La
comunidad hispana es uno de los grupos del electorado que puede jugar un papel
clave en las próximas elecciones presidenciales.
El presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, aprovechó la celebración de la fiesta del Cinco de Mayo
en la Casa Blanca
para comprometerse de nuevo con la reforma del sistema de inmigración. La falta
de avances en uno de los asuntos de mayor interés para la comunidad hispana
puede resultar clave en las próximas elecciones presidenciales.
Obama reconoció en su
discurso, ofrecido el jueves por la tarde en el Jardín de Rosas de la
residencia presidencial, que tiene una deuda pendiente con los latinos y que
éstos no serán los únicos en beneficiarse de una reforma que calificó “de
sentido común”.
“Es el momento de que
cumplamos con la promesa que hicimos a todos nuestros jóvenes y hagamos que el
DREAM Act sea una realidad”, dijo el presidente, apostando una vez más por la aprobación de una ley que
permitiría que cerca de un millón de jóvenes indocumentados regularicen
su situación a cambio de alistarse en el ejército o acceder a la universidad.
La legislación, sometida
a voto en la Cámara
de Representantes y en el Senado, fue rechazada por una mayoría del Partido
Republicano -al igual que otras propuestas para reformar el sistema de inmigración-
y puede convertirse en un tema a considerar en las elecciones de noviembre.
Según una encuesta reciente, el 70% del electorado
latino votaría por Obama, frente a un 14% que respaldaría a Mitt Romney,
favorito hasta ahora para disputarle la reelección.
“Seguiremos luchando por
la reforma migratoria, no sólo por los miles de jóvenes con talento que
dependen de ella, sino también porque Estados Unidos depende de esta
legislación”, dijo Obama. El presidente siempre ha defendido la ley al
considerar que puede tener importantes consecuencias económicas que tendría
para el país, impidiendo que miles de estudiantes preparados por escuelas e
institutos norteamericanos acaben ejerciendo en otros países.
“Quiero firmar el DREAM
Act, ya tengo todos los bolígrafos listos. Estoy dispuesto a trabajar con
cualquiera que desee alcanzar una reforma con apoyos de los dos partidos y que
resuelva este problema de una vez por todas”, dijo Obama en un discurso en el
que intercaló varias palabras en español después de arrancar con un “Hola,
Gracias y bienvenidos”.
“Merece la pena recordar
que Estados Unidos es y será siempre una nación de inmigrantes. Somos más ricos
por los hombres y mujeres que llegaron hasta nuestras orillas y se unieron a
nosotros”, declaró el presidente. “Somos los padres y madres de una gran
generación y vamos a asegurarnos de que nuestros hijos e hijas tengan la
oportunidad de ver cumplir su sueño americano”.
El mandatario
estadounidense reconoció la importante presencia de más de 50 millones de
estadounidenses descendientes de hispanos: uno de cada seis ciudadanos. “Sois
nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, nuestra familia y nuestros
amigos. Estáis creando empresas. Estáis enseñando en las escuelas. Estáis
defendiendo este país. Estáis haciendo que América avance”.
Obama renovó su
compromiso con los intereses de la comunidad ante la presencia del embajador de
México Arturo Sarukhán y su esposa, así como diversos líderes de la comunidad
hispana en Estados Unidos y miembros de la Administración Obama.
El presidente recordó además la importancia del Cinco de Mayo en la historia de
México, donde hace 150 años el General Zaragoza lideró la respuesta a la
invasión de fuerzas europeas. “Estados Unidos apoyó entonces a México para
expulsar a los franceses de su territorio. Nuestros dos países comparten los
lazos de la historia y la familia, así como los valores, el comercio y la
cultura”, afirmó el presidente.