Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

domingo, 21 de septiembre de 2014

Te amo papá!





EE.UU., a la cabeza de una nueva revolución


Mirada global



·         Jorge Castro

La economía norteamericana creció 4,2% anual en el segundo trimestre de 2014, con un producto industrial en que el índice de la actividad trepó a 59,6 (más de 50 es crecimiento), el mayor nivel en tres años, que equivale a una tasa de expansión anualizada de 6%.
Estos datos llevarían el crecimiento de EE.UU. a un nivel de 3,3% anual en 2014, que podría aumentar si los índices del tercer trimestre corroboran una tasa de 3,8% o quizás 4% anual. Lo sorprendente de la situación estadounidense es que estos datos excepcionales están encabezados por un aumento de la tasa de inversión de 8,4% anual, la mayor alza desde la crisis de 2008.
Los últimos 6 años han sido los de mayor rentabilidad de las compañías estadounidenses desde la década del ’30, como consecuencia del salto de productividad y de la constante reorganización empresaria, que ha implicado una reducción de la fuerza de trabajo de casi 30%.
Sólo entre 2007 y 2013, la tasa de ganancia de las firmas norteamericanas aumentó 23%; y el capital líquido inmediatamente disponible (cash flow) se elevó a U$S 2,1 billones en EE.UU., y a otros U$S 1,7 billones en el exterior.
Si los datos iniciales se confirman, la economía de EE.UU. crecería a partir de ahora a través del auge de la inversión en plantas y equipos, todos de alta tecnología, con el consiguiente aumento de la productividad. Lo propio de una expansión basada en el auge de la inversión y el alza de la productividad es que tenga como correlato una suba de la disparidad en los ingresos, de la desigualdad.
Entre 1989 y 2014, el porcentaje del ingreso del 3% de arriba de la población norteamericana ha aumentado 10 puntos (era 44,8% del total, y ahora es 54,4%), mientras que el 90% de abajo ha sufrido también una caída en sus ingresos de 10 puntos (33,2% vs. 24,7%); y esta tendencia doblemente divergente se ha profundizado en los últimos 6 años.
Lo notable de la expansión norteamericana es que la tasa de crecimiento potencial de largo plazo es ahora 1,6% anual, lo que implica una diferencia de 1,5/2,5 puntos con respecto a la tasa de crecimiento actual (4,2% anual); y esto sucede cuando la correlación entre el aumento del producto por hora trabajada (productividad) y el alza del PBI ha sido 0,78 en los últimos 50 años.
Caben dos posibilidades: o el alza potencial es mayor a la pautada, o la productividad real es muy superior a la registrada. En el segundo caso, habría en marcha un nuevo ciclo productivo, fundado en una nueva revolución tecnológica e industrial.
La regla en los mercados es que se adelantan a las tendencias que prevén. El Standard & Poor’s 500 superó la semana pasada su récord histórico de 2.000 puntos y Morgan Stanley estima que dejará atrás los 3.000 en los próximos cinco años.
El Nasdaq (índice de las empresas de alta tecnología) se apresta a superar los 5.000 puntos, un nivel mayor que el récord de la burbuja tecnológica de 2000, cuando alcanzó a 5.048,62, para luego caer en un foso de 1.114,11 puntos en octubre de 2002, tras su estallido.
Alibaba, la principal empresa de alta tecnología de China, cierra anticipadamente esta semana su oferta inicial de acciones (IPO) en Wall Street, porque ha recibido cuatro veces más capitales que los U$S 163.000 millones que ha puesto en juego.
Apple, la compañía fundada por Steve Jobs, acaba de lanzar hace 10 días el Iphone 6, y ha recibido ya 66 millones de compras anticipadas, la mitad en China.
A la cabeza del Nasdaq se encuentran Apple y Google, seguidos de Amazon y Facebook, con la continua presencia de Microsoft, Intel, Cisco, y Tesla (autos eléctricos), todas firmas norteamericanas.
El primer elemento de objetividad para comprender la economía estadounidense, y en general a EE.UU., consiste en guiarse por un alto nivel de admiración.