Una reunión de la Organización Mundial del Comercio
(OMC) que estaba pautada sólo para realizar un examen de las políticas comerciales
de la Argentina derivó en una catarata de fuertes reclamos y objeciones a la
política económica que lleva adelante el Gobierno.
Entre las
cuestionamientos que mencionaron los representantes de más de 32 países no sólo
hubo severas objeciones a las barreras proteccionistas que impuso la Casa Rosada
en los últimos años sino que también se alertó sobre el impacto de la inflación en
la economía argentina, las estatizaciones que se hicieron sin acordar
indemnizaciones, la falta de pagos al Club de París y la imposibilidad de las
empresas extranjeras radicadas en el país de girar dividendos en dólares a sus
casas matrices, entre un amplio listado de quejas.
Las
trabas arancelarias, una de las medidas más criticadas del gobierno de Cristina
Kirchner. Foto: Télam
Los países
que presentaron quejas ante la OMC por la decisión de la Argentina de imponer
licencias no automáticas extendidas y barreras arancelarias contrarias a lo que
rige en las leyes del comercio mundial decidieron elevar la apuesta y avanzaron
en duros cuestionamientos a la política económica general que encabeza la
presidente Cristina
Kirchner. Todo esto ocurrió en un encuentro de la OMC que se realizó
en Ginebra entre el 20 y 22 de marzo pasado pero los detalles por escrito de
esa reunión recién se dieron a conocer la semana pasada en un documento de 57
páginas al que accedió LA NACION en forma exclusiva.
La reunión en Ginebra estuvo muy
caldeada y muchos embajadores de países centrales y otros emergentes no se
anduvieron con vueltas al momento de cuestionar la marcha de la economía
argentina
La reunión se hizo luego de que la delegación
argentina en la OMC contestó unas 600 preguntas que había extendido los
diferentes representantes extranjeros en Ginebra. El paper que
aparece bajo las siglas WT/TPR/M/277 es un resumen de lo conversado por
embajadores de más de 32 países ante la OMC y las respuestas que dio la
Argentina.
Allí se
menciona la defensa del país que estuvo liderada por el secretario de
Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Augusto Costa, y por
la secretaria de Comercio Exterior, Beatríz Paglieri, quienes mencionaron las
bondades de la economía argentina y terminaron hablando de los efectos nocivos
para la economía en la última dictadura militar y de la soberanía argentina en
las islas Malvinas.
RECLAMOS
Por lo descrito en ese informe, la reunión que se
realizó en Ginebra estuvo muy caldeada y muchos embajadores de países centrales
y otros emergentes no se anduvieron con vueltas al momento de cuestionar la
marcha de la economía argentina. De hecho, en el informe final que elevó el
ponente de todos los presentes, el embajador de Vietnam, Trung Thanh Nguyen,
parece un largo listado de quejas entre las que están las trabas arancelarias,
los requisitos que exige la Argentina para nivelar el comercio, los planes de
nacionalización de empresas y los atentados a la propiedad intelectual, entre
otras.
A la vez, el presidente del Organo de Exámen de
Políticas Comerciales de la OMC, el embajador de Suecia Joakim Reiter, trasladó
la "preocupación por la aplicación y la repercusión de los impuestos a la
exportación; la aplicación de impuestos internos; y el hecho de que la
concesión de incentivos estuviera supeditada a prescripciones en materia de
contenido nacional".
Entre los "retos" que mencionaron los 32
países presentes en aquella reunión se destacó que "la inflación pone en
peligro el crecimiento continuo de la Argentina, por lo que gestionar las
expectativas de inflación y estabilizar los precios es una prioridad para el
país". En este sentido el embajador de Vietnam sostuvo que "la
inflación origina un aumento de los costos laborales, lo que, a su vez,
incrementa los precios de las exportaciones argentinas de productos no
agrícolas. También hace que las importaciones sean más competitivas en el
mercado interno de la Argentina y los problemas laborales resultantes de la
inflación podrían ejercer cada vez más presión sobre el Gobierno".
A su vez, se mencionó que la sustitución de las
importaciones "se aplica introduciendo obstáculos no arancelarios y ha
dado lugar a la prohibición o restricción de algunas importaciones de otros
miembros" de la OMC.
LA ESTATIZACIÓN DE YPF, EN LA MIRA
Claro que hubo pasajes más fuertes en las
intervenciones de los diferentes representantes de la OMC en aquella reunión en
Ginebra. Por ejemplo, el embajador de Australia instó alentar a la Argentina a
que reexamine la configuración de sus políticas y concluya sus negociaciones
con el Club de París (donde se deben 9000 millones de dólares) y destacó que
"el modelo económico de la Argentina, cada vez más cerrado, también ha
tenido una repercusión negativa en varios de sus interlocutores
comerciales".
