Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

viernes, 15 de febrero de 2013

Venezuela publica las primeras fotos de Chávez desde mediados de diciembre


 

 

En una de las imágenes aparece en compañía de sus dos hijas y leyendo el 'Granma' de este jueves.


El Gobierno reconoce en un comunicado que el presidente respira por una cánula.


·         Una polémica ausencia en Cuba



EWALD SCHARFENBERG Caracas 



Un Chávez rozagante, de sonrisa forzada, en compañía de dos de sus hijas y, en un par de gráficas, leyendo el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba: así luce el presidente de Venezuela en las primeras imágenes que el Gobierno difunde del mandatario desde que fue operado el 11 de diciembre en La Habana.
El testimonio visual, primero que brinda real fe de vida del comandante bolivariano tras 69 días de convalecencia, fue presentado en cadena nacional por el Ministro de Ciencia y Tecnología y yerno de Chávez, Jorge Arreaza, quien llegó el jueves en la noche de Cuba. De acuerdo a Arreaza, las fotos fueron tomadas la noche del Día de San Valentín, aunque admitió que no estaba presente sino que “me fueron enviadas”.
Antes, el ministro de Información y Comunicación, Ernesto Villegas, leyó un breve comunicado en el que reconocía que a Chávez le fue practicada una traqueotomía y que todavía respira por una cánula, circunstancia “que le dificulta el habla”. El ministro Arreaza contó, en entrevista con la cadena regional TeleSur —financiada por el Gobierno venezolano—, que el presidente se hacía entender y a veces escribía: “Sólo hay que ponerle atención y él comunica sus decisiones”.
No obstante, en las tres fotografías dadas a conocer este viernes no se puede apreciar el tubo. Chávez aparece acostado, vestido con una chaqueta deportiva de la Aviación Militar, flanqueado por sus hijas, María Gabriela y Rosa Virginia, esta última esposa del ministro Arreaza. En dos de las tomas parece sostener un ejemplar de la edición de Granma del 14 de febrero. Al contrario de lo que cabría esperar de un paciente recluido por una larga temporada de dos meses en un hospital y en tratamiento para el cáncer, se le ve repuesto.
Chávez, de 58 años, fue diagnosticado de cáncer en la región pélvica en junio de 2011, cuando —también en la capital cubana— se le detectó y extrajo un tumor “del tamaño de una pelota de béisbol”, según palabras del propio mandatario. El pasado 8 de diciembre anunció la nueva recidiva del cáncer en una alocución al país. Al reconocer que se sometería en Cuba a una operación quirúrgica de la que podría no regresar para ejercer el poder, Chávez expresó su deseo de que el vicepresidente Nicolás Maduro fuese postulado como candidato del chavismo en una eventual convocatoria a elecciones para reemplazarlo.
Desde entonces, su testamento político se ha cumplido a medias. Si bien Maduro hace las veces de líder del Poder Ejecutivo, es gracias a un controvertido fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que dio permiso para prolongar la vigencia de la administración en funciones mientras el presidente, reelecto en los comicios del 7 de octubre de 2012, se restablecía. Chávez debía jurar un nuevo período presidencial el pasado 10 de enero.
De la convalecencia del comandante bolivariano se sabía hasta hoy muy poco, un secreto amparado por los siete velos del exclusivo Centro de Investigaciones Médicas y Quirúrgicas de La Habana, un hospital diseñado para atender a la añosa jerarquía cubana. Todavía se desconoce la naturaleza y el origen del tumor, del que oncólogos consultados sospechan se trata de un rabdomiosarcoma o un tumor de músculo estriado. Sólo hay certeza de que, entre Navidad y Fin de Año, pasó un momento de gravedad, vinculado a una infección pulmonar, que hizo temer por su vida.
En las últimas horas habían escalado las presiones para conocer el estado de salud de Chávez. Una veintena de estudiantes universitarios permanecen encadenados desde el jueves frente a la Embajada de Cuba en Caracas para exigir “el cese de la injerencia cubana y una fe de vida del presidente”. Se registraron leves disturbios frente a la sede diplomática y las autoridades detuvieron a siete de los manifestantes, a quienes después liberaron. En las redes sociales, los informantes oficiosos daban cuenta el mismo jueves de un agravamiento súbito de la condición respiratoria del paciente. La intempestiva suspensión de la visita que el canciller, Elías Jaua, debía hacer a Perú, para viajar a La Habana, alimentó la verosimilitud de esas versiones.
En fechas recientes circulan rumores en Venezuela sobre un próximo retorno de Chávez al país. El presidente, comprometido por su grave enfermedad, asumiría el cargo para el que fue reelecto y renunciaría de inmediato, de modo de poder concentrarse en su recuperación o agonía, según fuera el desenlace. El escenario obligaría a convocar a nuevas elecciones presidenciales. Según un reportaje del Financial Times de Londres, publicado la semana pasada, durante ese periodo Chávez serviría de mentor en la sombra para el liderazgo oficialista, de la misma manera que lo hace Fidel Castro desde su retiro del Gobierno cubano.
Como suele suceder en la tensa atmósfera de la polarización política venezolana, la difusión de las fotografías ha generado reacciones encontradas. En las redes sociales, el Gobierno promovió enseguida el hashtag #ChávezViveySonríe. Mientras, sectores de la oposición expresaron su escepticismo ante lo que calificaron como “un montaje”.

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