Las elecciones Primarias Abiertas
Simultaneas y Obligatorias (PASO) de 2011 mostraron que, por lo
general, quien las gana aumenta la diferencia a su favor en algunos puntos en
las generales. Este fue el caso de la Presidenta, quien ganó las PASO con 50% y en la
presidencial llegó al 54% (lo mismo sucedió en la mayoría de las provincias y
municipios).
Ahora, en
2013, se confirmó la misma tendencia. La mayoría de los ganadores, aumentó su
diferencia. Así ocurrió con Sergio Massa, en la provincia; el PRO, en la
Ciudad; Hermes Binner, en Santa Fe; y Julio Cobos, en Mendoza, que mejoraron sus
resultados . También sucedió en provincias
del interior, con Chaco, Entre Ríos, Misiones y Chubut, entre
otras. También hubo excepciones y en San Juan triunfó quien había sido
derrotado y en Córdoba quien había ganado ahora lo hizo por menor diferencia.
Las PASO han funcionado más como una suerte de
pre-elección antes, que como un mecanismo para elegir los candidatos, porque en
la mayoría de los casos han sido elegidos con lista única.
En este
contexto, Sergio Massa en las elecciones
legislativas de ayer ha tenido un triunfo contundente. La
diferencia a su favor de cinco se amplió a 12 puntos y ganó en la mayor parte
del Gran Buenos Aires, salvo en cuatro partidos.
Las PASO han funcionado más como una
suerte de pre-elección antes, que como un mecanismo para elegir los candidatos,
porque en la mayoría de los casos han sido elegidos con lista única
Massa no
jugó en realidad una banca en el Congreso, sino su posibilidad de ser candidato
a presidente de la Nación en octubre de 2015. La diferencia obtenida ha
aumentado sus posibilidades.
En lo que hace a su estilo, la política es cada vez
más gestual y menos discursiva y ello es un fenómeno global. Posiblemente,
Massa sea quien en la política argentina mejor desempeña la política de gestos
en lugar de la de discurso.
Comenzó su campaña a fines de junio para las
primarias evitando confrontar con el Gobierno, pero las circunstancias lo
fueron llevando a ser cada vez más opositor y no le ha ido mal con este giro.
Ganó por más de cinco puntos las primarias al kirchnerismo y por 12 las
legislativas.
En
lo que hace a su estilo, la política es cada vez más gestual y menos discursiva
y ello es un fenómeno global
Massa comenzó buscando los votos desencantados del
kirchnerismo, para después pasar a sumar votos opositores sin perder los
primeros. Terminó centrando sus críticas en la inseguridad y la inflación, que
son dos fracasos del gobierno nacional para la opinión pública. El sector que
le criticaba haber sido oficialista lo ha terminado votando en gran medida, al
verlo como la única opción eficaz para derrotar al oficialismo nacional en la
decisiva provincia de Buenos Aires.
Dentro del peronismo, la elección presidencial de
2015 parece planteada entre Massa y Scioli. El gobernador de Buenos Aires
parece recostarse en la estructura del Partido Justicialista que preside y en
los gobernadores, mientras que Massa busca sostenerse en base a intendentes y
convoca dirigentes de otras fuerzas sin por ello abandonar el peronismo.
La clave para que Massa no pierda sus posibilidades
presidenciales está en mantener la conexión política con la sociedad que hoy
tiene y para ello le resulta necesario estar muy atento a los acontecimientos
para poder aprovecharlos.
Mientras
tanto, fuera el peronismo, para Macri , Binner y Cobos, el desafío es gestar alternativas
presidenciales competitivas frente a este movimiento.
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