Un ‘ranking’ clasificará a los campus en función
del éxito académico, las tasas y la inserción laboral
El Gobierno quiere dar las ayudas a las más
eficientes.
EVA SAIZ Washington
Barack Obama durante su discurso en la universidad de Búfalo (Nueva York). / KEITH SRAKOCIC (AP)
El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este jueves una ambiciosa propuesta
para favorecer el acceso a la formación superior e intentar reducir el coste de
las matrículas universitarias, cuyo imparable aumento —y con él, el
de la deuda estudiantil— han dado lugar a lo que muchos han llamado una burbuja
educativa. La iniciativa contempla una revolución del sistema de valoración de
las universidades, en el que la clasificación que hace la administración de los
campus (una especie de ranking) se basará en el
coste de las matrículas, el éxito académico de los estudiantes, la
refinanciación de la deuda universitaria, la situación económica de los alumnos
o la innovación tecnológica aplicada a la enseñanza.
Los
nuevos criterios, que se empezarán a aplicar en 2015, tratan de regular los
precios a través de la demanda, esto es, que estudiantes y familias puedan
elegir universidad basándose en la relación calidad-precio, lo que obligaría a
muchas instituciones a reajustar sus tasas, Además, la Casa Blanca aspira a que
en 2018 los fondos federales se asignen en función del nivel que cada
universidad alcance en esa clasificación, pero para esto necesitará la
autorización del Congreso.
El plan,
dentro de la estrategia de la Casa Blanca de relanzar sus propuestas económicas
y sociales, busca atraer el respaldo de los votantes más jóvenes, cuyo apoyo en
las encuestas ha descendido en los últimos meses. Pero más allá de recuperar la
iniciativa en el ámbito político, el nuevo proyecto pone de manifiesto la
amenaza de esa burbuja universitaria para la economía de EE UU, donde la deuda
por los préstamos estudiantiles ya ha alcanzado el billón de dólares (unos
786.000 millones de euros).
“La
educación superior no puede ser un lujo”, dijo el presidente en la Universidad
de Búfalo (Nueva York). “El ranking de las universidades debe realizarse no en
función de cuántos estudiantes se matriculen en ellas, sino en función de sus
resultados académicos”. Obama reconoció que su nuevo plan no iba “a gustar a
todos, especialmente a los centros que están muy bien asentados en el actual
sistema”. Universidades como Georgetown ven con recelo la propuesta de Obama
pero desde la Escuela de Educación de Pensilvania, Robert
Zemsky, muy crítico con las políticas educativas, se muestra más cauto.
“Ninguna reforma será posible mientras el Gobierno federal no sea el promotor
de ese cambio”, señala.
Los
nuevos criterios, que se empezarán a aplicar en 2015, tratan de regular los
precios a través de la demanda, esto es, que estudiantes y familias puedan
elegir universidad basándose en la relación calidad-precio
El
incremento del coste de las matrículas universitarias, paralela al crecimiento
de la demanda de alumnos en los últimos años, ha empujado a estudiantes y a
familias endeudarse. El coste anual de una carrera de cuatro años en un centro
universitario público en 2013 es de 8.655 dólares (unos 6.400 euros), un 4,8%
más que en 2012, de acuerdo con un informe de la Junta
Universitaria publicado
este mes. Contando a las privadas, el precio medio se eleva a unos 25.100
dólares (18.800 euros). El 57% de los estadounidenses cree que las
universidades no ofrecen a los alumnos una formación proporcional a lo que
estos pagan, de acuerdo con un estudio del Centro Pew.
Ese
descontento se suma a uno de los problemas más acuciantes de la economía de EE
UU: la deuda universitaria. Hasta 2010, el peso de los préstamos lo soportaban
las entidades financieras privadas con el aval del Gobierno federal. Entonces,
el Congreso eliminó a los intermediarios y el Ejecutivo es quien autoriza
directamente los créditos federales. En 2011, casi el 93% de los préstamos
universitarios habían sido concedidos por la Administración.
El
coste anual de una carrera de cuatro años en un centro universitario público en
2013 es de 8.655 dólares, un 4,8% más que en 2012
A
principios de este mes, el presidente
firmó una ley para impedir que los intereses por esos créditos se doblaran
automáticamente en el próximo curso. Los tipos de interés se
mantenían congelados en 3,7% desde 2007 y, sin un acuerdo del Congreso, se
hubieran colocado automáticamente en el 6,8%. La nueva norma establece los
tipos en función del bono a 10 años del Tesoro, pero con límites para evitar
que la fluctuación del mercado los haga inasequibles para las familias con
pocos recursos. En su nueva propuesta, Obama plantea la posibilidad de que
todos los beneficiarios de un préstamo federal puedan limitar las devoluciones
al 10% de sus ingresos mensuales.
Una de
las circunstancias que lastran la posibilidad de hacer frente a los créditos
universitarios son las escasas expectativas de los graduados para encontrar un
trabajo acorde a la formación académica en la que han invertido. En
California, se ha admitido la demanda de antiguos alumnos contra cinco
universidades por no haber encontrado el trabajo que se les había prometido (hay otra veintena de denuncias
interpuestas contra otros centros del resto del país). De acuerdo con una encuesta de
la consultoría Accenture, solo el 16% de los universitarios que
planean graduarse este año asegura que ya le han ofrecido un trabajo acorde con
su nivel académico, el año pasado únicamente el 36% encontró un empleo en el
área de su formación.
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