"Un Maduro presidente es la Venezuela que
Chávez soñó", dice el exlíder de Brasil.
A pocas
horas de iniciarse oficialmente la campaña electoral, el presidente encargado y
candidato oficialista, Nicolás Maduro, hizo transmitir por televisión un
mensaje de saludo del expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva. El exdirigente sindical y
“hermano”, según sus propias palabras, de Chávez, no pudo asistir al evento de
homenaje al fallecido presidente venezolano, y en su lugar remitió un
mensaje grabado, en el que para sorpresa de muchos, en vez de
recordar al comandante alabó a Maduro y su afinidad con el líder bolivariano.
“No quiero interferir en un asunto interno de Venezuela”, advertía el
exmandatario brasileño, “pero quiero decir que un Maduro presidente es la
Venezuela que Chávez soñó”.
El apoyo
de Lula a Maduro se produjo en el marco de una reunión extraordinaria del
Comité Ejecutivo del Foro de Sao Paulo, la agrupación de movimientos de
izquierda e insurgentes creada en 1990 en esa ciudad de Brasil. El evento tuvo
un tono de campaña más que ideológico, reunido en un hotel estatal de Caracas,
primero, y luego en el Museo Histórico Militar de Caracas o “Cuartel de la
Montaña”, donde ahora se encuentran los restos del expresidente Chávez. Allí,
además del sucesor en la dinastía revolucionaria, participaron medio centenar
de delegados de 25 partidos progresistas.
La senadora del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) mexicano, Dolores Padierna, leyó en nombre del
grupo un manifiesto en apoyo a Maduro frente a lo que llamó las amenazas del
imperialismo, que intentaría aprovechar de la muerte de Chávez para detener los
avances de la revolución bolivariana. Alertó además de que la derecha
venezolana se sabe perdida en las elecciones, en las que participa, sin
embargo, “preparando las condiciones para desconocer los resultados y al Consejo
Nacional Electoral”. Asimismo, anunció el respaldo del Foro para celebrar el
próximo 5 de abril –cuando se cumple el primer mes de la muerte del comandante-
una jornada mundial de homenaje en todas las capitales del mundo.
La
reunión puso de relieve el éxito que tuvo Chávez en convertir su proyecto de
redención nacional en una plataforma de escala continental, tanto por sus
generosos aportes financieros a grupos con los que sentía afinidad, como por el
aire anímico que supo insuflar a una izquierda latinoamericana que, justamente
por los días de creación del Foro de Sao Paulo, estaba estancada.
Que el
chavismo se propone seguir pensando en esos términos regionales lo dejó claro
el organizador local del evento, el diputado chavista a la Asamblea Nacional,
Rodrigo Cabezas, quien, al saludar públicamente a la delegación hondureña,
informó a Maduro por el micrófono: “Presidente, en Honduras también vamos a
ganar”, refiriéndose a las próximas elecciones presidenciales de ese país,
previstas para noviembre.
Todo esto
ocurrió después de que el expresidente colombiano, Álvaro Uribe, sostuviera un
breve pero agrio debate con Maduro en sus respectivas cuentas de Twitter. El
sábado, Maduro acusó a la oposición venezolana de odiar a Cuba y a sus
representantes en Venezuela y de organizar una campaña contra ellos que comparó
a los ataques nazis contra los judíos, hasta el punto de llamar a sus
adversarios “hijos de Hitler”. Ante ello, Uribe -muy activo en las redes
sociales y con frecuentes alusiones a la política venezolana- colgó este
mensaje: “El cinismo de Maduro
no tiene límites: Maduro sube el
tono y tilda a la oposición de ‘herederos de Hitler”. En cuestión de
segundos, el líder actual del chavismo –o quien maneje la cuenta en su nombre-
respondió: “¿Herederos de usted?
¿Mejor?”.
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