MIAMI.- La reciente firma de un acuerdo bilateral
entre el gobierno de Estados Unidos y el estado brasileño de San Pablo hace que
muchos nos preguntemos si Washington está ensayando una nueva estrategia en la
región: pasar por encima a los gobiernos nacionales no muy amistosos y buscar
acuerdos con autoridades estatales o municipales más amigables.
Podría ser una estrategia de gran impacto, porque
muchos de los países latinoamericanos más hostiles hacia Estados Unidos tienen
sus capitales o sus ciudades más importantes gobernadas por líderes de
oposición que estarían felices de firmar acuerdos para atraer más inversiones,
más comercio y más intercambios educativos con Estados Unidos. Las ciudades de
Caracas, Buenos Aires, Guayaquil y Santa Cruz, por ejemplo, podrían estar en
esta categoría.
El gobierno de Estados Unidos no ha dicho nada al
respecto, pero un artículo que acaba de aparecer en la página web de la revista
Foreign Affairs, escrito por el jefe de asuntos internacionales del estado de
San Pablo, Rodrigo Tavares, propone que Estados Unidos y todos los países
firmen más acuerdos con gobiernos estatales y municipales. Estamos entrando,
dice, en un nuevo mundo de "relaciones exteriores subnacionales".
A principios de este mes, el estado de San Pablo
-gobernado por el líder de la oposición Geraldo Alckmin- firmó un acuerdo de
"relaciones bilaterales formales" con el Reino Unido, afirma Tavares
en el artículo. En marzo, firmó un acuerdo similar para forjar "relaciones
directas" con Estados Unidos y está planeando firmar en breve acuerdos de
esa misma clase con Canadá, Francia, Alemania y varios países asiáticos, dice
el artículo fechado el 9 de octubre.
"Con el fortalecimiento del poder local, las
principales ciudades, estados y provincias del mundo han adoptado políticas
internacionales antes reservadas exclusivamente a los gobiernos
nacionales", dice Tavares.
En cuanto a si las constituciones nacionales
permiten acuerdos de gobiernos nacionales con gobiernos locales, Tavares señala
que casi todas ellas establecen que las relaciones deben ser entre los países,
pero agrega que eso también está cambiando.
El año pasado, el entonces canciller brasileño
Antonio Patriota anunció que su ministerio reconoce "la nueva realidad de
la diplomacia federativa" y el gobierno del estado de San Pablo aprobó un
plan de relaciones exteriores estatal de 54 objetivos, afirma.
"El Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil
ha apoyado esos esfuerzos de San Pablo bajo la premisa de que lo que es bueno
para San Pablo es bueno para Brasil", escribe Tavares. Por medio de la
"diplomacia subnacional", Brasil ha encontrado una manera más
creativa y posiblemente más eficaz de convertirse en una potencia global.
Según me dicen fuentes de Washington que conocen el
tema de cerca, el Departamento de Estado estableció en 2010 una oficina del
representante especial de Asuntos Intergubernamentales para impulsar las
relaciones entre gobiernos locales de Estados Unidos y el resto del mundo.
El gobierno estadounidense firmó acuerdos con China
en 2011 y con Brasil en 2012 para estimular acuerdos entre gobiernos estatales
y municipales, y fue bajo ese paraguas que el gobierno de Estados Unidos firmó
este año un memorando de entendimiento no vinculante de comercio e inversión
con el estado de San Pablo, según las fuentes cercanas al acuerdo.
Mi opinión: no será fácil que el Departamento de
Estado pueda hacer acuerdos con gobiernos locales en países con gobiernos
nacionales hostiles a Estados Unidos, como Venezuela, Bolivia o Ecuador, cuyos
líderes usan a Estados Unidos como un chivo expiatorio para todos sus problemas
internos. A diferencia de Brasil o China, estos países no aceptarían la idea de
que lo que es bueno para un gobierno local, es bueno para el país.
Pero, les guste o no a los gobiernos, la diplomacia
subnacional es una realidad y va a seguir ganando terreno. Ha llegado para
quedarse y es probable que todo el mundo trate de usarla en beneficio propio.
© LA NACION.
No hay comentarios:
Publicar un comentario