El diario Folha de S. Paulo señaló en un nuevo
informe que los servicios de inteligencia brasileños querían chequear si París
estaba vinculado con la explosión en una base en Alcântara.
Rousseff no habló sobre el espionaje de su país hasta el momento. Foto: Archivo
"Operaciones
de contrainteligencia". Bajo el mismo argumento con el que espió a Rusia, Irán e Irak,como
se reveló ayer, Brasil interceptó las comunicaciones de franceses en el país,
informó hoy un nuevo artículo de Folha de
S. Paulo, que ayer comenzó a publicar una serie de notas que
puso a la presidenta Dilma Rousseff en aprietos.
El nuevo artículo del diario paulista afirma que en
2003, y por tres meses, los agentes de inteligencia brasileños monitorearon a "espías
franceses y sus contactos brasileños y extranjeros".
La información, para la que citan como fuente
nuevamente a la Agencia Brasilera de Inteligencia (ABIN), da cuenta que el
programa tenía como objetivo conocer si el servicio secreto francés intervino
en la explosión de una base de lanzamiento de satélites, en Alcântara, del
estado de Maranhão, en la que murieron 21 personas. Después de la
investigación, el gobierno de Lula da Silva confirmó que no se trató de un
sabotaje.
"Hubo también monitoreo del servicio de
inteligencia en órganos de cooperación y cultura vinculados con la Embajada de
Francia -agrega el artículo-. El objetivo era proteger el sector espacial
brasilero del espionaje internacional".
El mismo documento que sirve de base al artículo señala
que, al menos desde 2002, la ABIN vigilaba los movimientos de espías franceses
en Alcântara. Uno de esos blancos, dijo un oficial de inteligencia bajo
condición de anonimato, era un agente francés de la DGSE (la agencia de
inteligencia francesa) que se presentaba como Olivier y que actuaba como un
profesor de kitesurf, mientras recrutaba informantes.
También espiaban a órganos relacionados con el
consulado francés en San Pablo, como Cendotec (Centro Franco-Brasilero de
Cooperación Técnica y Científica).
Hacia el final, el artículo destaca que la Embajada
de Francia no comentó sobre la noticia.
Ayer, tras
la primera publicación, el gobierno de Brasil confirmó los datos sobre el
espionaje a diplomáticos de Rusia, Irán e Irak en Brasilia en
2003 y 2004, a la vez que monitorearon oficinas de la embajada de Estados
Unidos donde sospechaban que estaba instalada una estación de interceptación de
llamadas.
Estas
revelaciones -que fueron calificadas como "criminales" por la Casa de
Planalto-, dejaron en una posición incómoda a Rousseff. Es que ella se mostró
ante el mundo como una de las más férreas detractoras del programa de espionaje
global de Estados Unidos e incluso puso en juego su relación con Barack
Obama, al atacarlo verbalmente en la ONU y cancelar una visita de Estado a
Washington..
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