantendrán un consejo económico-financiero bilateral del que saldrá un libro verde sobre la convergencia de sus impuestos de sociedades. Ahora, Alemania grava con un 29,8% a sus empresas, mientras Francia recauda un 34,4%.

El Rey pidió a Mario Vargas Llosa que presida el Instituto Cervantes


El Jefe del Estado actuó como intermediario de lujo en nombre del Gobierno.

 

EL PAÍS/ JESÚS RUIZ MANTILLA 

Cuando el domingo pasado sonó el teléfono de Mario Vargas Llosa y el Nobel escuchó la propuesta de su interlocutor, la respuesta parecía clara. Fue el rey Juan Carlos quien llamó al escritor para pedirle que presidiera el Instituto Cervantes. El autor de Conversación en la catedral pidió unos días para pensárselo, aunque agradeció al jefe del Estado el honor.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió personalmente al monarca que hiciera la propuesta en nombre del Gobierno. El Rey, que siempre ha situado las políticas lingüísticas entre sus temas de preferencia, y que ha mostrado un claro compromiso con los avances que en este sentido ha hecho la Real Academia Española en su estrategia panhispánica y el Cervantes, no lo dudó, apuntan fuentes de Exteriores y del entorno de Vargas Llosa.
Los planes del PP para la institución que debe enseñar y promocionar el idioma y la cultura en español por todo el mundo son ambiciosos. Sus dirigentes pretenden que la lengua se convierta en la pieza clave de la acción cultural exterior, como ha apuntado en su estrategia tanto el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, como el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.
Es un plan que ya estaba en el ánimo de gobiernos anteriores pero que se ha revelado difícil de coordinar. Hasta la fecha han existido multitud de organismos –el más importante de todos, el propio Cervantes- pero todos han dependido de distintos ministerios. Nadie quería renunciar a sus cuotas de poder a favor del otro y eso generaba pugnas, tiranteces y hasta batallas como las que protagonizaron en su día Miguel Ángel Moratinos y César Antonio Molina. Aquella controversia acabó con la salida de Molina de Cultura.
Quien presenció todo en primera fila fue el actual secretario de Estado de Cultura cuando era portavoz del PP en el Congreso de los Diputados. Ahora, con su nuevo cargo, José María Lassalle no ha querido que el nuevo Gobierno cometa el mismo error. Por eso pretende que el Cervantes se convierta en una institución clave y que quede controlada por la órbita de presidencia del Gobierno, más que por un ministerio concreto.
Y es ahí donde sin duda podría jugar un papel de representación crucial el premio Nobel. Vargas Llosa, dueño de una agenda internacional privilegiada tanto en el plano cultural como en el político, presidiría el Cervantes con un perfil marcadamente simbólico. Como presidente del Instituto, actuaría como una especie de embajador plenipotenciario de la lengua española en el mundo y se sentaría en el patronato (donde ahora es vocal) junto al Rey, que es su presidente de honor.

La sucesión del líder de Norcorea destapa una guerra entre sus hijos

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martes, 17 de enero de 2012

La economía china echa el freno a finales de 2011 pero supera las previsiones en todo el año


El país se consolida como la segunda potencia mundial. -Pekín reitera su apoyo a "los esfuerzos de Europa para luchar" contra la crisis.

 

EL PAÍS/EFE | Pekín 


El Producto Interior Bruto (PIB) de China creció un 9,2% en 2011, por encima del objetivo del 8% fijado por el Gobierno, pero volvió a ralentizarse en el cuarto trimestre, cuando subió un 8,9%, dos décimas menos que en el tercero, ha informado hoy el Buró Nacional de Estadísticas. Se trata de la peor subida trimestral en dos años y medio (desde el segundo cuarto de 2009, cuando fue de sólo un 7,9%), aunque este freno entraba en los planes de "aterrizaje suave" de Pekín, después de que en el primer trimestre el PIB ascendiera un 9,7%, el segundo un 9,5% y el tercero un 9,1%.

