Majestuoso testimonio de un poder agostado

Majestuoso testimonio de un poder agostado

domingo, 24 de marzo de 2013

Asia responde por el alza del precio del crudo






La OCDE estima que el barril de crudo (Brent) valdrá U$S 190 en 2020, con la posibilidad, altamente plausible, de que alcance en esa fecha a U$S 270 por unidad. El precio del Brent oscila hoy en U$S 107/barril.
La razón de esta previsión es que en los países asiáticos (China, India, Indonesia), donde está el eje de la demanda mundial, la intensidad energética (uso de energía por unidad de producto) ha crecido en una relación 1 a 1 con el aumento del nivel de ingresos en los últimos 20 años; y éstos se han expandido (PBI per cápita) a una tasa de 8% anual en ese período y se duplican cada 8/10 años.
Gran Bretaña tardó 60 años en duplicar el ingreso per cápita de su población (Revolución Industrial, 1780-1840); y EE.UU. logró hacerlo en 35 años (segunda Revolución Industrial, 1865-1913).
China / Asia obtiene este objetivo histórico cada 8 años.
De ahí que la República Popular se haya convertido en 2012 en la principal importadora mundial de petróleo al dejar atrás a EE.UU.
, que ocupó ese lugar desde el primero de los shocks petroleros de la década del ‘70 (1973/Guerra del Yom Kippur), en que el precio del crudo se multiplicó por 4 y volvió a hacerlo en 1979 (primera guerra del Golfo/Irak-Irán). El barril de crudo valía U$S 2 en 1972 y trepó a U$S 44 en 1980.
China importó el año pasado 6,12 millones de barriles diarios, mientras que EE.UU. redujo sus compras a 5,98 mb/d. La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que la diferencia entre los dos países aumentaría 3/4 veces en los próximos 7 años.
El vuelco a favor de China en las importaciones mundiales de petróleo refleja un fenómeno más amplio: el traslado del centro de gravedad del sistema del mundo avanzado al emergente.
Así, el mundo emergente consumiría este año más petróleo que el avanzado. El precio récord del petróleo previsto por la OCDE no es obra de la escasez del producto. La producción mundial aumentaría en 17 mb/d en la próxima década (93 mb/d en 2012 a 110 mb/d en 2020).
La clave del precio récord del petróleo se encuentra en Asia. China consume 10 mb/d (10% de la producción mundial) y el consumo aumenta 10%/15% por año; e importa 56,4%, sobre todo de los países petroleros del Golfo.
La voracidad energética de la República Popular no es una excepción.
Consume tanto carbón como el resto del mundo, sumado (4 millones de toneladas por año vs. 4.300 millones). La demanda energética de los países emergentes crecería 65% en 2040 y 35% en el mundo (ExxonMobil); en tanto la población del planeta aumentaría en 2.000 millones en ese período.
Su impacto en la economía mundial equivaldría al de los dos shocks petroleros de la década del ‘70. Pero esta vez su origen sería el auge extraordinario de la demanda y no la brutal contracción de la oferta, provocada por factores geopolíticos, como ocurrió entonces. Un alza semejante del precio del crudo eleva necesariamente el valor de todos los activos de la economía mundial y se transforma (por carácter inverso) en un poderoso incentivo para aumentar la productividad, como vía para reducir drásticamente la estructura de costos.
Un incremento del precio de petróleo como el previsto por la OCDE tendría que frenar el crecimiento de la economía global. Lo que ocurre es que ésta ahora -en la segunda década del siglo XXI- crece por factores estructurales y no cíclicos, como la expansión de la nueva clase media en los países emergentes (2.000 millones de personas en 2020), que a su vez es sinónimo de urbanización.
Por eso, a diferencia de los antecedentes históricos, esta vez el auge del precio del crudo no frena a la economía mundial y sólo se limita a elevar la estructura de costos. Esta combinación se transforma en un incentivo fundamental para aumentar la productividad y así disminuirlos. Vivimos una nueva época histórica, en todos los sentidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario