Majestuoso testimonio de un poder agostado

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martes, 24 de septiembre de 2013

La Asamblea de la ONU espera el deshielo entre Irán y Estados Unidos

 

 

Los discursos de Obama y Rohaní serán acompañados por una reunión de Kerry y Zarif.

 

Las potencias negocian una resolución sobre Siria. Rousseff denunciará el control sobre Internet.

 




ANTONIO CAÑO Nueva York 



Obama este lunes en un acto en Nueva York. / J. LEE (BLOOMBERG)

El inicio de la Asamblea General de Naciones Unidas se presenta este martes como el marco de un esperado deshielo en las relaciones de dos de los mayores contrincantes mundiales, Irán y Estados Unidos, una posibilidad que eclipsa otros esperados momentos de esta cita, como la difícil negociación de una resolución sobre Siria o las denuncias de la presidenta de Brasil sobre el espionaje de los servicios secretos norteamericanos.
Barack Obama y el presidente iraní, Hassan Rohaní, están en Nueva York y hablarán este martes ante la Asamblea, el primero en la sesión matutina y el segundo en la vespertina. Oficialmente, no hay ninguna conversación prevista entre ambos, pero la Casa Blanca no ha descartado por completo un saludo y un breve intercambio de palabras si los dos se cruzan en los pasillos de la ONU. Si se produce, sería el primero encuentro entre líderes de ambos países desde la revolución islámica de 1979. De ocurrir, sería el mejor símbolo de la apertura de una nueva época.
Pero incluso si ese encuentro no tiene lugar, tanto los discursos de Obama como de Rohaní, que llegan al podio precedidos de gestos que muestran su voluntad de entendimiento, pueden servir para impulsar un diálogo que ha sido imposible durante décadas de hostilidad y recriminaciones mutuas. Como ejemplo del nuevo clima, la Casa Blanca ha confirmado la participación, esta semana en la ONU, del secretario de Estado, John Kerry, en una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, a la que asistirán también los otros ministros del grupo negociador con Irán.

Este sería el primer encuentro entre los líderes de Irán y Estados Unidos desde 1979

En las días anteriores a esta Asamblea, Obama y Rohaní intercambiaron cartas en las que expresaron su deseo de resolver mediante la negociación las enormes diferencias que separan a sus dos países, especialmente sobre el programa nuclear de Irán y las duras sanciones económicas que EE UU y la comunidad internacional aplican como castigo a Teherán.
Washington es prudentemente optimista sobre las posibilidades de una reconciliación. Las sucesivas muestras de apertura y moderación dadas por Rohaní, que pretende, aparentemente, romper con la línea dura mantenida por su antecesor, Mahmud Ahmadinejad, han despertado esperanzas en la Administración norteamericana. La política oficial del Gobierno es la de que no bastan las palabras, sino que se requieren hechos para comprobar el cambio de actitud del régimen iraní. Pero portavoces estadounidenses han expresado que Obama está dispuesto a explorar la vía de un acercamiento diplomático.
Horas antes de llegar a Nueva York, Rohaní manifestó que, en su discurso ante la Asamblea General, expondrá una imagen de su país distinta a la que se ha conocido hasta ahora. “Desafortunadamente”, declaró, “en los últimos años la imagen de Irán, una nación civilizada, ha sido presentada de otra manera. Yo aprovecharé esta oportunidad para presentar el verdadero rostro de Irán como un país culto y amante de la paz”.
En años anteriores, el paso de Ahmadinejad por Nueva York ha estado dominado por sus declaraciones negando el Holocausto o promoviendo la desaparición del estado de Israel. Para el Gobierno israelí, que siente a Irán como su principal amenaza, el riesgo no desaparece de repente por la sustitución de Ahmadinejad por Rohaní, y ha pedido a EE UU mucha cautela a la hora de bajar la guardia frente a Teherán.

Israel pide a Estados Unidos que no baje la guardia ante Irán

Washington pretende escuchar qué novedades ofrece Irán en las conversaciones sobre su programa nuclear antes de avanzar en la reconciliación o la suavización de las sanciones económicas. El lunes por la noche estaba prevista en Nueva York una reunión entre el principal negociador iraní en esa materia, el ministro Zarif, y la responsable de política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, con el objeto de poner en marcha una nueva ronda de negociaciones.
La actividad diplomática será intensa estos días en Naciones Unidas. Además del asunto iraní, Kerry tratará de sacar adelante una resolución del Consejo de Seguridad en la que se plasme el acuerdo alcanzado hace diez días con Rusia para la eliminación del arsenal químico de Siria. Esa resolución ha sido imposible hasta ahora por la negativa del Gobierno ruso a incluir cualquier medida de castigo automático al régimen sirio en el caso de incumplir el acuerdo, medidas que respaldan también Francia y el Reino Unido. Sin una resolución del Consejo, el acuerdo firmado entre Kerry y el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, que evitó una intervención militar de EE UU en Siria, corre serio peligro.
La primera invitada al podio de la Asamblea será, como es tradición, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que acaba de suspender una solemne visita de estado a Washington como protesta por el espionaje al que, al parecer, se ha visto sometida de parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) norteamericana. Rousseff tiene previsto abordar ese tema, así como el de la necesidad de reducir la dependencia que el mundo tiene actualmente de las grandes empresas de Internet, todas ellas estadounidenses. 

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