Será su primera visita al Estado de Israel en sus cuatro
años de Gobierno.
El secretario de Estado, John Kerry, le precederá con un
viaje este mes.
El
presidente norteamericano, Barack Obama, efectuará en marzo su primera visita a
Israel desde que accediera al cargo, según anunció ayer la Casa Blanca, que aún
no ha hecho público ni el calendario ni el itinerario del viaje, que
inicialmente incluirá también visitas a los territorios palestinos y Jordania.
Diversos oficiales estadounidenses han avanzado que el presidente espera
reactivar el proceso de negociaciones de paz entre israelíes y palestinos,
obstaculizado por la entrada de Palestina a la ONU como estado observador no
miembro y por el crecimiento de asentamientos de colonos en Cisjordania.
Ya hay
una delegación de funcionarios norteamericanos en Israel preparando el viaje de
Obama, que será el quinto presidente en visitar el Estado desde su creación en
1948. El embajador de Estados Unidos en Israel, Dan
Shapiro, dijo este miércoles en la Radio del Ejército israelí que
ambos países “tienen una compleja agenda común en lo que respecta a Irán, Siria
y la necesidad de que Israel y los palestinos regresen a la mesa de
negociaciones, así que es importante comenzar lo más pronto posible”. Ayer, el
portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE UU, Tommy Vietor, dijo que,
con su visita, Obama espera “reafirmar los profundos y duraderos lazos entre EE
UU e Israel”.
El nuevo
secretario de Estado norteamericano, John
Kerry, hará también su
primer viaje en el cargo a Israel, un signo de la voluntad del nuevo Gobierno
de Obama de reafirmar los lazos que unen a EE UU con este país. La visita de
Kerry se producirá en las próximas semanas, e incluirá también una parada en
Egipto.
Obama
cumple de este modo con la tradición de los últimos presidentes norteamericanos
de buscar una solución al conflicto entre palestinos e israelíes en sus segundos
mandatos, ya libres de la presión de tener que presentarse a la reelección. Lo
hicieron Bill Clinton, con una cumbre en Camp David, y George W. Bush, con la conferencia
de Annapolis. Solo cuatro presidentes norteamericanos han visitado
Israel desde su fundación: Richard Nixon, Jimmy Carter, Clinton y Bush hijo. No
lo hicieron Harry Truman, Dwight Eisenhower, John Kennedy, Lyndon Johnson,
Gerald Ford, Ronald Reagan y George H. W. Bush.
La Casa
Blanca ha fijado la fecha en marzo para darle tiempo al primer ministro
israelí, Benjamín Netanyahu, de formar nuevo Gobierno, después de haber ganado
las elecciones legislativas del mes pasado. Dado el resultado de esos comicios,
Netanyahu se ha visto obligado a pactar con partidos no solo de la derecha,
sino también de centro, como Yesh Atid [Hay Futuro], del expresentador de
televisión Yair
Lapid. Las facciones más derechistas de su posible coalición
defienden la anulación de la idea de los dos Estados, vecinos y en paz, con la
ampliación progresiva de los asentamientos de colonos en Cisjordania. Los más
moderados apoyan la eventual creación de un país soberano en Palestina.
Hanan
Ashrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de
Palestina, dice dar “la bienvenida a la visita del presidente Obama si esta es
indicativa de una promesa de EE UU de convertirse en un agente de paz honesto e
imparcial. EE UU puede jugar ese papel positivo si participa de una forma
eficaz y constructiva, en lugar de repetir la misma política de negociaciones
del pasado en su propio beneficio”. “Ese tipo de compromiso exige límites
determinantes a las transgresiones de Israel, así como a sus medidas
unilaterales, especialmente los asentamientos y la anexión de Jerusalén, además
de su cerco y sus políticas de fragmentación”, añade.
Este
miércoles el diario Haaretz ha revelado que Netanyahu planea
incorporar en su Gobierno a
la centrista Tzipi Livni, quien fue ministra de Asuntos Exteriores de Israel
entre 2006 y 2009 y que tiene buenas relaciones con diversos Gobiernos
occidentales, entre ellos EE UU. Según fuentes del partido Likud, al que
pertenece Netanyahu, este considera ofrecerle una cartera específica para
encargarse de coordinar las negociaciones con las autoridades palestinas. Livni
formó su propio partido, Hatnuah [El Movimiento], para las pasadas elecciones,
y, con un programa que incluía la revitalización del proceso de paz, logró seis
escaños.
Durante
la campaña electoral en EE UU, los republicanos criticaron a Obama por no haber
visitado Israel en su primer mandato. Su contrincante, Mitt Romney, tiene una
estrecha relación con Netanyahu, dado que ambos trabajaron en la misma empresa
en Boston a finales de los años 70 del siglo pasado. En la campaña, Romney
visitó Israel, y generó polémica al proclamar Jerusalén capital del
Estado -algo que las potencias occidentales no reconocen- y al decir que las
diferencias entre el progreso de israelíes y palestinos se deben a “la
providencia”.
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