Londres cree que no
es necesario un respaldo unánime de la ONU para intervenir.
El presidente sirio
dice en una entrevista que el "fracaso" espera a Washington si ataca
su país.
EL PAÍS / RODRIGO
FERNÁNDEZ Madrid / Moscú
Bachar el Asad, durante la entrevista con 'Izvestia'. / AFP / HO / SANA
Rusia ha advertido a Estados Unidos sobre las consecuencias
"catastróficas" que una intervención armada en Siria tendrá para
Oriente Medio y ha manifestado su "profunda alarma" por la
disposición de Washington a lanzar una operación militar contra el régimen de
Bachar el Asad.
Lavróv transmitió estas preocupaciones a su colega estadounidense, John
Kerry, en el curso de una conversación telefónica en la que trataron de la
situación en Siria y que se realizó a iniciativa de Moscú.
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En la nota del ministerio ruso en la que se informa sobre la
conversación con Kerry, se dice también que causan "perplejidad" las
declaraciones de algunos dirigentes estadounidenses en el sentido de que
estaría demostrado que el Gobierno sirio es el responsable del ataque con armas
químicas perpetrado la semana pasada.
El Kremlin considera que ese ataque fue una provocación de la oposición
fundamentalista contra el régimen de El Asad, que está interesada en acusar del
bárbaro empleo de armas químicas al Gobierno sirio para conseguir que Estados
Unidos y sus aliados comiencen por fin la intervención militar en ese país
árabe.
El ataque se produjo el miércoles pasado, el mismo día
que llegaron a Damasco los especialistas de la ONU que deben investigar las
anteriores denuncias de uso de armas químicas en el conflicto. Los
especialistas ahora tiene luz verde para investigar también lo sucedió en Guta
Oriental, la zona en las afueras de la capital donde la semana pasada
perecieron cientos de personas como consecuencia del ataque químico.
Moscú hizo un llamamiento a abstenerse de presionar militarmente al
gobierno sirio, a no caer en provocaciones y a crear condiciones normales para
que los expertos de la ONU puedan investigar imparcialmente los hechos in
situ.
Lavrov advirtió asimismo de las consecuencias extremadamente peligrosas
–"catástroficas", según una nota divulgada el domingo- que tendrá un
intervención militar en Siria para Oriente Medio y el norte de África,
"donde repercuten todavía los procesos desestabilizadores que aún viven
países como Irak y Libia".
En conferencia de prensa dada horas más tarde, Lavrov insistió en que un
escenario bélico por parte de los países occidentales no sólo contradice el
derecho internacional si se realiza sin el visto bueno de la ONU sino que
tendrá consecuencias nefastas para la región. El ministro ruso lamentó que las
afirmaciones de quienes aseguran tener pruebas de la culpabilidad del régimen
de El Asad en el empleo de armas químicas no se corresponden con los acuerdos
de Lucerna del grupo de los ocho, donde se consensuó que toda información sobre
uso de estas armas debe ser investigada detalladamente por profesionales y sus
resultados, presentados en el Consejo de Seguridad.
Además, señaló Lavrov, a diferencia de lo que hizo Rusia cuando
investigó pasadas acusaciones, nadie ha presentado ahora pruebas de
culpabilidad del gobierno sirio.
A pesar de todo, Moscú “no piensa entrar en guerra con nadie”,
aseguró Lavrov. Es decir, que si Estados Unidos y sus aliados atacan a Siria,
Rusia no intervendrá.
El domingo, el ministerio de Exteriores ruso había advertido a
Washington que no debía repetir los errores del pasado y volver, como en el
caso de Irak, a basarse en informaciones falsas para intervenir militarmente.
Estados Unidos justificó hace diez años su invasión a Iraq afirmando que Husein
tenía armas de exterminio masivo, lo que resultó ser falso.
El Asad, mientras tanto, calificó de "insulto al sentido
común" las acusaciones contra su Gobierno de usar armas químicas. En una
entrevista publicada hoy en el diario ruso Izvestia, Al Asad afirmó que si
Estados Unidos invade Siria, le esperará "un fracaso, como en todas las
guerras que ha desatado desde Vietnam hasta nuestros días".
Rusia tiene una base naval en Siria y excelentes relaciones con el
régimen de El Asad, al que le ha suministrado modernos complejos de defensa
antiaérea. La Iglesia Ortodoxa Rusa también apoya al régimen sirio, ya que bajo
este los cristianos de ese país pueden practicar su religión sin mayores
problemas, y teme que con el triunfo de la oposición islamista comenzará la
persecución de los que profesan otra fe que no sea el islam suní. De ahí que el
Kremlin desearía ver una salida política al conflicto, con garantías para los
cristianos y tratando de evitar que en la situación interna prime la
inestabilidad, como ha sucedido en otros países árabes que han cambiado de
régimen en los últimos tiempos.
Una intervención como en Kosovo
El primer ministro británico, David Cameron, ha anunciado que adelantará
el fin de sus vacaciones para tratar la crisis en Siria en una reunión del
Consejo de Seguridad Nacional. La decisión viene después de que jefe de la
diplomacia británica, William Hague, viese posible una intervención militar que
no contase con el respaldo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU, lo
que se conoce como la vía Kosovo. Londres y Washington entienden
que el permiso de Damasco para la inspección llega demasiado tarde, por lo que
la opción militar sigue abierta. "¿Es posible responder a las armas
químicas sin la completa unidad del Consejo de Seguridad". Diría que sí.
De otro modo, sería imposible responder a estas salvajadas, estos crímenes, y
no creo que sea aceptable esa situación", ha dicho Hague en la BBC.
Un ataque sin el respaldo del Consejo de Seguridad,
la llamada via Kosovo -el territorio serbio que fue bombardeado
por aviones de la OTAN-, es una de las opciones presentadas al presidente de EE
UU, Barack Obama, para afrontar la situación en Siria.
China, por su parte, ha pedido "cautela" a la hora de resolver
la crisis por el uso de armas químicas "para evitar interferir en la
búsqueda de una solución política", según una declaración del ministro de
Exteriores, Wang Yi.
Los mandatarios de EE UU, Barack Obama, y de Reino Unido, David Cameron,
conversaron en la noche del sábado y aumentaron la presión sobre Siria, a la
que advirtieron de una “respuesta firme” en caso de confirmarse el ataque
químico. Rusia insiste en que no se han empleado armas ilegales por parte del
Gobierno y que, de hecho, los que sí las habrían empleado son los rebeldes.
Por su parte, ante el ensordecedor silencio de Alemania, y la confusa e
inaudible voz de la política exterior de la Unión Europea, el presidente
francés, François Hollande, acordó ayer con el presidente estadounidense, Barack
Obama, dar “una respuesta común”. Por la mañana, el Elíseo afirmó, a
través de un comunicado oficial, que “existen ya un puñado de pruebas que
indican que el ataque del 21 de agosto [en las afueras de Damasco] fue de
naturaleza química”. La nota subrayaba que “todo lleva a considerar al régimen
sirio como responsable de ese acto incalificable”, informa Miguel Mora.
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