Diarios israelíes indican que los aviones atacaron
un presunto convoy de armas.
Rusia ha
declarado este jueves estar “muy preocupada” por las informaciones sobre el
ataque aéreo realizado por el Ejército israelí ayer en Siria. “Si esta acción
se confirma, eso significa que nos enfrentamos a ataques sin ninguno pretexto
en el territorio de un Estado soberano, lo cual infringe la carta de Naciones
Unidas y es inaceptable, sea cual sea el motivo”, ha indicado el Ministerio de
Asuntos Exteriores ruso.
La Fuerza
Aérea de Israel atacó un objetivo en territorio nacional de Siria en la
madrugada de ayer, según denunció el Gobierno de Bachar El Asad, acorralado en
su bastión de Damasco por un conflicto que, dos años después de su comienzo,
amenaza con expandirse a otros países vecinos. En los días previos al ataque, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había
advertido que no tolerará que los misiles y las armas químicas del régimen de El
Asad acaben en manos de milicias islamistas como Hezbolá, que
forma parte del Gobierno de Líbano, o de grupos terroristas como Al Qaeda.
Fue el
Ejército de Siria el que confirmó el ataque por parte de las Fuerzas de Defensa
de Israel, en el que murieron dos personas. “Aviones de guerra israelíes
violaron nuestro espacio aéreo, bombardeando directamente uno de nuestros
centros de investigación científica en el distrito de Jimraya, en las zonas
rurales de Damasco”, dijo un portavoz militar en la televisión gubernamental.
“Esto demuestra que Israel es el instigador, el beneficiario y a veces el
ejecutor de los actos de terrorismo dirigidos contra Siria y contra su
ciudadanía”, añadió.
A pesar
de que Siria dijo que el blanco del ataque había sido una planta de investigación militar,
fuentes de la inteligencia norteamericana consideraban ayer que su objetivo
real había sido un convoy de armas que probablemente se dirigía de Damasco
hacia Líbano. La prensa israelí mantenía la misma versión. Israel avisó
previamente a EE UU del ataque.
Las Fuerzas Armadas israelíes ni
confirmaron ni desmintieron ayer el ataque. En noviembre, estas ya habían
atacado un vehículo militar sirio después de que un mortero alcanzara los Altos
del Golán, zona ocupada por Israel desde 1967.
El
Ejército de Líbano ya había advertido movimientos inusuales de la Fuerza Aérea
de Israel en la frontera de ambos países. Según un comunicado emitido ayer por
los militares libaneses, la aviación israelí penetró en su espacio aéreo en
tres ocasiones entre el martes y el miércoles. El domingo, el Ejército de
Israel confirmó que ha desplazado una batería de misiles de las que conforman
el escudo defensivo conocido como Cúpula de Hierro a Haifa, en el norte del país y cerca
de la frontera con Siria. Fuentes oficiales dijeron entonces que el movimiento
obedecía a desplazamientos rutinarios de los misiles.
La
milicia chií Hezbolá ha apoyado al régimen de El Asad en su lucha
contra los rebeldes y
ha llegado a enviar escuadrones para asistirle en su resistencia. Aunque Israel
ha dejado muy claro en el pasado que no tolerará ningún envío de armas a través
de la frontera, sus Fuerzas Armadas dan por sentado que Hezbolá ha recibido de
Siria misiles de largo alcance M600 y misiles balísticos de tipo Scud. En 2006,
la milicia chií inició una guerra, al lanzar desde Líbano misiles contra
objetivos civiles y militares de Israel.
El lunes,
ante una delegación de legisladores norteamericanos, el primer ministro israelí
dijo que sus opciones en relación con Siria están entre “lo malo y lo peor”.
Previamente, en el consejo de ministros del domingo, Netanyahu había dicho: “Es
necesario estar pendientes de nuestro entorno, lo que sucede con Irán y sus
satélites, y lo que sucede en otros campos, como el de las armas letales en
Siria, un país que poco a poco se va desmoronando”.
Preocupa
sobre todo al Gobierno de Netanyahu la suerte de los arsenales de gas sarín, mostaza y
cianuro que el régimen de El Asad ha acumulado a lo largo de los años. Dado que Siria carece de plan de
transición ante un eventual derrumbe del régimen y que las milicias rebeldes no
reciben apoyo directo de potencias occidentales, Netanyahu considera que esas
armas de destrucción masiva podrían emplearse para atacar a Israel.
Las
Fuerzas Armadas israelíes también han expresado su preocupación por el
movimiento de armamento en la frontera entre Siria y Líbano, dada la debilidad
del régimen de El Asad. “Ha habido movimientos tectónicos en Siria que llevan
al país al colapso”, dijo el martes el general de división Amir Eshel,
comandante de la Fuerza Aérea israelí, en una conferencia. “Los Gobiernos se
desintegran y eso está llevando a un resurgimiento de la actividad terrorista
en nuestras fronteras, en un grado que no hemos visto en décadas”, añadió.
En el
pasado ha habido esporádicos ataques israelíes contra objetivos libaneses, de
los que se sospechaba que eran convoyes cargados con armamento procedente a
veces de Siria y a veces de Irán, el otro gran aliado de Hezbolá en la zona.
Además, desde que acabara la guerra de 2006, se han producido diversos
lanzamientos de misiles desde territorio libanés a Israel.
A pesar
de los temores que suscita el futuro inmediato de los arsenales sirios, el
Ejecutivo de Netanyahu ha mantenido cautela hasta ahora, dada la compleja
alianza del régimen de El Asad con Irán y con Hezbolá, dos enemigos acérrimos
del Estado israelí.
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