Por otra parte, el Gobierno chino ha avanzado que "apoyará los esfuerzos de Europa para luchar contra el problema de la deuda soberana", en su primera reacción a la decisión de la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) de rebajar la calificación de la deuda de nueve países europeos. "La recuperación mundial depende enormemente del crecimiento económico europeo y apreciamos los importantes esfuerzos de los países de la Unión Europea por estabilizar el mercado", ha señalado en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Liu Weimin.
El PIB chino en 2011 ascendió a 7,46 billones de dólares (5,87 billones de euros), lo que consolida al gigante asiático como segunda economía mundial, sólo por detrás de Estados Unidos, un año después de haber superado a Japón. El comisario del buró de estadísticas, Ma Jiantang, ha subrayado al presentar los datos que en 2011, "frente a un ambiente internacional complicado y volátil", China tomó medidas macroeconómicas que "lograron un buen comienzo para el Plan Quinquenal 2011-2015".
El buró también ha publicado hoy otras cifras macroeconómicas del año, como la inversión en activos fijos, que en 2011 ascendió a 4,77 billones de dólares (3,75 billones de euros), un crecimiento interanual del 23,8%. Destacó en este punto el fuerte aumento de la inversión en el sector manufacturero, del 31,8% hasta 1,62 billones de dólares (1,27 billones de euros), y en minería, donde el capital subió un 21,4% hasta 186.000 millones de dólares (146.000 millones de euros).
En el sector inmobiliario, las medidas gubernamentales para frenar su expansión, por temor al estallido de una burbuja especulativa, frenaron su crecimiento 5,3 puntos, aunque no por ello dejó de crecer a doble dígito (27,9%, con una inversión de 977.000 millones de dólares o 767.000 millones de euros). En cuanto a las ventas al por menor, principal indicador del consumo -rama macroeconómica que Pekín desea estimular en los próximos años para paliar el freno de las exportaciones- éstas ascendieron a 2,86 billones de dólares (2,25 billones de euros), un aumento del 17,1%.
Pese a las medidas de estímulo del consumo, el organismo encargado de las estadísticas macroeconómicas nacionales subrayó la fuerte caída en el crecimiento de las ventas de automóviles, de 20,2 puntos (éstas sólo aumentaron en 2011 un 14,6%, frente al 34,8% de 2010).
El año 2011 estuvo marcado en China por la lucha de su Gobierno contra la inflación, los intentos de contención del crédito y del sector inmobiliario (que se están relajando en los últimos meses) y el freno de las exportaciones. Las subidas de precios, principal preocupación de Pekín en 2011, se frenaron a partir de la segunda mitad de año, después de que en julio se alcanzara la máxima subida del IPC en 37 meses (6,5%), por lo que se espera que en 2012 la política macroeconómica gire hacia otros objetivos.
Ahora Pekín parece fijar su meta en proteger las exportaciones, ante el temor de que la persistencia de la crisis en sus principales socios (EEUU y la UE) cause una caída en la demanda exterior, que durante décadas ha sido el motor del rápido crecimiento económico chino. El superávit comercial del país, mayor exportador del planeta, se redujo un 14,5% en 2011 hasta los 155.140 millones de dólares (121.400 millones de euros).
Ello se debido a un aumento más rápido de las importaciones, que ascendieron un 24,9% en 2011 hasta 1,74 billones de dólares (1,36 billones de euros), frente a las exportaciones, que crecieron un 20,3 por ciento hasta totalizar 1,89 billones de dólares (1,47 billones de euros), según cifras de la Administración General de Aduanas.

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Bajo presión, Dilma se pondría más dura con la Argentina

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lunes, 16 de enero de 2012

Ante la debacle del euro, todos los caminos conducen a Berlín


Inmune al contagio, Alemania se consolida como rectora de las políticas del bloque.

Por Laura Lucchini  | Para LA NACION

BERLIN.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy; la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y el primer ministro italiano, Mario Monti, tres líderes clave en la gestión de la crisis de las deudas soberanas europeas visitaron, la semana pasada, Berlín en busca de respuestas frente a la emergencia.
Ante la debacle de las otras potencias europeas, la Alemania de la canciller Angela Merkel se quedó como el último bastión en la crisis de la deuda. Luego de que el país se salvó del masivo recorte de notas realizado por Standard & Poor's (SP) el viernes pasado, las esperanzas del Viejo Continente se dirigen hacia la cancillería.
Si a alguien le pagan para que preste dinero, eso quiere decir que algo no funciona bien. Y es precisamente lo que le pasó a Alemania la semana pasada. En la primera subasta del año, la potencia económica europea colocó bonos a un plazo de seis meses con una tasa de interés negativa. Es decir que el interés hacia los bonos alemanes fue tan alto que los inversores hasta aceptaron asumir pérdidas, con tal de tener la seguridad de recuperar su dinero, algo que responde más a la lógica del miedo que a la del mercado.
Con eso y otros factores, en la tormenta de la crisis, Alemania confirmó su posición de puerto seguro. La economía se afianzó, el PBI creció un 3% en 2010 a pesar de la crisis, el desempleo no hace más que bajar y la gente en la calle no parece estar demasiado preocupada por la emergencia del resto de sus socios.
¿Tiene Alemania la receta para superar la crisis? Para reforzar esta impresión se suma la decisión de Standard & Poor's que, el viernes, rebajó las notas de nueve países europeos, entre ellos Francia y Austria, que hasta la semana pasada seguían con calificación triple AAA. Sólo cuatro países se quedaron en Europa con la nota más alta, y sólo Alemania con un perspectiva positiva.
Políticos cercanos a la canciller denunciaron el fin de semana "ataques contra el euro" y una "casi guerra de las monedas", en referencia a que las principales agencias de calificación son estadounidenses y, por lo tanto, podrían defender el interés del dólar. Por su parte, Merkel eligió anteayer la diplomacia a la hora de comentar los acontecimientos de las últimas horas en un evento de su partido, la Unión Cristiano-Demócrata (CDU). Dijo que sólo se trata de la nota de apenas una de las agencias más importantes; sin embargo, reconoció que la degradación de los nueve países de la zona del euro confirma que hay "un largo camino antes de que se restablezca la confianza de los inversores".
Mientras Grecia, España e Italia tuvieron que recurrir a las tijeras para corregir sus cuentas, Alemania está todavía suficientemente sana. Varios expertos creen que el país podría hacer un favor a sus socios de moneda y concentrarse más en el crecimiento -promocionando la demanda- que en la reducción de su deuda. Y es justo lo que pidieron Sarkozy y Monti en sus visitas oficiales.
Pero en Alemania hay una convicción bastante arraigada entre legisladores y economistas de que austeridad y crecimiento no son enemigos. Entre los defensores de esta teoría se encuentra Jens Weidmann, el poderoso presidente del Bundesbank que volvió a insistir la semana pasada: "Tenemos que alcanzar pronto un equilibrio estructural de presupuesto", dijo, en una entrevista con el diario berlinés Tagesspiegel. Una de las lecciones de la crisis, según Weidmann, es que el recorte de la deuda debería ser atrasado lo menos posible. "Alemania tiene que sentar el ejemplo", añadió.

