Pretende quitarle votos a Massa en la primera
sección electoral y mejorar la exigua ventaja de la tercera; Cristina pidió, de
mínima, superar el 30 por ciento; sintonía fina con los intendentes.
Un día después de su más
notoria derrota, la presidenta Cristina
Kirchner canceló toda su agenda y permaneció en la quinta de
Olivos, en soledad, para analizar los pasos que seguirá hasta octubre con la esperanza de mejorar los resultados
en la provincia de Buenos Aires.
El Gobierno
se concentrará en la tercera sección electoral, en la que Martín
Insaurralde, el candidato del Frente para la Victoria, apenas superó
por 6 puntos a Sergio
Massa, del Frente Renovador. En ese histórico bastión peronista la
Casa Rosada esperaba hacer la diferencia en su favor, pero los magros
resultados obtenidos y la arrasadora elección que hizo el intendente de Tigre
en la primera sección terminaron por volcar el resultado a favor del ex jefe de
Gabinete de Cristina Kirchner.
Anoche hubo una reunión de la mesa chica de
Insaurralde en Lomas de Zamora para definir los primeros lineamientos de la
campaña que viene. Todo girará en función de la orden que dé la Presidenta, que
hasta ayer revisaba distrito por distrito para ver cómo jugaron los intendentes
en cada uno de los concejos deliberantes.
Hoy, como primera actividad después de la derrota,
Insaurralde se verá, a las 18, con el gobernador de la provincia de Buenos
Aires, Daniel Scioli, uno de sus principales sostenes en la campaña por las
primarias. Ambos compartirán una actividad en Lomas de Zamora, en una recorrida
por el hospital Gandulfo. En La Plata están también a la espera de las
decisiones que tome la jefa del Estado. Por el momento, Scioli se comprometió a
mantener su presencia junto al candidato elegido por la Presidenta.
Sin margen de maniobra y con el sabor amargo de la
derrota, en el Gobierno reconocían que Massa podría ampliar la diferencia en
los dos meses que quedan hasta el 27 de octubre, día de la elección definitiva.
La única salida para el Gobierno es mejorar el resultado de la tercera sección
y afianzar la militancia en la primera. "Tenemos que apostar a quitarle
votos a Massa", reconocía ayer un hombre de experiencia en la provincia.
El kirchnerismo no tiene chances de quedarse con
votos de Margarita Stolbizer y Francisco de Narváez, las dos listas de perfil
fuertemente opositor a la Casa Rosada. De allí que se concentrará en que
regrese al Frente para la Victoria algún voto que anteayer fue para Massa.
"Hay que ajustar en la primera. Ahí nosotros estábamos cómodos y en un mes
se nos dio vuelta todo porque nos descuidamos con que Massa no iba a
jugar", analizaba con congoja un dirigente del oficialismo con los datos
en la mano. En el cordón más cercano a la Capital Federal, el Frente Renovador
arrasó con el 44,92 por ciento de los votos, frente a 25,26 de Insaurralde.
Entre las primeras directivas que dio Cristina a su equipo, en la segunda etapa
de campaña se intensificará la militancia en esa zona para mejorar el
resultado.
Massa festejó el triunfo junto a su familia. Foto: LA NACION / Fabián Marelli
En Balcarce 50 anoche ni siquiera se hablaba de
ganar, sino de alcanzar el caudal de voto duro del kirchnerismo en la provincia
de Buenos Aires, entre el 30 y el 32 por ciento, la cifra que sacó Néstor
Kirchner en 2009. "Apostamos a levantar un poco, pero es imposible
ganar", razonó un hombre del riñón de la Presidenta.
La otra alternativa que le queda al Gobierno es que
sea De Narváez el que le robe votos a Massa. De esa manera, el Frente para la
Victoria achicaría la diferencia con el tigrense y se acercaría al número para
evitar una derrota superior a la de anteayer. "Se esperaba perder, pero
por dos puntos, nunca por seis", mostró su sorpresa un dirigente que participó
de la campaña de Insaurralde.
Cristina estará el miércoles en un acto en
Tecnópolis, al mediodía, con Scioli e Insaurralde. Ésa será la primera salida
presidencial tras el triunfo massista. En el comando de campaña del intendente
de Lomas de Zamora sostenían ayer que harán a partir de ahora "visitas
intensivas" a toda la provincia para remontar el nivel de conocimiento del
candidato de Cristina, que por el poco tiempo desde que fue designado -según
sostienen- no llegó a instalarse.
Aunque todavía no está definido, la Presidenta
tendrá la dura tarea de convencer a los intendentes para que no la traicionen
en octubre. En una suerte de sintonía fina de la elección, en el Gobierno temen
que los jefes comunales jueguen en octubre a dos puntas para evitar perder el
control de sus concejos deliberantes locales.
Para eso, podrían repartir la boleta cortada, con
Massa a la cabeza y sus postulantes distritales, sin Insaurralde. Dolido por la
derrota, el Gobierno tomó la elección como un ensayo general. "A partir de
ahora todo queda en manos de Cristina", reflexionaban ayer en Balcarce 50
sobre los pasos a seguir. Se especulaba con una reunión, aunque reservada, de
la Presidenta con algunos intendentes. De su cintura política dependerá lograr
el desafío de mantenerlos detrás de su menguado liderazgo.
Cristina Kirchner se puso al frente del búnker del Gobierno y recordó las elecciones del 2009. Foto: LA NACION / Mariana Araujo
LA ESTRATEGIA DEL KIRCHNERISMO
Los lineamientos en los que
piensan trabajar
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La tercera sección
Allí se concentrarán los mayores esfuerzos porque sólo obtuvieron 6 puntos de ventaja sobre el massismo y pensaban sacar una diferencia más amplia
Allí se concentrarán los mayores esfuerzos porque sólo obtuvieron 6 puntos de ventaja sobre el massismo y pensaban sacar una diferencia más amplia
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La primera sección
El Frente Renovador arrasó en esta región y el kirchnerismo entiende que necesita recuperar terreno allí para tener chances.
El Frente Renovador arrasó en esta región y el kirchnerismo entiende que necesita recuperar terreno allí para tener chances.
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Los votos de Massa
La evaluación que se hizo en el Frente para la Victoria es que es necesario recuperar votos que se fugaron hacia el tigrense. Es su única fuente posible de crecimiento.
La evaluación que se hizo en el Frente para la Victoria es que es necesario recuperar votos que se fugaron hacia el tigrense. Es su única fuente posible de crecimiento.
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Los votos opositores
En el Gobierno no creen que puedan sumar al elector desencantado de Stolbizer o de De Narváez. En todo caso se esforzarán en que De Narváez no se baje de la contienda y termine favoreciendo a Massa
En el Gobierno no creen que puedan sumar al elector desencantado de Stolbizer o de De Narváez. En todo caso se esforzarán en que De Narváez no se baje de la contienda y termine favoreciendo a Massa
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