El gobierno de
Roussef estrecha lazos con Rusia y se aleja de EE UU tras el escándalo del
espionaje.
JUAN
ARIAS Río de Janeiro
Los mininistros de defensa de Brasil y Rusia, el miércoles en Brasilia / AP
En un momento en el que las relaciones del Gobierno de Brasil con
el de los Estados Unidos vive momentos de tensión por el supuesto espionaje
americano, la presidenta Dilma Rousseff ha
estrechado los lazos con Rusia al cerrar la compra de baterías antiaéreas rusas
por valor de mil millones de dólares.
El ministro de Defensa, Celso Amorim, se ha encontrado en Brasilia con
su colega ruso Sergei Shoigu. El ministro Amorim, después de sus
conversaciones con su homólogo, ha hecho saber que nada impide hoy la
participación brasileña en el proyecto del Sukhoi
T-50, un caza que cuenta con cinco prototipos volando y que servirá
como base a un modelo que será producido conjuntamente con la India.
El Sukhoi T-50, un caza de quinta generación ruso, puede ser comprado
para la FAB (Fuerzas Aéreas de Brasil) y servirá de base para un modelo local.
Por la oferta, Brasil recibiría el Sukhoi-35 para sustituir a los Mirages-2000
que serán jubilados este mismo año, hasta que el T-50 no alcance su estado
operacional. Eso debería ocurrir en 2016. El nuevo caza solo será producido
comercialmente al final de esta década.
El ministro ruso, en su encuentro con el
colega brasileño, llegó a hablar de que podría alquilar equipamiento
militar ruso, lo que fue visto como un paso intermedio antes de adquirir
el El T-50, el proyecto de caza de quinta generación más avanzado del
mundo. En Estados Unidos tienen sólo un avión de este tipo, el F-22,
considerado “invisible al radar”.
El ministro ratificó además que el disputado proceso de compra de
cazabombarderos de generación actual, el F-X2, sigue en vías de definición
entre tres competidores: el F/A-18 de Estados Unidos, el Rafale de Francia y el
Gripen NG de Suecia.
Desde fines de 2012, según el medio brasileño, comenzó a circular el
rumor de que la presidenta Dilma Rousseff podía inclinarse por los F18
estadounidenses, pero esa hipótesis se desvaneció luego del escándalo del
espionaje de la agencia NSA y la suspensión del viaje a Washington previsto
para este mes. Lo que no cabe duda es que Brasil ha abierto un nuevo canal de
entendimiento con Rusia en materia militar.
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