El jefe de la oposición critica la
intromisión de Cristina Kirchner en Venezuela.
CARACAS.- Henrique Capriles sabe
que está haciendo historia: ha puesto al todopoderoso chavismo contra las
cuerdas después de obtener unos resultados electorales sorprendentes el 14 de
abril: 210.000 votos menos que Nicolás Maduro, en unas elecciones con más de
3000 irregularidades detectadas.
Aunque el Consejo
Nacional Electoral advirtió que la auditoría que inició no cambiará el
resultado, Capriles está convencido de que una repetición parcial en las mesas donde se demuestren las
irregularidades le daría la victoria.
En una entrevista con LA
NACION en su despacho de campaña, admite que está "reventado", pero
promete seguir con su "cruzada" para que Venezuela cambie del todo.
Un cambio copernicano en el que incluye las relaciones con América latina.
Reconoce que le molestó la postura de algunos presidentes , que "van más allá".
"Por
ejemplo, la Argentina, que nos debe unos cuantos millones de dólares, pero que
parece parte del gobierno: vienen, opinan, se meten en nuestros asuntos."
Viendo
su austero despacho de campaña, parece un milagro, uno de tantos entre los que
dicen vivir los políticos venezolanos. Con su famosa gorra tricolor calada y
con varias camperas de jogging que cuelgan del respaldo de su silla, al líder
opositor cada vez que sonríe se le marca el rostro demacrado después de varias
semanas en el ojo del huracán político.
Lo
rodea una figura de la Divina Pastora, virgen por la que profesa devoción,
varios libros de campañas y de historia. Y una biografía: Hugo Chávez sin uniforme . Cómo ha cambiado Venezuela desde
que hace nueve años sus autores, Cristina Marcano y Alberto Barrera,
describieran a su país los entresijos del ahora "comandante eterno".
-¿Le
molesta la postura de los aliados internacionales del chavismo?
-No,
no me ha molestado la postura de los países, aunque sí la de algunos
presidentes que van más allá y emiten opiniones sobre Venezuela. En realidad,
lo que hay son países que defienden el statu quo. Tenga en cuenta que un cambio
en Venezuela es un cambio en América latina, porque el petróleo dejaría de ser
fuente de lealtades en la región. Hay algunos que vienen aquí y aplauden todo
lo que diga el gobierno. Por ejemplo, la Argentina, que nos debe unos cuantos
millones de dólares al pueblo venezolano, pero que parece parte del gobierno:
vienen, opinan, se meten en los asuntos internos de Venezuela? Eso lo
rechazamos. Igual que rechazamos la presencia de militares cubanos en nuestro
ejército. Exigimos que los militares cubanos salgan ya de las fuerzas armadas.
Es inaceptable que existan militares cubanos que impartan órdenes a nuestros
soldados.
-¿Qué
le pide a la comunidad internacional?
-Que
no quite la atención de la auditoría. Que estén atentos a lo que pase en
Venezuela y que no pase la página, porque la página está en pleno desarrollo.
-¿Cómo
valora la postura de la Unasur en la cumbre de Lima? Se habla de presidentes
que amenazaron con no venir a la asunción de Nicolás Maduro si no se recontaban
los votos.
-Es
muy posible. Los países de la Unasur cambiaron el informe final cuando supieron
de la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE). Fue un triunfo de nuestro
pueblo que ahora trata de manchar el gobierno. No le hemos pedido a ningún país
ni jefe de Estado que desconozca al gobierno venezolano. Lo que queremos es que
nos dejen presentar todas nuestras irregularidades.
-¿Cuáles
son esas principales irregularidades electorales detectadas por la oposición?
-Sobre
el 54% que ya se auditó detectamos irregularidades como, por ejemplo, centros
donde Maduro sacó el 1000% más de los votos que Hugo Chávez el 7 de octubre?
¿Quién se lo cree? Ahora comenzamos la auditoría sobre el 46% restante. En
realidad, quedan 18.000 cajas, pero vamos a revisar 12.000, y yo acepté. Pero
no sólo para abrirlas, sino para revisar las papeletas, el acta de escrutinio y
el cuaderno de votación, que es el corazón del proceso, y ahí podemos descubrir
si una persona votó varias veces o si votaron muertos. Nuestras quejas se
centran en las inconsistencias entre el acta y el escrutinio, violencia en los
centros, votos asistidos, proselitismo en los centros, gente que votó dos y
tres veces. El CNE quiere hacer de esto una revisión simple de números. Pero
no, nosotros vamos a seguir luchando por la verdad.
