Los estudios
de los primeros restos concluyen que se trata de un tipo de roca espacial común.
Un grupo
de científicos ha encontrado este fin de semana los primeros fragmentos del meteorito
que el pasado viernes cayó sobre Rusia y que causó más de medio millar de
heridos. Una expedición de la Universidad Federal de los Urales los ha encontrado
en los alrededores del lago Chebarkul, ubicado en el suroeste del país, y ha
sacado ya sus primeras conclusiones: "Se trata de una condrita
ordinaria", ha explicado Viktor Grohovsky, lo que quiere decir que se
trata de un tipo de roca espacial común.
Según la
NASA, el meteorito, de unos 17 metros de diámetro y una masa de 10.000
toneladas, atravesó la atmósfera terrestre a una velocidad mayor a la del
sonido y se desintegró en varios pedazos que recorrieron el firmamento
incendiados. Los fragmentos cayeron sobre tres regiones rusas —Cheliábinsk,
Sverdlovsk y Tyumen— y sobre Kazajistán, tras un estallido que pudo ser
detectado en Alaska y un temblor equivalente al de un terremoto, lo que desató
el pánico entre la población local. El hecho de que se desintegrara como lo
hizo daba ya una pista sobre su composición, que no era de hierro o níquel,
algo que confirman estos primeros análisis.
Los
científicos han descartado ya rotundamente que esta roca no tenía nada que ver con el asteroide 2012
DA14, tres veces más grande, que pocas horas después pasó a menos de
28.000 kilómetros de distancia de la superficie terrestre y cuya trayectoria
era perfectamente conocida de antemano.
Los
mayores daños por la caída del meteorito se
produjeron en la ciudad de Cheliábinsk, donde, según el último
balance del Ministerio de Sanidad, se registraron 1.200 heridos, de los cuales
52 permanecen hospitalizados, 12 en estado grave. En cuanto a los daños
materiales, las autoridades calculan en 25 millones las pérdidas económicas.
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