La cadena humana por la secesión logra un apoyo
masivo.
Los participantes piden el referéndum en 2014 y
exigen a Mas que no ceda ante el Gobierno central.
La presidenta de la ANC advierte: “Queremos un
Estado ahora, no en 2016”.
MIQUEL NOGUER Barcelona
La Via Catalana, a su paso por Barcelona / CONSUELO BAUTISTA
El
independentismo catalán consiguió ayer la demostración de fuerza que venía
buscando desde hace meses para intentar convencer al Gobierno central de que la
demanda de un referéndum de autodeterminación no es un capricho pasajero ni
minoritario. La Asamblea Nacional Catalana
(ANC), la entidad social que convocó la cita de ayer avalada por el
Gobierno de CiU, consiguió un apoyo masivo
a la cadena humana de
400 kilómetros de longitud que unió los dos extremos de Cataluña pasando por
Barcelona y que tenía un lema claro: “Via catalana para la
independencia”. Los organizadores pidieron que el
referéndum tenga lugar el próximo año a más tardar y que éste tenga una
pregunta “clara”. Con ello, además de presionar a Rajoy, clamaron porque Artur Mas no
se desvíe de su hoja de ruta tal y como sugerían sus palabras de la semana
pasada, cuando abrió la puerta a demorar el proceso hasta 2016 tras hablar con
el presidente en una cita secreta en Madrid.
La
movilización partió de la ANC, una entidad privada que está actuando como
centinela del proceso soberanista desde la sociedad civil. Tras el éxito de la
manifestación del año pasado, en la Diada de ayer quiso dar un paso adelante
para dejar claro que no solo defienden la opción del “derecho a decidir”, sino
que abogan directamente por la independencia. Convergència Democràtica y Esquerra
Republicana se
volcaron en la movilización. En cambio, no lo hizo Unió
Democràtica, si bien algunos de sus dirigentes, comenzando por la
vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, acabaron por participar en la
cadena humana. Algunos dirigentes del ala catalanista del PSC participaron en
la cita, aunque el partido se desmarcó abiertamente. Tanto el PP como Ciutadans
organizaron actos alternativos.
Los
convocantes consiguieron llenar sobradamente el recorrido previsto, que iba
desde la frontera francesa hasta el límite entre Cataluña y la Comunidad
valenciana, en total 400 kilómetros. Según la ANC se habían inscrito
previamente a la movilización más de 400.000 personas, que permitían cubrir
este recorrido. Tras la cadena humana la Generalitat aseguró que la
participación “en ningún caso” era inferior a 1,6 millones. La Guardia Urbana
de Barcelona aseguró que en la capital catalana salieron a la calle medio
millón de ciudadanos.
Al finalizar el acto, la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, exigió al presidente catalán, Artur Mas, que tome “decisiones históricas” y convoque en 2014 una consulta para no demorar más la independencia. “Pedimos a nuestras instituciones que cumplan la declaración de soberanía del pasado enero y convoquen la consulta sin dilaciones ni pérdidas de tiempo que solo perjudican a nuestro pueblo, sobre todo a los más desfavorecidos. Es hora de que demuestren su determinación y compromiso con este pueblo, convocando la consulta para 2014”, dijo el presidente.
Al finalizar el acto, la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, exigió al presidente catalán, Artur Mas, que tome “decisiones históricas” y convoque en 2014 una consulta para no demorar más la independencia. “Pedimos a nuestras instituciones que cumplan la declaración de soberanía del pasado enero y convoquen la consulta sin dilaciones ni pérdidas de tiempo que solo perjudican a nuestro pueblo, sobre todo a los más desfavorecidos. Es hora de que demuestren su determinación y compromiso con este pueblo, convocando la consulta para 2014”, dijo el presidente.
Las
imágenes de la jornada en Cataluña
Artur Mas
no participó directamente en la cadena humana para “preservar” la institución
que preside, pero sí lo hicieron buena parte de sus consejeros. Y lo que quedó
claro es que el Ejecutivo catalán intentará capitalizar la movilización popular
tanto como pueda. En este sentido, el titular de Presidencia, Francesc Homs,
advirtió al Gobierno de Mariano Rajoy de que no puede quedarse “de brazos
cruzados” ante la movilización. También apeló a las bases independentista a
administrar correctamente este mensaje en la política catalana y dijo que el
Gobierno se siente “reforzado”.
