Los proyectiles alcanzan una zona de seguridad
situada a apenas un kilómetro de la residencia del presidente El Asad.
Las milicias
rebeldes sirias atacaron este lunes con proyectiles de mortero el centro de
Damasco, provocando graves daños materiales en una zona muy cercana a la
residencia del presidente Bachar El Asad, a apenas un kilómetro de ésta.
El Gobierno ha respondido cargando contra los atacantes desde un puesto militar
en el monte Kasiyun, intensificando notablemente los enfrentamientos en la
capital del país, que es el bastión del régimen. Además, uno de los líderes
militares rebeldes, Riad El Asad, ha sido herido de gravedad cuando una bomba
ha estallado cerca del coche en el que viajaba, en la región oriental de Deir
Al Zur.
La de este lunes ha sido una de las jornadas en la que más intensos han sido los enfrentamientos en Damasco desde que comenzara el levantamiento de los rebeldes en contra del presidente El Asad, hace dos años, según varios grupos opositores y testigos presenciales citados por las agencias de información. Los milicianos lanzaron proyectiles de mortero contra la plaza Omeya, un punto en el que se halla un cuartel central del Ejército sirio y la televisión estatal, pasadas las seis de la mañana, hora local (una hora menos en la España peninsular). El ataque duró varias horas.
La
televisión estatal informó de que hubo varias víctimas durante el ataque, sobre
todo en el edificio de la ópera, cerca de las oficinas centrales del partido
Baath, del presidente El Asad. Por su parte, el Observatorio Sirio de los
Derechos Humanos, un grupo opositor radicado en Londres, dijo en un comunicado
que no tenía informes que hablaran de víctimas mortales en el ataque.
De
momento, el régimen controla la mayor parte de Damasco, y ejerce un férreo
control sobre el centro de la capital. Los rebeldes han hecho algunas
incursiones en esa zona, pero ataques como el de este lunes son poco comunes,
dado el nivel de penetración de las milicias dentro de territorio controlado
por el Ejército. Hace un mes una serie de ataques con coches bomba en el centro de la
capital se cobró más de 60 vidas en una sola jornada.
El líder
rebelde Riad El Asad, que perdió una pierna en el ataque sufrido el domingo por
la noche en Deir Al Zur, fue coronel de la Fuerza Aérea del régimen hasta su
defección en julio de 2011. Posteriormente pasó a comandar el Ejército Libre
Sirio, la principal milicia opositora, algo que hizo hasta su reemplazo el
pasado mes de diciembre. El coronel tomó parte en la planificación de la
operación rebelde que en julio de 2012 acabó con la vida de Asef Shawjat,
cuñado y próximo colaborador de Bachar El Asad.
Los milicianos han lanzado proyectiles
contra la plaza Omeya, donde están un cuartel central del Ejército sirio y la
televisión estatal
El diario The New York Times ha revelado este lunes que la Agencia
Central de Inteligencia norteamericana ha ayudado a Turquía y varios Gobiernos
árabes a enviar armas y demás equipamiento militar a los rebeldes dentro de Siria. El transporte, por vía aérea, comenzó
en 2012 y se ha intensificado en los pasados meses, según ese rotativo.
Ha habido
hasta ahora más de 160 vuelos cargados con material a varios aeropuertos en
Turquía y Jordania, ambos países con frontera con Siria. El papel de la CIA ha
sido meramente asistencial, según fuentes oficiales norteamericanas. Algunas de
esas armas proceden, según las fuentes consultadas por el Times, de Croacia. El
Gobierno de ese país ha anunciado que retirará a sus 98 soldados de la fuerza
de paz de Naciones Unidas en los Altos del Golán por temor a represalias del
régimen.
Tanto
Irán como la milicia chiíta Hezbolá, cuya rama política controla el Gobierno de
Líbano, han asistido militarmente al régimen sirio. El domingo, durante una
visita a Irak, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, instó al
primer ministro Nuri Al Maliki a que haga lo posible para evitar que las armas
que Irán envía a Siria pasen por su espacio aéreo.
De forma
pública, Estados Unidos se opone al envío de armas a los rebeldes sirios. El
viernes, durante una visita a Jordania, el presidente Barack Obama dijo que considera que la oposición de
El Asad no está lo suficientemente unida, y que la presencia en ella de grupos
radicales le impide decantarse por el envío de armas para asistirle en su labor
de acoso al régimen.
En el
conflicto ya han fallecido más de 70.000 personas, según el último recuento de
la ONU. Ha huido de Siria, además, más de un millón de personas. Casi la mitad
de ellos se ha refugiado a Jordania un país que soporta una grave crisis
económica y que debe invertir ahora unos 500 millones de dólares anuales en
atender las necesidades alimenticias y médicas de esos sirios, según
estimaciones gubernamentales.
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