La coalición de la
presidenta Cristina Fernández hace su peor elección en diez años de gobierno,
con el 29%, frente al 26,2% del dividido peronismo disidente y el 21,1% de
radicales y progresistas.
ALEJANDRO
REBOSSIO Buenos Aires
La presidenta argentina, Cristina Fernández. / REUTERS - LIVE!
Las elecciones legislativas primarias
y obligatorias celebradas este domingo en Argentina, ensayo general de las que
renovarán en octubre la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado,
dejaron conclusiones bien claras. El kirchnerismo obtuvo sus peores resultados
tras una década en el poder, perdió en 14 de los 24 distritos, pero aún sigue
siendo la principal fuerza política ante una oposición fragmentada y en las
elecciones legislativas generales de octubre, de mantenerse el resultado, conservaría
el control parlamentario.
Sin embargo, los seguidores más fieles de la presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fernández de
Kirchner, difícilmente siguen soñando con que la presidenta se
mantenga en el poder más allá de 2015. Para ello, el kirchnerismo debería
crecer demasiado en los próximos dos meses para alcanzar los dos tercios de
ambas cámaras del Parlamento, que es el número necesario para reformar la
Constitución y permitir así que la jefa de Estado se postule a una segunda
reelección. Es decir, ahora está más claro que la presidenta terminará su
gobierno en 2015 y que se abrirá la lucha por la sucesión tanto dentro del
kirchnerismo como fuera de él, donde se perfilan como alternativas una precaria
alianza de la
Unión Cívica Radical (UCR) y fuerzas de centroizquierda y el
peronismo disidente, aún muy dividido entre sí.
El kirchnerista Frente para la Victoria (FPV) y
sus aliados obtuvieron en las elecciones a diputado en el nivel nacional el 29%
de los sufragios, cuando ya se había escrutado el 97% de los centros de
votación. No solo ha retrocedido frente al 54% que había logrado Fernández en
su reelección en 2011 sino también frente a su única derrota en diez años en el
poder, la de las legislativas de 2009, cuando logró el 31% y perdió por poco
contra una efímera coalición de radicales y fuerzas de centroizquierda. La
economía ya no crece al 7% como en 2011, sino al 3% y la inflación persiste en
más del 20% anual, mientras los robos en las calles y casas siguen preocupando
y las denuncias de corrupción han aparecido en la agenda pública. "Así son
las cosas en Argentina, cambiantes", comentó Fernández el resultado de
este domingo, aunque opinó que se trató solo de una "elección
preliminar".
Pero en estas primarias ninguna fuerza superó al kirchnerismo en la suma
de los votos de toda Argentina: el peronismo disidente, algunos de cuyos
dirigentes mantienen rivalidades irreconciliables, sumó el 26,2%; la UCR,
tradicional rival del peronismo, y sus aliados de centroizquierda lograron el
21,1% y la conservadora Propuesta Republicana (PRO) alcanzó el 6,5%. De aquí a
las elecciones de octubre los resultados pueden cambiar algo por varios
motivos: las generales suelen polarizarse más que las primarias, donde varios
candidatos quedan en el camino, y porque ciertos votantes prefieren apostar al caballo
ganador; además, los que sufragaron por políticos que perdieron en la pelea
interna de un partido puede que después prefieran votar a otra fuerza, dado que
los argentinos votan más a personas que a determinados formaciones políticas en
un país donde la crisis de 2001/2002 implosionó estas instituciones.
Las elecciones primarias sirvieron no solo para elegir candidatos a
senadores y diputados sino para medir la popularidad de Fernández, que
participó activamente de la campaña electoral, y la de eventuales candidatos a
sucederla en 2015. El peronismo kirchnerista han conseguido victorias en
algunas provincias cuyos gobernadores pueden llegar a aspirar a la presidencia
de Argentina: Chaco, que dirige Jorge Capitanich, Entre Ríos, de Sergio
Urribarri, y Salta, en manos de Juan Manuel Urtubey, de un perfil más
conservador.
En la oposición la figura que con más fuerza ha emergido es Sergio
Massa, un peronista que hasta hace dos meses militaba en el kirchnerismo. El
exjefe de Gabinete de Ministros de Fernández entre 2008 y 2009 y actual alcalde
de Tigre (periferia de la capital argentina) venció en la votación a diputados
por 35% a 29,6% del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, donde vota el
37% de los argentinos. “Sembramos la semilla de un árbol que tiene que ver con
el futuro de Argentina”, celebró Massa su victoria en un discurso que parecía
el de un político en carrera presidencial para 2015 y que no se conformaría con
ser solo uno de los 257 diputados de su país. La victoria de este peronista de
41 años supuso una derrota para el gobernador de Buenos Aires y presidenciable
para 2015, Daniel Scioli, un kirchnerista que tampoco convence a los suyos por
sus posiciones más conservadoras.
En la provincia de Córdoba, el segundo distrito en cantidad de votantes,
se fortaleció la figura del gobernador José Manuel de la Sota, cuya lista
peronista disidente (30%) venció a la UCR (22,2%), el PRO (12,1%) y el
kirchnerismo (10,8%). En Santa Fe, tercera jurisdicción, el candidato
socialista Hermes Binner, aliado con la UCR, conquistó el 41%, frente al 25,8%
del PRO y el 21% del FPV. Binner, segundo en las presidenciales de 2011,
pretende postularse otra vez en 2015.
En la ciudad de Buenos Aires, cuarto distrito, sorprendió la victoria de
la alianza de centroizquierda Unen, en cuyas primarias vencieron el
izquierdista Proyecto Sur y la Coalición Cívica de Elisa Carrió por sobre los
candidatos radicales. En la elección a senador, Unen logró el 32%, frente al
31,3% del PRO, del alcalde porteño y presidenciable, Mauricio Macri, y el 19,8%
del kirchnerismo. En Mendoza, quinta jurisdicción, el exvicepresidente
argentino Julio Cobos (2007-2011), que en su momento fue aliado de Fernández,
ganó las primarias de la UCR, que obtuvo el 44,1%, frente al 26,5% del FPV y
también sueña con la jefatura de Estado.
La UCR también venció en la tierra natal del expresidente Néstor
Kirchner (2003-2007), Santa Cruz, y en Catamarca, Corrientes y La Rioja, donde
ganó por primera vez en la historia. Peronistas disidentes triunfaron en
Chubut, La Pampa, San Juan y San Luis y un partido provincial encabezado por un
opositor se impuso en Neuquén. Está por verse si en los próximos dos meses de
campaña el peronismo se reagrupa detrás de sus vencedores en cada distrito y si
algunos dirigentes que hasta ahora se mantenían fieles a Fernández se pasan a
la oposición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario