Aún no se han
materializado acuerdos similares con Chevron y Bridas Energy para operar en la
veta de hidrocarburos no convencionales más importante de Latinoamérica.
La petrolera estatal argentina YPF firmó este martes su tercer
preacuerdo para explotar el yacimiento de hidrocarburos no convencionales más rico
de Latinoamérica, Vaca Muerta, el mismo que había descubierto Repsol
cuando controlaba aquella compañía. Esta vez ha rubricado un memorándum de
entendimiento no con una petrolera sino con una petroquímica, el gigante
norteamericano Dow. Mientras tanto, aún no se han materializado los principios
de acuerdo similares con la estadounidense Chevron y la argentina Bridas
Energy. Estas dos petroleras han sido demandas por Repsol, que considera que
han negociado con los dueños ilegítimos de YPF, después de la expropiación del
51% que tenía hasta hace casi un año.
YPF planea ceder a Dow el 50% del bloque El Orejano, dentro del rico
yacimiento de la provincia de Neuquén, en el sur de Argentina. El objetivo del
pacto consiste en que la empresa norteamericana aporte los fondos necesarios
para desarrollarlo. Ambas empresas son socias junto con la estatal brasileña
Petrobras en Compañía Mega, que separa, fracciona y procesa gas para un amplio
complejo petroquímico en Bahía Blanca (690 kilómetros al sur de Buenos Aires),
donde opera Dow por cuenta propia.
“Para Dow, este acuerdo fortalece su acceso a materias primas mediante
acuerdos de largo plazo e inversiones de capital moderadas y eficientes”,
destacó YPF, empresa en la que Repsol aún mantiene un 12%. La petrolera
argentina comenzó a producir gas no convencional en Vaca Muerta el pasado 1 de
marzo.
YPF no informó en qué periodo de tiempo deberá sellarse el convenio
definitivo con Dow, que seguramente se expondrá a un litigio de Repsol. La
petrolera española ha demandado en los tribunales de EE UU a Chevron y en los
de España a Bridas Energy, propiedad de la familia más rica de Argentina, los
Bulgheroni. También exige una indemnización al Estado argentino por la
nacionalización de YPF ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas
a Inversiones (CIADI), tribunal arbitral del Banco Mundial.
En diciembre pasado, YPF firmó con Chevron un preacuerdo similar al que
acaba de rubricar con Dow. Aquel memorándum establecía un periodo de cuatro meses
para convenir el pacto definitivo, lapso que finaliza el 19 de abril próximo.
Hace dos semanas, el vicepresidente de Chevron, George Kirkland, dijo a Financial
Times que no se firmará el acuerdo final mientras persista el actual
embargo de activos que sufre la empresa norteamericana en Argentina por una
condena judicial por daños medioambientales en Ecuador. A su vez, los
demandantes ecuatorianos escribieron una carta al presidente de YPF, Miguel
Galuccio, diciendo que su litigio no afecta futuros negocios de Chevron en
Argentina. La petrolera estadounidense ha apelado el embargo ante un tribunal
de segunda instancia de Buenos Aires.
También en diciembre, YPF selló un memorándum con Bridas Energy que
establecía que en dos meses, es decir, el 28 de febrero pasado, debían
estamparse las firmas finales. Eso no ha sucedido, pero a principios de marzo
el presidente de YPF declaró que continúa la negociación con la familia
Bulgheroni, mientras que esta a su vez conversa con su socia en la empresa
argentina Bridas Corporation, la estatal China National Offshore Oil
Corporation (CNOOC), para sumarla también a la explotación de Vaca Muerta.
Fuentes vinculadas a la negociación afirman que CNOOC prefiere evitar demandas
de Repsol y espera que la petrolera española llegue antes a un acuerdo con el
Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para solucionar la indemnización por
la expropiación.
Repsol ha negado este mes los rumores sobre una supuesta negociación con
el Gobierno argentino, pero ha admitido contactos exploratorios. La prensa de
Buenos Aires había comentado presuntas conversaciones para que YPF entregara
parte de Vaca Muerta a Repsol. Después de que esta versión fuera desmentida
oficialmente por el grupo español, uno de sus abogados, Miguel Klingenberg, dijo
el pasado día 15 que su empresa podría aceptar activos de YPF como parte de
pago del resarcimiento de 8.000 millones de euros que exige.“Es algo que podríamos considerar
una vez que se establezca el monto de la compensación”, admitió Klingenberg.
Y esa suma aún sigue incierta.
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