Daniel Scioli, Débora Giorgi y Miguel Galuccio
defendieron la gestión kirchnerista; luego llegó el turno de Francisco De
Narváez, Margarita Stolbizer y Sergio Massa, quienes remataron con duras
críticas.
El Consejo de las Américas se realizó en el Hotel Alvear. Foto: LA NACION / Ezequiel Muñoz
Números,
elogios y críticas. Más números, más elogios y más críticas. La décima conferencia organizada por el Consejo de las Américas y
la Cámara Argentina de Comercio en la ciudad de Buenos Aires, que se desarrolló
hoy en el Hotel Alvear Palace con el título "Argentina: perspectivas
económicas y políticas", fue escenario de una catarata de elogios de
funcionarios y gobernadores kirchneristas a las propias gestiones. En el mismo
espacio, con minutos de diferencia, la oposición hizo su despliegue de
críticas.
El encuentro
concentró a muchos dirigentes de peso, que en otras oportunidades habían tenido
diálogo y hasta negociaciones electorales. Sin embargo, en esta oportunidad, no
hubo saludos, por ejemplo, entre Mauricio Macri y Daniel Scioli, entre Sergio Massa y Macri, o entre Scioli y Massa.Todos se retiraron del Alvear
apenas terminaron de hablar.
La ministra
de Industria, Débora
Giorgi, el CEO de YPF, Miguel
Galuccio, y los gobernadores de Buenos Aires, Daniel
Scioli, y de Chaco, Jorge
Capitanich, dieron cuenta de un país y de dos provincias con
infinitos logros para destacar.
DE LO FORMAL AL DISCURSO
KIRCHNERISTA
La
conferencia, dividida en tres sesiones, empezó a las 9, con las palabras de
Susan Segal, presidenta y CEO del Consejo de las Américas, de Eduardo
Eurnekian, vicepresidente de la Cámara Argentina de Comercio, y de Mauricio
Macri, jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
La primera
sesión incluyó un panel, "Nuevas tecnologías e innovaciones en educación
en América latina". La oradora inaugural fue Kathleen Kennedy Townsend,
asesora especial del Departamento de Estado de Estados Unidos. Participaron
Alberto Bustamante, director de educación para América latina de Microsoft, y Silvina Gvirtz, directora
ejecutiva de Conectar Igualdad. El moderador fue Rubén Ramírez, director del
Banco de Desarrollo de América latina.
Hasta ese momento, la conferencia se desarrolló
dentro de los plazos previstos. A continuación, la ministra de Industria,
Débora Giorgi, subió al escenario, flanqueado a uno y otro lado por las banderas
argentina y estadounidense. No se quedó frente al atril, sino que se acercó a
una de las pantallas gigantes.
Giorgi dio números y más números. Apenas
comenzó, dijo que hablaría del futuro, aunque durante su exposición se dedicó
más a mostrar los logros de la gestión kirchnerista que a dar a conocer los
planes a futuro.
"El crecimiento industrial de la Argentina
desde 2007 supera ampliamente el de Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y
México", dijo. También ponderó los niveles de empleo de nuestro país y
resaltó que Estados Unidos y España "están lejos" de los números
pre-crisis.
La ministra de Industria mencionó un Estado
presente, la solvencia fiscal y la articulación de lo público con lo privado
como los factores que ayudaron al crecimiento de la Argentina. "Nuestras
cuentas muestran una fortaleza mucho mayor que otros", aseguró.
Cada orador
tenía quince minutos para hablar, pero Giorgi se extendió. Apenas terminó,
subió al escenario el CEO de YPF, Miguel
Galuccio, quien defendió con énfasis el acuerdo que la empresa
estatizada firmó con la petrolera estadounidense Chevron,
resistido por amplios sectores.
LOS "CHEVRONES" DE
GALUCCIO
Galuccio
explicó que la Argentina tiene los recursos para potenciar la producción de
petróleo y gas, pero que necesita inversión. "El shale es lo que Dios nos
dio para comer", lanzó. Dio números de la cantidad de personas y equipos
destinados a la exploración y explotación de Vaca Muerta y justificó así el
acuerdo con Chevron. "Necesitamos muchos
Chevrones en la Argentina", agregó.
Hacia el final, el ingeniero que está a cargo de la
YPF estatizada dijo que discutir o poner en duda la soberanía argentina por el
acuerdo con Chevron es "un insulto a la inteligencia de los
argentinos" o, por lo menos, a su inteligencia.
La agenda
original de la conferencia preveía una pausa de café entre la exposición de
Galuccio y la siguiente, la del gobernador bonaerense, Daniel
Scioli, pero el retraso trastocó el plan. La pausa de café quedó
para después y Scioli subió al escenario apenas
terminó el CEO de YPF.
SCIOLI, CON LA CAMISETA PUESTA
Fiel a su estilo, Scioli habló de logros y desafíos
e hizo hincapié en la responsabilidad. Al principio de su discurso se proyectó
un video sobre la provincia de Buenos Aires, "un mundo de oportunidades
para invertir".
El
gobernador bonaerense destacó dos veces que muchos de los presentes en la
conferencia en el Alvear estuvieron ayer en Río Gallegos con la presidenta Cristina
Kirchner, en el llamado a un "gran acuerdo
social".
Apenas terminó Scioli, el mandatario de Chaco,
Jorge Capitanich, se acomodó detrás del atril. Dio muchos datos de la
provincia, elogió el crecimiento, el avance, y agradeció el apoyo de la
Presidenta.
Luego fue el turno del gobernador de Santa Fe, el
socialista Antonio Bonfatti. "A los conflictos no hay que negarlos",
dijo. Pidió una justicia independiente, que "no deje impunes actos
delictivos o violentos", y planteó que sólo así podrá llegarse a una
convivencia social. También habló de trabajar para crear un sentido de
pertenencia, "incluyendo a los pueblos originarios, a los que hablan otras
lenguas, a las minorías".
LA OPOSICIÓN TIRÓ SUS DARDOS
Las primeras
palabras de la oposición llegaron de Francisco
de Narváez. "Vengo a hablar del futuro", dijo. El
diputado, quien busca renovar su banca en las elecciones de octubre, presentó
un "acuerdo de compromisos básicos".
Margarita
Stolbizer fue la más terminante. "Gobernabilidad no es
mantenerse en el poder ni decir a cada uno lo que quiere escuchar.
Gobernabilidad es gobernar bien", lanzó. También pidió una economía
dinámica. "No es inteligente el Estado que genera una economía subsidiada
en todos los sectores", criticó.
El último
orador fue el intendente de Tigre y primer candidato a diputado del Frente
Renovador, Sergio
Massa. "Quiero abstraer el proceso electoral. Discutimos con
mucha intensidad en los procesos electorales y después no transformamos esas
discusiones en políticas de Estado", fue lo primero que dijo.
"El camino de la Argentina es la inversión, y
para eso se necesita confianza", planteó. Massa pidió "un diálogo
sincero con todos los sectores" y dijo que el desafío más grande del país
es "dejar de mirar atrás".
Cuando el
tigrense terminó, la conferencia llegó a su fin, y con eso, la tan esperada
pausa de café. Después de horas y horas sentados, la sala de prensa se colmó de
hombres y mujeres en busca de algo para tomar y comer..
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