DISCIPLINA FISCAL

 

Siempre en los últimos días, el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung dedicó un amplio espacio a un ensayo de Otmar Issing, ex jefe economista en la Torre del Euro y figura de referencia de la economía alemana, que pedía una rígida disciplina fiscal para restaurar la confianza en la moneda única.
Es esto lo que Alemania trata de imponer a la Unión Europea (menos Gran Bretaña) a través del nuevo pacto fiscal, que podría ser firmado a finales de este mes y que es, según la canciller, el camino justo hacia una solución de la crisis, que sin embargo "podría tardar años".
Aún así, "la situación es muy tensa" en palabras de Merkel. Primero porque los datos confirman que también la economía alemana padeció un freno en el último trimestre de 2011 y podría contraerse el primer trimestre de este año: si las filtraciones del diario financiero Handelsblatt se confirman, el gobierno corregirá en los próximos días las perspectivas de crecimiento para 2012 del 1% al 0,75%.
En segundo lugar porque, tal y como recordó Der Spiegel, "la descalificación de Francia genera presión sobre Merkel". La revista de investigación de Hamburgo asegura que Alemania "está vista como un modelo para la solución de la crisis, pero también como quien tiene el dinero para resolverla".
Hasta ahora, los alemanes, aunque entre polémicas, han aceptado pagar por una crisis que todavía no sienten: la prueba de esto es que la popularidad de Merkel alcanzó un récord positivo en las encuestas de este mes. Pero la necesidad de un esfuerzo ulterior y la posible renuncia a unos pequeños recortes de impuestos que el gobierno había prometido podrían acabar con su paciencia y poner a la canciller en apuros. La primera prueba de fuego será la cumbre en Bruselas a finales de mes, cuando la situación en Grecia acapare la agenda.

OTRA SEMANA DECISIVA

 

·           La "troika" en Grecia La UE, el FMI y el BCE evaluarán esta semana los progresos realizados por Atenas en materia de ahorro para liberar los nuevos tramos de la ayuda financiera.
·           Ultimátum a Hungría La Comisión Europea decidirá mañana si inicia un proceso contra Budapest por la violación de varios tratados. Acusa al gobierno húngaro de socavar la independencia de su banco central.
·           La banca y Atenas El gobierno griego continuará pasado mañana las negociaciones con los grandes bancos para que acepten una quita del 50% en la deuda de Atenas.
·           Merkel prepara la cumbre La canciller alemana se reunirá el jueves con los mandatarios de Austria, Portugal y Suecia, y el viernes con el premier italiano y el presidente francés, para preparar la cumbre del 30.

Murió Manuel Fraga Iribarne, patriarca de la derecha española


España / Adiós al mentor de Aznar y Rajoy

Fue clave durante la transición del régimen de Franco a la democracia; tenía 89 años
Por Adrián Sack  | Para LA NACION


MADRID.- Manuel Fraga Iribarne será siempre recordado, en la historia de España, como el "presidente que no fue". Al experimentado político gallego, fallecido anoche a los 89 años, en Madrid, por una afección respiratoria que padecía desde febrero, sólo le faltó llegar al Palacio de la Moncloa para completar una carrera sin comparaciones en el proceso que llevó a España a recuperar la democracia, tras la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).
Su papel en esa transición fue una de las misiones más complejas en la era del deshielo posfranquista, ya que debió conducir a la derecha española hacia la democracia y tomar, a la vez, distancia de un gobierno de facto del que había sido parte por casi un cuarto de siglo como ministro polifuncional y vicepresidente.
Tras la muerte de Franco, sus vínculos con el extinto régimen no impidieron que fuera rápidamente aceptado como un actor fundamental dentro del flamante Estado de Derecho por todas las fuerzas políticas, incluso por el Partido Comunista, formalmente legalizado en 1977.
La influencia de Fraga se institucionalizó a través de la fundación de la Alianza Popular (AP), en septiembre de 1976, que presidió desde entonces. A la cabeza de esa fuerza -que en 1989 se transformaría en la semilla del gobernante Partido Popular (PP)-, Fraga se posicionó, entonces, como el candidato más importante a la presidencia de España y, también, como el principal defensor de las ideas del movimiento nacional franquista en la democracia.
"Creemos en la democracia, pero en la democracia con orden, con ley y con autoridad", dijo el líder de AP tras fundar el partido, que, con gran apoyo en sus actos políticos, parecía destinado a una victoria natural.
Pero en las elecciones presidenciales de junio de 1977 y contra todas las predicciones, Fraga apenas rozó el 10% de los votos y cayó derrotado ante la supremacía del más moderado y renovador Adolfo Suárez, de la Unión de Centro Democrático (UCD).
Aquella inesperada bofetada signó la carrera política de Fraga al trabar sus intenciones de llegar a la presidencia. Pero, infatigable, Fraga no se dio por vencido y su participación en la política fue luego fundamental en la gestación de un espacio de peso para la derecha.

