Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

jueves, 13 de marzo de 2014

Una distancia ideológica menor que la que presentía el kirchnerismo


Por Carlos Pagni | LA NACION


Cuando, hace hoy un año, el cardenal Jean Louis Tauran, en una escena que Visconti se perdió de componer, anunció que el "eminentissimum ac reverendissimum Dominum, Georgius Marius Dominum Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio" sería el nuevo jefe del catolicismo, la clase política argentina ingresó en una enorme confusión. El kirchnerismo y sus rivales coincidieron en que la elevación al papado podía convertir al arzobispo de Buenos Aires en la versión criolla de aquel Juan Pablo II que se enfrentó a Wojciech Jaruzelski determinando su caída.

Las diferencias que olvida esa comparación son infinitas. Pero Cristina Kirchner se refirió por primera vez al nuevo papa hablando de "un latinoamericano", mientras algunos de sus fieles chiflaban desde el fondo del salón. Los diputados oficialistas perdieron el habla. Y el hiperbólico Luis D'Elía presentó a Francisco como un ariete del imperio contra América latina.
En la otra orilla, Elisa Carrió recordó: "Yo había anticipado que este hombre iba a ser papa". Y Sergio Massa confesó que resolvió enfrentar a la Presidenta cuando vio a Bergoglio, de blanco, en el balcón.

Cristina Kirchner necesitó que un amigo, a quien hacía mucho no veía, le hiciera notar la conmoción reinante. Entonces, silenció a los inquisidores de Bergoglio que, encabezados por el CELS de Horacio Verbitsky, denunciaban presuntas complicidades con la dictadura. Y viajó a Roma, llevando en su comitiva a Alicia Oliveira, la más categórica defensora del rol que había cumplido el nuevo papa frente a las atrocidades del gobierno militar. Bergoglio respondió con un almuerzo en Santa Marta. Y se confesó reconfortado porque, en su misa inaugural, la señora de Kirchner buscara a Oliveira, tres filas detrás de ella, para darle el beso de la paz.
Al cabo de un año, el juego político es muy distinto del que oficialistas y opositores habían imaginado. El embajador ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, hace malabares para reescribir la historia: ante Vatican Insider dijo que los Kirchner dejaron de pisar la catedral metropolitana para "federalizar el tedeum".
La misma publicación, vocera extraoficial de la curia romana, anunció una película sobre las gestiones de Bergoglio para salvar gente durante la dictadura. De paso, acusó a Verbitsky de haber participado en secuestros y asesinatos, atribuyendo su supervivencia a sus trabajos para la inteligencia norteamericana (http://vaticaninsider.lastampa.it/es/resenas/dettagliospain/articolo/bergoglio-30553/).

Hace una semana, la señora de Kirchner saludó a Francisco por el aniversario y le contó que viajaría a Europa. El Papa la invitó a almorzar el próximo lunes. En la Casa Rosada sugieren que ella le solicitaría una gestión informal. Bergoglio recibirá a Barack Obama el 27. Y el Gobierno necesita de los Estados Unidos para despejar su frente EXTERNO. Y hay dificultades comprensibles: por ejemplo, ayer el secretario de Estado, John Kerry, desestimó que su país se presente como como amicus curiae a favor de la Argentina en el litigio con los holdouts.
¿Por qué Bergoglio se convirtió en un agente de la estabilidad oficial? Habría que recordar que ya como arzobispo él hizo gestos muy amigables, como la oración fúnebre por Néstor Kirchner, por ejemplo (http://www.cienciayfe.com.ar/a2010/articulo/dnestork.htm). Además, es obvio que su contexto se ha globalizado: hoy tendría puesta la mirada en un hipotético viaje a China, del que su visita a Corea del Sur, en agosto, sería una antesala.

