Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

viernes, 15 de julio de 2011

El bloqueo de la negociación conduce a EE UU a la quiebra

Crece la tensión política en Washington.- La imagen de solvencia ya está en peligro

ANTONIO CAÑO - Washington - 


A medida que se acerca la fecha fatídica en la que el Gobierno de Estados Unidos puede declararse en suspensión de pagos, crece extraordinariamente la tensión política, aparecen las divisiones dentro de los partidos y aumenta el pesimismo sobre la solución de una crisis que puede marcar el rumbo de este país por varios años y mantiene en vilo a la economía internacional. Todos los esfuerzos por evitar un escenario catastrófico han resultado hasta hoy infructuosos.
El peligro de que EE UU no pueda hacer frente a sus pagos a partir del dos de agosto es en estos momentos absolutamente cierto
Asuntos cruciales para EE UU y el mundo, desde el valor de los bonos del Tesoro hasta la fortaleza del dólar -sin mencionar lo más esencial: la credibilidad de la mayor potencia económica-, penden actualmente de una negociación política que está en manos de un grupo de radicales republicanos dispuestos a hacer de esta batalla la razón misma de su existencia.
En esas condiciones, las múltiples llamadas a la cordura desde los círculos financieros, empresariales y políticos, incluso las amenazas de las agencias calificadoras de rebajar la nota de solvencia de este país, se estrellan con la intransigencia ideológica de quienes, indiferentes a todas las consecuencias, entienden que reducir el déficit sin subir impuestos es un dogma de fe. Así pues, el peligro de que el Gobierno norteamericano no pueda hacer frente a sus pagos a partir del dos de agosto es en estos momentos absolutamente cierto.
Obama busca una salida
El presidente Barack Obama, que desde la semana pasada reúne a diario en la Casa Blanca a los líderes del Congreso en busca de un acuerdo, pretende juntarlos a todos en un retiro de fin de semana en su residencia de Camp David para forzar un arreglo. Pero el líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner, no cree necesario ni oportuno un esfuerzo semejante.
Detrás de esa negativa está el intento de la oposición de evitar que Obama tenga demasiado protagonismo en la negociación y pueda, por tanto, rentabilizar políticamente una hipotética solución. En ese cálculo de corto plazo, en esos movimientos tácticos por hacer parecer al otro como el culpable del daño que se está causando a la nación, se consume el tiempo mientras EE UU se aproxima al precipicio
Lo que se negocia es un acuerdo para reducir el déficit federal en unos cuatro billones de dólares en una década a cambio de que el Congreso dé luz verde al Ejecutivo para asumir nueva deuda con la que pagar sus facturas, sus créditos y los beneficios de los bonos del Estado. Sin ese permiso, el Gobierno no puede endeudarse más. Sin esa nueva deuda, la Administración se queda sin dinero a partir del dos de agosto.
Los republicanos, en contra de las subidas de impuestos
La negociación está estancada porque Obama propone que esos cuatro billones salgan tanto de la reducción de servicios públicos, incluidas las ayudas sanitarias, como del aumento de los impuestos a las empresas petroleras y a los ingresos superiores a los 250.000 dólares anuales.
Los republicanos pretenden que toda la reducción del déficit provenga del recorte de gastos y han advertido que la Cámara de Representantes, en la que tienen mayoría, no va a pasar ninguna iniciativa que contenga un solo céntimo de aumento de impuestos.
Para Obama, a su vez, aceptar un acuerdo en el que todo el sacrificio corra a cargo de los beneficiarios de los programas sociales supondría un suicidio político. Es más, eso tampoco pasaría en el Congreso porque lo rechazarían los demócratas.
El peligro inminente de la quiebra
Así pues, o los dos bandos hacen renuncias significativas o estamos condenados a un verano dramático en el que los pensionistas pueden quedarse sin sus cheques, China sin el cobro de sus bonos y el mundo entero en estado de alarma por el impacto de un conflicto de esta naturaleza. Puede ser, sencillamente, el golpe final a una economía ya amenazada por múltiples riesgos en otras regiones.
Obviamente, la política nacional es soberana y cualquier congresista elegido por su pequeña circunscripción tiene derecho a defender lo que cree que son los intereses de sus electores sin preocuparse por las relaciones con China o las presiones sobre el dólar. Pero, en este caso, a estas alturas, ese derecho soberano está siendo administrado con una alarmante irresponsabilidad.
No debería de ser una sorpresa. Cuando los republicanos ganaron la mayoría en noviembre pasado aupados por la vitalidad del Tea Party, ya se advirtió que ésta no era una fuerza amiga de las componendas. Ese grupo está haciendo ahora buenas sus palabras. Después de que el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, propuso esta semana darle a Obama el permiso que quería para endeudarse -no para ayudarle, sino para culparle después exclusivamente por la deuda-, fue inmediatamente comparado con Poncio Pilatos en las páginas webs del Tea Party.
Un republicano mucho más duro que McConnell, el número dos en la Cámara, Eric Cantor, este sí un halcón anti impuestos, asumió entonces la voz cantante de la negociación en la verdadera línea intransigente que exigen sus bases. Tan áspero está el clima político, que Obama se marchó abruptamente de las conversaciones el miércoles después de un choque dialéctico con el portavoz de la oposición. "Si Cantor sigue al frente, habrá quiebra", pronosticó ayer el senador demócrata Charles Schumer.
El conservadurismo tradicional trata de apartar al 'Tea Party'
Discretamente, otros republicanos tratan de apartar a Cantor y al Tea Party de esta jugada. El conservadurismo tradicional entiende que esto está yendo demasiado lejos y que los ciudadanos van a castigar al Partido Republicano si se llega a la suspensión de pagos. Ante esa eventualidad, en las filas de la oposición, desde el mismo McConnell hasta Karl Rove, han empezado ya a apuntar a Obama como único responsable de una quiebra pública.
Nadie va a salir bien parado si se llega a eso, pero Obama está haciendo todos los esfuerzos por mostrarse centrista, moderado y conciliador. "Está demostrando más paciencia que el santo Job", declaró ayer la líder de los demócratas en la Cámara, Nancy Pelosi.
Las próximas horas son críticas. La agencia Moody's ha advertido que puede rebajar la calificación máxima de la deuda norteamericana en pocos días. Standard's & Poors considera que existe un 50% de posibilidades de rebajarla. Ambas creen que, sin esperar al dos de agosto, la imagen de solvencia de EE UU, imprescindible para mantener su posición como faro de la economía mundial, ya está en peligro.