EL ESTIGMA

 

Este batallador político nacido en Lugo el 23 de noviembre de 1922 siempre debió lidiar con el estigma de haber formado parte de la dictadura de Franco, dentro de una sociedad española que tomó distancia de ese período mucho más rápidamente de lo que muchos de sus correligionarios esperaban.
El vínculo de Fraga con el régimen se inició en 1951, cuando, por sus antecedentes como profesor de Derecho, fue designado secretario de Cultura Hispánica. Hábil orador e inteligente escritor (llegó a publicar más de 80 libros sobre política), fue convocado desde el Instituto de Estudios Políticos y desde el Ministerio de Educación.
Su proyección pública tomó impulso casi una década después, en 1962, cuando Franco lo nombró ministro de Información y Turismo.
En ese cargo, que ocupó durante siete años, hizo campañas de promoción en el exterior para volver a atraer al turismo internacional, alejado de España por la oscura imagen de postergación y cierre que el país sufrió desde el final de la Guerra Civil (1936-1939). Su labor es recordada hoy como trascendental en el proceso de "apertura económica" experimentada en la década de 1960.
Desde ese mismo cargo, y como parte del ala renovadora del movimiento nacional, también participó de la aprobación de la ley de libertad religiosa y, posteriormente, respaldó los primeros intentos de dictar una amnistía política.
Estos gestos ayudaron a que, tras la muerte del Generalísimo, el 20 de noviembre de 1975, Fraga integrara el gobierno provisional que buscó restaurar la normalidad democrática. Así fue designado vicepresidente segundo y ministro de la Gobernación del Ejecutivo presidido por Carlos Arias Navarro, que estuvo en el poder hasta julio de 1976.
Más allá del revés electoral sufrido, la historia grande de España le guardaba a Fraga un lugar irrenunciable: entre 1977 y 1978 formó parte del selecto grupo de políticos que, junto con nombres de la talla de José Pedro Pérez-Llorca y Miguel Herrero, sentaron las bases de la Constitución. La sanción de la Carta Magna, en combinación con la aplicación de los Pactos de la Moncloa, impulsó el fuerte desarrollo económico y social que transformó profundamente a España en las tres décadas posteriores.
Luego, Fraga intentó recuperar a la AP y disputarle el poder al socialista Felipe González en la década de 1980, pero todos sus intentos resultaron infructuosos ante el carisma y la hegemonía lograda por su contrincante tras su llegada a la Moncloa.
No obstante, y más allá de retirarse momentáneamente de la política española después de ser elegido eurodiputado en 1987, Fraga continuó trabajando en la construcción de una fuerza política de derecha que captara el respaldo de los españoles descontentos con el socialismo.
En 1989 transformó a la AP en el más moderno PP, en el que designó a un joven José María Aznar como candidato a presidente.
Así, el veterano político, que presidió el PP entre 1991 y 2006, no sólo vivió para ver la consagración de José María Aznar como presidente en 1996 y 2000, sino también la de Mariano Rajoy, que consiguió tres semanas atrás hacer realidad el sueño negado a Fraga..

Presionado, el régimen sirio lanza una “amnistía general”

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domingo, 15 de enero de 2012

America Isn’t a Corporation


OP-ED COLUMNIST

By PAUL KRUGMAN
Published: January 12, 2012

That’s how the fictional Gordon Gekko finished his famous “Greed is good” speech in the 1987 film “Wall Street.” In the movie, Gekko got his comeuppance. But in real life, Gekkoism triumphed, and policy based on the notion that greed is good is a major reason why income has grown so much more rapidly for the richest 1 percent than for the middle class.
Today, however, let’s focus on the rest of that sentence, which compares America to a corporation. This, too, is an idea that has been widely accepted. And it’s the main plank of Mitt Romney’s case that he should be president: In effect, he is asserting that what we need to fix our ailing economy is someone who has been successful in business.
In so doing, he has, of course, invited close scrutiny of his business career. And it turns out that there is at least a whiff of Gordon Gekko in his time at Bain Capital, a private equity firm; he was a buyer and seller of businesses, often to the detriment of their employees, rather than someone who ran companies for the long haul. (Also, when will he release his tax returns?) Nor has he helped his credibility by making untenable claims about his role as a “job creator.”
But there’s a deeper problem in the whole notion that what this nation needs is a successful businessman as president: America is not, in fact, a corporation. Making good economic policy isn’t at all like maximizing corporate profits. And businessmen — even great businessmen — do not, in general, have any special insights into what it takes to achieve economic recovery.
Why isn’t a national economy like a corporation? For one thing, there’s no simple bottom line. For another, the economy is vastly more complex than even the largest private company.
Most relevant for our current situation, however, is the point that even giant corporations sell the great bulk of what they produce to other people, not to their own employees — whereas even small countries sell most of what they produce to themselves, and big countries like America are overwhelmingly their own main customers.
Yes, there’s a global economy. But six out of seven American workers are employed in service industries, which are largely insulated from international competition, and even our manufacturers sell much of their production to the domestic market.
And the fact that we mostly sell to ourselves makes an enormous difference when you think about policy.
Consider what happens when a business engages in ruthless cost-cutting. From the point of view of the firm’s owners (though not its workers), the more costs that are cut, the better. Any dollars taken off the cost side of the balance sheet are added to the bottom line.
But the story is very different when a government slashes spending in the face of a depressed economy. Look at Greece, Spain, and Ireland, all of which have adopted harsh austerity policies. In each case, unemployment soared, because cuts in government spending mainly hit domestic producers. And, in each case, the reduction in budget deficits was much less than expected, because tax receipts fell as output and employment collapsed.
Now, to be fair, being a career politician isn’t necessarily a better preparation for managing economic policy than being a businessman. But Mr. Romney is the one claiming that his career makes him especially suited for the presidency. Did I mention that the last businessman to live in the White House was a guy named Herbert Hoover? (Unless you count former President George W. Bush.)
And there’s also the question of whether Mr. Romney understands the difference between running a business and managing an economy.
Like many observers, I was somewhat startled by his latest defense of his record at Bain — namely, that he did the same thing the Obama administration did when it bailed out the auto industry, laying off workers in the process. One might think that Mr. Romney would rather not talk about a highly successful policy that just about everyone in the Republican Party, including him, denounced at the time.
But what really struck me was how Mr. Romney characterized President Obama’s actions: “He did it to try to save the business.” No, he didn’t; he did it to save the industry, and thereby to save jobs that would otherwise have been lost, deepening America’s slump. Does Mr. Romney understand the distinction?
America certainly needs better economic policies than it has right now — and while most of the blame for poor policies belongs to Republicans and their scorched-earth opposition to anything constructive, the president has made some important mistakes. But we’re not going to get better policies if the man sitting in the Oval Office next year sees his job as being that of engineering a leveraged buyout of America Inc.

