El
país se consolida como la segunda potencia mundial. -Pekín reitera su apoyo a
"los esfuerzos de Europa para luchar" contra la crisis.
EL PAÍS/EFE | Pekín
El Producto Interior Bruto (PIB) de China creció un 9,2% en
2011, por encima del objetivo del 8% fijado por el Gobierno, pero volvió a
ralentizarse en el cuarto trimestre, cuando subió un 8,9%, dos décimas menos
que en el tercero, ha informado hoy el Buró Nacional de Estadísticas. Se trata
de la peor subida trimestral en dos años y medio (desde el segundo cuarto de
2009, cuando fue de sólo un 7,9%), aunque este freno entraba en los planes de
"aterrizaje suave" de
Pekín, después de que en el primer trimestre el PIB ascendiera un 9,7%, el
segundo un 9,5% y el tercero un 9,1%.
Por otra parte, el Gobierno chino ha avanzado que "apoyará
los esfuerzos de Europa para luchar contra el problema de la deuda
soberana", en su primera reacción a la decisión de la agencia de calificación Standard &
Poor's (S&P) de
rebajar la calificación de la deuda de nueve países europeos. "La
recuperación mundial depende enormemente del crecimiento económico europeo y
apreciamos los importantes esfuerzos de los países de la Unión Europea por
estabilizar el mercado", ha señalado en rueda de prensa el portavoz del
Ministerio de Asuntos Exteriores Liu Weimin.
El PIB chino en 2011 ascendió a 7,46 billones de dólares (5,87
billones de euros), lo que consolida al gigante asiático como
segunda economía mundial, sólo por detrás de Estados Unidos, un año
después de haber superado a Japón. El comisario del buró de estadísticas, Ma
Jiantang, ha subrayado al presentar los datos que en 2011, "frente a un
ambiente internacional complicado y volátil", China tomó medidas
macroeconómicas que "lograron un buen comienzo para el Plan Quinquenal
2011-2015".
El buró
también ha publicado hoy otras cifras macroeconómicas del año, como la
inversión en activos fijos, que en 2011 ascendió a 4,77 billones de dólares
(3,75 billones de euros), un crecimiento interanual del 23,8%. Destacó en este
punto el fuerte aumento de la inversión en el sector manufacturero, del 31,8%
hasta 1,62 billones de dólares (1,27 billones de euros), y en minería, donde el
capital subió un 21,4% hasta 186.000 millones de dólares (146.000 millones de
euros).
En el sector inmobiliario, las medidas gubernamentales para
frenar su expansión, por temor al estallido de una burbuja especulativa,
frenaron su crecimiento 5,3 puntos, aunque no por ello dejó de crecer a doble
dígito (27,9%, con una inversión de 977.000 millones de dólares o 767.000
millones de euros). En cuanto a las ventas al por menor, principal indicador
del consumo -rama macroeconómica que Pekín desea estimular en los próximos años
para paliar el freno de las exportaciones- éstas ascendieron a 2,86 billones de
dólares (2,25 billones de euros), un aumento del 17,1%.
Pese a las
medidas de estímulo del consumo, el organismo encargado de las estadísticas
macroeconómicas nacionales subrayó la fuerte caída en el crecimiento de las
ventas de automóviles, de 20,2 puntos (éstas sólo aumentaron en 2011 un 14,6%,
frente al 34,8% de 2010).
El año
2011 estuvo marcado en China por la lucha de su Gobierno contra la inflación,
los intentos de contención del crédito y del sector inmobiliario (que se están
relajando en los últimos meses) y el freno de las exportaciones. Las subidas de
precios, principal preocupación de Pekín en 2011, se frenaron a partir de la
segunda mitad de año, después de que en julio se alcanzara la máxima subida del
IPC en 37 meses (6,5%), por lo que se espera que en 2012 la política
macroeconómica gire hacia otros objetivos.
Ahora
Pekín parece fijar su meta en proteger las exportaciones, ante el temor de que
la persistencia de la crisis en sus principales socios (EEUU y la UE ) cause una caída en la
demanda exterior, que durante décadas ha sido el motor del rápido crecimiento
económico chino. El superávit comercial del país, mayor exportador del planeta,
se redujo un 14,5% en 2011 hasta los 155.140 millones de dólares (121.400
millones de euros).
Ello se
debido a un aumento más rápido de las importaciones, que ascendieron un 24,9%
en 2011 hasta 1,74 billones de dólares (1,36 billones de euros), frente a las
exportaciones, que crecieron un 20,3 por ciento hasta totalizar 1,89 billones
de dólares (1,47 billones de euros), según cifras de la Administración General
de Aduanas.
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