Paglieri remarcó que "lo que nos
diferencia de nuestras respectivas historias contemporáneas" respecto a
otros países es que "no han padecido una dictadura atroz que impuso un
plan económico de destrucción sistemática del tejido productivo"
No fue el único país en cuestionar la política
económica de la Argentina. Por su parte, Noruega advirtió sobre la "falta
de transparencia" en las normas que imponen medidas arancelarias como no
arancelarias también. En tanto, Suiza apuntó a la necesidad de establecer la
protección de la propiedad intelectual ya que, sostuvo, este ítem "parece
haberse debilitado desde el último examen en 2007" y remarcó que ello ha
suscitado "preocupaciones entre las empresas de investigación en cuanto a
la seguridad jurídica y el atractivo de invertir en la Argentina".
El embajador
de la Unión Europea, el de Pakistán y de otros países ante la OMC cuestionaron
con dureza la decisión de la Argentina de estatizar YPF y objetaron el no pago de
indemnizaciones a Repsol al tiempo que recordaron la lista de empresas que
reclaman contra la Argentina en el CIADI por renacionalizaciones irregulares de
empresas. Se habló detenidamente de la falta de pago a la empresa española y se
alertó que ello "preocupa gravemente a los inversores", según
señalaron varios embajadores ante la OMC.
La Unión
Europea también remarcó que se ha hecho "imposible de
facto" el acceso a las divisas lo que impide operar a numerosos
comerciantes e inversores extranjeros.
El representante de Paraguay fue muy duro en cuanto
a la visión de la política económica del Gobierno. "La Argentina adoptó
medidas que restringieron seriamente nuestro comercio lo que generó el cierre
de muchas empresas exportadoras". A diferencia de Paraguay, muchos países
latinoamericanos hicieron una defensa de las bondades del crecimiento de la
economía argentina como lo reflejaron los representantes de Brasil, Chile,
Venezuela, Ecuador y Cuba, entre otros.
Estados Unidos mencionó una "tendencia
preocupante de la Argentina por aumentar los aranceles de importación" lo
que reflejó en el caso particular de Washington de que más de 100 productos
norteamericanos se vieron afectados por esas medidas.
En el caso de Canadá, el representante de ese país
en la OMC hizo un cuestionamiento a la Argentina por "la exigencia de que
en los proyectos mineros se presenten a las autoridades planes de adquisición
de insumos y se tomen medidas para la adquisición de insumos nacionales a la
vez que se impide la libre repatriación de dividendos a los accionistas
extranjeros en las filiales argentinas".
Un caso llamativo fue el de la queja de Japón que
mencionó la obligación a las empresas de obtener una autorización del Banco
Central para efectuar pagos por importaciones de servicios de un valor superior
a los 100.000 dólares al año.
Beatriz Paglieri, la mano derecha de Guillermo Moreno, y
una defensa que asombró a todos. Foto: Archivo
LA RESPUESTA ARGENTINA
Ante esta batería de quejas que recibió la
Argentina el embajador Costa expresó: "Valoramos la activa participación
de los países miembros y si bien, como es lógico, no todos los comentarios
efectuados son compartidos por el gobierno argentino, entendemos que es
mediante un diálogo franco y constructivo como se fortalece el
multilateralismo".
El secretario de Comercio Exterior de la
Cancillería dijo que el Gobierno "no persigue la autosuficiencia" y
remarcó que "por las características estructurales de nuestro país, esto
implica completar una serie de casilleros vacíos de nuestra matriz productiva,
para fortalecer la competitividad conjunta de la economía y atacar
simultáneamente el sesgo históricamente deficitario en materia de divisas del
crecimiento económico argentino".
Pero el
toque distintivo de la defensa argentina lo dio Paglieri cuando remarcó que
"lo que nos diferencia de nuestras respectivas historias
contemporáneas" respecto a otros países es que "no han padecido una
dictadura atroz que impuso un plan económico de destrucción sistemática del
tejido productivo y que fue el inicio de las políticas que luego se aplicaron
en Argentina en consonancia con el consenso de Washington". A la vez, la
mano derecha de Guillermo
Morenoatacó a Canadá al sostener que "no sufre como nuestro
país, la ocupación de parte de su territorio (por las Malvinas) por una
potencia transoceánica, cuya soberana, la reina Elizabeth II, es reconocida por
Canadá como jefa oficial del Estado".
Según
relataron dos embajadores extranjeros que estuvieron presentes en ese encuentro
en Ginebra todos los presentes quedaron sorprendidos ante este comentario de
reclamo de soberanía en un ámbito ajeno al tema..
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