En la cancha se ven las ideas



PÁGINA 12/ SECCIÓN EL PAIS › SE CALIENTA EL DEBATE INTELECTUAL
En los últimos días, sobre todo a partir de la aparición de la Carta 11 de Carta Abierta, recrudeció el debate político entre los intelectuales ya desafiados por la “praxis” kirchnerista. El despliegue de un grupo crítico de las posiciones oficiales, con su consiguiente repercusión en los medios opositores, intensificó el debate más allá de sus peleas internas y llevó a la aparición de otros contrincantes. En estas páginas, connotados miembros de los tres espacios exponen los motivos de su conformación y rebaten las críticas de sus oponentes.
Eduardo Jozami *

Bajo el signo de la igualdad

Cuatro años atrás, Carta Abierta nació de un gesto dramático, la convocatoria para una urgente respuesta a la ofensiva de las patronales agropecuarias y los medios que no disimulaban su propósito de llevarse puesto al gobierno de Cristina Kirchner. La importante adhesión mostró que muchos compartíamos esa sensación de angustia frente al insólito avance de un discurso que negaba el rol del estado y condenaba a priori cualquier impulso de redistribución.
Desde entonces, el cambio ha sido vertiginoso hasta llegar a la situación actual caracterizada por la hegemonía kirchnerista en lo político y cultural. El mérito es para un gobierno que aguantó el acoso y –gesto inédito en la política argentina– contestó el hostigamiento con la profundización de su proyecto, pero no puede negarse que Carta Abierta prestó también su modesta contribución.
Confieso que he utilizado con cuidado el término hegemonía, porque lo que celebramos como producto del mayor consenso social con el gobierno y el incremento de su influencia política, como prueba de la debilidad argumental de la oposición y sus voceros mediáticos, es señalado por otros como una perniciosa tendencia del oficialismo a imponer un “relato disciplinador y engañoso”, utilizando –entre otros recursos no menos repudiables– la “inducción de mecanismos alienatorios sobre las formas colectivas de la subjetividad. (Manifiesto de Plataforma 2012).
En estos días, dos nuevos agrupamientos de intelectuales hicieron su presentación, lo que debe saludarse y anuncia futuros debates. El texto dado a conocer por uno de ellos, titulado Argumentos, hace aportes interesantes y manifiesta notables coincidencias con Carta Abierta, particularmente en lo que hace a la valoración del cambio operado desde el año 2003. También los señalamientos críticos sobre la acción de gobierno coinciden, en general con la mirada de nuestra reciente Carta 11. Es previsible con ellos un intercambio provechoso.
El otro nucleamiento, de un claro perfil opositor al actual gobierno, es el ya citado Plataforma 2012, en el que revistan algunos escritores y artistas muy valiosos. Este grupo hizo una presentación menos amigable, cuestionando duramente la ingenuidad de los análisis justificatorios que atribuyen a los intelectuales nucleados en Carta Abierta, a los que no vacilan en calificar –contra toda evidencia– como voceros del gobierno.
La caracterización del momento político iniciado en el 2003 es, sin duda, el eje de nuestra polémica con este sector de intelectuales. Plataforma critica algunas políticas y actitudes oficiales y le bastan esas críticas para señalar como rasgos definitorios de la hora actual la impunidad de los gobernantes y la represión generalizada de la que hace responsable al gobierno nacional. Enfatizando que nos hallaríamos ante un nuevo ciclo de violaciones a los derechos humanos, el grupo no considera relevantes los juicios a los responsables del terrorismo de estado, ignora la fuerte presión social que resistió el gobierno de Néstor Kirchner negándose a reprimir los cortes de calles de los piqueteros y desconoce la decisión con la que el fallecido ex presidente impulsó el juzgamiento de los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra.
No consideran tampoco necesario mencionar la drástica y virtuosa alteración de rumbo de la política exterior argentina y las consecuencias sociales de medidas tan significativas como la sanción de la Asignación Universal por hijo. Lejos de valorar los resultados de estas y otras políticas sociales, los integrantes de Plataforma consideran que se han profundizado las desigualdades en la sociedad argentina (artículo en la web de Maristella Svampa y Roberto Gargarella, firmantes del manifiesto de Plataforma 12). No sólo desconocen, de este modo, los cambios tan significativos en los indicadores económicos sociales del país, informados por la Cepal hace pocos días, sino que no se preocupan en explicar de qué modo se compadece ese supuesto proceso de creciente desigualdad con medidas como el matrimonio igualitario o la sanción de una ley de medios que abre inéditas posibilidades para una pluralidad de voces.
Los desacuerdos respecto a la valoración del proceso iniciado en el 2003 se solapan con otra discusión no menos importante. El llamamiento de Plataforma señala que algunos intelectuales respetables –queremos creer que se refieren a Carta Abierta, aunque el elogio no es sino el pie necesario para el cuestionamiento posterior– se han metamorfoseado abandonando la mirada crítica. Es evidente que para los integrantes del grupo existe una incompatibilidad absoluta entre la función de intelectual crítico y la adhesión a cualquier gobierno. Quien adoptara esta última postura estaría dimitiendo de la independencia que se espera del intelectual, renunciando al privilegio de ser el enunciador de un discurso experto e incontaminado para degradarse en el pantano de la política.
No aceptamos esa idea sobre el rol del intelectual. No nos consideramos parte de un grupo privilegiado que tendría la función de decir lo que no pueden decir otros. No habría nada más escandaloso ni mejor modo de profundizar la desigualdad –sugiere Jacques Ranciere– que otorgar a un grupo de personas la capacidad exclusiva de pensar. Los integrantes de Carta Abierta somos intelectuales políticos, comprometidos o militantes, como se prefiera, no porque nos nucleemos para mostrar a través de la crítica nuestra amplitud de miras, ni para hacer alardes de nuestros saberes, sino porque queremos intervenir decididamente en una coyuntura política en la que se juega la suerte de un proyecto que está transformando el país. No formábamos parte de ninguna corporación de intelectuales preexistente: nos constituimos como tales cuando salimos a decir lo que creíamos necesario y nos comprometimos a hacer política ejerciendo la reflexión, el debate y la crítica. No porque esas prácticas nos caractericen como grupo intelectual sino porque son herramientas imprescindibles en la constitución del gran movimiento político y social necesario para sustentar el ciclo kirchnerista y profundizarlo bajo el signo de la igualdad.
* Miembro de Carta Abierta.
Alejandro Grimson *

Más argumentos par.a el debate

Argumentos surgió como una declaración colectiva para proponer nuevas formas de de-sarrollar el debate público. Es necesario y conveniente que los más diversos sectores sociales y políticos realicen propuestas y críticas a las políticas de los gobiernos. Pero también es importante, si queremos construir una sociedad más justa, que las denuncias o las contribuciones partan del reconocimiento de los cambios profundos en la sociedad argentina, en las políticas públicas y en la legislación vividos en estos últimos años. Las pinturas en blanco y negro raras veces son las más apropiadas para dar cuenta del accionar de un gobierno. Los gobiernos pueden tomar medidas que sectores de la oposición consideren apropiadas. Cuando los matices reemplazan el blanco/negro, la crítica comienza a distinguir aquello que contribuye a una mayor igualdad y aquello que la dificulta.
La teoría social nos ha enseñado que el poder real no siempre está en manos de los gobiernos y nunca un gobierno concentra todo el poder. No reconocer las tensiones entre gobiernos electos y poderes corporativos en la realidad latinoamericana actual plantea serios riesgos políticos. No se verifica el discurso único que denuncia Plataforma. Al contrario, los Estados son territorios surcados por ambivalencias, contradicciones y conflictos políticos. Muchas de esas tensiones atraviesan también a las organizaciones sociales.
Desconocer la extensa lista de los aspectos positivos de los cambios sociales y culturales argentinos de los últimos años impide comprender los sentidos que tienen las políticas públicas para los sectores populares. Plantea el riesgo de hacer política fuera de contexto. El contexto incluye a las políticas, sus efectos reales, las adhesiones y los sentimientos políticos. Hay dos formas clásicas en que la izquierda ha hablado fuera de contexto: una, queriendo que este país funcione como (cada quien creía que) funcionaban otros; dos, tomando cualquier hecho real y afirmando que esa parte es el todo: un gobernador es la Presidenta.
Ante el contundente triunfo electoral del gobierno en 2011 se nos pregunta si acaso los pueblos nunca se equivocan. Todos los seres humanos podemos equivocarnos. Nadie se “equivoca” fuera de las opciones reales ni fuera de las lógicas culturales. Pero, además, esta pregunta supone de manera oculta que los intelectuales y la izquierda nunca se equivocarían. En la historia argentina los intelectuales y la izquierda han realizado significativas contribuciones, pero también han cometido grandes errores. Todos los que hemos participado en estos movimientos sabemos cuántas veces desde las izquierdas nos hemos equivocado. Y vemos las persistentes dificultades para comprender a los peronismos. Esto obliga a una reflexión crítica. Nada prohíbe que uno sea objeto de su propio pensamiento crítico.
Trabajar para una sociedad más igualitaria en la Argentina requiere reconocer los sentidos del peronismo y del kirchnerismo para los sectores populares. Una perspectiva crítica debe comprender esos significados y, a la vez, rechazar los chantajes de ciertos dirigentes que afirman que toda crítica al Partido Justicialista, al sindicalismo empresario, no olvidar qué fueron la Triple A y el menemismo sería gorila. Por otra parte, tampoco resulta aceptable realizar esas críticas como si otras tradiciones políticas, incluidas aquellas de “izquierda”, estuvieran exentas de articulaciones con poderes diversos, de clientelismo, de prácticas gubernamentales o sindicales nefastas. Desde una perspectiva purista no hay “ismo” que esté a salvo de esos problemas.
Es necesario alentar estos debates desde valores ideológicos fuertes que atraviesan diferentes tradiciones políticas. Salir de la lógica de la identidad que sólo se pregunta si somos nosotros los que hicimos una propuesta política. Si son los buenos, se apoya; si son los malos, se rechaza. Hay otra manera: analizar el contenido de la propuesta; si contribuye a una sociedad más igualitaria, la apoyamos; si no lo hace, debatimos y la rechazamos. Si alguien que razona en función de la identidad (o sea, alguien que rechaza o apoya todo lo que proponga el gobierno) pasa a pensar a partir del contenido, se dará cuenta de que las identidades son bastante complejas.
Esto parece muy obvio. Pero lo que resulta muy evidente es que el debate político en la Argentina no cese desarrollado ahora de este modo. El pensamiento y la acción política desde posiciones cerradas del tipo amigo-enemigo, blanco y negro, existen tanto en la derecha como en la izquierda. Un pensamiento crítico con matices, una crítica a la dicotomización no implica ignorar, sino todo lo contrario, que una mayor igualdad supone procesos necesariamente conflictivos. No se afectan intereses económicos, ideológicos o religiosos con sueños de armonía. Autonomía para decir lo que uno cree en cada contexto no es neutralidad ante las tensiones de nuestra vida social y política.
Pero una cosa es construir fronteras situacionales, como sucedió con la ley de matrimonio igualitario y la Asignación Universal, y otra muy distinta es anclar esa tensión en identidades dicotómicas que trascienden las situaciones concretas.
Puede percibirse un cierto agotamiento muy promisorio de la sociedad argentina frente a las dicotomizaciones trascendentes. Si bien muchos comentaristas políticos sostienen que la oposición se equivoca porque no se une, es posible plantear que el error de la oposición es justamente no haber comprendido que la sociedad ya manifestó su cansancio con la forma-dicotomización, un agotamiento del “anti”. A la vez, revisando los últimos años, podría argumentarse que el gobierno ha desarrollado diferentes estrategias en distintos momentos, pero que justamente en la actualidad su discurso y sus políticas apuntan a dificultar, más que facilitar, la emergencia de identidades dicotómicas, como “el campo”.
Esto implica una invitación a cambiar la lógica del debate en algunos espacios actuales en la Argentina. “Argumentos” es una declaración colectiva, cuyas coincidencias se encuentran
en www.argumentos12.blogs pot.com. Quienes tuvimos la iniciativa queremos contribuir a enriquecer los debates para una mayor igualdad y continuaremos trabajando por un disenso no sólo respetuoso, sino también productivo. Un debate público franco y claro también puede aportar a construir una sociedad más justa, libre e igualitaria.
* Miembro de Argumentos.
Idaes-Unsam y Conicet.
Roberto Gargarella y
Maristella Svampa *