Pero hay un motivo más sustancial: la distancia ideológica entre Bergoglio y el Gobierno es menor que lo que el propio kirchnerismo presentía. Para advertirlo basta leer la pasable condena al capitalismo que aparece en los parágrafos 53 a 58 de la exhortación Evangelii Gaudium. Nada nuevo: la tradición católica tiene un sesgo antiliberal que le permite una convivencia apacible con el populismo.
Se podría imaginar otra inspiración para el comportamiento de Francisco: su concepción del poder, identificable en sus lecturas. Al Papa le gusta escandalizar con cierta incorrección. Cuando, en una antigua charla entre colegas, le preguntaron qué le hubiera gustado ser si no fuera sacerdote, contestó: "Comando". Hace más de 40 años, Bergoglio descubrió el placer por la estrategia. Leyó a Maquiavelo, a Von Clausewitz y a Von der Goltz. Pero su maestro es Basil Liddell Hart, inspirador del pensamiento militar británico, cuyos libros circulaban entre los peronistas de Guardia de Hierro en los años 70. 
La estrategia de la aproximación indirecta es el texto de cabecera del Pontífice, que debería leer la camarilla cardenalicia amenazada en el Vaticano. Algunos párrafos sorprenden por la afinidad con la conducta de Bergoglio. "El objetivo debe ser debilitar la resistencia del adversario antes que vencerla". "Los profetas han sido fundamentales para el progreso porque expresan la verdad; pero la aceptación de esa verdad depende de los conductores de masas, que deben conciliarla con la sensibilidad de la época. El destino del profeta es morir lapidado. Pero si el lapidado es el conductor de masas, es porque ha fracasado." "Para que la verdad sea aceptada hay que evitar el ataque frontal y buscar el flanco del otro que es más vulnerable a esa verdad." "La verdadera victoria consiste en obligar al adversario a abandonar su propósito con la menor pérdida propia." "El mejor general es el que sabe convertir la guerra en paz." "Como dijo Napoleón, en la guerra «lo moral está con lo físico en relación de tres a uno»." "El único principio invariable es que los medios y las condiciones varían sin cesar." "Cortar al enemigo su última vía de escape es el modo más seguro de infundirle el valor de la desesperación."
Bergoglio recomienda a los argentinos que lo visitan "ayudar a la Presidenta". Como si fuera una consecuencia de ese axioma, todavía no recibió a Hugo Moyano ni a Massa. El único que no entendió el mensaje es Eduardo Duhalde, mentor de Daniel Scioli, que regresó a Buenos Aires anunciando el apocalipsis. Algunos peregrinos creen que el Papa bendice a un candidato. Pero, antes que un sujeto, ese candidato es una agenda. En el año transcurrido, Bergoglio tomó dos iniciativas contundentes. A través del rector de la UCA, Víctor Fernández, bloqueó la reforma del Código Civil, que contrariaba la bioética católica. Y, por medio de la Conferencia Episcopal, abrió el debate sobre el narcotráfico. Perplejo, el Gobierno intentó neutralizarlo con el recurso casi infantil de poner la Sedronar en manos de un curita.
Bergoglio procura cooperar con la Presidenta. Pero el daño que le ha hecho es involuntario, sutil e irreparable. El kirchnerismo basó siempre su dominio en una polarización entre "ellos" y "nosotros". Pero la corriente emocional que desató la elección del nuevo papa desbarató esa clasificación. Formó otro conjunto. Otro "ellos", otro "nosotros". E hizo colapsar una fuente de poder.. 

Expoagro 2014: Scioli firmó un acuerdo con gobernadores opositores y se reunió con ruralistas

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miércoles, 12 de marzo de 2014

Crimea busca la independencia como paso para unirse a Rusia



 El Parlamento invoca el modelo de Kosovo, que se escindió de Serbia en 2008.


Fuerzas prorrusas examinan a un grupo de hombres, el lunes en el puesto de control en Chongar, en la entrada a Crimea. / ALISA BOROVIKOVA (AFP)


