En un informe en EE.UU., analistas de FIEL lo
adjudicaron al deterioro fiscal y externo; pero si sólo se mejora el tipo de
cambio, provocará más inflación.
Por Rafael Mathus Ruiz | LA
NACION
NUEVA YORK.-
Más que si habrá o no una devaluación, el tema es cuándo ocurrirá. Esa idea
dejó ayer el economista jefe de FIEL, Daniel Artana, durante una exposición
sobre la economía argentina en el Consejo de las Américas. "Siempre es
mejor prevenir que esas cosas pasen. No es lo mismo actuar para intentar evitar
el problema, que actuar luego de tener el problema", graficó Artana.
"El problema se creó hace años, y ahora la pregunta es cómo salir ",
continuó.
Durante poco
más de una hora, Artana y sus colegas en FIEL Juan Luis Bour, Sebastián
Urbiztondo y Fernando Navajas ofrecieron ante analistas de Wall Street una foto
de la economía argentina y sus
pronósticos acerca de lo que vendrá.
Los economistas respondieron preguntas sobre el
futuro del tipo de cambio, la situación de la petrolera estatal YPF, el litigio
en Nueva York entre la Argentina y los holdouts , la inversión
y la competitividad del país. Casualidad o no, el equipo de FIEL siempre hace
su presentación en Nueva York con algún tema especial de trasfondo: en 2011
fueron las elecciones presidenciales; el año pasado, la estatización de YPF, y
ahora, la escalada del dólar paralelo en el país y la pelea judicial del
Gobierno con el fondo NML-Elliot.
Ya sin los superávit gemelos -fiscal y comercial-
que apuntalaron los primeros años del kirchnerismo, y con "inconsistencias
macroeconómicas" que se han amontonado en los últimos años, Artana dijo
que el Gobierno debe mejorar la posición fiscal y que probablemente haya que
acelerar el ritmo de devaluación para corregir el rumbo. "Si no se hacen
las dos cosas y sólo se deprecia la moneda, sólo habrá más inflación",
indicó, ante una pregunta de LA NACION sobre el futuro del tipo de cambio, que
Artana respondió junto a otra sobre la competitividad.
El economista comparó la situación con la que
existía en los 90, y dijo que la devaluación de la moneda es, a veces,
necesaria para alinear las distorsiones acumuladas en el pasado. En algún
momento, continuó, será necesario hacer ese alineamiento, aunque sugirió que
eso no ocurrirá antes de las elecciones de octubre.
Ocurrió sobre el final de la presentación de los
economistas de FIEL, una de las organizaciones que ha mantenido una postura
critica respecto de la política del Gobierno, y que advierte, desde hace años,
sobre las inconsistencias entre la política fiscal, monetaria y cambiaria de la
Casa Rosada.
La advertencia de Artana se hizo eco así de los
análisis que existen sobre el futuro del tipo de cambio, que ya forzaron a la
presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y al ministro de
Economía, Hernán Lorenzino, a negar de manera rotunda que el Gobierno prevea
acelerar la tasa de devaluación.
El panorama que trazaron en Nueva York los
economistas de FIEL fue, cuando menos, pesimista. Bour pronosticó un
crecimiento del PBI del 2% para este año, con una inflación del 22-23 por
ciento.
El empleo privado dejó de crecer desde mediados de
2012, y el corralito cambiario impuesto por la Casa Rosada, afirmó, dañó al
turismo y la venta de inmuebles, y golpeó a la construcción, uno de los motores
de la expansión del país en esta etapa. "El sector de la construcción está
en una situación débil, y creemos que esto va a perdurar por el próximo año o
los próximos dos", afirmó Bour.
Urbiztondo se dedicó a analizar los servicios
públicos. Dejó una cifra que sintetiza años de política kirchnerista: en 2012,
los subsidios representaron el 4,3% del PBI, por encima del pico de 1989
(3,5%). Este año, estimó, alcanzarán 6 puntos del producto, una cifra que
equivale a más de 30.000 millones de dólares.
Semejante gasto no se tradujo en mejoras: en el
caso de los ferrocarriles, por ejemplo, Bour dijo que en 2010, comparado con
2001, los trenes recorrieron menos kilómetros, tuvieron menos asientos, fueron
más lentos, hubo más demoras o cancelaciones, más pasajeros y más heridos en
los viajes. "Hoy las empresas proveen servicios peores y más caros que en
2001", sintetizó.
SE DESPLOMA EL SALDO COMERCIAL
·
En marzo, la Argentina tuvo un superávit comercial
de US$ 510 millones, 49% menor al del mismo mes del año pasado. Para el
acumulado del primer trimestre el superávit llegó a US$ 1310 millones, 48%
menos que en igual período de 2012.
·
Ese deterioro se explica, sobre todo, por la
situación energética: de un superávit de US$ 456 millones en el primer
trimestre de 2012 se pasó a un déficit de US$ 808 millones este año.
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En marzo las exportaciones cayeron 4%. Las bajas
más fuertes fueron las de combustibles y manufacturas agropecuarias. Las
importaciones crecieron 5%, impulsadas por las compras energéticas.
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