Sin
embargo, el mensaje de la ANC ya hace días que no coincide con el del Gobierno
de CiU. La entidad independentista teme que las primeras negociaciones que
Artur Mas ha comenzado con Mariano Rajoy acaben por descafeinar la consulta
hasta el punto de desnaturalizarla. Las alarmas entre los independentistas
saltaron la semana pasada cuando Mas admitió la
semana pasada que no podría hacerse la consulta el año que viene si esta no
tiene el visto bueno del Gobierno, y que luego solo quedaría la vía de
unas elecciones autonómicas en clave plebiscitaria en 2016.
Forcadell
insistió en que quieren la consulta en 2014, y no dentro de tres años. También
dejó claro que los independentistas apuestan por una pregunta clara sobre la
secesión. “Y una respuesta clara”. Pero todo apunta a que Mas se inclina por
una pregunta múltiple. O por no preguntar solo por la secesión.
Ayer
mismo lo volvió a insinuar en un encuentro a puerta cerrada con corresponsales
extranjeros. En un intento de internacionalizar el conflicto catalán, Mas
insistió ante la prensa internacional en que se podría modificar la pregunta de
la consulta en caso de que el Gobierno central y la Generalitat alcanzaran un
acuerdo sobre financiación en la línea del pacto fiscal que reclamaba el año
pasado él mismo. En este caso, dijo que se podría preguntar a los ciudadanos si
prefieren el pacto fiscal o “lo otro”, dijo, en referencia a la independencia.
Eso sí, Mas insistió ante la prensa extranjera en que no renunciará a “algún
tipo de consulta”. Pese a que su partido, Convergència, ya habla sobre la
independencia con cierta naturalidad, Mas se resiste a nombrar esta palabra en
público argumentando que en el marco de la UE ya no existe la independencia
total de ningún país. De ahí las presiones de la Asamblea Nacional Catalana
para que Mas abrace abiertamente el secesionismo antes de ponerse a negociar
con Rajoy. Muchos aún recuerdan que fue precisamente Artur Mas quien, siendo
jefe de la oposición, negoció a la baja el Estatuto de Cataluña con el Gobierno
central antes de que el Tribunal Constitucional acabara por recortarlo todavía
más.
El
presidente catalán, que ayer solo habló públicamente antes de la movilización,
incidió precisamente en la necesidad de negociar con el Gobierno central. Se
comprometió a dialogar “hasta el final” con Rajoy para conseguir el referéndum.
Al mismo tiempo, alertó de que el “Estado español tiene un problema grave de
relación con Cataluña” si no encuentra la forma de canalizar las ansias de
muchos catalanes para decidir su futuro colectivo. Consciente del revuelo
provocado por su marcha atrás verbal de la semana pasada, ayer recalcó que no
hay cambios en la hoja de ruta: “El compromiso es organizar la consulta el año
que viene y espero que el diálogo con el gobierno central lo permita”.
Esquerra
Republicana también
intentó capitalizar la movilización de ayer atrayéndose el electorado de CiU.
“Todos los partidarios de la consulta formamos parte del mismo equipo, que sin
duda acabará ganando”, dijo el presidente de ERC, Oriol Junqueras.
El
escenario que se abre a partir de ahora es el de la negociación entre
gobiernos. Y todo apunta a que será de lo más discreta. El Gobierno de la
Generalitat insiste públicamente en que la consulta en 2014 es posible y
factible, aunque en privado sus consejeros se muestran más escépticos y ven más
factible el escenario de unas elecciones anticipadas.
Sin
embargo, en CiU cada vez hay más temor a unos comicios antes de tiempo,
especialmente por el avance aparentemente imparable de Esquerra Republicana de
Catalunya, que se está convirtiendo en la gran beneficiaria del proceso. En
principio, los republicanos continuarán ofreciendo su apoyo al Gobierno en
minoría de Mas mientras éste no se desvíe de la consulta. Y esto incluye
elaborar unos impopulares presupuestos para 2014 con nuevos y dolorosos
recortes. Eso sí, la condición que piensan poner los republicanos para avalar
las cuentas será fijar la fecha de la consulta.
Esto
reduce enormemente el margen de maniobra de Mas, puesto que el Gobierno central
no parece dispuesto a negociar nada teniendo encima de la mesa un plazo
concreto para la votación. Por si acaso, Mas aseguró ayer que la demostración
de fuerza de ayer “no será la última”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario