Reino Unido es reacio a imponer
una tasa del 0,1% sobre las transacciones financieras.
Cristina
Porteiro Bruselas
La Unión Europea se mueve con lentitud y sus
miembros no se ponen de acuerdo sobre qué dirección tomar. Los ministros de
Economía y Finanzas de España, Alemania, Grecia, Bélgica, Francia, Portugal,
Italia, Austria, Estonia, Eslovenia y Eslovaquia defienden hoy en el Consejo la
puesta en marcha de una cooperación reforzada que permita activar la Tasa Tobin en sus territorios.
El impuesto gravaría un 0,1% cualquier transacción financiera y un 0,01% las
operaciones con derivados. El objetivo es reducir el número de operaciones
financieras de alto riesgo y contar con una fuente de recaudación adicional.
Pero las perspectivas de avanzar en el terreno no
son optimistas a corto plazo. La Comisión Europea, que presenta la propuesta a
petición de los 11 Estados interesados, asume que el martes no se llegará a
ningún acuerdo, ya que algunos países como Reino Unido se han mostrado muy
reacios a permitir que otros miembros de la Unión avancen en solitario. La UE
se ve obligada a frenar temporalmente la iniciativa.
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Según el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas
Semeta, la medida no entra en conflicto con las normas del mercado interno.
Aunque se necesita una mayoría cualificada en el Consejo para dar el visto
bueno a la iniciativa de los once, lo cierto es que de la reunión de hoy solo
se espera acercar posturas. Reino Unido estudiará cómo puede afectar este
movimiento a sus intereses, esto es, a los intereses de la “City” londinense,
que alberga la sede de los principales grupos financieros del mundo.
Semeta urge a llegar a un acuerdo: “No debemos
perder tiempo”, aunque reconoce que las negociaciones que empiezan hoy se
podrán alargar hasta el mes de diciembre, una muestra más de la lentitud y la
discordancia en el seno de la UE. Alemania, firme defensora de la Tasa Tobin,
está moviendo ficha para presionar al Reino Unido.
Las discrepancias entre el gobierno de David
Cameron y sus homólogos europeos han aumentado con el agravamiento de una
crisis económica que ha disparado el tradicional euroescepticismo de los
británicos.
Esta actitud puede retrasar la puesta en marcha de
otras medidas que también están sobre la mesa de negociaciones del ECOFIN, como
la creación del Mecanismo de Supervisión Bancaria, por la que el Banco Central
Europeo pasaría a ser el principal supervisor de las más de 6.000 entidades
crediticias de la zona euro. Para dar forma al proyecto, el Consejo, formado
por los 27 países de la UE, deberá aprobar por unanimidad la propuesta.
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