Majestuoso testimonio de un poder agostado

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jueves, 31 de enero de 2013

Internet en los espacios públicos: ¿Cómo controlar a los chicos?




El WI-FI implementado por el gobierno porteño tiene filtros para contenidos violentos; las redes sociales y el chat, grandes grietas del sistema; se multiplican los delitos como el robo de identidad.

Por Guillermo Tomoyose y Verónica Dema  | LA NACION

Fuera del ámbito escolar, y en pleno receso por vacaciones, un grupo de chicos se amontona frente a una pantalla desde la puerta de un edificio. A pocas cuadras, otros aprovechan la comodidad de la netbook y de los smarthones para conectarse sentados en el banco de una plaza: miran videos en youtube, se meten en Facebook, se sacan fotos y las suben, chatean.
Equipados con las computadoras con conectividad inalámbrica a Internet -muchas de ellas llegaron a las escuelas a partir de iniciativas como Conectar Igualdad o Plan Sarmiento-, el uso de estas máquinas se extiende mucho más allá de las aulas. La posibilidad de uso en la vía pública es cada vez más amplia: a las redes privadas abiertas se le suman los accesos públicos gubernamentales. Entre estos últimos está el plan del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, iniciado hace dos años en la plaza Houssay, y que ahora tiene más de cien puntos de acceso desde diversos espacios públicos como plazas, bibliotecas y otros lugares. La red se llama BA Wi-Fi.
Este sistema prevé un sistema de filtrado de contenidos para menores. Básicamente, no se puede ver material pornográfico ni violento. Así lo explica a LA NACION Andrés Ibarra, Ministro de Modernización del gobierno porteño: "La herramienta utilizada para dar seguridad y protección al menor es el filtrado de contenidos a través de un software que, por medio de la categorización de los sitios y páginas de Internet según su contenido, permite el acceso o no de forma automática".
Más allá de este tamiz de contenidos no aptos para menores, quedan afuera las redes sociales, como por ejemplo Facebook. "Las mismas redes son responsables de sus contenidos y por esto restringen la publicación de material pornográfico", aclaran desde el área. Descansan en el control de las propias redes -que requieren usuario y contraseña- y en la responsabilidad del usuario. "No se puede inhabilitar una red social", se defienden. "Menos restringir el chat, que es técnicamente imposible".
Pero, ¿cómo se puede controlar el acceso de menores a contenidos riesgosos o violentos que circulan en esas redes? ¿Cómo monitorear el chat que habilita esas redes y que suele generar intercambios poco felices para los chicos?
El especialista informático Daniel Monastersky, CEO and Founder del sitio Identidad Robada,informa que con la masificación del acceso a Wi-Fi se incrementan año a año los delitos informáticos. "Los sistemas de WI-FI públicos se abre una puerta muy importante para que existan estos delitos. Una de las dificultades es que no se puede hacer una identificación y seguimiento del usuario de estas redes", señala.
Sus declaraciones se apoyan en cifras. Desde la División especial de investigaciones telemáticas de la Policía Metropolitana informan que los delitos de este tipo se duplicaron en 2012 respecto de un año antes. Contabilizan allí casos de pornografía infantil, amenazas y hostigamientos, crimen organizado y narcotráfico, fraude electrónico y suplantación de identidades. En el caso de las amenazas y hostigamientos, el 80% de los casos, que se multiplican mes a mes, se concretan en redes sociales y foros.


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