miércoles, 13 de julio de 2011

Los manifestantes de la plaza Tahrir se cobran un nuevo triunfo político

Dimite el viceprimer ministro egipcio, Yehia el Gamal.- La renuncia sigue al anuncio de remodelación del Gobierno hecho ayer por el primer ministro

 

EL PAÍS/AGENCIAS - El Cairo - 


El viceprimer ministro egipcio, Yehia el Gamal, ha dimitido hoy martes de su cargo, según ha anunciado el jefe del Gobierno, Esam Sharaf, en su página de Facebook, en la que ha explicado que ya ha aceptado la renuncia del "número dos" de su Ejecutivo. La salida de El Gamal del Gabinete era una de las principales reclamaciones de los manifestantes que desde el pasado viernes han vuelto a tomar la plaza Tahrir de El Cairo para reclamar mayor rapidez en las reformas.
"Se acepta la dimisión del doctor Yehia el Gamal como viceprimer ministro", es el escueto comunicado con el que Sharaf ha anunciado una noticia que los observadores esperaban tras su alocución televisada de anoche, en la que anunció una remodelación ministerial "en el plazo de una semana" con el fin de "preservar la revolución".
La creciente presión de los manifestantes de la plaza Tahrir (Liberación) desbordó hoy los límites del recinto y movilizó a miles de personas, que marcharon hasta la sede del Gobierno en protesta por el papel del Ejército en la transición de poder y para pedir la dimisión de su jefe, el mariscal Husein Tantaui, líder del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, la junta militar que gobierna Egipto desde la caída del presidente Hosni Mubarak el pasado febrero.
Miles de egipcios en la calle
Con su alocución televisada del lunes, Sharaf pretendió dar respuesta a algunas de las reclamaciones de los manifestantes de Tahrir, a imitación de los cuales miles de egipcios han salido a la calle desde el pasado viernes, sobre todo en El Cairo, Alejandría y Suez. Asimismo, Sharaf prometió susituir a los gobernadores del país antes de finales de julio, y aseguró que ha encargado al Ministerio del Interior apartar en un plazo máximo de 15 días a los policías implicados en crímenes contra los manifestantes en los 18 días de la revolución, que obligó a renunciar a Mubarak el 11 de febrero.
Otra de las promesas del primer ministro ya se había cristalizado hoy con la orden por el Consejo Supremo de Justicia de permitir el acceso al público y de retransmitir por pantallas los procesos contra altos cargos del régimen de Mubarak acusados de corrupción y asesinato de manifestantes.

martes, 12 de julio de 2011

El euro, ante el precipicio/Editorial/EL PAÍS

El desacuerdo sobre Grecia castiga a Italia, asfixia a España y amenaza con romper la eurozona

 


La convulsión permanente de los mercados, que apenas deja una semana de tranquilidad entre un episodio de ataques a las deudas periféricas y el siguiente, está llevando a la eurozona al caos financiero y al borde de la ruptura. La crisis, mal gestionada por las instituciones europeas, ha dado un peligroso salto cualitativo al involucrar a países como Italia que tienen gran parte de la deuda en manos de residentes.
La primera consecuencia de ese agravamiento fue que ayer Europa vivió un lunes tenebroso, el peor sin duda desde la creación del euro, con una especulación desaforada contra Italia y España. La prima de riesgo española alcanzó los 336 puntos básicos y la de Italia superó los 300 puntos. Es una situación insostenible a corto plazo para la solvencia española y, sobre todo, para la italiana, que acumula un volumen de deuda del 120% del PIB. En España, la explosión de los intereses de la deuda asfixia cualquier recuperación, porque los gastos financieros consumen cualquier margen presupuestario, reducido de entrada por la obligación de controlar el déficit. El castigo a la deuda se traduce además en el desplome bursátil de los sistemas bancarios, objeto de una reforma cuyo destino fatal en estas circunstancias es el fracaso.
El euro está en este gravísimo aprieto porque las autoridades europeas son incapaces de llegar a un acuerdo para articular un plan de rescate que proporcione una cierta estabilidad financiera a Grecia durante los próximos tres años. Con España e Italia situadas en la diana de la especulación, los ministros de Finanzas, el BCE y toda la pléyade de instituciones que deben ponerse trabajosamente de acuerdo para salvar el euro (porque hoy ya es cuestión de supervivencia) no pueden demorar más la salvación de Atenas.
El problema es conocido. Grecia no puede devolver sus préstamos y necesita un nuevo plan de rescate que incluya una reestructuración de esa deuda; es decir, los acreedores de Grecia tienen que contribuir al rescate con una quita; para que esa reestructuración sea efectiva, las agencias de calificación deben aceptar que no es un impago. Una medida de mala gestión de las autoridades europeas es que anunciaron iniciativas antes de acordar con las agencias que la quita voluntaria no fuera considerada como default. El resultado de la torpeza (otra más) es una prima de riesgo insostenible y la certeza de que es más difícil cada día llegar a un acuerdo sobre Grecia (aplicable si llega el caso a Portugal e Irlanda) que aleje definitivamente la especulación.
Los acreedores de las deudas europeas (y quienes gestionan sus carteras) tienen una responsabilidad indeclinable en esta situación crítica. Reaccionan con histeria a síntomas menores y son reacios a analizar los fundamentos económicos de cada país. Pero lo que los inversores cotizan sobre todo (a la baja, por supuesto) es la pésima gestión de la crisis. La falta de un gobierno económico capacitado para tomar decisiones ha sembrado el desorden en las finanzas europeas, está invalidando los programas de ajuste de algunos países, pagados con recortes sociales (como el de España) y puede ser la causa de la desaparición del euro.
Para corregir este caos que provoca empobrecimiento y paro, Europa (léase Alemania, Francia, el Eurogrupo y el BCE) tiene que aprobar ya -sin esperar a septiembre, pues igual no se llega- el segundo rescate de Grecia con la aquiescencia de las calificadoras y transmitir el mensaje de que el BCE y el Eurogrupo tienen la capacidad para acabar con la especulación. No es momento de sutilezas, debates bizantinos y dudas metafísicas que castigan el crecimiento y el empleo. El sistema financiero tiene que ser consciente de que el BCE utilizará como garantía los bonos de todos los países del euro, sea cual sea el nivel de castigo recibido. Basta ya de parches.

lunes, 11 de julio de 2011

Los países desarrollados frenan la recuperación

 

La OCDE augura una desaceleración en las grandes economías. España profundiza el empeoramiento de expectativas.

 

EL PAÍS/ECONOMÍA/LUCÍA ABELLÁN 11/07/2011


Las perspectivas de recuperación se ensombrecen. La OCDE, que aglutina a las 30 economías más desarrolladas del mundo, augura un frenazo en la reactivación casi todas las grandes economías. El indicador adelantado que elabora mensualmente esta organización arroja en mayo una nueva caída que agrava la ya registrada en abril. El empeoramiento alcanza también a España, cuyas expectativas de crecimiento retroceden tanto en el mes como en el último año.
La desaceleración alcanza hasta lo que ahora constituía la excepción alemana. Este país había escapado a los signos de debilidad en la zona euro con mejora en las perspectivas de crecimiento que analiza el indicador de la OCDE. El gigante europeo ha roto ahora esa tendencia de mejora en el pronóstico con un leve retroceso del 0,25%. El impacto de las políticas de austeridad en el crecimiento y las dudas sobre la evolución de los desequilibrios fiscales lastran a los países ricos.
Además de ese frenazo en Europa, el indicador, que sintetiza datos de crecimiento, producción industrial, construcción, empleo y confianza, entre otras referencias, aprecia signos de "un cambio de tendencia en el crecimiento de Estados Unidos y Japón". El indicador de la OCDE intenta predecir la evolución que experimentará la economía en un plazo de seis o nueve meses. En el caso de Estados Unidos, se trata del primer signo negativo tras casi un año de mejoras mensuales consecutivas.
España, que registra un valor de 101,48 puntos en mayo, retrocede un 0,31% en el mes y un 1,62% en el año. En ambos casos, el descenso agrava las cifras registradas en el mes anterior, lo que supone que el horizonte de recuperación es hoy algo más sombrío que hace un mes.
En comparación con el conjunto de la zona euro, el empeoramiento español es menor en el caso mensual y mayor en el interanual. El valor 100 se refiere a la tendencia a largo plazo; un valor superior indica que la economía crecerá por encima de la media de las últimas décadas. Si el índice aumenta, identifica un periodo de expansión. Si retrocede marca el inicio de una desaceleración.