Majestuoso testimonio de un poder agostado

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miércoles, 13 de febrero de 2013

Obama aboga por la clase media en su discurso del estado de la Unión


  

 

“No necesitamos un Estado más grande, necesitamos un Estado más eficiente”, ha anunciado el presidente de Estados Unidos en su alocución abogando por un 'new deal'.



YOLANDA MONGE Washington 

En el primer discurso del estado de la Unión de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha dirigido a un Congreso dividido citando a otro presidente. “Kennedy declaró en esta Cámara que la Constitución no nos convierte en rivales por el poder sino en compañeros hacia el progreso”. A continuación, el presidente informó a todos los presentes que esa debía de ser su máxima. "La gente espera que pongamos los intereses del país por encima de nuestros intereses políticos", ha dicho el mandatario entre los primeros aplausos. Habría muchos más a lo largo de la casi una hora de duración de su alocución en la que ha abogado por una suerte de new deal similar al que puso en marcha Franklin D. Roosevelt durante su primer mandato (1933-1936).
Obama ha pedido a un recalcitrante Congreso que respalde sus propuestas para reactivar la economía con la creación de empleos para la clase media y la idea de “un Estado más eficiente” que establezca prioridades basadas en el crecimiento. “Es obligación de nuestra generación arrancar nuevamente el verdadero motor del crecimiento económico de Estados Unidos, que es una clase media próspera y creciente”, ha dicho Obama. “No necesitamos un Estado más grande, necesitamos un Estado más eficiente”, ha anunciado.
Con el impulso dado por su reciente reelección, el presidente demócrata ha presumido de la "fortaleza del estado de la Unión" y de la mejora de las condiciones económicas, la menor dependencia del petróleo como fuente de energía y de la mejora en datos como la compra de viviendas. El progreso ha sido grande, según el mandatario. “Después de una década de guerra, nuestros hombres y mujeres de uniforme regresan a casa”
Tres meses después de su rotunda victoria en las urnas, el presidente ha basado su discurso en los asuntos económicos que marcaron su primera legislatura. Defendiendo la idea de que todos los ciudadanos merecen las mismas oportunidades, “independientemente de dónde hayan nacido, de dónde vengan o a quién amen”, el presidente ha asegurado que es responsabilidad del Gobierno garantizar que tienen acceso a ellas.
Tendiendo puentes en momentos de fuerte crispación partidista en el Capitolio, Obama ha asegurado que el país solo avanza hacia el futuro “cuando lo hacemos juntos”. A continuación, el presidente demócrata ha nombrado el tema más delicado que arrastra desde el verano de 2011 el Congreso. “Nuestro trabajo debe comenzar con decisiones básicas sobre nuestro presupuesto y que reforzarán las condiciones de nuestra economía”.

Obama ha asegurado que el país solo avanza hacia el futuro “cuando lo hacemos juntos”

Obama ha dicho que nunca ha hecho oídos sordos a otras propuestas, que está abierto a ideas, pero que pone una única condición: “que no se incumplan las promesas que ya hemos hecho a los ciudadanos”. En ese sentido, el presidente ha propuesto seguir las recomendaciones bipartitas para reducir el déficit y ha vuelto a defender la efectividad de subir los impuestos a los más ricos para equiparar las condiciones de todos los ciudadanos —algo que ya hizo durante la campaña electoral—. “No hagamos promesas que no podamos cumplir, pero cumplamos las promesas que ya hemos hecho”, ha recomendado.
El presidente ha usado gran parte de su discurso para hablar de economía y para recordar que la tarea que enfrentan los representantes de los ciudadanos no es fácil y que todos tendrán que perder algo para ganar en conjunto. “La reforma del sistema de impuestos no va a ser fácil. Ninguno de nosotros va a conseguir el 100% de lo que queremos, pero la alternativa nos va a salir mucho más cara”.
A renglón seguido, el mandatario ha aprovechado la ocasión para volver a echar un rapapolvo a los congresistas. “La mejor nación de la tierra no puede gestionar su economía de crisis en crisis, no podemos permitirnos eso. Paguemos nuestras facturas a tiempo”, ha exigido el presidente. Tras un cerrado aplauso, Obama ha declarado que en “la nación más rica del planeta nadie que tenga un empleo debe de vivir en la pobreza”.
Después de repetir de forma machacona la palabra empleo, economía y clase media, el presidente ha dado un giro para mencionar el término “cambio climático”, algo que no hizo en su último discurso. “No hay un solo evento que marque una tendencia, pero 12 de los años más calurosos de la última era se han producido en los 15 últimos”, ha dicho el presidente dejando que los hechos hablen por sí solos. La sequía y el huracán Sandy han sido los dos ejemplos que Obama ha citado como clara evidencia de cambio climático en EE UU. “Pediré a mi gabinete que tome decisiones ejecutivas para asegurar que luchamos contra el cambio climático y que nos beneficiamos de las nuevas fuentes de energías limpias”. En tono solemne, el 44 presidente de EE UU ha cerrado el capítulo del cambio climático diciendo que se debe de hacer algo “por el bien de nuestros hijos y de nuestro futuro”.
Como se esperaba, Obama ha desplegado en el discurso las prioridades para su segundo mandato. Por llegar estaba la reforma migratoria; la retirada de tropas de Afganistán; la reducción de armas nucleares; y el control de armas, entre otros.

Hay que combatir el cambio climático por el bien de nuestros hijos y de nuestro futuro”

“Envíenme una ley de reforma migratoria en las próximas semanas y la firmaré”, ha retado Obama al Congreso en el único día del año en que el presidente se dirige a ambas Cámaras y los tres poderes. Obama ha asegurado que cualquier reforma debe de garantizar la seguridad de las fronteras así como la regularización de los 11 millones de personas que hoy viven sin documentos en EE UU. El presidente ha dejado claro, eso sí, que “una verdadera reforma migratoria debe de incluir un camino responsable hacia la ciudadanía".
El anuncio se hizo por la mañana pero durante la noche el presidente le puso voz. “En 2014, la guerra de EE UU en Afganistán habrá concluido”. “Durante este año, 34.000 soldados regresarán de Afganistán”. “A partir de 2014”, ha dicho el presidente, “continuará el compromiso con el progreso de aquel país, pero se centrará en otras áreas". Será el final de una época. De diez años de guerras en el extranjero concluidas en la era de Obama.
El presidente ha recordado que de la Al Qaeda que atacó EE UU el 11 de septiembre “apenas queda hoy una sombra”. El presidente ha afirmado que los nuevos desafíos terroristas se encuentran hoy también en el Norte de África y que no acaban en Al Qaeda. “Seguiremos luchando para impedir la extensión de armamentos peligrosos”. Los líderes de Irán, ha advertido, “deben reconocer que este es el momento de alcanzar una solución diplomática”, ha proseguido el presidente asegurando que se hará lo necesario para “ impedir que Irán tenga el arma nuclear”.
En una nota optimista antes de entrar en el polémico control de las armas de fuego, el presidente ha querido recordar a sus conciudadanos que “el mundo actual no es solo un mundo lleno de peligros, también es un mundo lleno de oportunidades”. Aún así, el mandatario ha asegurado que EE UU seguirá poseyendo “el mejor Ejército que nunca se haya creado”.
Como era de esperar, el momento más emocionante de la noche ha llegado con el recuerdo de la masacre de Newtown. “En los dos últimos meses, desde Newtown, se han truncado más de 1000 cumpleaños, graduaciones y aniversarios, arrancados de nuestras vidas por una bala". El presidente ha acabado su bloque económico, político y de política exterior asegurando que nada de lo anterior tenía importancia si no se protege el mayor activo de EE UU: los hijos. Recordando que la matanza de Connecticut del pasado mes de diciembre ha redibujado el debate sobre las ramas en el país, que ahora las autoridades de toda la nación le piden una nueva regulación, el presidente ha pedido que se voten en el Congreso todas y cada una de las propuestas que él ha presentado —impedir la venta de armas de asalto; reducir los cargadores; efectuar comprobaciones de los antecedentes de los compradores…—.
No ha habido lágrimas pero a Obama se le ha empañado la voz al recordar a Hadiya Pedleton, la joven de 15 años que participó en el desfile de su inauguración y cayó abatida por las balas días después en Chicago, a menos de tres calles del lugar donde tiene la familia Obama su casa. “Murió apenas a un kilómetro de mi casa de Chicago", ha recordado Obama. Los padres de Hadiya, Cleopatra y Nathaniel han escuchado estoicos al presidente sentados junto a la primera dama, Michelle Obama.
Entonces ha llegado el alegato final del mandatario. “Ella se merece un voto, Gabby Giffords se merece un voto, los niños de Newtown se merecen un voto. Las víctimas de la violencia merecen un voto por el control de las armas”. No les fallemos, ha pedido Obama.
Todos somos ciudadanos, ha dicho a continuación Obama. “Es una palabra que no se limita a describir nuestra nacionalidad o situación legal. Describe la forma que somos. Describe aquello en lo que creemos”. El presidente ha invitado a sus conciudadanos a seguir escribiendo la crónica norteamericana. “Bien adentrados en nuestro tercer siglo como nación, sigue siendo la tarea de todos nosotros, como ciudadanos de estos Estados Unidos, ser los autores del siguiente gran capítulo de nuestra historia americana”. Un capítulo en el que Obama ha supuesto un antes y un después.

 


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