-¿Qué
entienden por auditoría?
-La
auditoría no es un saludo a la bandera. Usted no puede decir auditoría y no ver
el cuaderno de votación. Hay que ver todos los elementos que intervienen en el
proceso: la caja, las papeletas, el acta de escrutinio y, finalmente, el
cuaderno de votación, porque ahí está la identidad de la persona, la huella, la
firma? Por eso se llama auditoría y esto no es una concesión, sino un derecho.
Y le pongo un ejemplo. Si el Seniat [la AFIP venezolana] va a su casa y le hace
una auditoría, le pide documentos, estados de cuenta, títulos de propiedad,
recibos de pagos? Sino, no es una auditoría. Y el CNE dijo auditoría, y eso es
lo que planteó la presidenta en cadena de televisión. Nuestro equipo, que
estará al frente de las auditorías, ya está conformado, listo para realizar el
proceso.
-Hay
indicios y declaraciones que indican que no se hará así.
-Yo
no le paro bola [no hago caso]. Pareciera que se quiere generar confusión sobre
el proceso de auditoría. Aquí hay un anuncio hecho al país en cadena nacional y
sobre la base de ese acuerdo la Unasur emitió su comunicado. No hago caso a las
declaraciones posteriores y me remito a lo anunciado.
-¿Qué
cree que va a salir de esta auditoría?
-Que
hay que repetir la elección. Si no de forma total, por lo menos parcialmente.
Pero esa parcialidad abarca a un número de electores tan grande como para que
no sólo se acorte la distancia, sino que también nos daría la victoria.
-¿Aceptarán
lo que salga del CNE?
-Los
resultados se presentarán ante el país y el mundo. El árbitro puede darle un
puñetazo a la mesa, pero los ojos de todos están ahí y verán el resultado de la
auditoría. A partir de ahí, el gobierno puede quedar bajo la sombra de la
legitimidad o de la ilegitimidad.
-¿Confía
en el CNE?
-Hay
una institucionalidad que responde a los intereses de un partido, pero el voto
no han podido cambiarlo. Quedó en evidencia la persecución a los funcionarios
que nos votaron. La verdad la tenemos en nuestras manos y debe permitírsele al
país conocerla con la auditoría. Estamos armando expedientes con cada una de
las denuncias que hemos recibido.
-¿Confían
en el Tribunal Supremo para impugnar las elecciones?
-No
tenemos confianza. Pero la lucha se va a dar. Yo no quiero adelantarme a qué
pasará, pero en estas elecciones están puestos los ojos del mundo. Hay verdades
que terminan imponiéndose, por más que haya instituciones secuestradas
políticamente. Y además existen las instancias internacionales. Esto se parece
al Perú de [Alberto] Fujimori: después de un año, se impuso y hubo que ir a
elecciones. La ilegitimidad provoca un problema de incapacidad de gobernar
gigantesca y ésa es la diferencia con la ilegalidad. Yo me pregunto: ¿cuánto
habrá sido la diferencia real a nuestro favor? Éste es un gobierno del
"mientras tanto", hasta que el país conozca la verdad.
-¿Cree
que Maduro tomó nota de los cambios sociales que pueden surgir desde el 14 de
abril?
-No
se ha dado cuenta de nada. O no ha querido o no sabe cómo leer las elecciones,
porque ya no hay una mayoría. Hay dos mitades.
-En
los últimos días, le han atribuido ocho muertos...
-Los
casos de violencia que hemos podido investigar son mentira. Hablaron de centros
de salud afectados, atendidos por cubanos, y, según lo que hemos investigado,
en ninguno pasó absolutamente nada. Es totalmente falso y hay que ser
irresponsable para alimentar el clima de intolerancia. Igualmente hemos
investigado a los muertos anunciados y lo que sabemos es que los casos no
tienen que ver con violencia política, sino con la violencia habitual que
vivimos los venezolanos. En Venezuela caen diariamente 50 personas por
violencia de armas de fuego, y ésos no importan.