PILAR BONET Simferópol 

Las autoridades separatistas de Crimea alteraron el martes sobre la marcha el guion con el que buscan legitimar su futura incorporación a Rusia y, para ello, aprobaron una declaración de independencia unilateral, invocando el modelo de Kosovo, que en febrero de 2008 se autoproclamó independiente de Serbia.
La decisión, tomada por el Soviet Supremo de Crimea (Parlamento) en una sesión extraordinaria secreta y a puerta cerrada, parece ser el resultado de un plan coordinado desde Moscú para evitar que el Kremlin pueda ser acusado de anexión si incorpora a Crimea (una república autónoma perteneciente a Ucrania), a su territorio inmediatamente después del referéndum del 16 de marzo. En Ucrania los referendos locales son ilegales.
Antes de que el Parlamento de Crimea tomara la decisión, el cambio de guion quedó patente en Moscú por la mañana cuando el vicejefe de la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento ruso), Serguéi Zhelesniak, del partido gubernamental Rusia Unida, manifestó que no era necesario aprobar la ley (recientemente admitida a trámite) para regular la incorporación de nuevos territorios a Rusia. “Desde el punto de vista de la Constitución y la legislación vigente de la Federación Rusa no hay ningún obstáculo para incorporar parte del territorio de otros Estados como nuevo sujeto de Rusia”, manifestó Zhelesniak tras reunirse con los dirigentes de su grupo parlamentario.
El proyecto de ley admitido a trámite en la Duma ha despertado gran suspicacia en países aliados de Rusia, como Kazajistán, que tiene una considerable población rusa al norte de su territorio. Zhelesniak dijo el martes que cualquier proyecto de ley para “optimizar” el proceso de incorporación de nuevos sujetos a Rusia tiene que ser examinado “de forma concienzuda y profesional” por los comités competentes. Ninguno de los países de la CEI (el grupo de Estados postsoviéticos aliados con Rusia) apoya el referéndum de Crimea. Los únicos observadores que acudirán a él son los mismos rusos. En las calles de Simferópol y las carreteras de Crimea puede verse ya la publicidad del plebiscito, para el que se imprimen cerca de 1,8 millones de papeletas, según la comisión electoral local.
En el referéndum se formulan dos preguntas a los crimeos, a saber si quieren incorporarse a Rusia o si quieren seguir siendo parte de Ucrania. Pero la declaración de independencia del martes distorsiona este planteamiento, al introducir una etapa de supuesto territorio independiente en el camino entre Ucrania y Rusia, algo así como una etapa intermedia destinada a blanquear una transacción fraudulenta.
A favor de la declaración de independencia de Crimea votaron 78 diputados, según el centro de prensa del Soviet Supremo. En una nota de este departamento se informa de que, en caso de resultado positivo, de “la consulta de la voluntad popular sobre la incorporación de Crimea (República Autónoma de Crimea y Sebastopol), Crimea después del referéndum se declarará un país independiente y soberano con una forma de gobierno republicana”. La decisión, se dice en la nota de prensa, se tomó partiendo de los estatutos de la ONU y otros documentos internacionales que fijan el derecho de los pueblos a la autodeterminación y considerando la decisión del Tribunal Internacional de la ONU sobre Kosovo del 22 de julio de 2010.
En tanto que “Estado independiente y soberano”, Crimea “se dirigirá a la Federación Rusa” para ser aceptada “sobre la base del correspondiente tratado internacional en el conjunto de la Federación Rusa y en calidad de nuevo sujeto (unidad administrativa) de la Federación Rusa”.
El 4 de marzo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se manifestó a favor del derecho de las naciones a la autodeterminación y citó el caso de Kosovo. “Si se permitió hacerlo, supongamos, a los kosovares y los albaneses de Kosovo, si se permitió hacerlo a muchas partes del mundo, nadie ha cambiado ese derecho de la nación a la autodeterminación, fundamentado en correspondientes documentos de la ONU”, dijo Putin, según el cual solo los ciudadanos residentes en los territorios que se autodeterminan tienen derecho a decidir su destino. Rusia no ha reconocido a Kosovo, que declaró su independencia unilateral en febrero de 2008.
El Parlamento de Crimea tomó el martes también decisiones para seducir a la población tártara local. En concreto, decidió que el tártaro será idioma cooficial en Crimea, que los tártaros tendrán cuotas de representación del 20% en los órganos políticos (en Rusia las cuotas de minorías nacionales no están previstas) y también aprobó un plan de ayuda a los tártaros para cinco años. Por otra parte, Mustafá Dzhemilev, ex jefe del Medzhlis (consejo u órgano de representación de la comunidad, paralelo a las instituciones oficiales) de los tártaros de Crimea, viajó a Moscú para entrevistarse con Putin. Dzhemilev ha sido invitado por Mintimer Shaimiev, ex presidente del territorio de Tatarstán (unidad administrativa rusa donde hay una mayoría tártara). Las nuevas autoridades de Kiev han dado el visto bueno al viaje de Dzhemilev a Moscú. 

