Majestuoso testimonio de un poder agostado

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jueves, 21 de marzo de 2013

Hebe de Bonafini le escribió una carta al papa Francisco




La titular de las Madres de Plaza de Mayo publicó un texto en el sitio web de la institución en el que afirma que "no sabía de su trabajo pastoral".


El Gobierno sigue sumando sectores oficialistas a la ola de fervor por el papa Francisco. Aún aquellos que se mostraron más críticos con la figura del cardenal Jorge Bergoglio. La última persona en mostrar públicamente su afecto por el sumo Pontífice es Hebe de Bonafini.
La presidenta de las Madres no opinó en un principio sobre la designación de Jorge Bergoglio nada más ser elegido Papa. Pero en 2007 lo acusó de "formar parte de los obispos que asesinaron a nuestros hijos", y lo tildó de "fascista".

Y nada mejor que acercarse al papa con una confesión: "hoy, ante mi sorpresa, escucho a muchos compañeros explicar de su entrega y trabajo en las villas. Me alegro infinitamente al saber de su trabajo y siento esperanzas de un cambio en el Vaticano".
Luego, Hebe continuó: "desde lo más profundo de mi corazón, no luchar por una iglesia para los pobres: únase a todos los que en este mundo injusto luchamos para que se termine la pobreza y alguna vez la igualdad sea una realidad y entonces lograremos un mundo de niños felices y sonrientes".
"Basta de niños descalzos y con grandes pancitas. En nuestra Patria Grande Latinoamericana de San Martín y Bolívar miles dieron la vida para lograr la erradicación de la pobreza que, junto con la educación y el trabajo, eran los grandes sueños de nuestros hijos desaparecidos".
La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo utilizó una figura metafórica para dirigirse al papa: "Gracias Don Francisco y cuando se encuentre con el papa en el Vaticano cuéntele de mi pedido, que es el de millones de Madres".

CARTA DE HEBE DE BONAFINI AL PAPA FRANCISCO


La Plata, 21 de marzo de 2013


Al Papa Francisco:

Permítame que me dirija a usted como Don Francisco, ese Francisco que descubrí ahora. Mi padre también se llamaba Francisco y era un santo trabajador de manos muy encallecidas de tanto trabajar para mantenernos. Don Francisco, no sabía de su trabajo pastoral, sólo sabía que el máximo dirigente de la iglesia argentina habitaba en la catedral; esa catedral que cuando marchábamos y pasábamos por delante, le cantábamos: "Ustedes se callaron cuando se los llevaron". Hoy, ante mi sorpresa, escucho a muchos compañeros explicar de su entrega y trabajo en las villas. Me alegro infinitamente al saber de su trabajo y siento esperanzas de un cambio en el Vaticano. Hemos sufrido mucho en esta Latinoamérica que hoy se levanta erguida gracias a sus dirigentes. Me enteré que es posible que beatifique al Padre Murias. Por este motivo me atrevo a enviarle la lista de sacerdotes y obispos del Tercer Mundo desaparecidos y asesinados para solicitarle que, como la Asociación Madres de Plaza de Mayo pedimos por todos, usted, como un acto de solidaridad los recuerde a todos por su entrega en la lucha por la patria..






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