El sociólogo no
duda en tildar al kirchnerismo de "populista" y considera que es
"un episodio del peronismo", no algo distinto.
Para Juan
José Sebreli, la década kirchnerista es una
construcción ficcional . Nada que haya pasado en los últimos
diez años puede entenderse cabalmente si se lo aísla de la historia del
peronismo. Es desde ese punto de partida que el sociólogo propone poner el
período bajo la lupa. Habla de un ciclo que está llegando a su límite y del
relato, la falta de memoria y el
autoengaño como claves de la repetición.
-¿Cuáles son los mayores logros
de la década?
-Creo que el criterio es tomar el conjunto, porque
hasta los peores gobiernos tienen algo bueno. Por eso juzgo el conjunto. Y el
conjunto es negativo.
-¿Por qué?
-Porque se ha impuesto un sistema político
autoritario, que llamo cesarismo plebiscitado, que es una figura de Weber, o
neopopulismo latinoamericano. Un sistema contrario al sistema democrático
republicano. También por el lado económico se ven los malos resultados. Es un
modelo basado en el predominio del consumo sobre la producción y el subsidio de
industrias sin capacidad exportadora. Un modelo que sólo puede sostenerse
mediante inflación, endeudamiento y vaciamiento del Banco Central y de las
cajas de jubilación. Un modelo inflacionario que crea un apogeo, las famosas
fiestas peronistas, que duran cinco años en casi todos los casos. De nuevo
estamos llegando al fin de ciclo, estamos pagando el fin de fiesta. Ya hemos
vivido este ciclo y sabemos que termina mal.
-¿A qué atribuye esa repetición
cíclica?
-A que sectores de la sociedad argentina carecen de
memoria y buscan autoengañarse. No hago cuestiones personales. Digo que estamos
al borde de pasar a un sistema casi totalitario.
-¿Dónde ve ese pasaje?
-En la politización total de la vida cotidiana que
se está realizando, que es típica de los sistemas totalitarios, en la invasión
política de los aspectos de la vida privada y en la vigencia de un liderazgo
carismático, de un líder que se dirige directamente a las masas y prescinde de
intermediaciones, tanto de los poderes como de los medios.
-¿Encuentra diferencias entre la
presidencia de Néstor y los mandatos de Cristina?
-Es que no hay tal cosa. El modelo es exactamente
el mismo. Siempre que hay un dúo en el poder el que se muere es el positivo y
el que queda es el negativo. Lo que pasa es que a Néstor le tocó la parte de la
fiesta y ahora al cristinismo tardío le toca la parte del costo del
despilfarro. El lodazal de hoy es producto de las tormentas de ayer.
-¿Hay algún aspecto en el que el
kirchnerismo haya sido absolutamente originial?
-No. El kirchnerismo no es más que un episodio del
peronismo. Los diez años están dentro de más de 50 años de peronismo. No se
puede criticar al kirchnerismo sin criticar al peronismo. Los antecedentes son
el bonapartismo estudiado por Marx, y retomado luego por Weber con la idea de
cesarismo plebiscitado.
-¿Coincide con que el
kirchnerismo promueve una polarización de la realidad?
-Sí. Es lo que plantea Carl Schmitt y que expresan
el nazismo y el fascismo, dos formas exacerbadas de populismo.
-¿Se puede volver de esa
polarización?
-Únicamente mediante el fracaso electoral de
Cristina en las próximas elecciones. De otra manera, se va a profundizar.
Cuanto peor le vaya al Gobierno, peor va a ser, porque el sistema es doblar la
apuesta. Cambio promovido por el propio kirchnerismo no va a haber.
-¿Cómo va a retratar la historia
la década kirchnerista?
-Insisto: no hablo de la década kirchnerista. Hablo
del medio siglo populista.
-¿Cómo explica la vigencia del
kirchnersimo en el poder?
-Por el relato. La gente se deja guiar por los
relatos. Uno podría estar de acuerdo con el relato, pero el problema es que no
tiene que ver con la realidad. Además, la oposición no tiene relato, o tiene un
relato poco atractivo. El populismo es atractivo, es fascinante, es una
epopeya. Hablar de leyes, de la independencia de los poderes, es más gris, no
atrae. El relato es fundamental. Incluso entusiasmó a intelectuales a los que
el relato les encanta: pueblo contra oligarquía, gesta heroica. El relato
engancha a la gente menos culta y a algunos intelectuales.
-¿Tiene vida el kirchnerismo más
allá de Cristina?
-No. Porque no hay candidato a la sucesión. La
prueba es la fuerza que están haciendo para encontrar heredero. Les queda hacer
una reforma constitucional o intentar algo a través de la amplia mayoría que
tienen en el Congreso.
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