“Ahora solo les falta una política exterior”



La cumbre de Unasur de este miércoles podría ser una gran oportunidad para oír la voz de Brasil, una voz continental.



LUIS PRADOS/EL PAÍS 

Cuentan que cuando, en los años setenta, el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, visitó Brasilia, su homólogo, Antonio Azeredo da Silveira, le enseñó con todo lujo de detalles el Ministerio de Exteriores diseñado por Oscar Niemeyer. Y que cuando, poco después, Azeredo le preguntó por sus impresiones, Kissinger respondió: “Es un edificio magnífico, Antonio; ahora todo lo que necesitas es una política exterior”. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y mucho han cambiado las cosas para bien tanto en este país como en Washington, pero Brasil sigue careciendo de una acción exterior articulada, definida y reconocible.
Que la diplomacia brasileña sea por lo general tímida y en ocasiones poco coherente no es inexplicable. Por geografía, historia e idioma, Brasil - un continente en sí mismo - ha vivido de espaldas al resto de América Latina. Hacia sus vecinos, como una suerte de Gulliver temido y enredado con hilos de liliputienses; hacia Estados Unidos, con quien comparte mucho más de lo que se cree, un gigante sin destino manifiesto.
El ex presidente Henrique Cardoso logró una gran compenetración, incluso trabó amistad personal, con Bill Clinton, y se distanció de George W. Bush, intelectualmente en sus antípodas. Su sucesor, Lula, no solo supo compartir campechanía con el republicano sino que la llegada de Obama a la Casa Blanca disparó los mejores augurios. Probablemente en 2009 los dos hombres fueran los políticos con mayor carisma del planeta. Sin embargo, no hubo idilio sino una ocasión perdida. La iniciativa de Lula de mediar en la crisis nuclear iraní acabó con Obama suspendiendo una visita oficial a Brasil al año siguiente. Igual que hizo Dilma Rousseff hace tan solo unos meses al descubrirse que era espiada por su amigo del norte.
Al desencuentro de Brasil con EE UU, ha seguido su aislamiento en América Latina, cada día más dividida entre los países del Atlántico, proclives al proteccionismo (Mercosur), y los partidarios del libre comercio de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile). Y donde aún quedan dos grandes anomalías: la Cuba de los hermanos Castro y la Venezuela postchavista. Dos anomalías ideológicas que pese a su represión política y fracaso económico todavía calientan a muchos corazones de izquierda.
Si en Cuba, Brasil se ha sumado con decisión y en primera fila al coro de países que toman posiciones ante lo que la cursilería periodística franquista llamaba en vísperas de la muerte del dictador, “el fatal desenlace biológico” de Fidel Castro y la subsiguiente transición política en la isla, durante la actual crisis en Venezuela el Gobierno de Dilma Rousseff ha actuado hasta el momento con una ambigüedad tan torpe como cómplice del régimen chavista. Otra anomalía aún más incomprensible teniendo en cuenta su comportamiento durante las protestas del pasado junio en Río de Janeiro y Sao Paulo o cuando la propia presidenta vea durante su visita a Chile que el rostro de las protestas estudiantiles en el país andino en 2011 es hoy una respetable diputada.
La cumbre de Unasur de este miércoles podría ser una gran oportunidad para oír la voz de Brasil, una voz continental, descargada de prejuicios ideológicos, que distinga claramente y sin complejos que no coincidir con la oposición no significa estar de acuerdo con la represión y que afirme que el populismo autoritario no es la solución para la emancipación de los pueblos de América. La cita de Chile no debería ser una nueva ocasión perdida sino un momento para que el Gulliver del Sur demuestre que por fin tiene una política exterior digna de tal nombre.