En una de las imágenes aparece en compañía de sus dos hijas
y leyendo el 'Granma' de este jueves.
El Gobierno reconoce en un comunicado que el presidente
respira por una cánula.
Un Chávez
rozagante, de sonrisa forzada, en compañía de dos de sus hijas y, en un par de
gráficas, leyendo el diario Granma, órgano oficial del
Partido Comunista de Cuba: así luce el presidente de Venezuela en las primeras
imágenes que el Gobierno difunde del mandatario desde que fue operado el 11 de diciembre en La Habana.
El
testimonio visual, primero que brinda real fe de vida del comandante
bolivariano tras 69 días de convalecencia, fue presentado en cadena nacional
por el Ministro de Ciencia y Tecnología y yerno de Chávez, Jorge Arreaza, quien
llegó el jueves en la noche de Cuba. De acuerdo a Arreaza, las fotos fueron
tomadas la noche del Día de San Valentín, aunque admitió que no estaba presente
sino que “me fueron enviadas”.
Antes, el
ministro de Información y Comunicación, Ernesto Villegas, leyó un breve
comunicado en el que reconocía que a Chávez le fue practicada una traqueotomía
y que todavía respira por una cánula, circunstancia “que le dificulta el
habla”. El ministro Arreaza contó, en entrevista con la cadena regional TeleSur
—financiada por el Gobierno venezolano—, que el presidente se hacía entender y
a veces escribía: “Sólo hay que ponerle atención y él comunica sus decisiones”.
No
obstante, en las tres fotografías dadas a conocer este viernes no se puede
apreciar el tubo. Chávez aparece acostado, vestido con una chaqueta deportiva
de la Aviación Militar, flanqueado por sus hijas, María Gabriela y Rosa
Virginia, esta última esposa del ministro Arreaza. En dos de las tomas parece
sostener un ejemplar de la edición de Granma del 14 de febrero. Al contrario de lo
que cabría esperar de un paciente recluido por una larga temporada de dos meses en un
hospital y en tratamiento para el cáncer, se le ve repuesto.
En el
mismo comunicado, se informa sin embargo de que el presidente sigue sometido a un tratamiento del cáncer
“no exento de dificultades”.
Chávez,
de 58 años, fue diagnosticado de cáncer en la región pélvica en junio de 2011,
cuando —también en la capital cubana— se le detectó y extrajo un tumor “del
tamaño de una pelota de béisbol”, según palabras del propio mandatario. El
pasado 8 de diciembre anunció la nueva recidiva del cáncer en una alocución al
país. Al reconocer que se sometería en Cuba a una operación quirúrgica de la
que podría no regresar para ejercer el poder, Chávez expresó su deseo de que el vicepresidente Nicolás
Maduro fuese postulado como candidato del chavismo en una eventual convocatoria a
elecciones para reemplazarlo.
Desde
entonces, su testamento político se ha cumplido a medias.
Si bien Maduro hace las veces de líder del Poder Ejecutivo, es gracias a un
controvertido fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que dio permiso
para prolongar la vigencia de la administración en funciones mientras el
presidente, reelecto en los comicios del 7 de octubre de 2012,
se restablecía. Chávez debía jurar un nuevo período presidencial el
pasado 10 de enero.
En las
últimas horas habían escalado las presiones para conocer el estado de salud de
Chávez. Una veintena de estudiantes universitarios permanecen encadenados desde
el jueves frente a la Embajada de Cuba en Caracas para exigir “el cese de la
injerencia cubana y una fe de vida del presidente”. Se registraron leves
disturbios frente a la sede diplomática y las autoridades detuvieron a siete de
los manifestantes, a quienes después liberaron. En las redes sociales, los
informantes oficiosos daban cuenta el mismo jueves de un agravamiento súbito de
la condición respiratoria del paciente. La intempestiva suspensión de la visita
que el canciller, Elías Jaua, debía hacer a Perú, para viajar a La Habana,
alimentó la verosimilitud de esas versiones.
En fechas recientes circulan rumores en Venezuela sobre
un próximo retorno de Chávez al país. El presidente, comprometido por
su grave enfermedad, asumiría el cargo para el que fue reelecto y renunciaría
de inmediato, de modo de poder concentrarse en su recuperación o agonía, según
fuera el desenlace. El escenario obligaría a convocar a nuevas elecciones
presidenciales. Según un reportaje del Financial Times de Londres, publicado la semana
pasada, durante ese periodo Chávez serviría de mentor en la sombra para el
liderazgo oficialista, de la misma manera que lo hace Fidel Castro desde su
retiro del Gobierno cubano.
Como
suele suceder en la tensa atmósfera de la polarización política venezolana, la
difusión de las fotografías ha generado reacciones encontradas. En las redes
sociales, el Gobierno promovió enseguida el hashtag #ChávezViveySonríe. Mientras, sectores de la oposición expresaron su escepticismo ante
lo que calificaron como “un montaje”.
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