Majestuoso testimonio de un poder agostado

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martes, 12 de noviembre de 2013

China impulsa un papel decisivo de la iniciativa privada en la economía



La cúpula del Partido Comunista Chino asume el compromiso de disminuir la intervención del Estado.


JOSE REINOSO Pekín 


Un soldado hace guardia frente a un retrato de Mao Zedong. / REUTERS

China ha dado un paso clave para acelerar el proceso de apertura y reforma iniciado hace tres décadas. Los líderes del país asiático han concluido este martes el Tercer Pleno del 18º Comité Central del Partido Comunista Chino con el compromiso de impulsar el papel de la iniciativa privada en la economía, aunque mantendrán la preponderancia del Estado. Pekín profundizará las reformas económicas para garantizar que el mercado juega un papel "decisivo" en la asignación de recursos, pero "conservará el papel dominante de la propiedad pública", señala el comunicado hecho público tras la clausura de la reunión, según recoge la agencia oficial Xinhua. También ha dejado claro que no habrá reformas políticas de estilo occidental.
Desde que el país asiático decidió implementar la llamada 'economía de mercado socialista' en 1993, el papel del mercado ha sido definido a menudo como "básico". La diferencia entre "decisivo" y "básico" está cargada de significado. Pekín no ha dado, de momento, detalles de en qué se traduce el primer término, pero el periódico en inglés China Daily ha publicado hoy que el Gobierno abrirá las empresas estatales a mayor participación del sector privado, que podrá tomar en ellas hasta un 10% o un 15% del capital. El diario asegura que los "planes específicos de la reforma de las empresas públicas serán diseñados después del Tercer Pleno".

Pekín decidió implementar la ‘economía de mercado socialista’ en 1993

El Comité Central ha aprobado el establecimiento de un consejo de seguridad nacional, "que mejore los sistemas y las estrategias para garantizar la estrategia en seguridad" e insiste en los planes de modernización del Ejército, en marcha desde hace años. En lo que respecta a posibles cambios democráticos, nada, aunque tampoco se esperaba. Sí habla de democracia, pero no en términos occidentales. "Se dará importancia al perfeccionamiento del sistema democrático y el enriquecimiento de las formas democráticas para mostrar las ventajas del sistema político socialista de China", deja claro el pleno, que añade que "el PCCh debe reforzar y mejorar su liderazgo y debe ocupar de lleno su papel central de mando".
Los objetivos para los próximos años son destilados en una serie de frases generales, que incluyen también mejorar "la gobernanza social", al tiempo que es promovido un "mejor desarrollo social" y se "garantiza el sustento de la gente y la estabilidad social". Antes de comenzar el pleno del Comité Central el sábado, los dirigentes chinos habían dicho que se trataría de una reunión "sin precedentes". Según el presidente, Xi Jinping, las reformas que saldrían de él serían "exhaustivas", aunque los analistas políticos rebajaron las expectativas.
Xi Jinping y su primer ministro, Li Keqiang, prometieron, cuando llegaron al poder en noviembre pasado, que para 2020 toda la población —urbana y rural— habrá duplicado sus ingresos per cápita respecto a 2010. El objetivo es crear nuevos motores de crecimiento, después de tres décadas de ritmo vertiginoso impulsado por las exportaciones y la inversión. El Gobierno pretende bascular a un modelo de desarrollo basado en mayor productividad, más ligado al consumo, y más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, aunque esto implique crecer a menor ritmo. Pretende reducir las grandes brechas sociales y crear lo que denomina una sociedad "armoniosa", bajo el mando único del Partido Comunista Chino (PCCh).
En un concienzudo informe publicado en marzo pasado, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) destacó que el avance en la liberalización económica de China se había estancado desde 2008. El producto interior bruto (PIB) aumentó un 7,7% el año pasado, y se prevé que en 2013 lo haga un 7,5%, el menor ritmo en 23 años.
"El objetivo general de las reformas aprobadas es mejorar y desarrollar el socialismo con características chinas e impulsar la modernización de los sistemas de gobierno y las capacidades del país", señalan las conclusiones del pleno del Comité Central, celebrado a puerta cerrada. "China debe ser construida con la realidad primordial de que continúa en la fase primaria del socialismo y que seguirá en ella durante mucho tiempo mientras prosigue reformas profundas y exhaustivas".
El texto añade que "la reforma económica es clave y la solución principal pasa por la relación adecuada entre el Gobierno y el mercado, y por dejar que el mercado juegue el papel decisivo en la asignación de recursos". Pekín se compromete también a incrementar la protección de los derechos de propiedad.
Además, se suavizarán las restricciones a la inversión, se acelerará la construcción de zonas de libre comercio y se pondrán en marcha políticas para las empresas mixtas, chinas y extranjeras "para adaptarse a la globalización". El Comité Central —órgano integrado por 205 personas-— concluye que es necesario lograr "resultados decisivos en sectores claves", y que para 2020 debe estar en funcionamiento un marco "efectivo" para las reformas. 

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