-En
los medios oficiales se habla de baño de sangre...
-Es
lo típico. Ésa es la agenda que quiere el gobierno, porque así no hablamos de
auditoría, de la suciedad en las elecciones, de los problemas sociales, los
económicos? Y así los ojos del mundo estarían puestos en la violencia. Y le voy
a poner un ejemplo: en el acto de cierre de campaña de Maduro, en la avenida
Bolívar de Caracas, hubo cinco muertos y no hubo una sola palabra de ellos.
Incluso hay una foto muy elocuente, en la que hay un muerto a pocos metros de
la caravana de Maduro y ni siquiera pararon para ver qué había ocurrido. Ése es
el estilo de este gobierno. Pero no voy a caer en la provocación de hacer
politiquería con los muertos. El gobierno quiere que se hable de violencia para
no hablar del recuento de votos.
-También
se han denunciado casos de persecución a empleados públicos en represalia por
el resultado electoral.
-Han
comenzado la persecución a los trabajadores públicos, y como el voto es secreto
comienza la caza de brujas. Me cuentan que se han revisado teléfonos y se han
metido en Facebook, en Twitter. Eso es fascismo y le vamos a hacer frente. No
somos optimistas con la justicia venezolana, pero quedan los organismos
internacionales. Tengo información de miembros de las fuerzas armadas obligados
a tomar foto al comprobante de votación. Un gobierno que funciona así no se
sostiene en el tiempo. Yo les quiero decir a nuestros servidores públicos que
no se dejen amedrentar. La libertad de conciencia está contemplada y el
gobierno no nos va a poner de rodillas. Usted [Maduro] habló de diálogo, pues
dé señales. Pero no con una pistola en la cabeza ni con chantaje ni
amedrentamiento.
-¿Está
consumada la presidencia de Maduro tras la toma de posesión?
-Una
cosa es la legalidad, y otra, la legitimidad. Maduro tomó posesión, pero hay
una sombra de ilegalidad. Si yo fuera él, estaría en el CNE pidiendo revisión
para que nadie ponga en duda mi victoria. Su discurso fue vacío. Hoy no hay
ningún venezolano que tenga expectativas positivas en torno a esta presidencia.
Ni siquiera habló de los problemas económicos graves.
-La
división se vive también en la calle. Cada día hay cohetes contra cacerolas...
-Quieren
convertir los cohetes en una forma de expresión popular cuando, en realidad,
nadie tiene cohetes en sus casas. Los venezolanos no tienen capacidad económica
para gastar cada día toda la plata que eso cuesta. Y habrá que saber quién los
mete en los barrios. Para tirar los cohetes hay que tener dinero; para tocar la
cacerola, gente.
-¿Seguirán
los cacerolazos?
-Ya
veremos. Ésta es una lucha por la verdad para la que pido paciencia y
tolerancia. Aquí hay una agenda que busca la verdad del tema electoral y
soluciones en lo económico.
CABELLO PROMETE CASTIGOS
·
El
presidente del Parlamento venezolano y uno de los líderes duros del chavismo,
Diosdado Cabello, dijo ayer que no puede haber impunidad ante las muertes
ocurridas en las protestas tras la victoria presidencial del oficialismo el
domingo pasado, impugnada por la oposición.
·
"Si
permitimos que la impunidad emerja y que esos 8 muertos pasen a la historia
como una estadística más, estaríamos abriendo las puertas a la
inestabilidad", dijo Cabello.
·
"Aquí
no puede haber impunidad, debe asumirse responsablemente la investigación y que
caiga quien caiga", dijo Cabello, cuyo gobierno acusó al líder opositor,
Henrique Capriles, de instigar la violencia.
UN POLÍTICO QUE QUIERE DAR
PELEA
Prometió
seguir adelante con su lucha
HENRIQUE
CAPRILES
Líder de la oposición
·
"Hay
que repetir la elección. Si no de forma total, por lo menos parcialmente"
·
"Le
pido a la comunidad internacional que esté atenta, que no quite la atención de
la auditoría"
·
"El
gobierno quiere que se hable de violencia y de muertes para no hablar del
recuento de votos"
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