Las normas vigentes establecen un lapso de 15 a 20 días tras la sede
vacante.
Oficialmente, Benedicto XVI está de ejercicios espirituales. Esto es,
recogido en oración bajo la guía espiritual del cardenal Gianfranco Ravasi,
presidente del Consejo Pontificio de la Cultura y tuitero de pro. Monseñor
Ravasi, que tiene 71 años de edad y más de 38.000 seguidores en la red social
Twitter, envía cada mañana y cada tarde un rosario de mensajes cortos con los
motivos que ha escogido para que medite Joseph Ratzinger. Por ejemplo:
“Meditación V. El río del tiempo, el Dios de la historia”. No obstante, hay
datos para pensar que al Santo Padre lo están distrayendo con asuntos
ligeramente más perentorios, como, por ejemplo, la fecha del
cónclave.
El portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, anunció ayer que
Benedicto XVI está considerando la posibilidad de publicar un motu proprio —un
documento papal— para modificar las reglas. Las vigentes establecen que la
elección del Papa tiene que celebrarse entre 15 y 20 días después de que la
silla de Pedro quede vacante. Este periodo estaba pensado para dar
tiempo a las exequias fúnebres del Sumo Pontífice, que incluyen la exposición
durante tres días de sus restos mortales —revestidos con la mitra blanca, la
casulla y el palio—, los funerales solemnes y las novenas por el alma del
difunto. Pero, sobre todo, ese lapso de tiempo era fundamental para que los
cardenales electores pudieran llegar a Roma.
En esta ocasión y por primera vez
en siete siglos, el Papa no está muerto, sino de ejercicios
espirituales, ninguno de los 117 cardenales desconoce ya la fecha en que la
sede quedará vacante —el próximo día 28 a las ocho de la
tarde— y no parece muy oportuno alargar tanto el periodo de
transición, dando pie a quinielas y confabulaciones sin fin.
En este caso el cónclave no se celebra tras la
muerte imprevista del Papa, sino que los cardenales ya hacen planes de viaje
Dijo el padre Lombardi que el documento papal serviría para precisar
algunos puntos de la Constitución Apostólica referidos al cónclave “que le
fueron presentados”. De cualquier manera, añadió el portavoz vaticano, “la
cuestión depende de la evaluación del Papa, por lo que, si hay un texto nuevo,
se comunicará de la manera oportuna”. A la espera de la comunicación, el
viceprefecto de la Biblioteca Apostólica Vaticana, Ambrogio Piazzoni, dijo que,
incluso a tenor de la legislación actual, “si los cardenales llegan a Roma
antes de los 15 días de espera previstos, no hay nada que esperar”. Si bien
insistió: “Hasta las 19.59 del día 28, el Papa es el supremo legislador y solo
él puede intervenir en las normas que regulan el cónclave”.
La tensa espera ha servido para conocer que todas las campanas de Roma
tañerán cuando el Papa abandone en helicóptero el Vaticano, a las cinco de la
tarde del próximo jueves, tres horas antes de la renuncia fijada. También lo
harán las de Castel Gandolfo, el lugar donde vivirá Joseph Ratzinger hasta su
regreso definitivo al convento de monjas del Vaticano. Mientras, el cardenal
Ravasi sigue tuiteando, ora un salmo, ora una frase de Goethe: “El hombre es un
triste caminante sobre la tierra oscura”.
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