La resolución, sin la firma de Canadá, se limita a reafirmar las normas fundamentales de las relaciones diplomáticas. Washington rechaza expresar solidaridad con Quito.
Si se quiere evitar la palabra fracaso, la manera elegante de relatar lo que acaba de suceder en la OEA sería apuntar que la única victoria con la que el ministro de Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, va a regresar a Quito es con la de que en la resolución final firmada en Washington, en su punto 4, los Estados miembros expresan “su solidaridad y respaldo al Gobierno de la República de Ecuador”, punto que ha sido rechazado de plano por EE UU, que ha aprobado el resto de la resolución excepto esa frase. El único país que no apoyó el texto en su totalidad fue Canadá.
En seis puntos de resolución no hay una sola referencia a Julian Assange y tan solo se menciona al Reino Unido para “instar” a ese país y a Ecuador a continuar “el diálogo que permita resolver sus actuales diferencias, de acuerdo con el derecho internacional, teniendo en cuenta las expresiones formuladas por las autoridades de ambos Gobiernos”. No podía la OEA distanciarse más del conflicto bilateral abierto entre Reino Unido y Ecuador a raíz de la concesión de asilo por el Gobierno de Rafael Correa al fundador de WikiLeaks.
Sin embargo, Patiño acaba de calificar en rueda de prensa tras concluirse la sesión “la histórica resolución” como “un triunfo de los pequeños países que solo cuentan con la razón y no tienen la fuerza militar” de su lado.
La sesión especial que ha tenido lugar en la OEA llegaba tras la petición de Ecuador a la Organización Americana de “respaldo” ante cualquier acto que suponga una violación del principio de inviolabilidad de su sede diplomática en Reino. El Gobierno del ecuatoriano Rafael Correa concedió el asilo a Assange la semana pasada y hasta ahora Londres no ha otorgado un salvoconducto para el activista, quien está reclamado por la justicia sueca por delitos sexuales presentados contra él en ese país. Assange teme que de ser extraditado, el Gobierno sueco lo entregue a EE UU para ser juzgado por espionaje y conspiración como consecuencia de la filtración de los cables diplomáticos de EE UU por parte de su organización. La representante sueca ha asegurado que su país no extradita a nadie a un Estado que pueda aplicar la pena de muerte sobre el extraditado.
La reunión fue convocada el pasado viernes en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA con los votos a favor de 23 países, incluidos todos los suramericanos, cinco abstenciones y tres votos en contra (Estados Unidos, Canadá y Trinidad y Tobago). Como viene siendo casi norma en los últimos tiempos, las posiciones en la OEA estaban divididas entre el bloque formado por los países bolivarianos y sus aliados y todos los demás.
Ecuador no ha buscado en la reunión de hoy un apoyo a la concesión de asilo, una medida que forma parte de su "derecho soberano", como recoge su primer proyecto de resolución, sino a lo que consideraba una "amenaza" del Reino Unido de entrar por la fuerza en la embajada ecuatoriana en Londres. En ese sentido, el ministro Patiño ha condenado durante su uso de la palabra la “grosera amenaza” de Reino Unido de entrar en su embajada en Londres y ha denunciado que el Gobierno británico envió una carta a la embajada de Ecuador la pasada semana en la que advertía de recurrir a una ley de 1987 que le permitía revocar la inmunidad diplomática de la misión para entrar en ella.
“Ecuador no acepta esta intromisión”, ha declarado enfático Patiño, que ha hecho notar su más “enérgica protesta” ante “una clara muestra de prepotencia [de Reino Unido] frente a un país pequeño”. “Ningún país debe tratar a otro como una colonia, esos tiempos ya pasaron”, ha dicho el ministro de Exteriores.
Dicho lo anterior, Patiño ha querido informar al foro de países americanos que la legación de Ecuador había recibido el jueves por la noche una nota diplomática de Reino Unido en la que se aseguraba que “nunca hubo amenaza alguna contra la embajada” ecuatoriana. El ministro ecuatoriano ha aplaudido “el cambio de actitud” del Gobierno de Londres al ofrecerse a reanudar conversaciones sobre la complicada situación de Assange. Pero de nuevo, Patiño ha vuelto sobre “la amenaza” y ha recordado que su uso había sido utilizado y que seguía vigente ya que Londres no había retirado la nota que comunicaba la existencia de esa ley de 1987.
Antes de la reunión, María Isabel Salvador, la embajadora de Ecuador ante la OEA , manifestó su confianza en que la mayoría de los Estados miembros apoyen su propuesta de resolución. Salvador aseguró que sería "grave" que Estados Unidos y Canadá no respaldaran su proposición. “Si EE UU y Canadá votan en contra, querría decir que no están de acuerdo con la defensa de ese principio [de la inviolabilidad] y eso es grave para todos nosotros, no solo para nosotros en la OEA , sino para el mundo entero”, subrayó Salvador.
John Feeley -subsecretario de Estado adjunto para América Latina-, representante de EE UU ocupando el lugar de la secretaria de Estado Hillary Clinton, insistió sobre lo que ya ha dicho Washington en los pasado días, que el 'caso Assange' sólo incumbe a Ecuador, Reino Unido y Suecia y no incumbe a la OEA. Feeley consideró que la advertencia de Londres no entrañaba amenaza ninguna a la inviolabilidad de las Embajadas
El proyecto de resolución ecuatoriana pide "el pleno respeto de la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas y de las oficinas consulares, de conformidad con lo establecido en la Convención de Viena de 1961". En esa línea, solicitaba a la OEA "rechazar cualquier intento que ponga en riesgo la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas como es el caso de la situación generada en la Embajada del Ecuador en Londres".