Las ambiciones de Pekín
Envió una misión no tripulada que hará un alunizaje
suave, algo que no ocurre desde 1976; sólo EE.UU. y Rusia lo lograron con éxito.
El cohete Larga Marcha 3B despegó en las primeras horas de ayer desde el centro de China. Foto: AFP
PEKÍN.- En
un punto de inflexión en su carrera espacial y sus ambiciones por consolidar su
poder como potencia en el escenario global, China lanzó en la madrugada de ayer una nave no
tripulada que realizará a mediados de mes el primer alunizaje suave en 37 años.
La sonda Chang E-3, que incluye al vehículo lunar
Yutu (Conejo de Jade), fue lanzada a bordo de un cohete Larga Marcha 3B en el
Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang, en la provincia sudoccidental de
Sichuan, a la 1.30 de ayer (hora local).
Si la misión
tiene éxito, China será el tercer país, detrás de Estados Unidos y la antigua
Unión Soviética, en lograr el alunizaje suave de una nave. El último tuvo lugar
en 1976, cuando el Kremlin envió la misión a la Luna.
El Conejo de Jade, equipado con cámaras y brazos
mecánicos, tiene previsto realizar investigaciones geológicas y buscará
recursos naturales, luego de que la sonda en la que viaja alunice a mediados de
diciembre y se convierta en la primera nave espacial china en tocar superficie
extraterrestre.
La misión también incluye la instalación en la
superficie lunar, por primera vez en la historia, de un telescopio que
observará la Tierra.
Como parte de las misiones de su programa espacial
Chang E, China había lanzado en 2007 su primera sonda para orbitar la Luna, que
tomó imágenes y analizó la superficie del satélite. En los últimos años, los
científicos chinos han debatido la posibilidad de enviar un hombre a la Luna
después de 2020.
En la más reciente misión tripulada del gigante
comunista, en junio pasado, tres astronautas pasaron 15 días en órbita y se
acoplaron a un laboratorio espacial, que también es parte de una misión de
Pekín para construir una estación para 2020.
Los planes de China incluyen el envío de una cuarta
sonda en 2015 y otra en 2017, que completará la tercera fase del programa:
lograr el regreso a la Tierra. Más tarde, en una fecha aún no fijada, planea
enviar misiones tripuladas a la superficie lunar.
El lanzamiento de la sonda china tuvo lugar un día
después de que la India -rival directo de China en la región- anunciara la fase
dos de la misión a Marte del Mangalyaan, que tardará 300 días en llegar al
planeta rojo.
El programa espacial chino, cada vez más
desarrollado y con fondos ilimitados para sostenerlo, es uno de los pilares
estratégicos del régimen comunista para apuntalar el poder que Pekín pretende
irradiar a la región y al mundo.
El presidente chino, Xi Jinping, dijo que quiere
convertir al país en una superpotencia espacial, y la misión ha inspirado un
extendido orgullo por las habilidades tecnológicas locales.
Controladas por las fuerzas armadas, las
operaciones espaciales están rodeadas de propaganda patriótica y tienen mucha
presencia en los medios oficiales.
El veloz desarrollo espacial de Pekín, que afirma
que persigue propósitos pacíficos, encendió las alarmas en Washington, donde el
Pentágono dejó en claro que intentará evitar el aumento de las capacidades
espaciales de China para así limitar sus ventajas estratégicas.
De hecho, en el pasado, Estados Unidos vetó la
participación china en el desarrollo de la Estación Espacial Internacional para
que los comunistas no tuvieran acceso a tecnología. En este contexto, la NASA
había vetado el mes pasado la participación de científicos chinos en una de sus
conferencias, pero luego rectificó la decisión al aducir que había
malinterpretado una ley de seguridad nacional.
Así como en la última década China avanzó en los
frentes económico, militar y diplomático, el éxito de la Chang E-3 en la Luna
consagrará a Pekín en el frente ya no espacial, sino extraterrestre.
Agencias
ANSA, EFE y Reuters.
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