Reflexiones sobre la desigualdad

Plataforma reúne a un grupo de académicos, artistas y trabajadores de la cultura, unidos por vínculos profesionales y, en muchos casos, de afecto, preocupados por las violaciones de derechos humanos de ayer, y también de hoy. El grupo aglutina a personas interesadas en la vida pública, que han sido activamente disidentes de la dictadura; críticas de los planes de ajuste y las políticas neoliberales del menemismo; pero también de las diferentes formas de desigualdad y violencias políticas que siguen afectando, hoy, a amplios sectores de la sociedad.
Una mayoría de los miembros del grupo promotor se ha caracterizado por comprometerse en sus reclamos y denuncias, buscando poner el cuerpo a sus reivindicaciones: asistencia terapéutica a víctimas de la represión de ayer y de hoy, acompañamiento y trabajo con poblaciones originarias; labor cultural y social con niños en situación de calle; participación activa en luchas sociales y ambientales. Estos, entre otros temas, ilustran una postura que apela a la articulación entre el decir y el hacer, enunciar y activar, entretejer socialmente y producir agenda, fisurar el orden de la gubernamentalidad, tanto para la exigibilidad cuanto para la ampliación de derechos. Así, muy lejos del aspecto “denuncialista”, que algunos pretenden atribuir al grupo, gran parte de los impulsores de Plataforma viene militando por sus convicciones en distintos espacios, en la calle y en los foros ciudadanos, en muchas ocasiones para dar audibilidad a voces sociales en clara asimetría.
Aunque el colectivo está en construcción, podríamos decir que a todos nos reúne una preocupación muy especial por los diferentes tipos de desigualdad hoy reinantes. El gobierno y quienes lo apoyan sostienen que en ese campo se han hecho avances y que, por ende, resulta temerario o al menos infundado, afirmar lo contrario. Quisiéramos abordar brevemente el tema, en tres ítems diferentes.
En primer lugar, la desigualdad en materia de distribución de ingresos es difícil de medir, porque no hay acuerdo sobre las cifras básicas y porque se han alterado las bases de datos del Indec (intervención y persecución del personal mediante), además de los índices de precios. Por lo demás, todo dependerá de a qué período se mire y con cual se haga la comparación: con el 2001 (plena crisis), o con los inicios de los años ’90. Lo cierto es que, sin duda, ha habido una notable mejoría respecto del álgido período de la crisis (2001-2002), pero en casi todos los indicadores, la situación es aún peor que a comienzos de los ’90. Asimismo, todos coinciden en sostener que ha habido un real mejoramiento económico en los primeros años de salida de la crisis, pero –y frente a la ausencia de datos– para no pocos economistas, existe la presunción de que hoy asistimos a un estancamiento.
Respecto del impacto distributivo que ha tenido la asignación universal por hijo –a la que apoyamos, reclamando una cobertura universal–, las opiniones son muy diversas, pues están aquellos que sostienen que dicha transferencia de ingresos habría producido un descenso de la desigualdad, pero también otros que señalan que la inflación existente habría neutralizado tal efecto. Además, hay quienes afirman que no hay estudios de campo que hayan verificado los resultados que se reclaman, más allá de que ésta se considere una medida con potencialidad distributiva. Sin embargo, en el campo de los datos “duros”, el problema mayor reside en la pertinaz opacidad del Estado que, al no proporcionar datos, imposibilita un debate serio y transparente sobre una cuestión no menor de nuestra sociedad.
En segundo lugar, nos interesa hablar de “desigualdades”, en plural, pues creemos que ésta tiene muchas aristas y no se mide solamente en términos de ingreso. Existen otros indicadores que deben ser tenidos en cuenta: la esperanza de vida (cuyas tendencias negativas no se han revertido, en relación a los sectores bajos), el afianzamiento de las brechas educativas (si tenemos en cuenta, por ejemplo, las diferencias en el gasto por alumno de cada provincia); el desigual acceso a la salud, el reforzamiento de las desigualdades entre las provincias pobres y ricas; las desigualdades territoriales y urbanas. ¿Acaso se puede hablar de un país más igualitario con el crecimiento exponencial que ha habido de la población en villas de emergencia, entre 2001 y 2011, por citar el ejemplo de la ciudad de Buenos Aires o del Conurbano Bonaerense? ¿Qué hay de los problemas de acceso a la tierra y la vivienda, que han marcado la agenda del conflicto en los últimos tiempos, desde los hechos represivos de Ledesma hasta el Parque Indoamericano? ¿Qué hay de las poblaciones indígenas y campesinas que hoy asisten al despojo de sus territorios por el avance de la frontera agropecuaria, la minería a cielo abierto o los megaemprendimientos turísticos? ¿Acaso estas asimetrías violentísimas no nos revelan que la actual Argentina transita por una vía de mayor inequidad y violación de derechos básicos?
En tercer lugar, hay que hablar de los diversos arreglos institucionales hoy existentes que reafirman otras formas de la desigualdad. Existe, ante todo, una desigualdad política flagrante, en razón de la inédita concentración de poderes que hoy se advierte sobre la Presidencia de la Nación. Para quienes abogamos por la democracia política, la presencia de un Poder Ejecutivo monacal es obviamente un problema grave, que instala modos de hacer política verticales. Hoy, el poder toma decisiones discrecionalmente; usa al Congreso como mero ratificador de sus acciones (impidiendo cualquier desafío o debate legislativo reales); se molesta frente al que piensa distinto (a quienes ve siempre como conspiradores), y por ello socava, en lugar de promover, la voz y la participación del pueblo, salvo cuando se trata de voces y movilizaciones que vengan a aclamar aquello que el poder ya ha decidido de antemano poner en agenda.
La importancia que, desde esta perspectiva, adquiere la cuestión del poder político no implica que no prestemos atención a la presencia y fuerza de los grandes poderes económicos. Por el contrario, atendiendo a la cuestión creemos que el poder político refuerza el sistema de explotación vigente, en alianza con los más poderosos grupos económicos del país –sean estas las grandes empresas mineras, las exportadoras de granos, grandes industrias o petroleras; las que se siguen enriqueciendo hoy, como pocas veces, gracias a la concentración económica que el poder político mantiene y favorece.
La conclusión es que, en diversas y cruciales aspectos relacionados con la igualdad, la Argentina no presenta entonces un perfil promisorio. Esto no implica desconocer lo que se ha realizado en estos años, respecto de temas tales como la expansión de la jubilación, la ley de medios, la política de derechos humanos en relación con el pasado dictatorial, el matrimonio igualitario o el regreso de un instituto laboral, como las convenciones colectivas (aún si coexiste con la fuerte persistencia de la precariedad laboral). Sin embargo, todo ello no debería autolimitar la crítica, ni diluirla en un mar de elogios para con el gobierno, en nombre de “las transformaciones realizadas”, como si se tratara de “asignaturas pendientes” o de claroscuros inevitables de una etapa de transición.
Finalmente, se trata de no ver a las partes separadas del todo. En otros términos, y sin necesidad de construir una teoría conspirativa, advertimos claras relaciones entre muchas de las angustias y miserias que marcan la época. Por citar sólo unos casos: no se trata de que ocasionalmente mueren dos indígenas en Formosa, asesinan a un campesino del Mocase en Santiago del Estero; la legislatura deroga una ley que prohibía la minería con cianuro en Río Negro; los legisladores kirchneristas promueven la minería a cielo abierto en La Rioja; apalean a masas empobrecidas en Jujuy; o aplican ajustes y represión en Santa Cruz. Se trata de que el gobierno ha establecido una estructura de alianzas con poderes económicos y políticos, en cada una de las provincias y áreas que controla, que hacen posible tales violaciones de derechos, en lugar de impedirlas. Frente a ello, en el actual contexto político, resulta por lo menos controvertido o más bien, ilusorio, sostener una real aspiración de igualdad.
* Miembros del Grupo Plataforma 2012.